Capítulo 29
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Días habían pasado y Hadarah la espaba en su estudio atendiendo los asuentos internos del ducado, apesar de pasar sus días ocupados por las noches tenía las mismas pesadillas de siempre.
Regis no había tocado el tema del Emperador y solo la visitaba dos veces por la semana o aveces no la visitana, y ella estaba de acuerdo con eso, no deseaba pasar momentos incómodos con el.
—Señora, las candidatas llegaron - Hadarah aliso la falda de su vestido y tomo posición, una a una iban ingresando las mujeres, algunas jóvenes, algunas mayores, pero ninguna le transmitió confianza, eso fue hasta que alguien indeseable ingreso a la habitación.
—Dara -la voz de Irina la hizo rodar los ojos —Sí yo también estoy feliz - tomó asiento enfrente de ella —Solo firma el contrato, mi familia falsa me dejara vivir aquí así que estare a tu lado, pero dentro de dos semanas, debo atender una saturación con los dioses.
—Que pesada eres, dos semanas es mucho.
—Se que me extrañaras - Hadarah la miro mal — Firma.
—No quedan opciones - Irina sonrió al verla firmar —Pareciera que estoy firmando mi sentencia de muerte.
—Casi - soltó a reír — Vendré en dos semanas, solo espérame.
—Aja, ¿Anne estas ahí? Debes preparar la habitación de Irina, será mi asistente.
—Sí señora - Hadarah asintió y la vio salir.
—En fin, Irina, ¿Hay posibilidades de dejar atrás estas pesadillas?
—Sí, me haré cargo a mi regreso, solo resiste.
—¡Tssk! Pareciera que moriré por cómo lo dices - Irina soltó una risa corta —Bien vete debo trabajar.
—Mocosa molesta - Hadarah le sacó la lengua y la mayor salió.
Al caer la noche el aire frío se colo por la ventana, una pesadez en el pecho y sin poder respirar Hadarah se sentó en la gran cama, estaba sola, el Duque trabajaba hasta tarde aquel día.
—Al fin despiertas - Hadarah brinco en su lugar y trato de buscar a la voz —No te sirve gritar, nadie te escuchara, me hice cargo de eso Hadarah..
—¿Quién eres? Puedes llevarte todas las joyas - la persona soltó una risa, una voz gruesa y seductora se escucho.
—¿Joyas? Que poquedad, no quiero joyas, me alimento de tormento y dolor, yo soy el dios del tormento, mi amo el dios de la muerte te reclama desde hace años, ¿Crees que te libraras de tu castigo?
—¿Castigo? ¿Qué pecado cometi? Irina me respalda - el dios soltó otra risa macabra.
—El pecado de desear algo que no es tuyo.
—¿De que hablas?
—¿Quieres saber como termino tu amado en tu primera vida? Contrario a lo que crees fue feliz Hadarah - la joven alzó la vista asustada, se encontrada en la habitación de la Duquesa, en su habitación en la antigua mansión Ploen.
—Hadarah, Roses Eliet del condado Amber, una joven de una familia poco famosa y que pasaba precariedad, la hija más amada ¿No es asi? - Hadarah alzó la vista —Te acercaste al Duque cuando tenían seis años y el diez, para ti fue amor a primera vista, pero para el fue una molestia ¿No es así?
—El se enamoro de mi a los quince... desde niños jugamos juntos y practicamos la espada...
—¿Es así? El Duque Lyon Ploen pensaba en una mujer de buen rango para su hijo, sin embarco su hijo prefirió a la hija menor de un conde pobre - Hadarah le miró mal — le insististe siempre en que fue amor... no te amaba.
—¡Mientes! El me amaba, me amaba mucho.
—¿Es así? -la imagen cambio —Es tu Duque con su primera hija, una que si nació, contrario a lo que piensas Regis no sufrió tu muerte, meses después busco a Amelia y se caso con ella, su destinado era Amelia, siempre lo fue, tu solo fuiste una obsesionada que hizo sufrir a dos amantes... Regis se caso contigo porque le lavaste el cerebro - Hadarah negó repetidas veces, sus lágrimas caían sin parar.
—No es verdad... Regis me amaba, me amaba mucho, dices puras mentiras - un sollozo ahogado salió de su garganta.
—¿Miento? En tu segunda vida fuiste una criada de Jubelian, viste cuando Amelia murió y cuando la joven hija también, pensaste en ese momento que con ellas muertas el Duque te pertenecería.
—¡Eso no es verdad!
—Pero el Duque mato a todos y luego se suicido, en tu tercera vida fuiste una princesa de un reino lejano y le propusiste matrimonio político, pero el rápidamente se caso con Amelia para evitarte. En tu cuarta vida ni si quiera cruzaste palabras con el, eras una mendiga, ni si quiera te miro, te ignoró y tomo la mano de su esposa ese día, en la quinta te fue peor ¿No es así? El Duque Lyon te tenía a ti en mente, pero Regis tomó la mano de Amelia y se caso con ella, te casaron con un anciano que te mato a golpes.
—¡Cállate! Nada es verdad, no es así ¡el me ama!
—¿Es así? - el mayor sonrió tan encantadoramente que Hadarah se confundió, el mayor le tocó la frente y la durmió.
Contrario a su triste sueño, el día siguiente llegó y con ello el mismo dios de la noche anterior.
—En tu sexta vida - Hadarah se tapo los oídos, no quería escuchar más —Fuiste la concubina de Darius ¿lo recuerdas?
—No...
—Claro que no, el te abuso y te mato estando embarazada, le pediste ayuda a Regis pero no le importaste - Hadarah soltó un sollozo, algunas vidas simplemente termino olvidado las debido al dolor que experimento, pero noche tras noche aquel dios la llegaba a atormentar, una semana, dos, tres días, cuatro, cada noche era un recuerdo doloroso de sus vidas pasadas. —La séptima vida fue igual ¿No? Tus padres te odiaban, te maltrataban física y mentalmente, tu marido te abusaba cada noche y te golpeaba cuando no lo obedecías, tus hijos te trataron como la mierda y finalmente decidiste suicidarte detrás de la mansión Ploen, que problemas le trajiste al Duque con su amada Amelia.
—Basta por favor... -el soltó a reír.
—La octava, déjame recordar.
—Yo la mate -el soltó a reír y aplaudió.
—¡Sí! En la octava vida tomaste la inocente vida de Amelia Ploen, estaba embarazada de Jubelian, la asesinaste con tu daga favorita, el Duque te quito la vida de forma cruel - ella sollozo, aquel recuerdo era terrible, también lo había bloqueado por el dolor —Y la novela, en la novena aceptaste a Max solo para ser emperatriz y tener a Regis, pero el emperador te tomó como su mujer y la emperatriz te lanzó a los hombres más desagradables, ¿Cuantos días fueron?
—Dos años... - él asintió.
—Dos años y doscientos hombres criminales que te hicieron lo que quisieron, al final moriste desmembrada - ella se tocó el pecho, se sentía sofocada. —Y ahora que te casaste finalmente con él, ¿Crees que dejara de pensar en Amelia?
—Basta por favor...
—No me detendré - Hadarah rogaba por que Irina apareciera, pero un faltaban días para que llegará —¿Te muestro? - repentinamente estaban en el sementerio de Ploen, Regis estaba frente a la tumba de Amelia arrodillado y con los ojos llorosos, se miraban triste y el se miraba lamentable —Cada dos semanas viene aquí, cuando no te visita viene a ver a su esposa para mitigar la culpa de estar en la cama con otra.
—¿Qué quieres decir?
—Que tiene remordimiento por su amada esposa, viene aquí a pedir por su perdón cada que se acuesta contigo, solo te toca por compromiso - Hadarah cayó de rodillas al suelo, quería que se callara pero en el fondo sabía que tenía razón. —La casa del territorio de Ploen tiene cientos de cuadros de Amelia y el, felices ¿Contigo cuantos tiene? Cierto, ninguno.
La risa del dios le daban ganas de llorar más, se sentía destrozada, desde que el emperador la había comparado con Amelia no podía evitar buscar algo que Amelia hiciera mejor... todos en la mansión lo mencionaban en secreto, el emperador solo prendio la chispa.
—Hadarah, quítate la vida y ve a descansar al infierno, ahí olvidaras todo.
—Irina dijo que si no cumplía mi meta vagaria en el infierno de por vida... no quiero.
—Ella no conoce el infierno - Hadarah se tocó el pecho, estaba sofocada —Nada de lo que hagas hará que Regis te ame, solo amara a una mujer en cada vida y esa es Amelia Ploen.
Kim Taehyung como Taecyeon el nuevo personaje.
Mi pobre Hadarah ha sufrido, les recuerdo que al principio se hablaban de forma distinta sobre sus vidas, realmente Hadarah olvido todo en cada muerte, así que lo que el dios dijo era real.
Ya tengo el siguiente casi listo, veré si lo logro terminar hoy.
Mis redes.
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