❝We're gonna be alright, 'cause even underneath the waves, I'll be holding on to you, and even if you slip away, I'll be there to fall into the dark, to chase your heart, no distance could ever tear us apart, there's nothing that I wouldn't do, I'll find my way back to you❞

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El ensayo del musical estaba a punto de comenzar, Evie observaba en su tablet la fotografía de ella que se encontraba en la pagina de Playbill, anunciando su protagónico en Auradon Girl. Tomó su celular para volver a enviarle un mensaje a Uma, ya que no había respondido los otros que le había enviado.

 "Contesta, por favor. Sé que estas enojada, pero necesito explicarte todo." 

 Era demasiado temprano, por lo tanto Audrey, Jade y Hazel se acercaron a ella, entregándole un café que acababan de comprar y otro a Jay; quien había estado a su lado en silencio. Las chicas tomaron asiento a su lado, con sus espaldas contra la pared.

—Hey, todo el mundo. —Llamó el Genio, desde uno de los asientos. —Empezaremos a trabajar en las escenas en cinco minutos, desde el principio del segundo acto. —Anunció, entonces las chicas de Agrabah y el resto de los bailarines comenzaron a revisar sus guiones.

  La princesa malvada guardó su tablet en su bolso y le dio un sorbo a su bebida, para luego sacar su guión y abrirlo, buscando la sección que el amigo de Aladdin le había indicado. Al pasar las paginas, se detuvo al encontrar pétalos de dahlia en una de las hojas. Ella apenas sonrió. 

— ¿Tú pusiste esto aquí? —Le preguntó ella al joven ladrón, quien observó de reojo su guión. 

—No. —Se opuso el moreno, negando con la cabeza. 

Evie tomó varios pétalos, inspeccionándolos y acariciándolos mientras pensaba en todo lo que había pasado con Lost Hope.   

  Al acabar de pensar en todo eso, se llevó la mano en la que tenía los pétalos al corazón, sonriendo. Luego dejó de hacerlo, bajando la mirada y guardando nuevamente los pétalos dentro del guión y cerrándolo para meterlo dentro de su bolso. Sus acompañantes la observaron con sus ceños fruncidos.

—Señor Genio. —Lo llamó la chica de cabello azul mientras tomaba su bolso y se incorporaba del suelo, con el café en su otra mano. Se colgó el bolso en uno de sus hombros mientras corría hacia el preseño del escenario. El susodicho la observó, confundido. —Señor Genio. Lo siento, señor Genio, pero tengo que regresar a la competencia. Si eso significa que debe darle mi papel a alguien más, lo entiendo. Quiero decir, no quiero que usted lo haga porque creo que usted necesita a alguien que honre su compromiso. Y, vea usted, por eso tengo que irme, porque... tengo nueve niños con los que me comprometí. Sabe, tengo a toda una Isla que cuenta conmigo. Así que tengo que ir. —Explicó, gesticulando con sus brazos y llevándose la mano al corazón cuando dijo sus últimas palabras, para luego salir corriendo en dirección hacia la salida. 

  El hijo de Jafar, igual que Audrey, sonrieron. Pero solo el VK se levantó del suelo, con el café en su mano. 

— ¡Y yo me voy con ella! —Anunció el moreno. —Sin embargo, fue un placer estar aquí y los voy a extrañar a todos. —Exclamó, lanzando besos al aire antes de ir tras Evie.

— ¿Qué lamparas mágicas acaba de pasar? —Quiso saber el Genio, extrañado.

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Un paso más cerca, más cerca de la luz. 

 Ambos chicos de la Isla caminaban por las calles de Agrabah, desesperados, mientras la hija de Regina hacia aparecer sus chaquetas y todo su equipaje y hablaba con Carlos por teléfono.

— ¿Cuándo es su turno? —Quiso saber Evie, luego bebió un sorbo de su café.

—Están en el primer grupo después del almuerzo, pero no puedo encontrarlos. —Respondió el pecoso, quien estaba junto a Gothel y Ginny. 

—Okay, estoy volviendo. —Avisó la princesa malvada, tomando otro poco más de su café.

—Jamás llegaras a tiempo. —Le advirtió el descendiente de Cruella, pero la joven negó con la cabeza.

—Tenlos listos. Estaré ahí. ¡Te lo prometo! —Exclamó, finalizando la llamada y comenzando a correr por las calles, junto a Jay. Dio el ultimo sorbo a su café y lo arrojó a un cesto de basura con algo de torpeza. —Sígueme, tengo un plan que no puede fallar. 

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El menor de los core four soltó un suspiro, apartando la vista de su celular para entonces observar a la prima de Castiel, ambos estaban en el medio del vestíbulo junto con la villana de Corona. 

—Ginny, encuéntralos. —Ordenó el VK.

—Ya estoy en eso. —Dijo la pequeña, dándose la vuelta y corriendo hasta que los profesores la perdieron de vista. 

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  Dos motocicletas conducidas por Evie y Jay avanzaban por la carretera, mientras ellos usaban sus cascos. 

— ¿No podías haberle pedido prestada la limusina? —Quiso saber el joven ladrón. 

—Solo admítelo. Me amas. —Replicó su mejor amiga. 

—Me debes todo el dinero que vamos a gastar en gasolina, porque todo esto fue tu idea. —Le recordó el chico de cabello largo. 

— ¡A la ciudad de Auradon! —Gritó la mejor amiga de Mal, acelerando igual que Jay. 

No importa dónde estemos yendo, estaré a tu lado.

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Carlos y Madre Gothel estaban en el vestíbulo, perdiendo la cabeza, desesperándose más a medida que pasaban los minutos. 

—Hola, soy el rey Ben y ¡continuamos con el segundo día de la competencia! —Se oyó la voz del chico Bestia a través de los altavoces, mientras los dos profesores caminaban por todo el vestíbulo con las manos en sus caderas. —Los siguientes son el número 44, el número de producción grupal, el estudio de danza de Lost Hope. 

—Oh, por Lucifer. Oh, por Lucifer. Oh, por Lucifer. Oh, por Lucifer. —Exclamó la villana de Corona, perdiendo la paciencia. 

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  Pronto los dos chicos de la Isla se vieron atrapados en el tráfico, momento en el que la princesa malvada aprovechó para usar su celular. 

 Ella le envió un mensaje a Uma.

«Estoy volviendo a la competencia, por favor, ¡hablemos!»

— ¡E! ¿¡Puedes hacernos dejar de perder el tiempo y usar tu magia para teletransportarnos de una vez por todas!? —Le llamó la atención su mejor amigo, entonces la chica guardó su teléfono.

— ¡Puedo intentarlo! —Accedió la chica de cabello azul, concentrándose. —Noble corcel, fuerte y capaz, a Auradon nos llevarás. —Recito el encantamiento y ambos vehículos desaparecieron, solamente para reaparecer en la frontera de Auradon. 

Y todo lo que conocemos colisionó con todo lo que no conocemos.

— ¡Me refería a en la puerta de la competencia, demonios! —Protestó Jay, indignado.

Un paso más cerca. 

— ¡Lo siento! ¡El café y la ansiedad están afectando mi magia, no funciona de manera tan precisa! —Se disculpó la descendiente de Regina. — ¡Todavía podemos llegar a tiempo! ¡Andando! 

Vamos a estar bien.

  Y por última vez, aceleraron sin siquiera mirar atrás, tomando todos los atajos que la princesa malvada conocía para llegar más rápido. 

Unos minutos después, ambos detuvieron las motos frente al castillo y Evie se bajó de la suya, entregándole su casco a su mejor amigo. 

—Estaciónalas en donde puedas. —Le indico la princesa malvada. — ¡Adiós, J! —Se despidió antes de echarse a correr hacia la entrada. 

— ¡Ve! ¡Corre! ¡Tu puedes lograrlo! ¡Ve! —La alentó el hijo de Jafar, hasta que la vio entrar al palacio.

  La princesa malvada corrió velozmente.  

—Esta es la cuenta regresiva final...

—Disculpen, voy pasando. —Exclamó Evie, empujando a las personas que se interponían en su camino.

—...para el estudio de baile Lost Hope. 

 La hija de Regina se subió a las escaleras mecánicas. 

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  Madre Gothel y Carlos miraron sus celulares por ultima vez.

Porque aunque me arrastren las olas...

— ¡Oh, por Lucifer! ¡Oh, por Lucifer! ¡Oh, por Lucifer! —Se lamentó la villana que había secuestrado a Rapunzel, mientras caminaban de un lado a otro, de espaldas a las escaleras mecánicas que la VK bajó corriendo a toda velocidad; hasta que finalmente el pecoso la vio. 

...Me aferraré a ti.

— ¡Oh my gosh! —Exclamo De Vil, aliviado de verla, estirando una mano que su mejor amiga tomó inmediatamente. — ¡Estamos en nuestra cuenta regresiva! 

E incluso aunque te marches, estaré ahí para seguirte en la oscuridad, para perseguir tu corazón.

—Okay. —Dijo Evie, antes de que los tres comenzaran a correr hacia el backstage, al cual llegaron velozmente y la princesa malvada les abrió la puerta, los tres pasaron por el costado de varias bailarinas de Royalton. 

—Okay. Ellos deberían estar... —Comentó Madre Gothel, observando a su alrededor y dándose cuenta de que no había rastro de sus alumnos. —Oh no. 

— ¿Dónde están? —Preguntó la chica de cabello azul, mirando a su alrededor, igual que su mejor amigo. 

No hay distancia que pueda mantenernos alejados.

—No lo sé. —Dijo Carlos, mirando nuevamente su teléfono. —No lo sé. Yo estaba entrando en pánico, le hable a Ginny, le dije: "Encuéntralos", pero no fui... No le dije específicamente: "Tráelos al costado del escenario". 

No hay nada que no haría. 

 Evie dejó caer su brazo libre al costado de su cuerpo, frustrada, para luego llevarse la mano a la frente. 

Encontraré la manera de volver a ti. 

  Ahora si, luego de tantos contratiempos, finalmente Lost Hope lo había perdido todo.

 Pero entonces la puerta del backstage se abrió.

  Y por ella ingresaron las pequeñas bailarinas, junto a Hadie, Mal y Ginny.