Final

Hadarah bajo del carruaje en completo silencio, Jubelian a su lado apretó con fuerza y soltó un leve suspiro.

Ambas estaban nerviosas y ansiosas.

El evidente vientre de Hadarah no era un secreto, luchar así era un suicidio pero tenía fe en si misma.

—¿Lista?

—Debemos esperar a que se escuche la pelea - Jubelian asintió, ambas estaban yendo a la muerte sin armadura.
















Adentro en el salón de eventos del palacio Imperial la fiesta se llevaba en total calma, la emperatriz yacía sola sentada en su trono esperando a la entrada de su desagradable esposo.

En el otro extremo las jóvenes damas esperaban la llegada del apuesto príncipe y del otro lado los nobles, ellos esperaban poder conseguir alianzas y fines malignos con otros hombres.

—¿Dónde esta su majestad? - un conde llamo la atención de todos, las miradas rápidamente corrieron hacia la emperatriz.

Aquella elegante mujer estaba a nada de perder su título y su vida, con un bebé en vientre que no tenía como padre al Emperador, su vida estaba a nada de tener un fin.

Debía de escoger entre su hija y un trono que le estaba arrebatando todo.

—No tarda - simplemente habló, Beatrice a su lado sonrió ligeramente, ambas finalmente se sonreían la una a la otra.

De la puerta principal ingresaron Maximilliam y Regis, detrás de ellos los caballeros cargaban al Emperador, amordazado y atado, aquello causó más revuelo.

—¿¡Qué creen que hacen!? - Mikhail el fiel perro del emperador habló, Max le miró mal y con una leve mirada se dirigió a todos.

—Hoy da inicio el festival de fundación - los nobles se vieron nerviosos, estaba plagado de guerreros de Ploen —Hoy en el auspicioso aniversario de la fundación del imperio, hay cosas que deben arreglarse para el futuro de Ashet.

Murmullos se escucharon por todos lados.

—Se trata de revelar los actos criminales del emperador que ha engañado a su pueblo.

La emperatriz intercambio algunas palabras con Beatrice mientras que Max dirigía el juicio.

—¡Tengo una objeción! - era Mikhail. — ¡Ahora el príncipe heredero acusa por la fuerza a su majestad de asesino para usurpar el trono! No se dejen engañar y piensen, recuerden la verdadera naturaleza del príncipe heredero, demonio, tirano y sádico que intento matar al Emperador.

—¡Cállate! -la emperatriz tomó la palabra, se sostenía fuertemente el vientre —Cállate Mikhail, el emperador es un asesino, yo soy testigo, no solo durante la competencia de caza - el emperador se removió en su lugar —hoy Mikhail Albert Hessen aquí presente, se unió al Emperador y amenazó con darle una bebida envenenada a mi hija.

Los murmullos comenzaron a explotar nuevamente.

—¿¡Qué clase de tontería está diciendo sin pruebas!?

—Ya lo dije, yo soy el testigo... bebí de la copa envenenada.

—¿El señor de Hessen intento envenenar a la princesa? - un noble habló a sus espaldas, Mikhail se giro ofendido.

—¡E-Es una trampa! ¡No se dejen engañar, esto no tiene sentido!

—¿No creyeron que esto era extraño? No, incluso aunque lo sabían, no podían abrir la boca porque le tenían miedo al sol del imperio - la emperatriz se derrumbo en el suelo. —Magos que desaparecieron en algún momento sin culpa alguna, ¿No te fue suficiente matar a tanta gente, que ahora también quieres matar a tu propia hija? ¡Muere Darius!

Hadarah y Jubelian dejaron de escuchar a escondidas y hicieron acto de presencia.

Mientras Jubelian iba detras de Mikhail, Hadarah se coloco detrás de Fefneil y el emperador.

Ambas tenían una sola oportunidad, si la desperdiciaban morirían sin hacer nada.


—¡Mátalos y yo tomaré el control sobre Regis! ¡Mata a todos esos bastardos!

—¿Debería? Incluso si los mato a todos ahora ¿que podrías hacer tu si ya perdiste todo tu poder? - Fefneil habló con tono divertido -

—¡Así es! ¡Yo tomaré el control y usaré a Jubelian! - Beatrice habló de forma decidida.

—¿Tú que traicionaste a tu padre? - Darius comenzó a reír, Fefneil miro mal a Beatrice y activo el control mental de Regis.

Regis comenzó a atacar a Beatrice y a Max sin detenerse, era implacable y feroz.

Hadarah retrocedió sobre su lugar y entono el pequeño cántico que Irina le había enseñado.

Jubelian activo sus dones señal que tomo Hadarah para hacer aparecer una luz azul por todo el lugar.

—¿¡Qué es esto!? - Fefneil sonó desesperado.

—El poder de las diosas - Hadarah mencionó, sus ojos pasaron de morado a azules.

—¿¡Qué hacen aquí!? - Regis hablo desesperadamente, estaba agotado y herido, Hadarah le ignoró.

—¿Eres Fefneil? - Jubelian se acercó ligeramente.

—Eres débil Fefneil - Jubelian hizo aparecer el anillo que controlaba a su padre, Hadarah comenzó a absorver su energía haciendo así que Fefneil se desconcentrara. —Ustedes son muy malos, ¿Intentaron resolver esta situación sin nosotras?

—¿Como hicieron?

—Hadarah me contó toda la verdad de su existencia, fui al templo a ver a la diosa y formamos un plan.

—¿Pero ella por que? - Jubelian sonrió.

—La primera Santa del imperio.

—La santa de los cuentos - continuó Max.

—¡Es Peligroso! ¡Esta embarazada! - su desesperación creció.

—Hadarah desapareció de la vista de Fefneil y se abalanzó sobre Jubelian, Regis la hizo a un lado y recibió la estocada por ella.

—¡Regis!

Jubelian corrió hacía su padre para utilizar su magia y curarlo, Fefneil tenía como objetivo a Jubelian y a Beatrice, no podía acercarse a Hadarah ya que su poder era mayor, al obtener el de ambas podría luchar contra ella.

—Yo lo hago Jubel ¡Jubelian! - Beatrice la aparto, Jubelian busco con desesperación la espada de su padre y decidida a terminar con todo la alzó.

Hadarah cerró nuevamente sus ojos y abrió la palma de sus manos, la luz que anteriormente había sido algo baja ahora era tan cegadora que Fefneil trato de huir.


—¡Jubelian! - Hadarah llamó su atención -Juntas!

Con aquel murmullo ambas dejaron salir su poder, Regis se unió segundos después a Jubelian y con el poder de ambas más los caballeros de Ploen y Beatrice, se logró derrotar a Fefneil.

—El Emperador - Hadarah llamó la atención de Max, aún sin Fefneil el trataría de tener el trono.

—¡Todo es culpa tuya! - el mayor alzó la espada y se abalanzó a Jubelian, Max corrió hacía el y le corto la cabeza.

Regis intento ponerse de pié varias veces, Beatrice terminaba de curarlo mientras que Jubelian miraba a todos lados sin creer lo que había sucedido.

Maximilliam corrió hacía ellos para asegurarse de que Jubelian estuviera bien y Beatrice finalizó con su curación.


—¡Ugh! - un pequeño quejido se escucho.

—Su esposa va a dar a luz suegro - Max mencionó de forma divertida, Regis le miro mal y trato de levantarse.

—¡Señora! - Los caballeros que no habían sido heridos de gravedad se acercaron a ella.

—No - ella negó y se sentó, se sentía mareada y su vientre dolía —No me toquen.

—Te llevare a una habitación segura - Regis se acercó.

—No puedes ni contigo - ella negó nuevamente —No quiero.

—Disculpe suegra - Max la tomó en brazos.

—¿¡Quién es tu suegra!? - Hadarah le jalo de la oreja.

—¡Ouch! - Max negó y comenzó a subir.

—¡Vayan a por la partera! ¿¡Por qué se quedan viendo!? - Beatrice les regaño, entre ella y Jubelian ayudaron a su padre a subir.

Aquel día nació Andre Kasin Ploen, fue recibido por Max, ya que la partera y los demás tardaron en llegar.

—¿Por qué ese nombre tan horrible?

—Agradece que no se llama Maximilliam.

—Es el mejor nombre - Max le arrebato al bebé a Regis —¿Verdad que si pequeño? - el menor soltó una leve risa. —El está de acuerdo.

—Debí morir - Regis se quejo.

—Déjalo ser, es un milagro.

—Sacaré mi certificado como partero - Max siguió fantaseando, Jubelian soltó a reír al escuchar sus locuras.

—El futuro del imperio está arruinado.

—Yo creo que el imperio queda en buenas manos.

El imperio debía de levantarse, y con un nuevo emperador una nueva luz se veía venir.

Una luz de paz y esperanza.

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