Días después Hadarah visito a Jubelian en su Mansión, el Duque no se había cruzado en su camino y se sentía en paz, verlo le daba ansias.

—Entonces te reuniste con ellas...

—Si y quieren conocerte, mañana iremos a su fiesta té, así que prepárate - Jubleian asintió —esta será la última a la que asistiré, debo preparar mi debut.

—Oh ¿Quieres ayuda?

—No, Jubelian debe de tener muchas cosas que hacer -la menor negó - Aparte, Max podría buscarte y no quiero ser mal tercio.

—¿Mal tercio? ¿Y papá que? -Hadarah tosió ante lo dicho y la miro —Mira como te sonrojas - Jubelian solto a reír sin parar.

—Que grosera eres - nego y comenzó a reír, Jubelian sonrió.

Hadarah seguía viendo distintos tipos de tela para su vestido, invitaciones y decoraciones, había pasado días y noches trabajando en su debut perfecto.

—Hija - la voz de Angela su madre interrumpió  —Quiero mostrarte algo.

—Dime mamá  -la sonrisa de la joven fue cálida, la mayor se sentó y saco un libro —¿Qué es eso?

—Este libro fue dibujado por completo por mi madre... te contaré mi historia ahora - Hadarah se acerco un poco y observo el libro, a pesar de que lucia viejo se veía en perfecto estado —mi madre era una concubina del rey de Joseon, ella era la hija mayor del segundo consejero de estado... como nací mujer el amor de mi padre se me fue negado - para ese punto Hadarah había apartado sus libros y telas — pero mi madre me amaba, era su única hija y el amor de mi padre se había ido de ella cuando nací, desde el momento en que me tuve en brazos comenzó a dibujar este libro, me decía que soñaba con mi boda desde que nací, quería que fuera feliz ya que ella no pudo.

—Mamá... - la mayor negó y siguió.

—Este vestido fue pensado para la selección de mi esposo, nunca pudo ser realizado debido a que ella falleció y mi abuela y mi padre se apuraron en casarme sin si quiera una selección, tuve suerte con tu padre, me amo y yo a él, si tu quieres Dara puedes hacer este vestido para ti... - Angela abrió el libro en una página en especifico, el vestido se miraba sumamente hermoso.

—Es perfecto mamá  - la mayor sonrió —Me encanta pero sabes que aquí...

—Las tradiciones y aja -solto a reír —por eso usaras este para la primera mitad con la fiesta de té y el segundo que tu elijas para la fiesta en la noche - Hadarah sonrió.

—Lo haré madre - Angela cerró el libro y abrazo a la menor — gracias por mostrarme esto.

—Mereces todo el mundo, y es momento de enviar las invitaciones, tus hermanos y todos los empleados de la casa están a tu disposición  - Hadarah beso sus mejillas y asintió.

Y a como fue dicho por la duquesa, todos los empleados se vistieron en sus mejores galas y comenzaron a repetir más de cien invitaciones en todo el imperio, desde el príncipe heredero, hasta un simple Barón, la fiesta de la familia Angenas se avisaba que sería la mejor del imperio.

—Una semana - dijo Calisto — en una semana mi hermosa hermana se convertía en una mujer casadera - el joven fingió llorar, Adonis le miro mal y le pellizco un brazo.

—Deja de ser escandaloso, eres molesto, no se casará con nadie, primero mato a todos los hombres del imperio.

—¿Entonces te suicidaras al final? - Hadarah le miro — Eres hombre también.

—Soy tu hermano  - se quejo el y Hadarah solto a reír.

Jubelian camino por toda su habitación pensativa, estaba a nada de ser la fiesta de su mejor amiga y no tenía un regalo adecuado para ella.

—Deberíamos de ir a buscarlo -la voz de su padre sonó en la puerta —te vez desesperada.

—No quiero quitarte tiempo... - el mayor negó

—Vamos, incluso si quieres enviar por un regalo a otro país puedes hacerlo - Jubelian solto una pequeña risa y asintió.

—Gracias -dijo la menor.

—Es tu amiga, la única que tienes, debes conservarla.

—Lo se, pero ella no se irá tan fácil papá  -el asintió  —papá...

—Dime.

—¿Tú bailarias con ella? - Regis bajo la vista para ver a su hija, Jubelian sonreía sin mostrar los dientes —¿Que mejor regalo que ese?

—Yo no soy un objeto Jubelian - la menor alzó hombros y subió al carruaje.

Eros Ashet observaba la invitación con atención, sus hermanos mayores habían recibido una pero el y su melliza no, desventajas de nacer de una criada y no de una mujer noble.

—Nos están despreciando hermano - Medea soltó con enfado.

—No te preocupes querida, le demostraremos quienes somos nosotros dos, no nos volverán a subestimar.

—¿Qué tienes en mente?

—Seré el emperador a toda costa y te pondré en lo más alto de la cúspide social, solo debemos de comenzar a movernos, sin guerra no hay victoria.

—Bien hermano, lo haremos - ambos mellizos sonrieron macabramente.

Jubelian miro todos los regalos sin decidirse por alguno, su padre se había alejado de ella y no sabía en donde estaba.

—¿Y papá? - Geraldine se acerco.

—Dijo que regresaba pronto - Jubelian asintió —Es tu primera amiga - menciono el mayor.

—La primera amiga de la señorita -dijo otro guardia, todos sus guardias fingian llorar, se miraban felices de que su señorita finalmente saliera de su burbuja y conociera más gente.

—La ayudaremos -dijo otro con entuciamos, Jubelian quiso reír.

—Ella la conoce mejor que ustedes  -dijo el Duque acercándose, Jubelian observo sus manos, en ella había una pequeña caja la cual escondió cuando vio que ella miraba hacía ahí. —Solo elige lo que creas correcto.

—Tienes razón  -murmuró la joven mordiendo su labio, segundos después tomó una caja algo grande, sabía que tarde o temprano Hadarah la utilizaría, más temprano que tarde.

—¿Por qué ese?

—Algún día verás para que es - Regis miro con extrañeza a Jubelian pero prefirió no preguntar más.

Y así pasaron las dos semanas restantes, Hadarah preparando su fiesta junto a su familia y Jubelian preparándose para ver a su amiga brillar.

Se viene lo bueno.

¿Que creen que era lo que llevaba Regis en las manos?

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