Capítulo 50
Regis bajo del carruaje y se encaminó el palacio, la repentina llamada del emperador le ponía de puntas el cabello, ver el rostro terriblemente feo de Darius le daban pesadillas.
Desde que había asumido el ducado de Ploen había estado sirviendo a Darius, para su mala fortuna, el anillo que lo unía a él era su verdugo siempre.
Temía perder a Hadarah a como había perdido a Amelia, temía perder a aquella familia que tanto le había costado, a su bebé no nato, a Benjamin y a Jubelian, debía de protegerlos a todos de aquel hombre.
Pero aquel día tenía un mal presentimiento, ahora que su esposa estaba nuevamente embarazada tenía miedo de que volviera a sufrir otra pérdida.
—Regis, mi querido perro - Regis se mantuvo sereno, siempre decía aquel tipo de idioteces, se había acostumbrado.
—¿Qué desea su majestad? - el emperador sonrió, aquella sonrisa le causó escalofríos.
—Adoptaste un huerfano, no me disjite, tu familia política se caso en contra de mi voluntad y no me dijiste, tu esposa estaba embarazada y tampoco me dijiste - él negó —Eres un mal perro, debería de castigarte.
—Lo lamento... pero son asuntos de mi familia.
—Claro, tu esposa es bella, seria una lastima que tengas que irte lejos y que quede sola - Regis alzó la vista —Debes irte al frente en la frontera, están causando problemas.
—Ese no es mi trabajo.
—Si yo quiero lo es - sonrió —Te iras en una semana, te daré el tiempo de despedir a tu familia, no sabemos que pueda pasar en ese lugar tan peligroso...
Regis apretó los puños, estaba a nada de explotar pero se contuvo, estaba harto de aquel anciano maldito.
Hadarah dejo de tejer y dijo su vista en su hijo el cual leía sin detenerse, aquel pequeño de mirada verde siempre fruncia el seño al leer.
—Por algún motivo brillas más que el sol - Jubelian habló —¿Qué sucede?
—Solo veía a Ben - Jubelian entrecerro los ojos.
—Papá fue muy temprano al palacio, se supone que hoy entrenaria - Hadarah asintió —No se siente bien.
—Lo se, hechare a Medea pronto, así que aguanta un poco más... ya es hora de romper sus tristes sueños.
—Más que ella... su hermano esta tranquila.
—Esos dos nacieron con la misma maldad que el emperador - comentó —Dylan.
—Dígame duquesa - Hadarah lo observo, luego de lo ocurrido Regis iba a golpearlo pero ella intervino, por lo tanto solo había recibido dos bofetadas de parte de Geraldine.
—Prohibe la entrada del príncipe Eros, de cualquiera que venga de su parte - este asintió —Y busca una casa en las afueras de la ciudad, ahí enviaremos a Medea.
—Sí señora - este salió, Jubelian la miro.
—¿Qué tejes?
—Un abrigo...
—¿Tan pequeño? A Benjamin no le quedará.
—¿Sí ya sabes por qué preguntas?
—Quiero que mi mejor amiga de me diga - Hadarah le jalo la mejilla y sonrió.
—Tendrás un hermano pronto - aquel susurro encendió la alegría de Jubelian. —No hagas escándalo.
—Eres tonta, no podías ocultarme esto.
—Así lo decidimos tu padre y yo, entre menos se sepa mejor y más con esa mujer aquí.
—Lo se - Jubelian la abrazo —Siempre quise un hermano o hermana, ten varios.
—Sin exagerar - Jubelian sonrió.
—¿Qué harás con Medea?
—El padre de ese niño era un granjero que antes era un escriba, así que contacte a su madre, me enseñó algunas cartas que le escribía y busque a un imitador, en unas horas le llegara un anónimo de esa pobre alma.
—Hace tiempo que debimos de quitarla del camino...
—Lamentablemente aprendí tarde la lección, pero ahora definitivamente la matare.
—¿Qué? -Jubelian la miro alarmada.
—Mientras ella viva, Benjamin, mi bebé, tu o tu padre sufrirán, así que muerta no causará más problemas.
—Es tu decisión - Hadarah asintió.
Ella no le tendría piedad a quien no se la tuvo a su bebé.
Regis observo a su esposa peinar su cabello en total calma, se miraba tranquila a pesar de tener al enemigo en casa, no quería arruinar su tranquilidad con aquella noticia.
—¿Por qué me miras tanto? Me gastaré - el soltó a reír —Ven -la joven se sentó en la cama y señaló su lado.
—Ponte algo encima - ella negó —Eso es provocación.
—¿Acaso no puedo hacerlo? Eres mi esposo.
—Estas embarazada y es peligroso.
—Peligroso es dejarme así, ven aquí - Regis se acercó lentamente y se sentó en el otro extremo de la cama —Regis Andrei Ploen -él la miro —Habla de una vez.
—Nada se te escapa - ella asintió —El Emperador quiere que vaya al frente de batalla en la frontera, me iré en una semana.
—Oh...
—El viaje dura dos meses...
—Comprendo.
—No seas cortante - ella lo miro mal —Dara.
—¿Hasta cuando seguirás sirviendole a ese hombre?
—Hable con Max, el se encargará de aquí, cuando regrese se hará.
—No seas tonto - ella suspiro —Solo ten cuidado, no te preocupes por nosotros.
—Por algún motivo confío en Max y en ti, se que te cuidarás.
—Yo me haré cargo de todo aquí, hablaré con mis padres también, puedes ir tranquilo.
—Tonta ahora ven -el la acerco y la beso.
Regis partió una semana después de recibir las ordenes de parte del emperador, a como había prometido Hadarah reforzó la seguridad de la mansión y mantuvo cortada la comunicación entre Medea y Eros.
Medea recibió la primera carta de parte de Hadarah con terror, ella creyó cada palabra escrita, creía fielmente en que el padre de su bebé estaba vivo y que arruinaría sus planes.
—Cada noche grita y deja que el bebé llore sin parar... esta funcionando.
—Pronto todo acabará, Eros esta tranquilo, pero yo no, se que algo malo viene en camino.
—No se preocupe suegra, me haré cargo.
—¿Quién es tu suegra? -ella le miró mal.
—Pues tu - Jubelian siguió riendo de fondo —Hasta le robas la personalidad al suegro.
—Todavía me pregunto como es que el te aguanta tanto.
—No puede vivir sin mi suegra - Hadarah le miró mal y se sacó el tacon para luego lanzarselo a Max —¡Suegra!
—Molesto, molesto.
Anuncio parroquial jajaja todas mis obras están en pausa, se actualizarán una vez termine feel special.
Ya estoy trabajando en los gráficos finales (ya no puedo jajaja) así que atentos, prometo que les encantarán.
Encuesta(ya me decidí pero aja)
¿Cuantos hijos creen que tengan Regis y Hadarah?
¿Que nombres les gustaría?
¿Alguna preferencia?
Mis redes. (Pendientes de Instagram que subiré avances de los gráficos)
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