010. Salute.

Ladies all across the world, listen up, we're looking for recruits, if you're with me, let me see your hands, stand up and salute, get your killer heels, sneakers, pumps or lace up your boots, representing all the women, salute, salute.

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—Oh por Lucifer, me moriré si llegamos a las nacionales y conozco a Astrid Beast. La vi en La Princesa de Auradon diez veces. Tiene un cabello hermoso. Quisiera acariciárselo y luego robárselo, tal vez tenga propiedades mágicas como el de Rapunzel, tal vez esté conectado a la Rosa de Auradon. —Exclamó Madre Gothel, mientras Evie y ella esperaban a que las niñas llegaran. Justo en ese momento, Celia, Helena y Freddie ingresaron al estudio y las hermanas dejaron sus mochilas encima de las sillas; para luego pasar por delante de ellas. — ¡Oh! Princesitas voodoo, ¿tienen los permisos para la competencia? Porque si no es así, puedo pasar por el arcade del Dr. Facilier.

Las hermanas intercambiaron miradas.

—Eso no será necesario. —Intervino Freddie, negando con la cabeza. —Los tenemos. Están en mi mochila.

—Oh, perfecto. —Dijo su profesora, feliz.

—Ce, ve a sentarte con Helena, yo me encargo de esto. —Exclamó la mayor, haciendo señas para que su amiga la entendiera, ambas obedecieron y se dirigieron hacia donde estaba el resto del grupo; mientras que la primogénita del Hombre Sombra abría su mochila para buscar lo que necesitaba.

Justo en ese momento, el hijo de Jafar ingresó al lugar, junto a un niño pequeño.

—Hola, el entrenador me pidió que dejara a Hadie. —Exclamó Jay, sonriendo, mientras el hermano de Mal buscaba un lugar en donde podría estar cómodo. —Y tenía la esperanza de que no te fueras, es una suerte que traje esto para devolvértelo, E. —Añadió, acercándose a ella y sacando un arete de un pequeño espejo mágico.

—Dijiste que no ibas a quitarme nada, tarado. —Mencionó la hija de Regina, dándole un golpe amistoso en el brazo, para luego reír y tomar el accesorio. —Pero gracias por traerlo.

—Necesitaba una garantía de que no te marcharías. —Se defendió el moreno, divertido.

  Helena dirigió su vista hacia los recién llegados y luego saludó con la mano a su pariente, pero suspiró cuando hizo contacto visual con el joven ladrón, que luego se retiró y la menor sonrió. Harper, quien estaba detrás de ella, apoyó su mentón sobre el hombro de la pequeña diosa y comenzó a hacer sonidos de besos para molestarla. Helena simplemente se sacudió varias veces para quitársela de encima, tratando de ocultar su pequeña sonrisa.

—Hola, Hadie. —Lo saludó Madre Gothel, mientras el menor se sentaba en el suelo y se quitaba la mochila que llevaba en la espalda.

—Hola. —Murmuró el niño.

— ¿Cómo estuvo tu día? ¿Te divertiste? ¿Tuviste recreo? —Lo interrogó la adulta, mientras Freddie tomaba un bolígrafo que había en la mesa y falsificaba la firma de su padre en ambos papeles para luego dejar el bolígrafo en la mesa y caminar hacia la villana de Corona para entregarle lo que le había pedido. —Oh, gracias, enana. —Dijo antes de dejar los dos encima del piano, mientras la niña caminaba hasta donde estaban sus amigas para sentarse junto a ellas.

Evie comenzó a acercarse a las pequeñas VKs mientras que Madre Gothel le hacía una seña a Hadie para recordarle que debía mantenerse en silencio.

Señoritas alrededor de todo el mundo, escuchen, estamos buscando reclutas.

—Bien, señoritas, escuchen. —Les llamó la atención la chica de cabello azul, dando un pequeño aplauso; mientras la otra adulta comenzaba a interpretar las señas para que Helena pudiera comprender. —De alguna manera, aún seguimos en esto. Pero, por favor, no nos engañemos a nosotras mismas. Todavía tenemos mucho trabajo que hacer.

—Solo necesitamos continuar saliendo terceras para seguir en la competencia. —Comentó Harper.

  La hermanita de Mal comenzó a hacer señas.

— ¿Cómo vamos a hacer eso? —Le tradujo Celia.

— ¿Puedes explicar cómo pasamos a la siguiente ronda? Quiero decir, ¿cómo acumulamos puntos? —Dudó Ginny, tímida.

—Gi, cariño, es el promedio ponderado. Hay números de grupo y solos... —Empezó a hablar Madre Gothel.

—Solo hagan exactamente lo que yo digo y pasaremos. ¿Me han entendido? —Intervino Evie, tratando de no perder la paciencia tan rápido. Nadie contestó. —Ahora, antes de que empecemos, hay tres reglas básicas. Regla número uno: concentración. Claramente, nadie les enseñó eso. Sin ofender, señorita Gothel.

—Oh, me han dicho cosas peores, querida. —La tranqulizó la villana de Corona.

—Así que, de ahora en adelante, cualquiera que hable sin mi permiso tendrá que hacer 20 flexiones. —Dijo Evie, causando que las VKs rieran, pues eso era absurdo. La joven bailarina rió falsamente. —No estoy bromeando.

Las menores se callaron.

Número dos: compromiso. —Se atrevió a continuar la chica de cabello azul, caminando frente a ellas. —Una bailarina sin técnica no es nada. Así que ahora mismo, ustedes no son nada.

  Madre Gothel elevó ambos pulgares y forzó una sonrisa, Helena arrugó la nariz.

Número 3: Hagan. Exactamente. Lo. Que. Yo. Digo. ¿Me han entendido? —Prosiguió la joven bailarina. Hubo un silencio realmente incómodo en aquel estudio. — ¿Me han entendido? —Repitió, elevando un poco la voz.

—Sí, señorita Evie. —Contestaron las menores, y Hadie.

Si estas conmigo, déjame ver tus manos, levántate y saluda.

—Todas, vayan a la barra. —Ordenó la descendiente de Regina, todas comenzaron a incorporarse.

—Sí, señorita Evie. —Dijeron, mientras caminaban hacia donde la VK les había indicado, tomando la barra con una mano.

Consigue tus tacones altos, zapatillas, zapatos de tacón o ata tus botas.

Ariana dejó su muñeca voodoo junto a ella, colocándose frente a su progenitora.

—Mami, ya olvidé cuál es la regla número uno. —Murmuró la pequeña.

— ¡Sin hablar! —Le recordó la chica de cabello azul.

—Oh, sí. —Susurró la menor, avergonzada.

Representando a todas las mujeres, saluda, saluda.

—Haz 20 flexiones. Ahora. —Exigió la descendiente de Regina.

—Sí, señorita Evie. —Accedió Ari y la obedeció, mientras su madre comenzaba a contar las flexiones en voz baja.

Es lo que somos, no necesitamos camuflaje.

—Tenemos dos semanas para la competencia. Dos semanas. Dos. —Les recordó la joven bailarina, elevando dos dedos de su mano mientras caminaba frente a sus alumnas. Dizzy se cruzó de brazos, Harper colocó una mano en su cadera. —No es mucho tiempo para ponerlas en forma, así que de ahora en adelante, a menos que estén durmiendo; o en la escuela, ustedes estarán aquí. Practicando. Día y noche. —Dijo, uniendo sus manos, justo cuando Ari terminó de hacer flexiones.

Es la federación femenina y nos vamos.

—Mano izquierda en la barra. —Les indicó Evie, las chicas le hicieron caso, y la joven bailarina observó a su profesora. —Señorita Gothel, cuente.

Si estas conmigo, niña, déjame oírte decir: Señoritas alrededor del mundo, escuchen, estamos buscando reclutas.

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  A las ocho y cuarenticinco de la noche, las menores aún seguían practicando.

—Y a un lado, y al frente. Y a un lado y atrás, a un lado y al frente. —Les indicó la villana de Corona. —Sigan. A un lado.

—Ritmo. —Habló Evie, con ambas manos sobre la barra, observando a las pequeñas bailarinas con atención. —Háganlo de nuevo. —Les exigió.

Si estas conmigo, déjame ver tus manos, levántate y saluda.

Las jóvenes VKs suspiraron, estaban agotadas.

—Tal vez deberíamos tomar un pequeño descanso. —Sugirió Madre Gothel.

—Ellas tienen cinco minutos a las 9 p.m. —Le recordó la chica de cabello azul, seria.

—Bien. —Accedió la dueña del estudio, colocando ambas manos en sus caderas y soltando un suspiro.

Consigue tus tacones altos, zapatillas, zapatos de tacón o ata tus botas.

—Sientan el ritmo. Sientan la maldad corriendo por sus venas. —Exclamó la hija de Regina. —No hay síncopa aquí.

— ¿Se acabaron las copas? —Dudó Ariana, confundida.

—Tú. —La señaló Evie, para luego señalar hacia un rincón. —Flexiones. Ahora.

—Sí, señorita Evie. —Accedió la menor, dirigiéndose hacia un costado, mientras la adolescente caminaba hacia ellas y se llevaba la mano a la frente para luego dejarla caer a un costado de su cuerpo con resignación.

—Hagan el pique glissade. Desde el inicio. Hoy. —Exclamó la chica de cabello azul, girándose para volver a apoyarse en la barra.

Representando a todas las mujeres, saluda, saluda.

  Las VKs comenzaron a caminar, arrastrando los pies y mordiéndose las lenguas para no insultarla.

Atención, saluda.

— ¡Andando! —Las alentó Madre Gothel, tratando de animarlas, hasta que las jóvenes se pusieron en sus posiciones. — ¿Todas listas? ¡Uno, dos, tres; cuatro, cinco, seis, deslizo!

Atención, saluda.

Las jóvenes comenzaron a hacer la coreografía, pero la hija de Drizella tropezó con Ginny y ambas se cayeron.

Atención, huh, representando a todas las mujeres, saluda, saluda.

— ¡Mis anteojos! —Se lamentó la pelirroja.

— ¡Alto! —Dijo Evie, acercándose un poco y uniendo sus manos. —Ojos, ¿tengo que pegártelos a la cara? —Le gruñó, mientras la pequeña Tremaine se colocaba sus lentes y hacia pucheros, estando tan frustrada; como decepcionada y harta. Se incorporó de mala gana.

— ¡Dedos! —Prosiguió la chica de cabello azul, dirigiéndose a Helena rápidamente, mientras todas las demás trataban de respirar. —Pensé que sentías el ritmo, así que ¿por qué siempre vas fuera de tiempo? —Le dijo, la hermana de Mal solo la miró con odio antes de cruzarse de brazos y darle la espalda.

—Y... —Continuó Evie, buscando con la mirada a la descendiente de Sarah Sanderson. —...Rubia.

—Gi... —Quiso corregirla Madre Gothel, pero el temperamento de su alumna no era el mejor, así que se resignó. —Ok.

—Tú literalmente no tienes ni la menor idea de lo que estás haciendo. —Añadió la descendiente de Regina. —No pierdas mi tiempo y ve a aprender los pasos. ¡Ve! —Le insistió, la pequeña rubia retrocedió unos pasos, mirándola con decepción; antes de irse a un costado para obedecerla.

Hermanas, estamos en todas partes.

—El resto de ustedes, en relevé. Cierren las costillas. Otra vez. —Les indicó a las demás para luego dirigirse hacia la barra.

— ¿Otra vez? —Repitió Dizzy, harta.

— ¡Hoy! —Demandó Evie, las menores volvieron a tomar sus posiciones.

Guerreras, la Isla las necesita.

—Bien. —Habló Madre Gothel. — ¿Están todas listas? ¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, deslizo! —Les indicó, sus alumnas comenzaron a bailar.

— ¡Y arriba! —Las alentó la villana de Corona.

— ¡Alto! —Ordenó la chica de cabello azul.

—Ok, deténganse. —Pidió la madre de Ariana, con un poco más de paciencia.

Si están listas, señoritas, será mejor que se mantengan firmes.

— ¿Están listas? —Las interrogó Evie.

—Estamos listas. —Afirmó la nieta de Lady Tremaine, con ambas manos en sus caderas y dándole una sonrisa falsa.

Listas.

—En posición. —Dijo la descendiente de Regina, las menores volvieron a acomodarse. —Son dos líneas rectas.

Bailen.

—Bien. Apúrense. ¿Listas? —Dudó Madre Gothel. — ¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, deslizo! ¡Y arriba!

—Suban la pierna. —Les recordó Evie.

No necesitamos municiones.

—Deslizo. ¡Y arriba! —Las alentó Madre Gothel.

Es una misión.

— ¡La pierna en alto! ¡Suban la pierna! ¿Me escuchan cuando les estoy gritando? Entonces, háganlo. —Dijo la princesa malvada, las pequeñas VKs se detuvieron, hartas. — ¿Cuál es el problema?

Y te golpearemos con la verdad.

—Tal vez es que no tenemos idea de lo que estas gritando. —Respondió la hija de Drizella. —Si no subiéramos la pierna, estaríamos sentadas. —Gruñó.

Divas, reinas, no necesitamos a ningún hombre; saluden.

—Ok, ok. —Intervino Madre Gothel, acercándose a Evie. —Muy bien. ¿Por qué no te tomas un momento para expl...?

—Sí. —Concordó Dizzy. — ¿Qué tal si intentaras enseñarnos en vez de dejarnos aquí paradas sin idea de nada? —Dudó, mientras la joven bailarina se acercaba a ella lentamente.

— ¿Crees que puedes hacerlo mejor, Tremaine? —Sugirió la chica de cabello azul, la pelirroja avanzó hacia ella.

—Bueno, tú eres una profesora de mierda, sin duda no podré hacerlo peor. —Le dijo la descendiente de Drizella.

—Sal de mi clase. —Ordenó Evie, la menor se acercó más a ella.

—Oblígame. —La desafió la pequeña.

—Sal... —Insistió la joven bailarina, avanzando más a ella. —...de mi... clase.

— ¡Sal de mi vista! —Replicó Dizzy, la chica de cabello azul negó con la cabeza levemente, harta.

  La princesa malvada recordó todas las veces en las que había visto como Harry echaba a Gil del restaurante de Ursula por decir cosas que no correspondían, y a pesar de que en ese preciso momento deseaba hacer exactamente eso con la pequeña pelirroja, no iba a cruzar ese limite.

—Me harté. —Masculló la hija de Regina, girándose con la intención de abandonar la sala de baile para dirigirse hacia la puerta. —Buena suerte, señorita Gothel. Ellas son un caso perdido.

—Sabía que no te quedarías. —Le recriminó la nieta de Lady Tremaine, tan cansada como decepcionada, logrando que la otra VK se detuviera y se diera la vuelta para observarla; pero no dijo nada.

Celia se acercó lentamente hacia ella.

— ¿Tú tienes algo más que decir? —Cuestionó la chica de cabello azul. —No seas tímida, Comeuñas.

  Y entonces la pequeña estafadora vomitó -aunque no en el calzado de Evie, afortunadamente para ella-, causando que las demás niñas hicieran muecas de asco.

La princesa malvada gruñó, eso definitivamente no podía empeorar.

—Celia... —Murmuró la villana de Corona, mientras la menor de las Facilier tosía varias veces.

  Hadie, quien había estado tirado en el suelo durante toda la clase, levantó la cabeza para observar aquel desastre y luego miró su cuaderno en el que había estado dibujando con sus crayones; ignorando que tenía un crayón azul en la mejilla.

— ¿Dónde está mi crayón?

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