❝We gotta be bold, we gotta be brave, we gotta be free, we gotta get loud, making that change, you gotta believe, woah, we'll look deep inside, and we'll rise up and shine, we can be bold, we can be brave, let everyone see, it starts with you and me❞

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  Al otro día, la tormenta seguía, pero eso no había impedido que la clase de baile se realizara. No podían perder tiempo, y eso era algo que todos tenían bastante presente.

Mirando hacia ayer, creí que lo había dado todo. 

—Manos en las caderas. Aquí vamos. —Anunció Madre Gothel, aplaudiendo, mientras Evie tenía una mano en su cadera; luciendo su chaqueta roja. Carlos estaba a su lado, con una chaqueta blanca, prestando atención. Ula y Ari estaban tomando un descanso en el sector de padres, ya que las muchachas mayores estaban practicando la coreografía que habían aprendido. — ¡Y uno, dos, tres; cuatro, cinco y seis, siete; ocho. Uno, dos, tres; cuatro, cinco, seis; siete, arriba, abajo!

Pero todavía hay mucho camino por recorrer.

Las VKs saltaron varios baldes que estaban en el medio del salón y cayeron arrodilladas en el suelo, terminando la rutina.

  Todos observaron a Evie y Carlos, expectantes.

Cuando te mire a los ojos, supongo que no reconocí lo que somos y todo lo que podemos ser.

—Eso... —Comenzó a decir la princesa malvada, mirando a sus alumnas, luego a los adultos que los acompañaban; a Hadie, Ula y Ariana, a Jay, Mal y Uma y finalmente a las VKs que aún estaban en el suelo; esperando su veredicto. —...no apestó.

A veces es difícil encontrarte a ti misma, pero vale la pena al final, porque en tu corazón es en donde todo comienza.

— ¡No apestamos! —Gritó Dizzy, levantándose del suelo junto a las demás y comenzando a saltar en su lugar mientras todas chillaban.

Tenemos que ser audaces.

— ¡Whoo! —Alzó la voz Madre Gothel, mientras los adultos aplaudían y los menores festejaban. Mal, Uma y Jay chocaron puños, Carlos le sonrió a Evie; viendo cómo sus alumnas se daban un abrazo de grupo. Dude movía la cola con entusiasmo, gritando también.

Tenemos que ser valientes.

— ¡No apestamos! —Chilló Harper, feliz.

Tenemos que ser libres.

— ¡Ellas no apestan! —Repitieron De Vil y la villana de Corona, mientras que la chica de cabello azul trataba de mantener la compostura.

Tenemos que ser ruidosos, haciendo ese cambio.

—Está bien. ¡Volvamos al uno! —Pidió la descendiente de Regina, entonces las chicas se apartaron para poder correr a sus puestos.

Tienes que creer.

— ¡No apestamos! —Exclamó Celia, feliz.

Y nos levantaremos y brillaremos.

— ¡Aún apestan un poquito! —La corrigió Evie, divertida. Estaba por decir algo más cuando un pedazo de techo se cayó, provocando un gran estruendo y que todos retrocedieran, gritando.

Podemos ser audaces.

—Está bien. —Murmuró Hades, tratando de calmar a su hijo, que se aferraba a él.

Podemos ser valientes.

—Okay, entonces, uh... O sea; no podemos bailar aquí... —Habló Madre Gothel, haciendo señas. —Ahora, ¿qué es lo que hacemos?

Dejen que todos vean...

Freddie alzó las cejas, intercambiando miradas con sus amigas.

...Que empieza contigo y conmigo.

—La clase terminó, obviamente. —Les aclaró el pecoso, decepcionado.

—Vamos. —Habló Freddie, haciéndole señas a las demás, comenzando a correr hacia la salida.

Que empieza contigo y conmigo.

— ¡Vamos, vamos! —Gritaron las otras niñas, yendo tras ella.

—Esperen, ¿a dónde van? —Dudó Carlos, confundido.

— ¿A dónde van todas? —Inquirió Evie, sin entender nada.

Que empieza contigo y conmigo.

— ¡Al parque! —Respondieron las VKs, mientras sus familiares se levantaban para ir tras ellas, al igual que sus tres profesores.

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Las gotas de lluvia caían por el parque sin parar, mientras que las niñas –quienes estaban abrigadas para no enfermarse– saltaban en los charcos y jugaban, felices.

Los demás se refugiaban debajo de sus paraguas, viendo como las VKs disfrutaban. Ari corrió a unirse a ellas, quienes comenzaron a bailar, provocando que los demás rieran.

Las pequeñas se subieron al carrusel y comenzaron a girar, Evie observó con atención la enorme sonrisa de Dizzy y no pudo evitar sonreír también, mientras ellas jugaban.

— ¡No apestamos! —Gritaron las menores, observando hacia el cielo.

La princesa malvada sonrió, elevando la mirada, y en ese preciso momento Uma la observó desde su lugar. Se veía hermosa, siendo verdaderamente alegre. Cuando sus miradas se reencontraron, volvieron a sonreírse con timidez.

Hay algo especial que he aprendido, es que juntos podemos cambiar el mundo, todos tenemos algo que podemos aportar.

—There's something special that I've learned... —Empezaron a cantar Carlos y Evie, mientras ella tomaba una de sus manos. —It's together we can change the world, everybody's got something that they can bring.

Cuando miras hacia tu interior, ¿desearías ser alguien mas? Pero tu eres quien necesitas ser.

—When you take a look inside yourself, do you wish that you were something else? —Se les unieron Mal y Jay, mientras la ojiverde colocaba su cabeza en el hombro del ladrón. —But who you are is who you need to be...

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A veces es difícil encontrarte a ti misma, pero vale la pena al final, porque en tu corazón es donde todo comienza.

  Una media hora más tarde –porque la tormenta estaba empeorando bastante–, los adultos decidieron que lo mejor sería que todos regresaran a sus respectivos hogares, así que reunieron a las niñas –y a Hadie– y empezaron a caminar por la plaza.

Tenemos que ser audaces, tenemos que ser valientes, tenemos que ser libres.

Las niñas aún estaban emocionadas porque todo el esfuerzo que habían puesto en el baile había valido la pena, y los villanos hablaban entre ellos mientras Uma llevaba en sus brazos a su hermanita que se había dormido, los VKs iban tras ellos; caminando más lento.

Tenemos que ser ruidosos, haciendo ese cambio.

—Ula mejoró mucho desde que la volví a ver por primera vez. —Dijo Evie, sosteniendo su paraguas con una mano. —Ahora se sabe atar los zapatos de baile, ha trabajado tan duro en sus movimientos que merece estar adelante cada vez que baila.

Tienes que creer. Nos levantaremos y brillaremos. 

La ojiverde no pudo evitar sonreír al escuchar como su mejor amiga hablaba de la hermanita de Uma.

Podemos ser audaces.

—Claro que lo ha hecho, ser vista es lo que merece. —Concordó Mal, mirando de reojo a la VK adolescente –que estaba delante de ellos, lo suficientemente cerca como para oírlos–, cargando a la menor en sus brazos.

Podemos ser valientes.

—Es una pena lo que pasó con el estudio, si ya no pueden practicar ahí, ¿qué pasará con la competencia? ¿Qué hay de sus sueños? —Dudó Jay, para luego presionar sus labios.

 Deja que todos vean que empieza contigo y conmigo.  

—No podemos volver ahí y arriesgarnos a que el techo se caiga en nuestras cabezas, es un peligro que no estoy dispuesto a correr. —Replicó el hijo de Cruella, para luego suspirar hondo. —Odio decirlo pero no podemos cumplir sus sueños, tenemos que retirarnos de la competencia.

Empieza contigo y conmigo.

— ¿¡Estás loco!? ¡No voy a rendirme! ¡No vamos a rendirnos! Estamos muy cerca de lograrlo, tiene que haber otra manera de solucionar esto. —Dijo la princesa malvada, negando con la cabeza. —Me comprometí con esas niñas, me comprometí con ustedes, la Isla entera cuenta conmigo y no pienso decepcionarlos de nuevo.

Empieza contigo y conmigo.

—Carlos y yo podríamos tratar de arreglar el estudio, pero el daño es bastante y no va a estar listo para antes de la competencia. —Sugirió el joven ladrón, haciendo una mueca de disgusto. —Tendrían que encontrar otro lugar donde puedan bailar durante estos días. —Añadió.

Si todos hacemos nuestra parte, sabemos que ese puede ser el comienzo para lograr la diferencia que necesitamos, si.

—Puedo preguntarle a papá si los deja usar el campo de entrenamiento mientras los Wicked Serpents practican, al menos hasta que consigamos otro estudio. —Propuso la Princesa del Inframundo.

Prometo que podemos resolver esto.

—Es buena idea, no tenemos tiempo que perder. —Admitió el pecoso, mirándolos con una sonrisa. —Somos una familia. Hemos pasado por mucho estando juntos, no vamos a terminar con eso ahora.

Prometo que podemos ver mas allá de esto.

—Porque somos malos... —Dijo la chica de cabello morado, extendiendo su brazo libre hacia adelante, con el puño cerrado.

¿No sabes que no depende de mi?

Los tres VKs restantes imitaron su acción.

Depende de ti y de mi.

—De corazón.