Capítulo 43





Irina dejo caer las manos con pereza, se sentía cansada y molesta de lo que ocurría con los demás dioses del consejo. No comprendía su terquedad para deshacerse del alma de Hadarah, ella tenía su plan y durante nueve vidas se equivoco hasta esta última.

—Última vez que interfieren con mi alma, Hadarah cursa su última vida, lo logré o no ella debe de pasar esta vida para decidir su futuro. - su enojo se notaba en su voz, los dioses del consejo de vieron entre sí —Ya se caso con él, ya tienen una familia, se confesaron amor, ¿Van a seguir metiendo sus narices en esto?

—Esa alma estorba el flujo natural de nuestro trabajo - habló el mayor de todos.

—Y una mierda - bufo — todos recibieron las mismas oportunidades, esta alma es especial, esta historia debe de continuar y si ustedes se entrometen les haré la vida imposible a cada alma que tengan bajo custodia.

Irina sabía bien que el alma de Rose era especial, lo supo cuando recogió su alma en la primera vida, trató de encaminarla pero le fue difícil y tortuoso, ahora estaba logrando lo que de propuso en la primera vida y esos dioses egoístas le querían arruinar todo.

—Repito, última vez, he estado moviendo mis hilos, la hice sufrir y la haré sufrir, pero se que el resultado será efectivo y positivo, si ustedes mueven otro hilo que nunca toque yo harán que Hadarah sufra más desgracias.

—¿Entonces seguirás adelante con tu plan?

—Sí, Hadarah debe de descubrir todo por si sola, última vez que me alejan para hacerle daño.

























Regis acaricio el blanco cabello de su esposa, la joven tejía en silencio mientras que disfrutaba de las caricias lentas del mayor.

Regis había descubierto un nuevo amor, uno que creía haber enterrado hacía muchos años atras.

—Hadarah... -la joven alzó la vista y sonrió —Se que haz sufrido en silencio... pero de ahora en adelante cuenta conmigo.

—Gracias - el asintió y beso su mejilla.

—Salgamos hoy - ella sonrió.

—¿A donde?

—Es una sorpresa  - Hadarah soltó una pequeña risa y asintió.

Al caer la tarde ambos fueron al lago de Ploen en donde montaron un bote con solo los dos abordo.

—Déjalo ir solo - Hadarah señaló su lado, Regis acomodo el remo a un lado y se sentó en donde le indico su esposa, Hadarah se sentó entre sus piernas y recostó su cuerpo en el pecho del mayor.

—Mmm quieta - ambos rieron.

—Mira el atardecer duque - Regis la observo a ella.

—Tengo un mejor atardecer - Hadarah se sonrojo levemente y negó  —Y un bonito amanecer.

—¿Me quieres llevar a la cama acaso?

—No necesito decir eso para hacerlo -Hadarah sonrió. —Vi a tu hermano tan enamorado que me dio envidia, así que prometo dar lo mejor de mi.

—Dame tu cuerpo entonces  - Regis soltó a reír y asintió  —Y quiero que siempre me cuentes todo lo que te preocupa, quiero ayudarte siempre.

—Bien amor  - Hadarah se quedo quieta.

—¿Qué? -Él la miro —¿Qué dijiste?

—Amor - ella sonrió —¿Te gusta como suena?

—Sí... muy lindo - él la beso.
























—Me hice cargo de Rose - Irina le tendió los papeles —Ahora solo me haré cargo de ser tu asistente.

—La asistonta.

—Que graciosa eres ¿Comiste payaso? - Hadarah le saco la lengua.

—Pasa el presupuesto que le daré a Benjamin, también quiero averiguar cuando es su cumpleaños o al menos saber en qué fecha podría celebrarlo, merece una fiesta digna de un Ploen.

—Mmm déjame recordar - Irina se dejo caer al sofá  — Es en agosto 20, ibas a dar a luz en esa fecha.

—No lo recordaba ¿Por qué lo hiciste igual?

—Te dije que era mi regalo, los padres de Ben murieron por la epidemia, vago solo por años, nació entre en 20 y 23... así que Cállate y hazle una fiesta.

—Grosera - Irina asintió  —Medea está muy tranquila... el registro de matrimonio fue entregado ayer.

—Esa mocosa desubicada merece unos buenos golpes, pero el tiempo se encargará de ello.

—Y Eros también... - Irina la miro —Me dan escalofríos cada que pienso en el.

—Es un acosador falto de amor  - Irina se acercó a ella —No salgas sola, siempre ve acompañada.

—¿Qué sucederá? - Irina negó —Bien, ni mi importa saber.

















El amanecer era placentero para Hadarah por que cada que despertaba encontraba a Regis a su lado, pero aquel día no fue así, se despertó sola y una fuerte conmoción afuera de la habitación.

—Cherry ¿Qué sucede? -la dama ingreso rápidamente y se reverencio.

—Hay una visita inesperada afuera... esta causando conmoción.

—¿De quien hablas? Trae mi bata - la dama corrió por la bata y se acercó rápidamente a ella.

Una vez lista Hadarah salió hacia la entrada principal en donde vio a las criadas reunidas en un tumulto y a Regis con la espalda tensa.

Al acercarse una mala sorpresa se llevo.

—¿Qué hace ella aquí? -Regis se giro a su esposa y negó.

—¡El Duque debe de hacerse cargo de nuestro hijo! - Medea vocifero, Hadarah apretó sus puños con enfado —Tú no le diste el hijo que quería y yo si, debe de hacerse responsable.

—Todas vayan a hacer sus tareas - Hadarah habló sería — Sí escucho un solo chisme las despedire, Cherry encárgate de Benjamin.

—Sí señora -la dama miro a las demás mucamas y estas entraron rápidamente.

—Vamos adentro Regis -el mayor tomo su mano e ingreso —Asegurense de que no entre a la mansión  -los guardias respondieron rápidamente.

—Siento eso... no se cual es su obsesión.

— Déjala ahí, cuando vea que la ignoras se irá  - Regis suspiro —Dejando eso de lado ¿Por qué me dejaste sola? Así se caiga el mundo debes de estar al despertar.

—¿Reclamo?- ella asintió  —Entonces castigame  - Hadarah soltó una leve risa y asintió.

—Te castigaré bien fuerte -el se inclino para besarla pero ella se alejo rápido  —Mira ya sirvieron el desayuno- Hadarah lo dejo solo en medio de la sala.

Al caer el mediodía Medea seguía arrodillada a las fueras del ducado, con Regis trabajando y Hadarah en sus asuntos Medea no sabía que hacer.

—Esa mujer sigue ahí  - Jubelian se sentó a su lado —Esta loca - Hadarah asintió.

—Ben no puede ir al jardín por su culpa, ojalá se rinda ya.

—Todavía me pregunto por qué se ve tan segura...

—Geraldine ¿Estas ahí? -el joven se acercó rápidamente —Acércate  - Hadarah señaló su lado y sonrió.

—¿Sucede algo señora? -Hadarah asintió.

—Quiero que hagas algo por mi, se discreto y no le digas a nadie, ni a Regis.

—Dígame  - Hadarah miro a Jubelian y sonrió.

—Busca en el pueblo a jóvenes de cabello blanco y ojos azules, similares a Regis, tráeme sus nombres y direcciones, nadie debe de saberlo.

—Bien señora - Geraldine se inclino y salió.

Hadarah soltó un leve suspiro y negó varias veces, quería creer en que Medea pararía su locura pero dudaba que fuera a calmarse.

—Tengo un plan.

—¿De que hablas? - Hadarah se acerco a su oído.

—Medea jugo conmigo y con mi bebé, yo jugaré con ella y con su triste vida - La sonrisa de Hadarah dejo helada a Jubelian, definitivamente se vendría un drama y una venganza.

























































































Solo esperen esa venganza jajaja

Mis redes.

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