chapter two. our last moment

𝐅𝐄𝐀𝐑𝐋𝐄𝐒𝐒
.˚ׅ ❛ capítulo dos
our last moment  ❜𓈒˙

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—¿Todo bien?— Trav intenta revisar las heridas en mi rostro.

Asentí, estando sentada sobre la parte trasera de la camioneta —Si, ¿Qué hay de ti?

Él parece titubear un poco pero se las arregla para asentir, noto como respira con pesadez y lo entiendo, está cansado después de haber peleado con todos esos muertos en el llamado matadero.

—Ya están atendiendo a Luciana, pero deberías sentarte, dejar que te revisen— le propongo.

Travis niega ante la idea de que lo revisen, sin embargo obedece al sentarse junto a mi. Me quedo en silencio mientras a lo lejos vemos a mi madre hablar con el hermano de Troy: Jake.

—Insiste en que vayamos a su rancho— menciono de pronto.

—Tienen que ir— responde rápidamente.

—Bueno, a mi mamá no le parece tan buena idea— lo miro —Ella quiere que continuemos el camino hasta quién sabe dónde.

—El rancho suena seguro.

—¿Tu crees?

—Tu dijiste, quién sabe a dónde más podríamos ir— toma una bocanada de aire —Me parece buena idea.

—Deberías decirle eso a mi mamá, antes de que nos envíe a una muerte segura.

Se que ella siempre nos protegerá pero no siempre se puede, un accidente, una pequeña distracción y estamos todos muertos, así es el mundo ahora.

—No te preocupes por eso, encontraremos un lugar seguro si no es el rancho.

Le asiento —Intentaré no hacerlo.

Entonces recargo mi cabeza sobre su hombro al mismo tiempo en el que pasa su brazo sobre mis hombros, mientras las personas seguían pasando, empacando todo para irse.

Ambos nos giramos cuando escuchamos disparos y luego quejidos de los muertos salir de las estaciones del lugar.

—Tenemos que irnos— informa él, tratando de ponerse de pie una vez más.

Me giro a mis hermanos, mirando a más muertos venir por todos lados. Justo en ese momento mamá llega apresurada.

—¡Nick, detrás de ti!— le grita en cuanto llega.

Junto a Alicia tomamos a Luciana, haciéndola caminar a duras penas mientras Travis nos ayuda a llevar las maletas.

Nick corre hasta nuestra madre, quien se ve atrapada en muertos. Miro a Travis y él a mi, entendiendo totalmente y tomando de Luciana en mi lugar.

Sigo los pasos de Nick y corro hasta mi madre, tomando la primer arma que encuentro. La sangre se salpica por todos lados, más de ellos nos rodean dejándonos atrapados y cuando comienzo a creer que moriremos, un disparo frente al muerto que estaba por atacarme lo hace caer y una camioneta se aparece en su lugar.

—¡Suban, rápido!— es Troy quien dispara.

Miro a mamá y ella a mi, Travis, Alicia y Luciana están a salvo en aquel helicoptero así que no tenemos de otra más que separarnos.

Otra vez.


El camino ha sido largo, pero no me quejo, bueno quizá un poco, en especial por las canciones a todo volumen que Troy había llevado todo el camino.

Agradezco a cualquier ser existencial cuando la camioneta se detiene frente a las rejas y un tipo armado se acerca hasta nosotros, obligando a que la música se detuviera.

—Joe— le saluda Troy con tranquilidad —¿A quién has hecho enojar para volver a ser guardia?

El tipo ni siquiera sonríe ante su comentario, se limita a darle una expresión de seriedad a Troy.

—Tu padre quiere hablar contigo— le informa.

—¿Jake ya ha hablado con él?

Este niega —Jake no ha llegado, ese es el asunto, no ha llegado desde que se fueron, no sabemos dónde está.

Mi ceño se aligera lentamente, observando a Nick y él a mi. Alicia, Travis y Luciana se habían ido con Jake.

—Vale, vale, fuera— ordena el ojiazul, cuando ve que prestamos tanta atención como él —Bajen.

—¿Qué?

—Bajense y esperen afuera.

A regañadientes Nick se baja, siendo seguido por mi y luego por nuestra madre. Entonces la camioneta arranca a toda velocidad dejándonos fuera de aquel rancho.

Rancho que parece seguro, hay familias enteras en el, casas, suministros y los que parecen ser niños jugando mientras ríen.

—No están aquí, regresemos y busquemoslos— propone Nick.

—¿Regresar a dónde?— me pregunto cuando se da vuelta, dispuesto a caminar en la dirección contraría al rancho.

—No sabemos dónde están, Nick, no sabes hacia dónde vas— le responde mi madre.

—Es mejor que quedarnos.

—No, no lo es— interfiere nuestra madre, entonces Nick se da la vuelta —Nos vamos, nos perdemos, ellos vuelven ¿Y después qué, ellos tendrán que buscarnos?

Éste se mantiene en silencio, me cruzo de brazos mientras suspiro con la mirada directo al rancho. Nick se acerca a mi, lo suficiente para murmurar entre nosotros.

—Reaccionar así nos mataría— le digo a Nick —Mamá tiene razón, lo sabes.

Bufa, mientras me daba un leve empujón con su brazo —Bueno, pero, ¿Y si no aparecen? ¿Eh? ¿Qué tal si solo somos nosotros, ¿Qué hacemos entonces?

—Abraza a tu madre— le pide la mujer de un momento a otro.

El ceño de Nick se frunce, mientras sin entender, ya lo ha forzado a abrazarla. Su mano se dirige hasta el cinturón de ella, dándome cuenta de la presencia del arma que lleva desde quién sabe cuándo.

—¿De dónde la has sacado?— murmuro bajito.

Ambos se separan, mientras ella me mira —Cuando nos detuvimos anoche, en la guantera... hay que unir a la familia, tomamos lo que debemos, impedir a quien se interponga.

Lanzo una última roca que se encuentra cerca de mi por el pasto, mientras mamá murmura todo lo que observa, me doy cuenta pronto de que Nick se levanta y ambos discuten, pero solo podía mirar al vacío.

Finalmente me levanto, coloco ambas manos sobre mi cintura y miro al campo

—¿Qué te parece interesante?— inquiere Nick.

—Imagínate si esto estuviera lleno de árboles— le respondo, encogiendome de hombros.

—Eres muy rara— me empuja levemente.

Rio, dandole una mirada—Tu eres el raro... estás preocupado, no te preocupes.

—El mejor consejo que me han dado— responde con ironía —¿Tu no lo estas?

—¿Por Alicia, Luciana y Travis? Sí, ellos volverán, son fuertes, ¿O no?

Asiente —Sí...

Me cruzo de brazos, mientras me giro a él —Solo es cuestión de esperar, Nick.

—¿Cuánto? ¿Cuánto se espera antes de que la noticia de que están...?

Se interrumpe a sí mismo, estar preocupados apesta, especialmente ahora. Con todo lo que habíamos vivido tan pronto, todo ha pasado tan rápido que me es difícil asimilarlo.

—Hasta que la esperanza se pierda— aseguro.

Recuerdo lo que una profesora de mi escuela me dijo una vez, cuando el mundo aún funcionaba.

La esperanza es lo último que se pierde, suena cliché pero es verdad, sin embargo; solo aplica en algunas personas.

Ambos nos damos la vuelta cuando escuchamos la reja abrirse, nuestra madre comienza a caminar dentro, dándonos una señal de que entremos con ella.

—Bienvenidos al 'rancho mandíbula rota'— dice aquel hombre.

—No es seguro— murmuró Nick.

La adulta suspira —En este momento solo somos dos familias con seres queridos desaparecidos.

Después del pequeño recorrido en el rancho, me percato de que hay más familias de las que se vi, niños, adolescentes y muchas cabañas pequeñas alrededor, incluyendo casas de campaña y caravanas.

—No es mucho pero esta limpio— Otto nos entrega la llave de está pequeña cabaña —Las letrinas y duchas están en la parte de atrás.

Camino un poco por el lugar, retrocediendo cuando una araña comienza a seguirme y entro en pánico. Por suerte Nick aplasto la araña y pude respirar.

—Yo sacudiría un poco los colchones y barrería el suelo por los escorpiones y esas cosas.

Eso hace formar una pequeña mueca, mientas miro a mi hermano y él a mi.

—Gracias— Madison sonrie, mientras la miramos con tanta rapidez que mi cuello me duele y, una vez que el mayor Otto sale, mi mueca se hace más grande aún.

Nuestra madre nos mira a ambos cuando nota nuestras expresiones, —No empiecen— dice, sabiendo lo que queremos decir.

—¿Le agradeces?— cuestiona Nick, con los ojos bien abiertos.

—¿Él dijo escorpiones?— me pregunto, con poco aliento.

—Bajen la voz— pide, siseando.

—¡Su hijo es un maldito asesino!

—¡Nick!

—Nick tiene razón— doy un paso al frente —No podemos confiar en ellos.

—Díganme, ¿Quieren una guerra con ellos? ¿Con todos ellos? ¿Quieren empezar una pelea? Entonces, si verán matones.

—¿Si sabes que es mi culpa?— inquiere el castaño —Yo lleve a Luci y a esas personas ahí, y ustedes fueron a buscarme.

—No es tu culpa.

—Pero tengo que remediarlo— sale tal rápido como pudo.

Eso me deja a solas con mi madre, en silencio, no soy mucho de insistirle la realidad así como Nick o Alicia, por lo que me limito a mirarla.

—¿A dónde va?— me pregunta, refiriéndose a Nick.

Encogí mis hombros —Primero a hacerse loco un rato, luego empezará a explorar y finalmente se pondrá a socializar para llegar aquí cansado pero más tranquilo.

Eso la hace sonreír levemente —Lo conoces mejor que su madre.

—Es lo que haría yo.

Ella se mantiene en silencio, mientras se levanta para empezar a limpiar y ordenar. En cambio yo me dejo caer sobre el colchón y miro la madera de la litera.

—Quiero creer que aquí es seguro— murmuro.

—Lo será, si lo convertimos un hogar— se gira a mi un segundo —Si lo protegemos.

Niego —No, mamá, no me refiero a eso... quiero creer que es seguro porque quiero que sea así, si me mentalizo de que será seguro quizá dure y sea así pero... con todo lo que ha pasado ya no sé qué es seguro.

¿Estoy teniendo una crisis? Sí.

—Rachel, escucha— pide, dejando de lado la escoba —Seguro es donde estemos juntos, no importan donde sea, si es en otro continente o en otro planeta, si estamos juntos estamos a salvo.

Suspiro, levantándome del colchón y mirando la puerta pero no a ella, pues parece que la familia se esta desmoronando al no querer estar juntos más.

Nick quiere estar por su cuenta, Alicia quiere estar con mamá y yo también pero comenzaba a entender por qué Nick quiere irse y estar solo.

Estar solo significa que no tienes que encariñarte con nadie y llorar cuando se mueren o preocuparse cuando los secuestran. Como ahora.

—Iré a hacerme loca también— informo en un murmullo, justo antes de salir al sol.


Mi plan de hacerme loca hasta el final del día resultó en mi comiendo unas golosinas que una señora que vive en el rancho me regalo por ayudarle a arreglar su cafetera.

Son amables, al menos ella lo es.

Ahora estoy por encima del columpio mientras espero, espero que haya una señal de ellos y cuando los vi, corrí lejos hasta alcanzarlos.

Primero abracé a Alicia de inmediato, después de que mamá fuera en busca de Travis.

—¿Estás bien?— le pregunto a Alicia, luego se separarme de ella.

Ella asiente levemente a duras penas —Algo así.

Pero entonces, ambas nos giramos hasta nuestra madre, ella no entiende lo que sucede y yo tampoco.

—¿Dónde está?— se pregunta, mirando al camino —¿Dónde está Travis?

Mi sonrisa se borra de inmediato al entender pero no aceptandolo, miro a Alicia confundida, en busca de una respuesta clara... en busca de la verdad.

—¿Dónde...?

Ella titubea —Él... él no...— niega y entonces, comienzo a sentir lo peor que una persona puede llegar a sentir.

El dolor de una pérdida.

—No...— niego, tratando de mantenerme de pie.

Pero nuestra madre está mucho peor, ella cae al suelo, sollozando desconsoladamente, mi primer impulso es abrazarla y lo hago, mientras Alicia se nos unía.

Por un momento dejo que una lagrima se escape hasta mi mejilla, soltando un leve sollozo en una mueca de dolor.

Aquello no dura mucho ya que me pongo de pie cuando noto todo el desastre que se está formando a nuestras espaldas.

—Si la llevamos a la enfermería, se puede convertir, es contra la política— sentencia Troy, refiriéndose a Luciana.

—Es tú culpa, tú le disparaste.

—Estaba defendiendo a mi pueblo. Lo volveré a hacer— este saca su arma —Sé que hacer.

Pero en aquel momento, Nick se levanta de inmediato y se interpone entre ambos. Alicia y yo ya a este punto estamos más que de pie para defender a nuestro hermano.

—Quítate del medio, a un lado— le sentencia el castaño.

Nick respira con pesadez, desde la distancia logro verlo. Sin embargo, cuando se mueve mi ceño se frunze al creer que no le obedeceria. Cuando el menor de los Otto se acerca, mamá nos toma a Alicia y a mi para protegernos de aquel chico que le quita el seguro al arma, listo para terminar con la vida de Luciana.

Todos creen que él será el encargado de terminar con la vida de la chica, incluso llegué a cerrar mis ojos un segundo en espera del disparo cuando Nick dice: —Lo haré yo.

Y tanto Troy como el mayor Otto lo miran, el primero le entrega el arma con sutileza sin antes darnos una mirada a nosotras. No me muevo un centímetro, temo los planes que Nick se está pensando cuando le apunta al anterior chico y todos se alteran.

—No— sentencia Nick —Que entre.

—Nick— llama nuestra madre.

—Dije que la dejen entrar.

Él ignora completamente sus llamados, dirigiendose a la única persona que nos ha ayudado hasta ahora.

—Nick, así no es cómo hacemos las cosas aquí— le señala Jake Otto.

—Está vez no.

—Haz lo que tu mami dice— Troy le aconseja de una manera amenazante.

Sin embargo, Nick empuja más su arma y avanza apesar de tener a todos los hombres con traje de milicia apuntándole.

—Nick, Nick, cálmate— el mayor de los Otto se interpone —Vamos, déjame tomar esa arma.

Nick no se mueve, se limita a decirle: —No pueden abandonarla.

—Si tiene pulso, la dejaremos entrar... pero tienes que darme el arma.

—Hazlo, Nick— le murmuro, porque no quiero perderlo a él también y a nadie más.

Al ver que no habría de otra, Nick le entrega el arma y solamente así dejan pasar a Luciana dentro.

—Ve con ellos, Rachel— ordena mi mamá con firmeza.

Le niego, no soy capaz de dejarla aquí —No, yo quiero estar contigo.

—No te separes de ellos.

—Mamá...— susurro, al ver que ella no se mueve, yo lo hice.

Seguí a Alicia, Nick y Luciana dentro hasta la enfermería. Donde pronto la atendieron, donde me dieron medicamento y una curita para mis heridas.


Cuando Luciana se estableció, los tres decidimos volver a casa y darle toda nuestra atención está vez a nuestra madre y a su perdida, la cual ninguno de nosotros podía asimilar.

Jamás la he visto llorar, ella suele mantenerse fuerte y eso lo sé, pero ahora se ve totalmente diferente.

—Estoy bien— aclara ella, antes de que pudiéramos decir algo.

Me siento frente a ella, junto a Alicia, espero más lagrimas cuando mi mamá nos sonríe a los tres.

—Me preguntaste si tenía un plan, Nick — mira al mencionado.

—Mamá, eso fue antes, nosotros no...-

—Era la pregunta correcta— le interrumpe —Vamos a quedarnos aquí.

Mi ceño se aligera, Nick me observa de inmediato así que me limité a negarle para que no diga algo que nos llevara a una discusión.

No es tiempo de discutir, es tiempo de asimilar y aceptar que Travis se ha ido.

—¿Qué?

—Vamos a hacerlo nuestro hogar— insiste ella —Aunque tengamos que adueñarnos.

—Mamá, es una locura— murmuro al igual que Nick, por su bien no quiero protestar.

Ella niega —No, es nuestro destino... sufrimos por llegar aquí— traga en seco —Travis murió por venir aquí. Tenemos que aceptarlo... tenemos que ser fuertes— añade, haciendo una pausa y luego se gira a Alicia.

Quien no dice nada, no se mueve y no protesta sobre la decisión que había tomado sobre todos nosotros.

—Dime cómo paso, cuéntame todo.

La mencionada se resigna algunos segundos, no quiero escucharlo o me romperé ahora sí, solamente me recuesto sobre el colchón junto a ella, girandome al otro lado cuando comenzó.

—Nos atacaron— dice —Travis estaba infectado desde antes.

No habría posibilidad de que sobreviviera aún así.

—Él se lanzó del helicoptero para salvarnos, para salvarme a mi— prosigue.

¿Si ya estaba infectado desde antes cómo no me di cuenta? Lo único que podía pensar era en la última vez lo vi.

Me cuesta escuchar lo demás, porque desde que todo empezo mis héroes mueren solos, al parecer.

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