Capítulo 44



Aunque Medea seguía a las afueras del ducado, adentro de la mansión todos llevaban su día con normalidad, a pesar del gran escándalo que se formaría luego de aquel día.

—Duquesa - era el mayordomo quien entró rápidamente a la habitación —Su excelencia el Duque le pide que se prepare para salir, y que prepare al joven príncipe.

—¿Para? - el mayordomo negó.

—La princesa también esta lista - Sí iba Jubelian posiblemente era una salida familiar, habiendo despedido al mayordomo le ordenó a las mucamas que arreglaran su ropa y cabello


























Al salir de la mansión pudo observar como Medea seguía arrodillada en el suelo, su rostro pálido y sus ojeras fueron lo primero que Hadarah vio, no se sentía mal en lo absoluto.

—¿A dónde iremos? - Jubelian pregunto.

—No lo sé, solo me pidieron prepararme - Hadarah vio a Benjamin quien mirada por la ventana con una sonrisa —Solo se que Max no estaba invitado.

—Al suegro le gustará  - Hadarah sonrió —Él me ama en secreto.

—En secreto te quiere matar  - Jubelian soltó a reír al ver a Hadarah hacer una seña con sus dedos como cuchillos.

—Mentira - se quejo el príncipe.

El carruaje se detuvo minutos después a las afueras de un enorme restaurante, se miraba rústico y familiar, parecía no haber nadie pero al ingresar habían varias mesas con familias felices que platicaban y reían de cualquier cosa.

—Seguramente no fui claro  - Regis miró mal a Max, Hadarah solto una leve risa y se acercó a besarlo —Están hermosas y tu estas guapo pequeño.

—Yo también suegro  - Regis rodó los ojos y aparto la silla para su esposa.

—Que lugar más hermoso - Hadarah sonrió observando todo el lugar, había música que amenizaba el ambiente.

—Pasaba por aquí y pensé en invitarlos a comer -sonrió el mayor —Aunque no pensaba que los colados vinieran.

—Déjalo Regis.

—Gracias Suegra - Hadarah pateó su pie debajo de la mesa —No dolió.

La cena pasó entre risas y provocaciones por parte de Max, la familia Ploen parecía eso, una familia de verdad, la familia que siempre debió ser.

—Tengo una pregunta ¿Qué harán con esa mujer? - el pequeño Benjamin yacía dormido en los brazos de Max, Hadarah tomaba la mano de Regis y Jubelian caminaba al lado de Max, todos daban un paseo por el parque cerca del restaurante.

—Estoy viendo que hacer  - Regis suspiro, Hadarah y Jubelian se dieron una rápida mirada.

—Déjame eso a mi - ambos la vieron —Quiero decir, tengo un plan yo me encargaré de esa mujer.

—¿Qué plan?

—Solo necesito de su cooperación... debemos de hacerlo juntos.

—Hadarah quiere encontrar a los hombres que se parezcan a padre - Jubelian habló.

—Debimos empezar por ahí, si alguno se parece al Duque puede que sea el padre de ese niño - Max sonrió, Hadarah le dio un pequeño asentimiento.

—Más que eso, posiblemente ese hombre ya no exista, pero podemos utilizar a los demás...  - Regis la miro —¿Confías en mi?

—Lo hago, pero si es peligroso no.

—Lo es, pero será divertido  - Jubelian secundo a su amiga.

—Debo hacerlo yo, así que escuchen mi plan - Hadarah les insto a acercarse.































Hadarah siguió leyendo sus deberes a como había acostumbrado desde que se caso, Irina iba y venía con papeles y las mucamas le llevaban dulces a escondidas para animarla.

—Señora llego una carta del ducado Angenas - Hadarah bajo el libro y tomo la carta.

—¿Son problemas? - Irina pregunto curiosa.

—Tú que todo lo sabes no deberías de preguntar - Irina la miro mal —Dice que pronto traerán noticias, Calisto pronto será duque y que mi padre se retirará.

—Seguro tendrá una segunda luna de miel con esa bella esposa.

—Es mi madre pervertida. - Irina le jalo una mejilla.

—Señora ha llegado una visita - Hadarah dejo la carta de lado y se levantó.

—Prepara el salón principal, iré de inmediato.

—Te han traído dulces tanto que no te puedes quedar quieta señorita - Hadarah rodó los ojos — Maleducada, soy tu mayor.

—Tienes como miles de años, Cállate Irina - la mayor la miro mal y la vio salir.

—Sigue así y te maldecire.

Al llegar al salón principal se encontró con Aisha, la joven poseía una enorme sonrisa y se veía tan jovial que Hadarah sonrió por inercia, su felicidad era contagiosa.

—¿Y ese espectáculo? Todos hablan de ella - Hadarah alzó los hombros —¿Cómo te encuentras? No nos vemos desde la boda de Allie.

—Bien la verdad, soy feliz con mi familia - Aisha sonrió —¿Y tu? Te veo tan feliz que siento envidia ¿sucedio algo bueno?

—Quiero que lo sepas por mi, me casaré Hadarah.

—Eso me alegra muchísimo - Hadarah se acerco y la abrazo —Espero seas muy feliz ¿Quién es el afortunado?

—Es Calisto... - Hadarah soltó a reír.

—¿No había uno mejor? - Hadarah siguió riendo  — Mentira, mi hermano te ama demasiado, se había tardado la verdad.

—Tonta - Aisha se ruborizo —Apareció de repente en mi casa y pidió mi mano a mis padres, luego me lo propuso en un lugar hermoso y aquí estamos.

—Realmente me pone feliz saber que mi hermano tendrá a alguien tan especial como tu - Hadarah sonrió —Realmente lo estoy.

—Yo esperaba tu aprobación y me alegra que me la dieras.

—No la necesitabas, eres increíble Aisha.

—¡Señora! - Hadarah borro su sonrisa y pensó lo peor al ver al mayordomo llegar corriendo y agitado.

—¿Le sucedió algo a Ben o a Jubelian? ¿Mi esposo?

—No Señora, la princesa Medea se desmayo - Hadarah alzó una ceja con incredulidad, incluso quiso reír.

—No hagas eso de nuevo -soltó un suspiro  —Llévala a la habitación de invitados y atiendela, hasta que despierte no me avises de ella.

—Supongo que no te quedaras quieta - Hadarah negó  —No preguntaré, quiero sorprenderme.

—Por eso te amo - Aisha soltó a reír.




































Hadarah observo el cuerpo de Medea tendido en la cama, deseaba golpear la y matarla ahí mismo pero no podía tener aquellos pensamientos.

—Esta deshidratada, debe de reposar y comer para que su bebé crezca bien - Hadarah suspiro.

—Retírate  - Hadarah se sentó enfrente de ella —Despierta, no es un lugar para tener una dulce fiesta.

—Cállate  - Hadarah sonrió levemente —No eres nadie para darme órdenes.

—Soy la esposa del duque Ploen, héroe de guerra y soy la hija del Diablo de Angenas  ¿Tú que eres?

—Bruja.

—Hasta que ese bebé nazca y no se muestre que se parece a mi espos no te aceptaré aquí - Hadaraha tomó su rostro entre sus manos —Pero mi bondad será tomada por una estupidez, puedes quedarte Medea, pero si sales de esta habitación te cortaré las piernas, si gritas te cortaré la lengua y si piensas en mi esposo te arrancaré el poco cerebro que tienes ¿Entiendes?

—Con quedarme es suficiente - Hadarah sonrió.

La tenía.



















































































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El diablo de Angenas
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Como se cree que se veía al Duque Alpheus Angenas durante la guerra.


La realidad.













































No se ve claro en la imagen (wattpad la puso mega borrosa) pero le limpie las arrugar y coloque lágrimas.



Se viene lo bueno en el siguiente cap, tendremos un mini salto en el tiempo.



Mis redes.

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