Capítulo 26
Hadarah observo el lugar con asombro, era una enorme cabaña con vista al lago, todo privado y solitario, de sintió más avergonzada ante sus pensamientos.
—Entremos - el mayor habló cerca de ella, Hadarah ingreso con mirada curiosa, por dentro era más grande y elegante. —Solo hay una mucama y una cocinera, los guardias estarán afuera todo el día, estaremos solos...
Hadarah le miró y el sonrió, el cambio que él había tenido con ella fue grande, le sonreía, le hablaba más cariñoso e incluso tomaba su mano con más frecuencia, le gustaba aquel Regis y cada día que pasaba de enamoraba más de el.
—¿Quieres comer o darte un baño?
—Quisiera darme un baño antes - él tomo su mano y la guió por las escaleras, ingresaron a la primera puerta.
—Yo también quiero -dijo el de forma normal, Hadarah se sonrojo y sintió como el mayor le desabrochaba el vestido —Juntos.
Sea cual fuera el plan de Jubelian, parecía ir viento en popa, ambos pasarían una semana solos lejos de los problemas y sabía que su cuerpo terminaría más cansado que antes.
—Ven aquí -el mayor luego de desnudarse se metió a la tiña, Hadarah mordió ligeramente sus labios y se metió, Regis la acercó a el y la acomodo entre sus piernas, Hadarah podía sentir en su espalda el miembro del mayor, sus mejillas estaban más rojas que antes —Estas tensa -el masajeo sus hombros.
Hadarah soltó un leve jadeo seguido de un gemido, el mayor había bajado sus manos y ahora estas estaban acariciando su interior.
—¿Qué hace?
—Te estoy relajando - los gemidos de la joven siguieron una y otra vez hasta que un fuerte jadeo se escucho, se había relajado tanto que se había corridos en sus dedos —Así me gusta.
Ella cerró sus ojos y recostó su espalda en el pecho de Regis, incluso en su primera vida su relación era distinta.
Ambos descansaban en la enorme cama abrazados, Hadarah fingía dormir mientras que Regis acariciaba su espalda y su cabello, aquel momento era mágico para ambos.
—Se que estas despierta -ella soltó una pequeña risa- que tramposa.
—Estoy relajada - el beso su frente —deberíamos de dar una vuelta por el lago. -el nego.
—Me gusta estar así -ella soltó a reír y lo abrazo nuevamente —Hadarah.
—Mmm... - su mirada dio con la de él.
—Cuéntame de ti... ¿Qué te gusta hacer? ¿Qué te gusta comer o que te hace reir? - ella le miró y sonrió.
—Me gusta entrenar con el arco... desde pequeña quise aprender... me gusta comer pasta, de todo tipo y sabor -sonrió — Mamá en cada cumpleaños me preparaba ella misma mi pasta favorita y me hacen reír mis hermanos... mi familia en general, mi padre es muy sobreprotector pero es divertido - Regis asintió —Quiero crear buenos recuerdos con ustedes... son mi familia ahora.
—Eso haremos.
La semana paso rápido para ambos esposos, solo les quedaba una noche en aquel bello lugar y Regis estaba dispuesto a disfrutarlo junto a su esposa.
—¿Estas lista? - tres toques suaves se escucharon, Hadarah se miró en el espejo y sonrió.
—Sí - abrió la puerta encontrándose con el Duque, el lucia extremadamente guapo, aquel atuendo hacia notar sus músculos, en cambio Hadarah llevaba un ligero vestido pegado, sus curvas se notaban incluso a la luz de la luna, Regis pensó que era un hada.
—¿Eres un hada? -ella soltó a reír y tomo su mano.
Ambos caminaron hasta la orilla del lago en donde un hermoso camino de velas y una mesa bien decorada les esperaba.
—Que lindo - él aparto la silla y ella se sentó.
—Me alegra que te guste - ella sonrió y espero a que le sirvieran la comida, sus ojos se abrieron un poco al verlo, era su pasta favorita, pasta a la carbonara, incluso el aroma era el mismo que sentía cuando lo hacía su madre —Un pajarito me contó que esta es tu favorita.
Ella soltó una leve risa y asintió —Me encanta - la probo y sus ojos se cristalizaron —Es divina.
—Eso me gusta -el sonrió y pasaron la cena entre risas y anécdotas de parte de ambos, el ambiente comenzó a subir de nivel y cuando ambos vieron estaban acostados en el césped con tan colo sus cuerpos desnudos.
Aquella velada les dejo ver un nuevo mundo a ambos, uno en donde la pasión era parte.
Al bajar del carruaje Hadarah fue llevada casi arrastras por Jubelian, el Duque soltó una leve risa al verlas y ingreso seguido de su asistente.
Jubelian observo a Hadarah con atención, desde que la primera vez que la vio supo que aquella joven de ojos violetas sería su amiga, era amable con ella y no la juzgaba por su pasado.
Y cuando la vio al lado de su padre todo cambió, no quería que fuera su amiga, quería que fuera la esposa de su padre, podía notar la tensión entre los dos y los tratos que su padre le daba, juntarlos fue fácil.
—¿Qué pasa? - Hadarah llamo su atención —¿Todo bien?
—Eh si - Jubelian asintió y la puerta fue tocada, Regis y Max ingresaron, los cuatros hablaron animadamente hasta que el tema de la segunda vida salió aflote.
Hadarah se sintió incomoda con aquello, ¿Cómo decir que no llevaba dos si no nueve vidas? Sonaría absurdo y tonto.
—¿Y cómo harán eso? -de pronto el tema de de la segunda vida quedó atrás y dio paso al anillo del Emperador, minutos después la princesa Beatrice ingreso al lugar.
Los cuatro exceptuando a Hadarah siguieron hablando sobre magia y regresión, Hadarah observo a Regis con atención, no podía hablar, no podía decir nada por que sabía que mentiría más de lo que ya lo había echo.
Una joven con nueve vidas que buscaban al mismo hombre.
—¡No pueden dar un paso más! - la voz de Geraldine se escucho claro, Regis y Max salieron a ver que sucedía, Hadarah les siguió en silencio.
—Maximilliam Kasin Ashet, Regis Audrey Duque de Ploen, deben asistir al palacio imperial ahora mismo.
Les comento que la historia no seguirá al manwha ni a la novela, quiero darle un rumbo diferente, eso si, contendrá contenido y algunas partes de la historia (sobre fafnil) así que pendientes.
Hasta aquí acaban las escenas Hot y se vienen las escenas de llanto, dolor, asco y demás jajajaj
Gracias por los 11k de lecturas y ni se diga de votos, me alegra ver que ha tenido gran recibimiento.
Tengo historias sobre Princesa encantadora, la emperatriz divorciada y una independiente que trata sobre el típico cliché jajaja les encantara.
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