013. Shake It Off.

❝I keep cruisin', can't stop, won't stop movin', it's like I got this music in my mind, saying it's gonna be alright, 'cause the players gonna play, play, play, play, play, and the haters gonna hate, hate, hate, hate, hate, baby, i'm just gonna shake, shake, shake, shake, shake, I shake it off, I shake it off, heartbreakers gonna break, break, break, break, break, and the fakers gonna fake, fake, fake, fake, fake, baby, I'm just gonna shake, shake, shake, shake, shake, I shake it off, I shake it off❞

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Me quedo despierta hasta tarde, no tengo nada en mi cerebro, eso es lo que la gente dice, eso es lo que la gente dice.

—Primera posición. —Les indicó Evie, mientras las niñas sostenían pelotas –aquella fue idea de Carlos, ya que la princesa malvada había sugerido a modo de broma que usaran bolsas de basura; lo cual claramente su mejor amigo descartó–; luego alzó sus brazos por encima de su cabeza. —Quinta posición. —Añadió, mientras las menores la imitaban.

  Madre Gothel se acercó a su descendiente para ayudarla a elevar correctamente la pelota.

—Eso es un buen port de bras, ¿lo ven? —Exclamó Carlos, con una sonrisa y su pistola de agua en su mano derecha, por si tenía que poner a su mejor amiga en su lugar.

—No puedo ver nada. —Se lamentó Ari, cuya pelota le cubría el rostro.

—Veinte. —Ordenó la descendiente de Regina, señalándola. La pequeña VK dejó caer la pelota y se puso a hacer flexiones.

—Ok, lo están haciendo genial. —Las felicitó el pecoso. —Cuarta posición.

 Inmediatamente las pequeñas VKs  dejaron caer sus brazos derechos al costado de sus cuerpos, soltando sus pelotas para hacer lo que él les había pedido y fueron a buscarlas.

—De nuevo. —Dijo Evie.

Voy a demasiadas citas, pero no puedo hacer que ninguna se quede, o al menos eso es lo que la gente dice, eso es lo que la gente dice.

—Una vez más y nos tomaremos un descanso. —Aclaró De Vil. —Y en el descanso hay... ¡galletitas horneadas por mí, con chocolate que me traje de Auradon! Sé que no saben qué es pero les encantará.

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  Otro día, Carlos bailaba junto con las niñas, mientras que Madre Gothel estaba sentada junto a Evie; quien estaba parada, dirigiendo la coreografía.

—Paso, battement. Battement. —Dijo la chica de cabello azul. —Lado. Atrás. Paso, battement. Frente.

 Y entonces Hades entró al estudio, sosteniendo a su hijo de la mano, para luego soltarlo y doblar las rodillas para quedar casi a su altura.

—Bien, te veo esta noche, ¿si? Pórtate bien, no hagas muchos desastres. —Le indicó el Dios, haciendo señas por costumbre.

—Lado. —Continuó Evie, girando la cabeza al notar a los recién llegados.

Pero sigo saliendo, no puedo, no voy a dejar de moverme, es como si tuviese esta canción en mi cabeza diciéndome "Todo va a estar bien".

—Adiós papá. —Se despidió el menor, mientras se dirigía hacia un rincón para sentarse ahí, colocando su mochila en el suelo. Dude corrió hacia él, moviendo la cola con alegría.

Porque los jugadores van a jugar, jugar, jugar, jugar, jugar.

—Helena, te amo. —Mencionó Hades, dirigiéndose hacia su pequeña y arrojándole un beso.

—Entrenador. Esta no es una guardería. —Lo regañó la princesa malvada, seria.

—Bien, ¡hasta luego! —Se despidió el padre de Mal, arrojándoles más besos a sus dos descendientes y luego corriendo hacia la salida.

Y los haters van a odiar, odiar, odiar, odiar, odiar.

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  En otra clase, los VKs habían permitido que los padres que pudieran –y quisieran– presenciaran la práctica, para poder ayudar a sus hijas en casa. Así que habían preparado un sector especial para padres, en donde Drizella estaba sentada, anotando los pasos en una libreta.

 Las menores volvían a practicar con las pelotas, excepto Ariana, quien hacia flexiones y Carlos le daba una muñeca voodoo nueva a medida que hacía cinco.

—Primera posición. —Exigió Evie, quien también tenía una pelota para demostrar el ejercicio. —Quinta posición. —Pidió, mostrando como era la posición, las niñas la imitaron.

Cariño, yo solo voy a sacudir, sacudir, sacudir, sacudir, saducir.

  Hadie, quien estaba sentado en una de las ventanas, también tenía una pelota.

—Quinta posición. —Repitió el joven, prestando atención, mientras que Dude se encontraba haciéndole compañía.

—Posición del muerto. —Exclamó el perro, echándose en el suelo y sacando la lengua, fingiendo una muerte. Hadie no pudo evitar reír.

—Cuarta posición. —Dijo la princesa malvada, haciendo la demostración.

Lo sacudiré, lo sacudiré.

—Cuarta posición. —Repitió el hermanito de Mal, viendo cómo todas soltaban las pelotas.

—Diecinueve, y... veinte. —Enumeró Carlos, sonriendo con orgullo cuando Ari terminó de hacer flexiones, la ayudó a levantarse y chocó los cinco con ella. —Muy bien, pequeña. Ahora, todas lo harán de nuevo y tú te unirás a ellas, ¿ok? Tú puedes.

 La menor asintió con la cabeza y corrió a su lugar asignado para la coreografía, el pecoso le arrojó la pelota y le guiñó el ojo.

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  Durante una clase más, Evie había permitido que las mayores descansaran contra la pared, mientras Hadie dibujaba, la madre de Dizzy las observaba junto a Jay, Mal y Madre Gothel y la joven bailarina junto a su mejor amigo trataban de ayudar a las menores del grupo.

— ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? —Dijo Evie, tomando uno de los brazos de Ariana y otro de Ula. —Brazos de fideos. Con estos brazos de fideos, ustedes se despiden de las nacionales. Adiós. Adiós. Una bailarina nunca puede tener los brazos tan débiles. Las dos, 20 flexiones cada una, ahora.

 Las menores la obedecieron.

Los rompecorazones van a romper, romper, romper, romper, romper.

— ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? —La imitó Carlos, divertido, antes de apuntarle con la pistola de agua y mojar su rostro rápidamente. — ¡Oh no! ¡Es maquillaje corrido! Con ese maquillaje corrido, te despides de la posibilidad de reconquistar a Uma. Adiós. Adiós. Una bailarina nunca puede tener el maquillaje corrido. 50 flexiones, E, ahora. —Le indicó, la joven bailarina alzó una ceja pues no podía estar hablando en serio, pero cuando el pecoso la apuntó con la pistola de nuevo; la chica de cabello azul se dispuso a hacerle caso.

Los falsos van a fingir, fingir, fingir, fingir, fingir.

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  En otra clase, la hija de Úrsula había tenido la oportunidad de escaparse de su trabajo –gracias a Harry, que cubría su turno– para poder ir al estudio de danza.

—Giro. Giro. Giro. —Habló Evie, viendo como las menores le hacían caso, hasta que los anteojos de Dizzy cayeron al suelo.

— ¡Mis anteojos! —Se lamentó la pelirroja, tomándolos y colocándoselos rápidamente.

—Tienes que mirar a un punto fijo, como no lo estás haciendo, te estás mareando. —Le explicó la princesa malvada, mientras Madre Gothel hacía señas para indicarles lo que estaba diciendo. El hijo de Cruella sonrió al ver la manera pacífica en la que su mejor amiga estaba explicando mejor las cosas. —De nuevo. —Dijo, posicionándose frente al espejo para que la vieran, al igual que el pecoso.

—Prepárense. —Habló De Vil, observando por el reflejo del espejo como las niñas imitaban todas sus acciones. —Pirouette. Y giro. Giro. Giro. —Les recordó, mientras Drizella y Hans anotaban los movimientos en sus respectivas libretas, desde el sector de padres.

 Hadie jugaba a los soldaditos con Dude, sentado entre Uma y su padre.

  Y de repente Dizzy se tropezó con Helena, haciendo que ambas cayeran al suelo.

 La chica de cabello turquesa presionó sus labios al ver eso.

Dedos, Dizzy. —Les llamó la atención Evie, con ambas manos en sus caderas. —Eso es exactamente por lo que están atrás.

 Las susodichas la observaron.

—Pero eso no significa que siempre lo estarán, solo tienen que dar lo mejor de ustedes y bailar con el corazón, además cada caída es una oportunidad para levantarse y seguir luchando. —Intervino Carlos, acercándose a ellas para ofrecerles sus manos para ayudarlas a incorporarse del suelo. — ¿No se lastimaron? —Dudó, preocupado, las jóvenes negaron con la cabeza.

Cariño, yo solo voy a sacudir, sacudir, sacudir, sacudir, sacudir. Lo sacudiré, lo sacudiré.

— ¿Cuántas veces debo decirles esto? Tienen que practicar en casa. —Les recordó la princesa malvada, para luego hacer contacto visual con Uma y hacerle una seña para que ella comprendiera que la estaba observando. La brujita del mar asintió con la cabeza y luego intercambió miradas con el Dios del Inframundo, luego ambos volvieron a prestar atención a la clase. —De nuevo. Prepárense.

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