Capítulo 33

Hadarah se sentó en la misma mesa de sus amigas y se unió rápidamente a la platica, todas reían y hablaban sin parar, eran ella en su propio mundo lejos de los chismes y las intrigas.

—Dara, cuéntanos sobre tus hermanos  - hablo Misun.

—Sí, Sir Adonis es muy guapo, guapo es poco, es perfecto- Alice soltó de repente.

—Sir Calisto lo es más, sus labios, su rostro - Aisha apretó sus labios, todas soltaron a reír.

—Ambos están solteros, no los dejen ir - ambas asintieron enérgicamente, Hadarah soltó una pequeña risa y nego —Adonis es un guerrero excelente, busca la perfección siempre y Calisto será el siguiente Duque, es alguien perfeccionista y recto cuando se debe, son un amor.

—Que lindos son - dijo Anastasia con una sonrisa, Alice y Aisha la vieron mal.

—No hablemos de ellos - dijo Zoe —ahora que estamos aquí, les traigo una propuesta millonaria.

—¿Qué es? - Jubelian habló animadamente.

—Acerquense  -todas se acercaron hacía donde Zoe estaba —He visto el bordado de Hadarah, vi el pañuelo del Duque el día de la competencia de caza - Jubelian miro de reojo a Hadarah —de echo he visto el de todas y es le mejor que mis ojos hayan visto, ni en las boutiques venden tal exquisites, me gustaría que formaramos una empresa y los vendieramos.

—Nos casaremos con personas ricas, no hay necesidad  - dijo Misun.

—Tonterías, no podemos depender de nuestros esposos o padres, Zoe tiene razón  - Hadarah habló —Podemos venderlos incluso fuera del imperio, yo me uno.

—Yo también, tener algo extra será bueno - Anastasia sonrió feliz.

—Yo, mis padres no pasan por momentos buenos y esto sería de ayuda - Alice asintió varias veces.

—Yo lo haré también- Allie les sonrió.

—Bien me uno - Misun sonrió.

—Yo también, dinero es dinero - Sandara junto sus manos contenta.

—¿Jubel? - todas la vieron, ella sonrió nerviosa.

—No soy buena...

—Tonterías, te enseñaremos - ella sonrió y asintió.

Por un momento había olvidado el tema de Beatrice y lo del anillo, solo era ella con buenas amigas que había conocido gracias a Hadarah.




















Hadarah llevo un bocadillo a sus labios y lo degusto con toda la lentitud del mundo, con ese iban diez y se sentía vacía aún.

—¿Duquesa Ploen? - el hombre llevaba las ropas que usaban los caballeros de la familia, pero nunca lo había visto —El duque la espera en el jardín.

—El dijo que no vendría -el pareció sonreir le.

—Dijo que vendría por usted y la princesa, iré a buscar la ella, vaya adelantándose  - Hadarah miro a sus amigas las cuales estaban aún en la mesa hablando y salió.

El jardín estaba casi oscuro y solo la luz de la luna servía como iluminación, en aquella soledad solo una voz se escucho.

—No es una voz...

El ruido de un beso se escucho, supuso que era una pareja que se había fugado de la fiesta pero al acercarse su corazón dio un vuelco.

Medea y Regis estaban juntos, los labios de él atacaban sin piedad a los de medea y el escote de la joven princesa estaba suelto, aquella vista le dio un mareo terrible y cuando iba a caer una mano la sostuvo de las caderas.

—Hadarah - la voz de Eros hizo eco en su cabeza, quería alejarlo pero su cuerpo no reaccionaba, sabía que aquello era obra de los gemelos pero su cuerpo se negaba a reaccionar —Siento que hayas visto ese engaño tan terrible, yo estoy aquí, llora tranquilamente.

Hadarah soltó una pequeña lagrima, no lloraba por Regis, lloraba por la cercanía sofocante de Eros.

—Aléjese  - logró hablar, Eros tomó su rostro entre sus manos y negó.

—Estas en shock, debe de ser terrible ver a tu esposo con otra - Hadarah sintió náuseas —Pero yo te borraré eso de la mente  -con un empujón logró alejarlo de ella, pero era tarde, su estómago se había volcado y no pudo detener la bilis.

—¿Hadarah? - Eros quiso acercarse pero la mirada feroz de la joven se lo impidió.

—Vaya tontería han planeado, cuando el regrese a sus cinco sentidos desearan no haber nacido - provocar un escándalo no le vendría bien a ella, así que se dio la vuelta y salió dejando atrás a los tres.

—¿Dara? - todas la vieron llegar, estaba pálida.

—Debo retirarme, no me siento bien... Jubel - ella asintió.

—Fue una noche agradable, nos veremos en unos días  - La joven princesa se despidió y tomo de la mano a Hadarah para luego salir.

Ya en el carruaje la náuseas aumentaron para Hadarah, se sentía terriblemente mal.

—¿Qué pasa? Estas muy pálida.

—No lo sé, de repente me puse mal - Jubelian la recostó en su regazo y le acaricio  la cabeza.


Una vez en la mansión Jubelian ordenó que se llevara una té a Hadarah, con ayuda de Anelise Hadarah llegó a la entrada y descanso en el enorme sofá.

—Pronto estarás mejor - Hadarah asintió.

—Quisiera dormir, me saltare el té  - Jubelian la miro con preocupación, Hadarah se despidió de ella y subió.
















Al siguiente día fue lo mismo, Hadarah vacío su estómago incluso luego de horas de haber comido, aquello preocupo más a la menor.

—Papá, Hadarah no se encuentra bien  - el Duque tocó su frente y asintió.

El también se sentía mal, había aceptado una comida alterada y había acabado en un lugar que no recordaba.

Medea le había engañado y estaba seguro que su esposa se encontraba mal por aquel mismo motivo.

—Hadarah  -el Duque todo su puerta, detrás de él Jubelian mordía sus uñas con nerviosismo —Preparen un té y llamen al médico.

Cuando Anelise abrió la puerta Hadarah se encontraba en su pequeña mesa comiendo un dulce, les recibió un mejor semblante pero se notaba cansada.

—¿Qué tienes? El doctor ya viene en camino -Regis se sentó a su lado y tomo su mano, Hadarah sonrió.

—Solo es un pequeño malestar, ayer comí muchos dulces - el alzó una ceja, la criada se acercó con el té y se alejo rápidamente de ahí.

—Toma eso, te hará sentir mejor - Hadarah asintió y lo tomo poco a poco.

—Siento preocupar los - Regis negó.

—Tú salud importa demasiado querida - ella sonrió de lado, la verdad era que desees hacía varios días tenía náuseas y antojos.

—Supongo que ver al doctor nos ayudara  - Jubelian asintió y Hadarah bajo su taza, al ponerse de pie un terrible dolor la invadió, se doblo en sus rodillas y solto un quejido.

—¿Hadarah? - Regis se acercó rápidamente a ella.

—Papá hay sangre... - el mayor dirigió su mirada hacía la entrepierna de Hadarah, de ahí salía sangre por montones.










































































Aquí no termina nada gente, ya paso lo peor, se viene lo kbron y lo más qlero  jajajaja.

Diez capítulos desde que inicie la segunda temporada, ¿que creen que se venga?

Mis redes.

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