Prólogo.
Evie siempre creyó que no encajaba en la Isla de los Perdidos.
Aún así, trató de adaptarse a su vida, que probablemente estaba destinada al fracaso.
Y pronto encontró una familia: Dizzy, Jay, Mal, Carlos y Uma.
Los seis eran inseparables, pasaban horas en Curl Up & Dye, acompañando a la hija de Drizella en su trabajo y luego hacían pijamadas o salían a robar juntos.
Evie intentó ignorar aquella voz en su cabeza que le decía que en la Isla de los Perdidos jamás tendría un futuro.
Un 15 de julio, todo cambió para el grupo.
Los VKs estaban en Curl Up & Dye, cuando todo comenzó a desmoronarse.
Uma lavaba el cabello de Carlos, mientras que Evie trenzaba el cabello de Jay, finalmente Dizzy pintaba las uñas de Mal.
—Un corsé turquesa te quedaría muy bien, U. —Comentó la chica de cabello azul, mirando sin disimulo a la brujita del mar.
—Gracias E, pero lo usaría solamente si tú me lo hicieras. —Habló la pirata, halagada.
—Eso no es problema. —Masculló la descendiente de Regina, guiñándole un ojo a la morena.
Ambas habían comenzado una relación amorosa hace unos pocos meses, y cada día el amor que se tenían aumentaba.
— ¿Y a mí quién me va a hacer una chaqueta nueva? —Inquirió el joven ladrón, alzando una ceja.
—Por supuesto que yo. —Contestó el hijo de Cruella, justo cuando la pirata dejó de mojar su cabello para entonces comenzar a secarlo.
— ¡Y yo les haré unos accesorios muy bonitos! —Exclamó la pequeña pelirroja, emocionada, mientras escuchaba la televisión de la peluquería; en donde transmitían un programa sobre un evento que se llevaría a cabo en unas cuantas semanas: el Cotillón Real. —Desearía que pudiéramos usarlos en Auradon, algún día.
—Yo no cambiaría nada de nuestras vidas, tal vez sean un desastre pero estamos juntos. —Replicó la hija de Maléfica, encogiéndose de hombros.
—Y siempre seremos los chicos de la Isla. —Añadió Evie.
—Eso jamás cambiará. —Dijo la pirata, entonces miró el reloj que había en la pared y maldijo entre dientes. —Mierda, el turno de Ula en el restaurante está por terminar, Harry y Gil están con ella para asegurarse de que no queme la cocina pero debo irme a hacer mi turno.
Ula era la hermana menor de Uma, que con tan solo siete años, tenía que trabajar en Ursula's: Fish & Chips debido a que su madre la forzaba a hacerlo.
— ¿Quieres que te acompañe hasta el restaurante? —Sugirió De Vil.
—No es necesario, tengo mi espada para protegerme. —Replicó la joven bruja. —Pero nos veremos mañana en el bar.
La morena dio apenas unos pasos para dirigirse hacia la salida cuando alguien más entró al salón de belleza.
—Manzanita podrida, tengo noticias para ti. —Anunció Regina, captando la atención de los VKs. —Te irás a Auradon.
La chica de cabello turquesa se detuvo, girándose para ver a la recién llegada.
— ¿¡Qué!? —Gritaron los adolescentes.
— ¡Silencio, mocosos! —Demandó la madrastra de Blancanieves, caminando hacia su descendiente, quien acababa de terminar de trenzar el cabello de su mejor amigo. —El rey Ben te invitó, has sido seleccionada para el Programa de... ¿Protección a Princesas? No, ése no era, creo que se llama Programa de... Al demonio con el nombre, el punto es que te irás mañana a primera hora; tienes mucho que empacar así que vámonos a casa.
—Pero ¿cómo es que...? —Cuestionó la princesa malvada, confundida.
—E, tú y yo completamos esas solicitudes para el programa de danza en Auradon hace unas semanas, los dos sabíamos que solo una persona ganaría ¡y fuiste tú! —Le recordó el hijo de Cruella antes de abrazarla, emocionado. La otra VK le correspondió, procesando todo.
Aquel programa de baile había sido una idea de la princesa –y futura reina– Audrey, para darle una oportunidad a todos de mostrar su talento, incluso a los chicos de la Isla de los Perdidos.
— ¡Tendrás un futuro! —Exclamó Mal, y cuando sus amigos dejaron de abrazarse, ella tomó las manos de la chica de cabello azul. —E, ¿acaso no ves la enorme oportunidad que tienes frente a ti?
—Y conocerás Auradon. —Añadió el joven ladrón, colocando una mano en su hombro.
— ¡Y probarás el sabor del helado! —Chilló la descendiente de Drizella.
—Pero... no quiero dejarlos. —Murmuró Evie, separándose de su mejor amiga y acercándose hacia la joven pirata. — ¿Tú qué crees que deba hacer?
—Tienes la oportunidad de ver el resto del mundo, este es tu sueño y debes seguirlo, aunque no era el plan que teníamos pensado llevar a cabo: escapar a Auradon juntas... debes hacerlo. —Dijo Uma, acariciando la mejilla de su novia. —Y solo estarás lejos por unos pocos meses, luego volverás aquí.
—Los amo mucho, chicos. —Habló la princesa malvada, conmovida, entonces los demás VKs caminaron hacia ellas para abrazarla.
—Pueden sacar a la chica de la Isla... —Dijo la pelirroja. —...Pero no a la Isla de la chica.
—Evie, no tengo toda la noche. —Gruñó su progenitora, impaciente.
Y así fue como madre e hija se marcharon del salón de belleza, mientras que la hija de Úrsula se fue hacia su trabajo.
Al día siguiente, la chica de cabello azul dejó la Isla de los Perdidos, sin despedirse de sus seres queridos ya que la princesa malvada detestaba decir 'adiós' desde que su padre la había abandonado.
Y apenas pisó el reino, Auradon la cautivó.
Las semanas transcurrieron demasiado rápido, entre ensayos y mucho glamour, Evie no solo mejoró demasiado en lo que respecta al baile; también formó nuevas amistades.
Y pronto el Cotillón Real llegó, en donde Audrey fue nombrada como Dama de la Corte, luciendo un vestido que Evie le había confeccionado.
Ambas tenían bastante en común y no tardaron en llevarse bien, así que la hija de Aurora la sorprendió con un obsequio.
La futura reina había conversado con su novio y ambos tomaron una decisión.
Esa noche, Evie se convirtió en la Consejera de la Isla. Y también ganó el primer puesto del programa de baile.
Y, llena de esperanza, la descendiente de Regina les recordó que habían muchos VKs que merecían recibir las mismas oportunidades que ella había tenido.
Esa noche, los mensajeros del rey visitaron aquella prisión en medio del mar en el que los villanos habían sido encerrados junto a sus descendientes, pues tenían una propuesta que hacer.
Carlos fue el siguiente VK en salir de la Isla, con un objetivo claro: lucharía por liberar a los demás, pero era consciente de que aquellos cambios tardarían en llevarse a cabo, por lo tanto se aseguró de mejorar la calidad de vida en su antiguo hogar.
En pocos meses, junto a su mejor amiga, logró convencer a la pareja real de lo útil que sería enviar comida en mejor estado; establecer conexión wifi en la Isla, construir refugios para los huérfanos –a quienes los VKs solían llamar «los Perdidos»–, etc.
Carlos también consiguió celulares que les envió a Mal, Dizzy, Uma y Jay; con su número y el de Evie para que pudieran mantenerse en contacto.
La vida en Auradon era demasiado perfecta, y Evie se había convertido en una chica de Auradon.
Tal vez, por eso jamás se sintió completamente cómoda en la Isla.
Pero si quería encajar completamente en el reino que le había dado una segunda oportunidad, tenía que cortar lazos con su pasado.
Y entonces tomó su celular, buscó el contacto de la hija de Úrsula, y envió un mensaje.
«Perdón por hacer esto en un mensaje de texto, pero tenemos que terminar. —E».
– – – – – – –
¡Hola! Perdón por la tardanza, quería publicar desde hace como dos días, pero quería asegurarme de que esto tenga un buen comienzo. (Y no lo logré).
Este prólogo es un desastre, lo lamento, prometo que la historia será mejor. O tal vez no, pero lo intentaré.
Estoy muy emocionada por esta historia.
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