Capítulo 48
El carruaje se detuvo bruscamente, el ruido de las espadas se escucho y el terror inundo el cuerpo de la joven duquesa.
Hadarah saco la cabeza por la ventana y miro a un grupo de hombres encapuchados luchar contra los caballeros novatos de Ploen. En aquel momento se arrepintió de no haber escuchado a Dylan.
—¡Señora! ¡Debe de correr! - lo sabía y aún así se había quedado estática, iban por ella. —¡Duquesa!
Hadarah miro a todos lados y salió del carruaje en un salto, tomó las faldas de su vestido y las alzó para permitirle correr, corrió tan rápido que olvidó sus zapatos, incluso ignoró sus pies sangrantes, solo le importaba vivir para ver nuevamente a su familia.
Regis dejo de leer cuando Geraldine se precipitó a su oficina, lucia agitado y preocupado, a su lado Dylan se había lanzado al suelo para suplicar que lo matará
—¿Qué sucede? - Geraldine trato de tranquilizar su respiración.
—Enviaron un guardia desde el ducado de Angenas, la duquesa jamás llegó... debían de verse hace horas, Dylan envío un mensajero a verificar si ya había llegado y este regreso diciendo que no, supusimos que se habia detenido a comprar un rehalo, dos horas después llego un mensajero diciendo que jamás apareció - Regis se coloco de pie, justo minutos antes le habían llegado a decir de Medea y su parto, pero justo ahora lo único que le importaba era su esposa.
—Después recibirás tu castigo Dylan, moviliza a todos los caballeros, deben de buscar a mi esposa y encontrarla ilesa a toda costa, si tiene algún rasguño les arrancaré cabello por cabello - La mirada asesina de Regis asusto a ambos caballeros, a trompicones salieron de la oficina.
—¿Padre?
—Cuida de Benjamin y no le digas nada de lo que acabas de escuchar- Jubelian lucia asustada —Enviare por Max, no dejes que nadie entre a la mansión -el mayor beso la frente de su hija y luego salió.
Ambos rogaban por que Hadarah estuviera bien, aquella joven les había devuelto la felicidad que les hacía falta, no podían perderla.
Hadarah tropezó varias veces al recorrer el inmenso bosque, su respiración era rápida y su corazón parecía salirse de su pecho, estaba cansada y mareada, tenía miedo.
—¡Atrapenla! - estaba acabada, cada vez se hacía más oscuro y estaba tan cansada que creía que se desmayaria pronto.
Cuando pensó que iba a ser atrapada debido a que había caído al suelo tras tropezarse, solo se escucho el ruido de una espada y gritos, cerro sus ojos temiendo lo peor pero jamás llegó su fin.
—¿Señorita esta bien? - Hadarah abrió lentamente sus ojos, aunque estaba oscuro pudo ver la figura del hombre, alto y de hombros anchos, su voz era gruesa pero amable.
—Sí... - el se agacho a su altura y gracias a la luz de la luna pudo verlo mejor, cabello negro como la noche.
—Déjeme ayudarla - Hadarah dudo pero en su condición no podía hacer nada.
—Claro - el hombre la tomó en brazos —Iremos a mi cabaña, esta cerca - Hadarah asintió con temor, se había librado de aquellos hombres, pero no sabía que peligros podían ocurrir le con aquel extraño.
Aunque sabía defenderse, sólo podía hacerlo con un arco y flechas, por lo tanto solo le quedó correr y quedar vulnerable, algo que odiaba.
—¿Por qué la perseguían?
—No lo sé...
—Por lo que veo es una noble, la querían secuestrar, no la querían matar - Hadarah asintió, sabía bien quién había hecho eso —Aquí es.
Una pequeña cabaña estaba enfrente de ella, una tenue luz se miraba desde afuera y al ingresar la calidez la inundó.
—¿Vive aquí solo?
—No, es una cabaña de paso, quería cazar por aquí - Hadarah asintió, debido a las velas pudo ver mejor su rostro, era guapo, joven y sus ojos azules eran hipnóticos, le recordó a Max.
Su esposo estaba tan obsesionado con Max que hasta ella lo veía en todos lados.
—¿Cuál es su nombre señorita? - ella lo observo, era noble, su habla era tranquila pero formal.
—Hadarah... Hadarah de Ploen - el hombre abrió un poco sus ojos.
—Tengo un amigo que su hermana menor se llama igual - sonrió el y se acercó a ella —Limpiare sus pies y sus heridas - ella asintió, si no se atendía podía empeorar.
—¿Y usted? ¿ cuál es su nombre?
—Siegren, Siegren Helion - ella asintió, le parecía que ya había escuchado aquel nombre.
—¿Siegren? -él la miro —Es el amigo de mi hermano Calisto, el duque Angenas.
—¿Eres esa Hadarah? - él sonrió —Calisto es mi mejor amigo, ¿como no te reconocí?
—Hace años que no llegabas a casa... Calisto siempre hablo de ti - él sonrió más.
—Me fui a estudiar fuera, regrese hace unos meses, no sabía que la hermana menor de mi amigo era alguien tan hermosa - ella asintió — Y que se había casado antes que él ¿Reacciono bien? Dijo que nunca dejaría que te casaras.
—Hizo más drama papá - Siegren soltó a reír —Él se caso hace meses.
—Por eso regrese, quería ver a mi amigo - ella asintió —Empezará a llover pronto, nos quedaremos aquí y saldremos a Angenas al amanecer.
—¿Está cerca?
—Sí, si pasabas lo profundo del bosque saldrías a la carretera de Angenas.
— Oh.
Medea descargo su irá contra la mucama que atendía a su parto, la joven princesa agarro su cabello con fuerza y soltó palabras irientes, su trabajo de parto era difícil y molesto, se había enojado más al enterarse de que el Duque se había ido a buscar a su esposa.
—¡Esa zorra! ¡ la voy a matar! -la mucama logró liberarse de su agarre y le abofeteo.
—¡Comportese! ¡Hasta una vaca dando a luz tiene mejores modales! - Medea la miro mal y grito con fuerza, tras hacer aquello un llanto se escucho, conmocionada miro a las parteras que sostenian las mantas.
—¿Qué fue? - Medea estaba impaciente, la partera la ignoró y se concentro en revisar a su bebé.
—Es un varón - a Medea poco le importo su sexo, solo quería saber si era idéntico al Duque o no.
Al abrirse paso el sol radiante la desesperación del duque aumento, tras encontrarse casi al final del bosco temía lo peor, había encontrado cadáveres y horas antes los zapatos de su esposa, quería llorar del dolor.
—Duquesa, ¿Cree que puede caminar?
—Duele - Hadarah negó varias veces, Siegren se acercó a ella y la tomó en brazos, la cubrió con su capa y salió de la choza, al caminar unos cuantos pasos una figura detuvo a Siegren, sacó su espada listo para defenderse.
—¿Hadarah? -la joven alzó la vista y sonrió, Regis se acercó rápidamente y la cargo —Estaba preocupado amor - Hadarah se aferro fuertemente a él.
—Yo también, por suerte sir Helion me ayudo - Regis alzó la vista, aquel joven le causó un malestar ¿Por qué era igual a Max?
—¿Maximilliam? - Siegren lo miro extraño.
—Siegren Helion, soy primo materno del príncipe.
—Es amigo de Calisto - Hadaraha sonrió.
—Debo agradecer, salvo a mi esposa - Regis sonaba sincero —Gracias.
—No es nada, Angenas esta cerca, deberíamos de ir para curarla mejor, mi trabajo fue torpe - Regis la reviso, al ver sus pies y piernas se espanto, pero su susto fue más al ver que otro hombre la había curado.
Se viene cosillas jajaja estamos más cerca del final, me he retenido de soltar lo bueno ya que quiero darle más tiempo a esto (no quiero terminarla jaja) así que iremos lento.
Cuando vi este anuncio me sentí super triste, este manwha fue uno de los primeros junto a princesa encantadora y llegar al final es triste, pero con mi historia iremos un poco más lejos.
Mis redes.
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