032. A Little More.

❝I'm sorry that I've been emotions galore, am I crazy for wanting a little bit more? A little more of you, a little more, a little more of you, this feeling's hard to ignore, please say you'll never get bored, can you blame me for wanting a little bit more? A little more of you, a little more, a little more of you

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  Durante la tarde que tenían libre, Jade llevó a Evie y Jay a su estudio de danza, el Amatista. 

 Era un palacio remodelado, y una vez que llegaron al salón de baile, habían 9 niños esperándolos; pero solo 3 corrieron a saludar a su profesora.

Ahí estas, con tus alumnos de clase. Les enseñas cosas cada semana.

— ¡Buenos días, señorita Jade! —La llamaron los tres, rodeándola con sus brazos. — ¡Creímos que no vendría! 

No puedo evitar desear haberte conocido en ese entonces, pero supongo que te conozco ahora. 

—Hola, mis amores. —Los saludó la descendiente del Genio, correspondiendo a aquel abrazo para luego separarse y negar con la cabeza. —Solo se me hizo un poco tarde porque he traído compañía, pero no se preocupen, jamás los voy a dejar. 

Parece que hubiera tropezado con la palma de tu mano.

  Evie sintió una punzada en su pecho al oír eso, pero lo ignoró. 

Hey tú, señorita que llama a mi puerta, lamento haber estado llena de emociones. 

 Los pequeños entonces enfocaron su atención en los VKs.

¿Estoy loca por querer un poquito más?

—Chicos, permítanme presentarles a Sofi, una de nuestras alumnas que afortunadamente puede acceder a la educación en el reino. —Dijo Jade, entonces una niña de trencitas los saludo con la mano, gesto que los chicos de la Isla imitaron. El hijo de Jafar no pudo evitar pensar que aquella chica seguramente tenía la edad de Dizzy, sin embargo no lo dijo. —Ella es Lila, tiene muchas ganas de aprender. —Prosiguió, señalando a una pequeña de cabello corto.

Un poquito más de ti. 

—Hola bonita. —Murmuró la princesa malvada, agachándose para quedar a su altura. —Que hermoso cabello tienes. —Le dijo.

Un poquito más. 

—Gracias. Tenía mas, pero vendí el resto para poder comprar comida para mi familia. —Habló la menor en voz baja. Evie parpadeó varias veces, aquello no se lo había esperado. Los VKs pensaron que ella les recordaba a la pequeña Ariana. 

Un poquito más de ti. 

—Y él es Willie. —Comentó la profesora de Agrabah, señalando a un niño de cabello largo con gorrito de lana, quien le guiñó el ojo a la chica de cabello azul. —Él es hijo de una de las compañeras de Hazel, a él pudimos salvarlo cuando ella, Jasmine y yo logramos disolver los prostíbulos que habían aquí. —Les aclaró en voz baja para que los menores no la oyeran.

—Hola, campeón. —Lo saludó Jay, chocando los puños con él. — ¿Quieres un chocolate?

—Solo si es una moneda de chocolate. —Exclamó el pequeño, extendiendo una mano hacia el pecoso, quien alzó una ceja. —O varias. —Añadió luego de chasquear la lengua. 

—Me recuerda mucho a ti pero en versión miniatura. —Le susurró Evie a su mejor amigo, mientras él le entregaba dos monedas de chocolate al pequeño bailarín y a las niñas. 

—Es hora de que conozcan a los demás, vengan por aquí. —Les indicó Jade, caminando hacia donde estaba el resto de la clase. — ¡Atención, pequeños talentos, hoy tenemos a unos invitados muy especiales! ¡Ellos son Evie y Jay, de la Isla de los Perdidos! 

 Los niños comenzaron a aplaudir inmediatamente, logrando que los VKs se sintieran mas cómodos. Lila levantó la mano, y su profesora la señaló para que hablara.

— ¿Ella es la chica que está contigo en el musical de Broadway, señorita Jade? —Quiso saber la chiquilla, curiosa. La chica de Agrabah asintió con la cabeza. — ¿¡Y qué podemos hacer nosotros para llegar a Broadway!? 

 Jade observó a su amiga, esperando a que ella contestara, pero la descendiente de Regina no quería ser un mal ejemplo para estos niños; que aparentemente habían perdido bastante. 

—Tendrán que descubrirlo cuando lleguen ahí. —Se excusó Evie, acomodando un mechón de su cabello detrás de su oreja. —Ahora, que comience la clase. 

⋇⋆✦⋆⋇

 Por la noche, Hazel cubrió a Evie con una manta más para que no pasara frío en la cama de dos plazas que tenía en su habitación.

—Gracias, Haz. —Le dijo la chica de cabello azul.

—No es nada, Evs. —Exclamó la joven.

—Si quieres hablar en mitad de la noche, despiértame. —Intervino Audrey, quien ya estaba recostada en su respectiva cama.

—Si quieres hablar sobre la clase de baile de hoy, despiértame a mí. —Le dijo Jade, guiñándole el ojo.

—Si quieres que duerma contigo para que no tengas pesadillas, solo debes decirme. —Dijo Jay.

—Gracias, chicos. —Murmuró la VK, entonces Hazel apagó la luz.

—Buenas noches. —Exclamó Jade.

—Buenas noches.

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 Apenas eran las 23:27 de la noche cuando la princesa malvada seguía dando vueltas en la cama, sin poder dormir, así que tomó su celular para enviarle dos mensajes más a la chica de cabello turquesa.

«Realmente necesito hablar contigo».

«Uma, por favor regrésame las llamadas»

 Luego dejó su celular en la mesa de luz, para intentar conciliar el sueño, pero sabía que aquello no seria posible.

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 En plena madrugada, el celular de Regina sonó, despertando a la villana; quien encendió la luz y aceptó la llamada.

— ¿Hola? —Dijo la adulta.

—Estoy haciendo lo correcto, ¿no es así? —Preguntó Evie, quien había salido del cuarto de Hazel y Jade y se encontraba sentada en el pasillo para evitar despertar a los demás.

Este sentimiento es difícil de ignorar.

—Bueno, cariño, te has estado rompiendo el trasero por esto durante bastante tiempo. —Le recordó su madre.

Por favor, dime que nunca te aburrirás.

—Sí, quiero decir, finalmente alcancé mi sueño. Es el show perfecto, el rol perfecto. —Susurró la chica de cabello azul. —No lo sé, yo solo... Pensé que estaría más feliz.

¿Puedes culparme por querer un poquito más? 

—Sí. —Concordó Regina. —Ese es el problema con ser una perfeccionista. Nunca nada es suficientemente bueno. —Exclamó.

Un poquito más de ti.

—Sabes, continúo diciéndome a mí misma que soy una bailarina. —Habló la princesa malvada. —Esto es lo que se supone que debo hacer.

Un poquito más. 

— ¿Quién lo dice? —Replicó su progenitora. —Tú haces lo que tú instinto y tú corazón te dicen que hagas. Y si hay alguna parte de ti que piensa que hacer un gran show en Broadway va a hacer que tu papá regrese, puedes olvidarte de eso. No hay nada que puedas hacer para que él vuelva, porque no fue tu culpa que él se fuera en primer lugar. Él solo se marchó. Así que, sea lo que sea que decidas, asegúrate de que te haga sentir bien sobre quién eres. —Le dijo.

Un poquito más de ti. 

—Quiero decir... Esto es lo que siempre he querido ser. Sería estúpido no quererlo. —Comentó Evie en voz baja.

Dime que esto es lo mismo. 

—No dije "qué eres" dije "quién". —La corrigió Regina. —Y puedo pensar en nueve pequeñas razones por las que no sería tan estúpido.

Métete en mi cerebro, tal y como lo hiciste ayer. 

—Será mejor que vuelva a la cama, tengo ensayo mañana temprano. —Se apresuró a cambiar de tema su descendiente, aún sin saber qué hacer. —Gracias, mamá. Te quiero. Hablamos pronto. Que descanses bien. —Le dijo antes de cortar la llamada, para luego cerrar los ojos durante un par de segundos, intentando quitarse las dudas de la cabeza.

Supongo que lo entiendo ahora, parece como si me hubiera tropezado con la palma de tu mano. 

— ¿Te quedas dormida en todos los pasillos en los que te escabulles? —Se oyó una voz que la hizo abrir los ojos de repente, encontrándose con su mejor amigo en el umbral de la puerta del cuarto.

Hey tú, señor que me espera en la puerta. 

— ¡No me asustes así! —Le recriminó Evie, llevándose una mano al pecho, indignada. — ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

Lamento haber estado llena de emociones.

—Soy ladrón, no asesino serial. —Dijo Jay, elevando sus manos en señal de autodefensa. —No mucho, solamente lo suficiente para confirmar que la razón por la que te pusiste a llorar apenas cerraste la puerta de la limusina cuando dejamos la competencia no fue porque finalmente estabas cumpliendo tu sueño. —Respondió, tomando asiento a su lado.

¿Estoy loca por querer un poquito más? 

—He luchado por esto durante toda mi vida, ¿por qué me siento tan mal cuando finalmente pude alcanzar mi sueño? —Inquirió la princesa malvada, sin mirarlo.

Un poquito más de ti, un poquito más, un poquito más. 

—Porque tu sueño ya no es lo único que te importa, E. —Le dijo el joven ladrón. —Te importa la Isla. Te importan Mal y Carlos. Te importa Uma. Te importan esos niños que dejaste atrás, esos niños que te necesitan y te quieren. Te importa que tengan un buen futuro porque tú les hiciste darse cuenta de que pueden tener uno si están dispuestos a luchar por eso. —Añadió.

Este sentimiento es difícil de ignorar.

—Traicioné a todos los que me importan, Jay. Les di la espalda por esto. Me comprometí con ellos pero no pude cumplir mis promesas. —Le dijo Evie. —Tuve una oportunidad y la aproveché, sin pensar en que los destrozaría.

Por favor, dime que nunca te aburrirás. 

—Tú fuiste afortunada al tener oportunidades, así que quisiste darles oportunidades a los demás. —Replicó el moreno. —Mira, vamos al ensayo en unas horas, si no puedes soportar otro día más; te llevaré yo mismo mañana, ¿ok? —Sugirió.

¿Puedes culparme por querer un poquito más?

—Ok. —Accedió su mejor amiga, él le sonrió y ella le devolvió el gesto, unos segundos después el chico de cabello largo se levantó del suelo para regresar a la habitación; pero la joven se quedó allí durante unos segundos más, soportando la culpa antes de incorporarse para meterse en el cuarto. —Jay... ¿Puedes dormir conmigo, por favor? —Susurró antes de que el muchacho se metiera en su cama. Él asintió con la cabeza, dirigiéndose a su cama junto a ella y cubriéndose con las mantas para finalmente rodearla con sus brazos de manera protectora.

Un poquito más de ti, un poquito, un poquito más de ti. 

—Buenas noches, E. —Le susurró el joven ladrón.

Si, si, si, si, si, oh, si, si, si, si, oh, si, si, si, si, si, oh, si, si, si, si, si. 

—Buenas noches, J. —Murmuró Evie, sintiéndose a salvo entre sus brazos, así que no tardó mucho en quedarse dormida; igual que el VK.

Un poquito más de ti, un poquito, un poquito más de ti.

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