Capítulo 1.

 Un año más tarde.

  Audrey no sabía que detestaba más: que Carlos estuviera con Jane, que ella hubiera dado la idea para el nombre del evento que reanudaría el Programa de los VKs había dicho que podía llamarse "El Día de los VKs" y que todos aceptaran aquello o que aquel día finalmente había llegado.

 Los primeros cuatro chicos que habían venido de la Isla lograron cambiar su vida, y la hija de Aurora temía por su futuro ahora que vendrían más al reino.

  ¿Qué más le podrían quitar? ¿La dignidad? No, esa ya la había perdido. ¿La popularidad? Tal vez.

 Lo único bueno de aquel evento era que De Vil había regresado a su hogar con sus amigos, lo cual le daba la oportunidad a la princesa de Auroria de pasar tiempo con su mejor amiga.

  Y, a pesar de que aquel tiempo debería ser invertido en reuniones del Comité de Decoraciones para la llegada de los nuevos inquilinos, al menos Audrey podría estar más cerca de Jane.

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 Una semana más tarde, la entrada de Auradon Prep estaba repleta de gente, pero la rubia solo tenía ojos para la pareja que estaba tomada de las manos; mientras la pequeña hada también sostenía el otro brazo del pecoso, conversando con la gente a su alrededor.

  La rubia solo observaba aquella escena con dolor, mientras Chad estaba a su izquierda y su abuela a la derecha.

 Había un pequeño escenario en medio del lugar, Evie se encontraba junto al mismo, con Lonnie y la banda de música escolar detrás de ellos.

—Ok, entonces estos chicos seleccionados son más jóvenes que nosotros cuando llegamos aquí, por lo tanto tal vez sientan más nostalgia al separarse de sus familias o pretendan ser fuertes; o probablemente lleguen enfermos por las malas condiciones de la Isla. —Le dijo la princesa malvada a la joven guerrera, quien asintió con la cabeza.

—Entiendo, nos encargaremos de eso, pero lo más importante es hacer que se sientan en casa. —Añadió la hija de Mulán.

— ¡Aquí vienen! —Exclamó la chica de cabello azul con entusiasmo cuando visualizo a su mejor amiga y al rey avanzando hacia ellos, la banda comenzó a tocar mientras la pareja real saludaba.

— ¡Oh my gosh! Esto es mucho más grande que nuestra bienvenida. —Puntualizó la ojiverde, mientras avanzaban tomados de las manos por el jardín saludando a las personas que gritaban de emoción, hasta que los recién llegados finalmente subieron al escenario. Mal quiso bajar de aquella tarima al ver a sus amigos, pero el hada madrina extendió un brazo frente a ella, deteniéndola. 

—Quédate. —Le pidió la madre de Jane con amabilidad, mientras que sostenía un micrófono en su otra mano.

— ¿Me quedo aquí? —Repitió la hija de Maléfica, confundida, retrocediendo un par de pasos. Finalmente la directora de Auradon Prep asintió con la cabeza, Ben y Mal continuaron saludando y se observaron cuando la música cesó.

—Bippiti-boppiti, uno, dos, uno; dos. —Habló el Hada Madrina, girándose para ver a la multitud mientras sostenía el micrófono a pocos centímetros de su rostro. — ¿Todo el mundo puede escucharme?

  La gente comenzó a gritar, el hijo de Cruella giró la cabeza para observar a Jane.

—Si. —Respondió la pequeña hada, mientras su novio reía al verla tan feliz. 

—Ben. —Exclamó la adulta, extendiendo el micrófono hacia el castaño, quien lo tomó para acercarlo a su rostro.

—Gracias, Hada Madrina. —Comentó el rey, metiendo una mano en el bolsillo de su pantalón y retrocediendo, suspirando con alivio al ver a su pueblo. Su novia lo miraba con una mano en su cadera y una sonrisa. — ¿Cómo están, Auradon?

 Nuevamente la multitud gritó, aplaudiendo.

— ¡Gracias! ¡Muchas gracias por venir a recibir a nuestros nuevos huéspedes! —Agradeció el castaño. —Ellos estarán aquí pronto. —Añadió, ignorando la sonrisa falsa de su padre y la preocupación que Bella intentaba ocultar mientras aplaudía, en el público.

—No es como si tuviéramos elección. —Se quejó Leah en voz baja, lo suficiente como para que su nieta y Chad pudieran escuchar sus palabras. La rubia la observó y luego suspiró mientras volvía a ver hacia el frente, oyendo como Mal gritaba con entusiasmo.

—Funcionó bastante bien para los primeros cuatro. —Continuó hablando Ben.

—Si, ¡especialmente para ti! —Le recordó el hijo de Cenicienta. Inmediatamente Audrey levantó su mano izquierda, chasqueando sus dedos para que se callara.

—Qué gracioso. —Mencionó la princesa de Auroria, con sarcasmo y una expresión seria en su rostro, mirándolo de reojo para luego desviar su vista hacia Jane; parpadeando varias veces mientras Chad presionaba sus labios.

  El rey tomó una de las manos de la chica de cabello morado, mientras que con la otra sostenía el micrófono.

—Mal, este es el lugar exacto en donde nos conocimos no hace mucho tiempo. —Habló el chico Bestia, mirándola a los ojos y viendo como la sonrisa de la villana que tenía en frente se agrandaba. —Siento que te conozco de toda la vida.

—Pero ¿mencioné que estoy enamorado de ti? —Dudó el muchacho.

—Aw. —Dijeron casi todos los presentes, mientras que Carlos corría hacia donde se encontraba Evie y tomaba el gorro del enano para colocárselo en la cabeza, ya que Doug tenía una guitarra que no tardó en comenzar a tocar.

 La descendiente de Maléfica se llevó las manos a los labios, muerta de vergüenza y ternura.

I met this girl that rocked my world like it's never been rocked. —Empezó a cantar el castaño, mientras Jane y Jay se acercaban a sus amigos, haciendo los coros junto a ellos; observando con ternura como Ben tomaba a su novia por la cintura y la hacía girar mientras ella los observaba, estirando su brazo libre con una sonrisa enorme. —And now I'm living just for her and I won't ever stop.

I never thought that it could happen to a guy like me. —Continuó Ben, deteniéndose y tomando la mano de la ojiverde, quien usó su mano libre para proporcionar una caricia en la mejilla del rey; giró la cabeza para observar hacia donde se encontraba la descendiente de Aurora y el castaño aprovechó su distracción para tomar el micrófono con su otra mano, metiendo la contraria en el bolsillo de su pantalón. —But now look at what you've done, you got me down on my knee. —Finalizó, arrodillándose frente a ella cuando la muchacha volvió a mirarlo.

  Audrey simplemente entreabrió los labios, llevándose una mano a su estómago inconscientemente, mientras su pariente la observaba. Ben le dio el micrófono a Carlos mientras sacaba una cajita del bolsillo de su pantalón y la sostenía con ambas manos.

—Mal, somos tu y yo. Somos tu y yo para siempre. —Exclamó el castaño, mientras la villana colocaba sus manos en su boca, dejando escapar un suspiro. — ¿Te casarías conmigo? ¿Serías mi reina? —Le preguntó mientras abría la pequeña caja, revelando un anillo, la chica de cabello morado sacó ambas manos de sus labios.

— ¡No! —Gritó la hija de Aurora, no porque no aprobara aquel matrimonio, sino porque todos parecían tener un final feliz menos ella. Su abuela tomó uno de sus antebrazos, regañándola con la mirada por no mantener la compostura.

— ¡Si! —Accedió la joven de la Isla.

— ¡Si, si! —Alzó la voz Carlos, demasiado emocionado, comenzando a repartir abrazos a la gente que se encontraba a su alrededor. Lonnie abrazó a Jane, luego a Jay, a Evie mientras que; del otro lado del jardín, Audrey perdió la consciencia por tan solo unos segundos; siendo sostenida por Chad y su abuela, en ese instante la rubia volvió a abrir los ojos únicamente para ver cómo la pequeña hada se acercaba hacia su novio dando saltitos y lo abrazaba.

 El rey se incorporó y le colocó el anillo a su prometida, quien no tardó en mirarlo con una enorme sonrisa, luego besó al castaño. Evie se puso a gritar, mientras Carlos señalaba a la feliz pareja, y Jay rodeaba a Jane con sus brazos.

  Incluso De Vil chocó su pecho con el de Adam, logrando que se arrepintiera al instante.

—Lo siento muchísimo. —Se disculpó el pecoso.

—Está bien. —Replicó Beast, pudiendo tranquilizar al muchacho.

 Una vez que acabaron de besarse, la pareja real no tardó en intercambiar miradas de amor, abrazándose y buscando no romper nunca el contacto físico entre ambos.

  Jay y Carlos se chocaron los cinco, dándose palmadas en la espalda, felices. Incluso el Hada Madrina aplaudía sin parar, viendo como Mal y Ben unían sus frentes mientras que la villana tenía la mano en la nuca de su prometido.

 Y Leah los observaba seriamente, mientras que su nieta solo mantenía las manos unidas, con la cabeza baja.

—Una vida entera de planes, desaparecida. —Protestó la anciana, quien estaba cruzada de brazos, se giró para ver a la rubia—. El status familiar, se ha ido. —Le reprochó, captando la mirada de la joven.

—Audrey, se suponía que tu ibas a ser su Reina, y dejaste que él se escapara entre tus dedos. —Le recriminó la adulta, decepcionada e indignada, la menor ni siquiera podía sostenerle la mirada. —Tu madre pudo conservar a un príncipe, incluso estando dormida.

— ¿No crees que ya me siento bastante mal, abuelita? —Intervino la princesa de Auroria, ocultando que el verdadero motivo de su tristeza era que cierto pecoso estaba demasiado cariñoso con cierta hadita.

—Ben y Mal son los mejores. —Dijo una chica que se encontraba detrás de las Rose. —Estoy tan emocionada porque Mal será nuestra reina. —Exclamó, Audrey cerro los ojos con impaciencia antes de darse la vuelta para enfrentarla.

— ¿Ustedes realmente prefieren tener a una VK en el trono en lugar de a mi? —Exigió saber, pero no recibió ninguna respuesta. — ¿Qué está mal con ustedes?

  Luego la rubia se giró para observar la enorme pantalla en la que veía a esos dos tortolitos.

— ¿Qué está mal con todo el mundo? —Protestó, sabiendo que su abuela estaba oyéndola, esperando a que actuara como una perra. Desvió la mirada al escuchar los gritos de felicidad de los muchachos cuando Ben se dirigió hacia ellos.

—Estoy comprometido, hombre. —Masculló el castaño, dándole una palmada en el pecho a Carlos, mientras Doug y Jay le sonreían.

 Mal corrió hacia Evie, rodeándola con sus brazos inmediatamente.

— ¿Qué? ¿Tú lo sabías? —La interrogó la futura reina, sorprendida.

—Todo. —Afirmó la princesa malvada, separándose de ella y viendo la expresión de su mejor amiga, quien negaba con la cabeza. —Vas a rockear esa corona. —Le prometió, colocando una mano en su mejilla con cariño.

  La ojiverde sonrió, dejándose acariciar para luego tomar las manos de la otra VK.

—Okay. Yo solamente hice como 1.000 bocetos de tu vestido de boda —Mencionó la descendiente de Regina con entusiasmo, para luego girar la cabeza hacia donde se encontraban los padres de Ben. —Y Bella ya organizó una fiesta de compromiso para la próxima semana.

 Ben corrió a abrazar a Jane con entusiasmo.

—Bueno, ¡es realmente bueno que le dije que sí! —Dijo Mal, aproximándose hacia sus suegros.

—Abrazos. Hola. —Habló Adam, rodeándola con sus brazos.

—Abrazos. Hola. —Repitió la VK, entusiasmada, correspondiendo el gesto para luego apartarse y acercarse a Bella.

—Por fin tengo una hija. —Dijo la ex reina, abrazando a la chica de cabello morado con cariño.

—Felicidades, hijo. —Exclamó Beast, abrazando a su descendiente.

—Gracias, papá. —Comentó el castaño.

  Jane y Carlos se abrazaron de nuevo.

—Te quiero, Bella. —Le dijo la ojiverde a la adulta una vez que se apartó de ella.

 Evie se arrojó a los brazos de Jay, demasiado feliz, siendo correspondida por el mayor.

—Aw, yo también te quiero. —Afirmó la esposa de Adam, ladeando la cabeza, conmovida. La VK se dirigió hacia el Hada Madrina.

—Oh, cariño. —Exclamó la madre de Jane, mientras la joven la abrazaba para luego separarse. Ben colocó una mano tras la espalda de su prometida. —Estoy tan feliz por ambos.

—Muchas gracias, Hada Madrina. —Masculló el rey, mientras la hija de Maléfica observaba su anillo con una sonrisa enorme, por lo tanto el joven se acercó a la adulta —Creo que le gustó. —Le dijo con discreción.

—Bippity-bobbity, puedes apostarlo. —Afirmó el Hada, ocasionando que todos rieran.

  Tras la pareja, se encontraban Evie, Jay; Carlos, Lonnie y Jane, pero el ex ladrón fue quien se aproximó hacia ellos.

— ¡Todos, inclínense ante Su Real Majestad! —Habló el chico de cabello largo, feliz. Mal se giró para verlos.

—Oh, si, Su Real Moradesa. —Lo apoyó el pecoso, dando varios pasos al frente junto con los demás y quitándose el gorro de la banda para hacer una reverencia, mientras Evie hacia movimientos exagerados con sus manos y Jane y Lonnie estiraban las puntas de sus vestidos; bajando las cabezas en señal de respeto.

—Silencio, campesinos molestos. —Se burló Mal, elevando una mano en señal de superioridad y alejándose de ellos.

—Como desee, mi señora. —Accedió Jay.

—Su Enojosidad. —Añadió De Vil, mientras Evie le daba un golpe en el brazo al descendiente de Jafar, entre risas.

 Audrey tomó la mano de la chica de cabello morado, deteniéndola.

—Felicidades. —Le dijo la rubia, sacándole una sonrisa a la VK. —Te lo ganaste justamente.

  La ojiverde aún sonreía, mientras la princesa de Auroria se mantenía seria.

—Oh, espera, no; no lo hiciste. —Replicó la descendiente de la Bella Durmiente. —Tu hechizaste a Ben para destruir a todo Auradon. —Mencionó, dejando a la chica de ojiverde shockeada.

—De todas maneras, quédatelo, supe que él no era para mi desde el momento en que comenzó a desconfiar de mis palabras. —Prosiguió la AK. —Pero tenías que ayudar a Carlos a quedarse con Jane, luego de haberla manipulado a ella también. Que conmovedora historia para los nietos.

— ¡Okay! Hagamos esto. —Se oyó la voz de Ben antes de chocar los puños con Jay, las jóvenes giraron las cabezas para observar hacia allí y luego volvieron a mirarse.

—Hablando de niños, tenemos unos pequeños esperándonos. Así que... —Exclamó Mal, colocando una mano sobre el brazo de Audrey. —...si me disculpas. —Finalizó la conversación y se dio la media vuelta para dirigirse hacia donde se encontraban sus amigos, mientras la rubia la observaba.

— ¡Antes de que se vayan, tengo algo que darles! —Dijo Jane, sacando varias tarjetas del bolsillo de su chaqueta y entregándoles una a cada uno, quienes se apresuraron a guardarlas en sus bolsillos. — ¡Todos ustedes están invitados a mi fiesta de cumpleaños en el Lago Encantado! 

 Una limusina morada fue estacionada en la calle y Carlos volvió a abrazar a Jane, cuando se apartó él se apresuró a abrir la puerta trasera para Evie, mientras que Jay se despedía de la pequeña hada con otro cálido abrazo. 

  El antiguo ladrón le sonrió a uno de los guardias que había conducido el vehículo hasta allí antes de entrar por el lado del conductor, mientras que el pecoso ingresaba al auto y la princesa malvada saludaba a la gente antes de hacer lo mismo. 

—Felicidades, lady Mal. —Comentó uno de los guardias, deteniendo a la hija de Maléfica.

—Gracias. —Dijo la VK.

— ¡Audrey! —La llamó Jane, pero la rubia no la oyó, simplemente se dio la media vuelta para volver hacia donde se encontraba Leah. La pequeña hada quiso seguirla, pero Chad se interpuso en su camino, bloqueándole el paso. — ¡Hey! Necesito que me hagas un favor.

—Claro, claro. —Accedió el descendiente de Cenicienta, sonriendo amablemente mientras arreglaba su traje. — ¿Cuál es? —Quiso saber, intrigado.

—Quiero que vengas a mi fiesta de cumpleaños. —Le dijo la hija del Hada Madrina, entregándole la invitación que le correspondía, luego le dio una más. — ¿Podrías darle esta tarjeta a Aud? Se la entregaría yo misma pero su abuela me mira como si fuera una paria y no quiero causar problemas.

—Claro que sí, ¿para qué estamos los amigos? —Accedió el príncipe, alzando una ceja y tomando ambas invitaciones con interés. — ¿Tu? ¿Causar problemas? Eso es difícil de imaginar, si eres más inofensiva que una pulga.

—Gracias, Chad. Eres un buen amigo. —Mencionó Jane, sonriendo con ternura. Lonnie corrió hacia ellos, abrazando por detrás a su mejor amiga, cuya sonrisa se hizo más grande.

—Lo siento, Charming, pero esta señorita tiene que contarme todo lo que planea hacer para su maravilloso cumpleaños y yo debo chillar con ella porque Evie me hará un atuendo para ese día tan especial. —Exclamó la hija de Mulán, entusiasmada, separándose de ella y tomando su mano para arrastrarla hacia el otro lado del jardín. 

 El rubio simplemente las vio alejarse y guardó su invitación en el bolsillo de su pantalón mientras caminaba hacia el cesto de basura más cercano, miró la otra tarjeta y la hizo una bolita que arrugó antes de arrojarla dentro del cesto, con el resto de los residuos de Auradon que probablemente acabarían en la Isla de los Perdidos tarde o temprano.

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