005. Evil.

Everybody see my sunny, everybody see my shine, but, they don't know my story, they don't  know what's on my mind

⋇⋆✦⋆⋇

La niña dejó de luchar para ponerle el zapato a Ula y miró fijamente a Evie, shockeada.

— ¿Qué haces aquí? —Dudó la hija de Drizella.

—Te ves... Mucho más... Grande. —Le dijo la chica de cabello azul, para luego sonreírle.

Todos creen que soy dulce, todos ven mi brillo.

Dizzy observó a madre Gothel, sin entender nada, para luego lograr que el zapato entrara en el pie de la hermanita de Uma; comenzó a atarlo.

Pero ellos no conocen mi historia, no saben lo que hay en mi mente.

⋇⋆✦⋆⋇

— ¡Oh por Lucifer! —Comenzó a hablar Madre Gothel, una vez que todas las niñas estaban sentadas frente a ella, y Evie la observaba con sus brazos cruzados sobre el respaldo de la silla que le habían dado para que estuviera cómoda. —Quiero que le den la bienvenida a una invitada muy especial que viene directo de Broadway, ¡la señorita Evie! —Dijo, señalando a la VK.

Los hago pensar que soy una princesa, pero los tengo engañados.

Inmediatamente las pequeñas –excepto la hija de Drizella– comenzaron a aplaudir igual que la villana de Corona, mientras que la descendiente de Regina se sentía tan avergonzada que comenzó a mirar a su alrededor, buscando la salida más cercana; o una ventana para tirarse por ahí.

Debajo de mi disfraz, soy fría, soy difícil, soy cruel.

La chica de cabello azúl aún buscaba una forma de huir cuando localizó nuevamente al niño que jugaba con sus pequeños autos y hacia sonidos de motores con su boca.

Nunca me van a hechizar, nunca me van a hacer volver a ser la chica que era, nunca me van a obligar a ser quien no soy porque soy mala.

—Oh, cierto. ¿Recuerdas que el entrenador Hades deja a su hijo aquí mientras él entrena con el equipo, verdad? —Habló Madre Gothel, mirándola con una sonrisa. — ¡Hadie! Cariño, ¡sh, sh! —Le indicó al joven, llamando su atención y llevándose el dedo índice a los labios.

—Solo mientras su hermana está en clase. —Prosiguió la villana, Evie palideció al oír aquello.

No puede ser. ¿Mal baila? Pensó la mejor amiga de Carlos.

— ¿Acaso ella...? —Se atrevió a preguntar la joven diseñadora, sin querer saber la respuesta.

Díselo a la gente, soy mala, abre los ojos, soy una farsante.

—Cariño, sé que Mal no baila tan bien como tú, pero su nivel de aprendizaje no es tan bajo como para estar en una clase de danza para niños. —Contestó inmediatamente la mujer. —Su otra hermana, Helena. —Dijo, señalando a la pequeña villana, quien la saludó con la mano con una sonrisa enorme.

Toda la gente que me rodea cree que voy a ser su amiga.

—Siempre me olvido de que Hades tiene tres descendientes. —Murmuró Evie, haciendo una mueca de disgusto para luego sonreírle falsamente a la menor. No es como si ella fuera alguien importante, casi nunca pasé mucho tiempo con ella cuando vivía aquí, pensó la hija de Regina.

Pero tengo malas intenciones y las voy a tener de nuevo

— ¡Muy bien! ¿Hay alguna pregunta? —Dudó Madre Gothel, inmediatamente una de las niñas levantó la mano. — ¡Ginny! —La nombró, dándole permiso para hablar.

—Primero, hice esto y quiero que lo tengas. —Comenzó a hablar la pequeña brujita, quitándose un collar –que, a los ojos de Evie, parecía un accesorio hecho por una niña de tres años– levantándose del suelo y caminando hacia la invitada de honor hasta estar frente a ella. —Segundo, quiero que te lo pongas.

La chica de cabello azul se inclinó para que la descendiente de Sarah Sanderson le pusiera aquel accesorio.

—Bueno, gracias, Ginny. —Dijo Madre Gothel, mientras que la invitada de honor tocaba el collar. —Eso es hermoso.

  La hermanita de Mal levantó la mano.

— ¡Helena! —Le concedió el permiso la villana, haciendo señas para que la VK entendiera que se estaba refiriendo a ella, para luego señalarla. La susodicha comenzó a hacer señas, visiblemente emocionada.

— ¿Qué edad tenías cuando empezaste a bailar? —Habló Freddie.

— ¿Ella es sorda? —Inquirió Evie, comenzando a cuestionarse cuántas cosas de la Isla había olvidado. — ¿Y cómo manzanas envenenadas baila al ritmo?

¿Por qué tengo que detener mi desastre o ablandar mi corazón?

La sonrisa de Helena desapareció cuando la joven diseñadora volvió a mirarla, entonces la menor comenzó a hacer señas nuevamente.

—Yo siento las vibraciones. —Volvió a explicar la descendiente mayor del Hombre Sombra, mirando de reojo a su compañera. —Y siento que te vas a ir al maldito infierno si tienes esa actitud.

—Uhm... —Intervino Madre Gothel, tratando de hacer que el ambiente fuera menos incómodo, viendo como Helena se cruzaba de brazos, ofendida. Señaló a otra de sus alumnas. — ¡Celia! —La nombró.

— ¿Cómo llegaste a bailar en Broadway? —Dudó la hermana menor de Freddie.

—Trabajo duro. —Contestó la hija de Regina, seria. —Siguiente.

Freddie levantó la mano.

— ¡Freddie! —La señaló Madre Gothel.

—Cuando eligen a las bailarinas en los castings, ¿la que consigue el papel protagónico siempre es la más talentosa de todas? —Preguntó la joven estafadora, intrigada, haciendo gestos con sus manos para que su compañera pudiera entenderla.

—No. —Se opuso Evie, cruzándose de brazos. —Siguiente. —Ordenó.

Una pelirroja elevó la mano, curiosa.

— ¡Harper! —La llamó Madre Gothel.

— ¿Qué era lo que iba a decir? —Dudó la descendiente de Hans. —Estaba pensando en una princesa de Auradon...

Dime qué es lo bueno de vivir si no puedes ser quien eres.

—Siguiente. —Masculló la chica de cabello azul, comenzando a cansarse.

Esta vez, la pequeña hermana de Uma fue quien alzó la mano.

—Ula.

— ¿Cómo es que no estás en algún show ahora? —La interrogó la morena con inocencia.

—De hecho, uhm.... Hoy mismo me dieron un papel en un gran show de Leah Rose. —Mintió la invitada de honor, logrando emocionar a las menores.

— ¿Quién es Leah Rose? —Preguntó Freddie.

— ¿Qué papel interpretas? —Dudó Harper.

— ¿De qué se trata el show? —Quiso saber Ginny.

— ¿Podemos ver un baile de ese show? —Cuestionó Celia.

—Quiero estar en Broadway. —Dijo Ariana, feliz.

— ¡Yo también quiero ser una estrella de Broadway! —Chilló la princesa de las Islas del Sur. —Imaginen todas las princesas que irían a verme para pedirme matrimonio luego de quedar encantadas conmigo... —Habló, ilusionada.

—No puedo esperar hasta estar en Broadway. —Dijo Freddie.

—Ok. —Intervino Evie, cansada de aquellas chicas, mientras que su profesora se encargaba de usar el lenguaje de señas para que Helena la comprendiera. — ¿Ustedes quieren saber cómo llegar a Broadway? Es simple.

Las menores la observaban con atención.

Nunca me van a hechizar.

—Nunca cometan un error frente a alguien importante. Jamás. —Les aconsejó la invitada de honor. —Pero lo complicado es que nunca sabes quiénes son esas personas importantes, así que realmente no pueden cometer un error frente a nadie. ¡Jamás! —Exclamó, mirando a cada una a los ojos.

Nunca me van a hacer volver a ser la chica que era.

Dizzy apretó los puños al oír eso, mientras que Ula y Ari buscaron refugio en los brazos de Harper.

Nunca me van a obligar a ser quien no soy porque soy mala.

—Y nada puede ayudarlas. Nada. Ni siquiera tu muñequita voodoo. —Les dijo Evie, siendo demasiado directa, para luego volver a cruzarse de brazos. —Si logran hacer eso, además de tener talento, yo diría que ustedes tienen un 0.00001 de posibilidades sólidas de que tengan éxito.

Díselo a la gente, soy mala, abre los ojos, soy una farsante.

Al escuchar eso, para no desanimar a las pequeñas bailarinas, Madre Gothel movió sus brazos en señal de festejo; tratando de subirles el ánimo.

Soy mala, díselo a la gente.

— ¿Alguna pregunta? —Dudó Evie, observando a las jóvenes a las que había venido a inspirar. — ¿No? Genial. Fue un placer haber venido a verlas, hagámoslo de nuevo... Nunca jamás. —Exclamó, tomando su bolso y levantándose de su asiento velozmente.

Soy mala.

—Bueno, gracias por esas palabras tan inspiradoras pero realistas. —Habló la profesora de Dragon Hall, mientras la adolescente se dirigía hacia la salida y las VKs la seguían con la mirada, incrédulas; hasta que la joven diseñadora se retiró del estudio dando un fuerte portazo. —Eso fue emocionante.

Abre los ojos, soy una farsante.

⋇⋆✦⋆⋇

Evie salió del estudio de baile mientras se acomodaba la gorra, maldiciendo la mala suerte que estaba teniendo durante ese día que parecía que jamás terminaría. Se quitó el ridículo collar que le habían dado y lo pisó, frustrada.

Muy bien, voy a encontrar problemas, voy a hacer problemas, muy bien.

—Hey manzanita, mira con quien me encontré. —Le dijo su madre, quien la estaba esperando en la calle. Su descendiente se detuvo en medio de la calle, mirando de reojo a Regina con ganas de asesinarla. La adulta le sonrió y le guiñó el ojo.

Voy a encontrar problemas.

—Parece que los rumores son verdaderos. —Exclamó la primogénita de Úrsula, cruzándose de brazos e inspeccionándola de arriba hacia abajo y viceversa sin siquiera molestarse en disimularlo. La chica de cabello azul imitó su pose, aún sin poder creer lo que sus ojos estaban viendo. —Volviste.

--

 ¿Reconocen a otra bebita? ¿O tal vez a dos? Entonces llevan aquí mucho tiempo.

 Si no las reconocen, vayan a leer Rose from the death, My beating heart & A bunch of hocus pocus de mi niña witchconnie. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top