026. Little Me.

I'd tell her to speak up, tell her to shout out, talk a bit louder, be a bit prouder, tell her she's beautiful, wonderful, everything she doesn't see, you gotta speak up, you gotta shout out, and know that right here, right now, you can be beautiful, wonderful, anything you wanna be, little me

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  — ¿Yo? —Quiso saber el chico de cabello blanco y negro.

—Andando. —Insistió su mejor amiga, haciéndole señas a ambos para que se acercaran, pero Helena todavía seguía cruzada de brazos; en shock. —Sí, andando, pongan esos músculos a trabajar. —Dijo, así que los aludidos comenzaron a caminar hacia donde estaba ella. Kheaden empujó suavemente a Jay para que fuera más rápido, eso quería verlo.

Ella vive en la sombra de una chica solitaria.

—Ve, Helena, muévete. —Le susurró Dizzy, haciendo señas.

Su voz es tan tranquila que no escucharás ni una palabra.

—Es tu oportunidad. —Murmuró Ula.

Siempre está hablando, pero no puede ser escuchada.

—Ve, Helena, ve. —Habló Ginny en voz baja.

Lo puedes ver si captas su mirada.

—Es tu oportunidad. —Le dijo Freddie, así que la hermanita de Mal apresuró el paso hasta llegar a donde estaba la profesora.

Se que ella es valiente, pero esta atrapada en su interior.

—Esto es facilísimo. Okay. —Aseguró la chica de cabello azul, mientras Helena se colocaba de espaldas para desabrocharse la chaqueta que traía puesta, quitándosela y dejándola en el suelo para entonces girarse y acomodar su cabello mientras sonreía, luego escondió las manos detrás de su espalda. Jay aún miraba a la pequeña, quien luego volvió a cruzarse de brazos, mientras Evie observaba a su alumna y luego al VK con atención. — ¿Saben lo que tienen que hacer? —Dudó, ambos asintieron con la cabeza.

Asustada de hablar, pero ella no sabe por que.

—Entonces, cuando estén listos. —Les indicó Carlos desde su lugar mientras la hija de Regina retrocedía un poco.

Ojala supiera en ese entonces lo que se ahora.

La hija de Hades dejó caer los brazos a los costados de su cuerpo antes de avanzar hacia el adolescente, quien no tardó en levantarla, todos comenzaron a festejar.

Desearía, de alguna manera, poder retroceder en el tiempo y tal vez escuchar mi propio consejo.

—Helena, mantén tu centro, estira tus pies. —Le indicó Evie.

Le diría que hable, le diría que grite, que hable un poco mas alto, que sea un poco mas orgullosa.

—Jay, bloquea tus codos. —Intervino De Vil, el joven ladrón hizo lo que él le pidió, avanzando un poco. —Ahí lo tienen. No lo pierdan. ¡Ooh!

Le diría que es hermosa, maravillosa, todo lo que ella no ve.

—Lo tienen. Perfecto. —Dijo la princesa malvada con una sonrisa victoriosa. —Okay. Helena, mantén tu centro. No lo pierdas. Con cuidado, ponla de nuevo en el suelo. Con cuidado. Helena, mantén tu centro, mantén tu... No lo pierdas, no lo pierdas. No lo pierdas. No. —Añadió al ver que ambos comenzaban a tambalearse y la menor comenzaba a perder el equilibrio, entonces un corpiño de silicona cayó al suelo, inmediatamente Jay bajó a la Princesa del Inframundo; quien se abrazó a sí misma con vergüenza.

Tienes que hablar, tienes que gritar, y saber que en este preciso momento, puedes ser hermosa, maravillosa, todo lo que quieras ser, pequeña yo...

Todos se quedaron callados, excepto Kheaden, quien comenzó a reír.

Si, tienes mucho tiempo para actuar acorde a tu edad.

— ¿Eso cayó de tu sándwich? —Se burló el hijo de Morgana, señalando el objeto. La pequeña retrocedió inmediatamente.

No puedes escribir un libro de una sola pagina, las agujas del reloj solo giran en un sentido.

— ¡Hey! —Le recriminó la chica de cabello azul, mientras Mal se levantaba de su asiento con sus ojos brillando. El VK empezó a imitar el sonido de una gallina. — ¡Detente!

Corre muy rápido y arriésgalo todo.

— ¿Puedes parar? —Gruñó Carlos, apretando los puños y mirándolo con desaprobación. En ese momento, la hermana de Mal aprovechó aquella distracción para tomar su chaqueta y salir corriendo del granero, logrando captar la atención del descendiente de Cruella. — ¡Helena!

No puedes estar asustada de caer.

— ¡Helena! —La llamó Mal, dándole un empujón al estúpido de Kheaden, sus ojos dejaron de brillar. Observó al joven ladrón, haciéndole una señal con la cabeza para que se encargara de aquella basura, su mejor amigo asintió con la cabeza y ella corrió hacia la salida del granero con la esperanza de alcanzar a su pariente.

Te sentías tan grande, pero lucías tan pequeña.

— ¡Helena, espera! —Alzó la voz Evie, yendo tras su mejor amiga.

Ojala supiera en ese entonces lo que se ahora.

—Eres un idiota. —Le gruñó Uma, mientras el hijo de Morgana todavía seguía riendo. La pirata chasqueó los dedos y sus dos mejores amigos se aproximaron a él, igual que Jay, Hades y Carlos. El imbécil dejó de reír, sintiéndose intimidado.

Desearía, de alguna manera, poder retroceder en el tiempo y tal vez escuchar mi propio consejo.

Harry le puso el garfio en el cuello.

Le diría que hable, le diría que grite, que hable un poco más alto, que sea un poco más orgullosa.

— ¡Esperen! —Los interrumpió Madre Gothel. —No le hagan nada frente a las nenas, encárguense de él en otro lugar.

Le diría que es hermosa, maravillosa, todo lo que ella no ve.

— ¡Helena! —Gritó la princesa malvada, deteniéndose al lado de su mejor amiga, colocando una mano en su hombro. Ambas suspiraron, pues acababan de perderla de vista.

Tienes que hablar, tienes que gritar, y saber que en este preciso momento, puedes ser hermosa, maravillosa, todo lo que quieras ser, pequeña yo...

—Tenemos que encontrarla, E. —Dijo la ojiverde con desesperación. —Es peligroso que ande corriendo sola por las calles.

Pequeña yo...

—Lo haremos, M. —Prometió la descendiente de Regina. — ¿Tienes idea de a dónde fue? —Dudó, preocupada.

—Puede estar en varios lugares. —Le contestó la hija de Hades, pasando una mano por su cabello. —Jamás la encontraremos antes de que anochezca si caminamos por toda la Isla.

—Estoy usando mis zapatos cómodos, M. —Dijo Evie, guiñándole el ojo, tratando de calmarla. —Pero no iremos caminando. —Replicó, entonces ambas se dieron la vuelta para regresar al interior del granero.

— ¿¡Dónde está Helena!? —Quiso saber Hadie, quien ahora abrazaba a Audrey.

—La perdimos de vista pero la encontraremos. —Prometió Mal, intentando calmarse. El menor la miró y abrió la boca. —Y no puedes venir con nosotras.

Te diré una cosa que me gustaría decirle a ella.

—Carlos, Aud, Gothel; están a cargo hasta que volvamos. Quédense aquí a cuidar de los VKs y terminar los trajes. Jay, Hades, Gil; Harry, saquen a ese gusano de mí territorio. Mamá, necesito las llaves de la camioneta, por favor. —Ordenó la princesa malvada, todos asintieron y Regina sacó las llaves de su bolsillo para arrojárselas a su descendiente, quien las atrapó en el aire. —Volveremos pronto y todo estará bien. —Prometió antes de abandonar nuevamente el granero con su mejor amiga, corrieron hasta llegar al vehículo en el que se adentraron, el tiempo corría y debían encontrar a Helena antes de que algo le sucediera.

Le diría que hable, le diría que grite, que hable un poco más alto, que sea un poco más orgullosa.

⋇⋆✦⋆⋇

Le diría que es hermosa, maravillosa, todo lo que ella no ve.

  Luego de revisar la guarida de Hades y el parque, sin tener éxito alguno, la camioneta se detuvo en un pequeño valle sombrío; ambas VKs descendieron del auto.

Tienes que hablar, tienes que gritar, y saber que en este preciso momento, puedes ser hermosa, maravillosa, todo lo que quieras ser, pequeña yo.

— ¡Helena! —Gritó Mal, caminando por el territorio.

Pequeña yo...

— ¡Helena! —La llamó Evie, observando a su alrededor. Hasta que las dos oyeron sollozos y se metieron en el interior del valle, logrando encontrar a la menor sentada bajo un tronco caído, abrazando sus piernas y llorando. Las mejores amigas solo tuvieron que observarse para darse cuenta de que estaban pensando en lo mismo, así que las dos tomaron asiento a cada lado de la pequeña, la princesa malvada simplemente asintió. La entendía. —Ven aquí. —Le susurró, antes de que ambas la abrazaran, dejándola desahogarse y acariciando su cabello para calmarla.

Puedes ser hermosa, maravillosa, todo lo que quieras ser, pequeña yo.

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