chapter twenty. now why live
𝐅𝐄𝐀𝐑𝐋𝐄𝐒𝐒
.˚ׅ ❛ capítulo veinte
now why live ❜𓈒˙
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«imagina tu vida» ¿Cómo sería? ¿Cómo será dentro de unos años? Si es que logras sobrevivir lo suficiente para verlo y estar ahí, no de manera fantasmal, si no en carne y hueso.
Extraño sentimiento el de la muerte, he escuchado que se siente como volar, pero ahora mismo no quiero saberlo y tampoco quiero que más personas a las que amo lo experimenten. Solo quiero que todo se detenga, quiero ir en ese auto con mi papá, quiero comer las golosinas que él nos daba a mis hermanos y a mi cuando venía de su trabajo. Quiero esa vida otra vez.
—¿Que pretendes, Nick?— cuestiona el procurador John.
—Dile que no me apunte— ordena Nick, señalando a uno de los procuradores.
John da la orden y el hombre baja el arma, pero presiento que Nick aplastara el botón en cualquier momento, pues mira la presa y dónde caerá, titubea y busca algo que yo aún no logro encontrar.
—Mi mamá y mis hermanas tomarán un bote para cruzar el lago— dice Nick de pronto.
—nick, no hagas esto— le pide mi mamá.
—Solo vayan tan lejos como puedan.
John niega —Las perseguiremos.
—Tendran ventaja.
—Nick, solo ven con nosotras, por favor— dice Alicia junto a mi.
—No puede hacerlo— le murmuro, negando un poco con la cabeza —El detonador, no puede irse.
John sonríe, ya sabiendo —Si te vas con ellas pierdes tu ventaja, ¿Verdad?
—No estoy negociando John, es mi nota suicida.
Mi ceño se aligera y me hace clavar los ojos en Nick, quién no nos observa a ninguna de las dos. Él planea morir sin mas, a causa de los procuradores o quizá a causa suya como el dijo: nota suicida.
No lo parece, no puede hacerlo.
Le niego cuando finalmente se gira a nosotras —Nick...
—Vayanse, porque no tienen opción. Si no se van, moriremos todos, así que vayanse— avanza hacia nosotras —Mamá, mamá, por favor, vete.
Mi mamá toma a Alicia del brazo y la jala, tomándome a mi del otro lado, pero me niego, no puedo dejarlo solo así.
Me suelto de mi madre y voy directo a Nick, envolviendolo en un abrazo en el que escondo mi rostro en su hombro e intento recordar y memorizar lo que se siente estar así. Mi hermano, mi adorado hermano.
Sin previo aviso beso la mejilla de mi hermano —Adiós, Nicky— le susurro, haciéndolo sonreír un poco.
Le tomo de los hombros una última vez y entonces entiendo que tengo que irme, que todos están mirando en espera a que termine mi ridículo show y me vaya. Les doy gusto y tomo a Elizabeth también del brazo, llevándola con nosotras lo más rápido que podemos.
Nick le obliga a Víctor a seguirnos y lo hace.
—¿Lo vamos a dejar ahí?— inquiere Elizabeth —¿De verdad? Es que... No creo que...
—Debemos irnos mientras podamos— le digo a Elizabeth —Nick hizo su decisión, si hay forma lo buscaremos, ¿Verdad, mamá?
Mi madre asiente con la cabeza nada más, ya que está demasiado atareada como para hablar. Victor, Alicia, Elizabeth, mi madre y yo nos subimos al bote, mientras acomodamos lo necesario para irnos.
—¡Vamos, Alicia!— le apresura mi mamá.
Alicia asiente —Eso intento, eso intento.
Enciende el bote y avanzamos muy lento. Nick sigue distraído con los procuradores, lo veo a lo lejos, sin embargo, el miedo me atraviesa cuando el bote se apaga.
—¿Que paso?— inquiero —Alicia...
—No lo sé ¡No lo se!
Ella intenta encender una y otra, y otra vez el bote pero no funciona, nada funciona y me temo que aquí nos hemos de quedar a morir.
—Dejame ver— pide victor e intenta encerlo también.
Busco una manera de ayudar, empezando a remar con las manos pero es demasiado lento para salir con vida. Alicia mueve algunos cables que lo hacen encender de nuevo, haciendo que el aire vuelva a mis pulmones.
Avanzamos del mismo modo, escucho disparos que me hacen volver al puente.
—¿Fue Nick?— cuestiona Víctor y niego.
—No, me parece que fue algo más, Nick debe seguir ahí o ya nos estarían apuntando— le respondo y ahora sí cae una lluvia de disparos.
La presa explota, las rocas caen y el agua tiembla por completo. Toma unos momentos personales el puente se destroza por completo y aún veo la silueta de Nick al mirarnos, pero el bote tiembla directo a la corriente, que lo llena de agua y ni la máxima velocidad le gana.
Los cinco intentamos desviar el camino, pero es muy tarde para eso, el bote no ayuda y nos hundimos. Pierdo de vista a cada uno de mis acompañantes y lo único que alcanzo a identificar son los trozos de roca y el agua que golpea mi cara cuando caigo del bote.
El agua llena mis pulmones rápidamente, pues no me ha dado tiempo para tomar aire antes de caer por completo. Las rocas golpean mi cuerpo y solo hacen de mi viaje peor. Aún recuerdo las palabras que Travis me dijo una vez cuando me escape de casa una noche e hice que mi madre se enojara muchísimo conmigo, pues no era la primera vez que lo hacía pero si la primera vez que se enteraba.
«—Esta bien querer aventuras, creerse inmortal cuando eres joven— dijo cuando creí que estaba ahogándome en enojo por el regaño y amenazas de mi madre.
—Ella cree que por querer disfrutar mi vida me volveré un delincuente, no lo quiero, pero tampoco quiero que los años se me terminen y sea amargada.
Travis sonrió, porque sabe perfectamente que me refiero a mi mamá con aquello último.
—No se te irán los años, ya lo verás—»
Y ahora, si que se me han ido los años, probablemente esto sea lo último con lo que me quedé para siempre.
Ahora floto con simpleza, esperando la muerte o la famosa luz que viene al morir. Sin embargo, una ráfaga de aire me permite reaccionar en aquel transe y respirar, aunque con dificultad.
Empiezo a toser una y otra vez, pues la corriente de agua me ha llevado a lo que parece ser campo, con un par de casas al otro lado y personas que corren para tomar agua. Me cuesta bastante recuperarme y más lograr que mi cerebro reaccione con normalidad.
Ahora, ¿Por qué vivir? No encuentro a nadie más aquí, solo un par de cuerpos que deben ser de los procuradores o quizá no, la corriente atrae un cuerpo y un rostro conocido: Troy. Pero está muerto, ¿O no?
No, no está. Veo que tose a pesar de la distancia y no me explico el cómo. Esta tan atareado, y entre los vivos y los muertos como yo. Mis piernas se arrastran al otro lado de la presa, caigo un par de veces pero la profundidad no es tanta ahora, así que apenas llegó hasta el, revisando su pulso y notando lo acelerado que está su corazón aún.
—T-Troy— le llamo, moviéndolo un poco para que reaccioné —¡Troy!
El chico abre los ojos un momento y al otro vuelve a caer inconciente, pero vivo.
Me encargo de cargarlo con las fuerzas que me quedan y arrastrarlo a pedir ayuda entre los habitantes de la poca comunidad a la que hemos ido a parar.
Sin embargo, la voz de Victor nos llama por detrás pero no me detengo, pues se están llevando a Troy para atenderlo unos locales y estoy siguiéndolo cuando el hombre me toma del hombro. Se ve tan demacrado por el agua y las rocas que lo han golpeado como yo.
—¿Dónde está tu madre?— inquiere —¿Ese era Troy? Creí que estaba muerto.
—Bueno no lo está— le sentenció —Y no lo se, no sé dónde está mi mamá.
Él asiente, como si por un momento entendiera como me siento ahora mismo.
—Vamos a buscarla, ¿Que opinas?
—Ve a buscarla tu, Victor, ahora solo quiero estar con Troy y asegurarme de que esté bien— me vuelvo a él unos segundos, tratando de parecer lo más tranquila que puedo.
Victor asiente y cuando creo que se irá vuelta por dónde vinimos, me acompaña dentro de dónde se han llevado a Troy. Veo que hombres y mujeres van y vienen, nos ofrecen toallas para secarnos y mientras intento mantener la esperanza, da sus frutos.
Me parecen que habían pasado unas horas solamente, los locales que atendieron a Troy me informaron que solo era esperar a que despertara, que estaba bastante deshidratado por todo el tiempo que paso en el bazar o algo así, no entendí muy bien, porque estaba pensando en si llegara a despertar o no.
—Solo es cuestión de tiempo— me dice Victor y asiento.
—Deberias buscar a mi mamá como dijiste, estaremos bien— lo miro.
Niega —Creo que me quedaré un poco más contigo, hasta que ambos estén bien.
—Gracias.
—Es lo menos que les debo ahora.
Encuentro algo de razón en aquello, aunque en realidad no tengo mucha cabeza para pensar más en ello.
Los siguientes días es así, Victor me cuida y yo cuido de Troy, hasta que el está lo suficientemente bien. Victor va y viene, se gana a la gente para que nos haga más favores y termina consiguiendonos una casa aquí, como a una hora de las pequeñas casas más cercanas, junto a un lago.
Victor insiste en que irá a darle una vuelta para asegurarse de que no esté llena de muertos y me ofrezco a ir con él, por más que se niega.
—De todos modos no sabemos hasta cuándo despertara Troy— le digo a Victor.
—Lo se, pero si tengo que atarte a un árbol junto a él lo haré, te lo digo, solo es una vuelta y tendrán la casa para ustedes— me sonríe.
—Me hará bien algo de aire fresco— finalizó mi argumento.
Victor termina aceptando, porque sabe lo terco que somos los Clark así que, lo sigo a paso lento durante una calle de tierra y árboles, donde se marca el camino y por un momento se pierde. Se que hemos llegado cuando veo el gran lago que está junto a la casa, es gigante y hermoso, no se ve nada más a partir de aquello así que me detengo para admirar la vista con el sol calentando el lugar, incluso puedo respirar la paz, siento el silencio y respiro como los problemas se van poco a poco.
Victor me sonríe cuando se da cuenta que estoy de pie entre los árboles, con mi cara de asombro, pues no esperaba sentir esto jamás.
—Si, me mencionaron que tiene ese efecto en la gente— me dice mi acompañante, soltando una leve carcajada.
Rió un poco —¿Por qué nadie vive aquí?
—Se les hace difícil limpiar, son pocas personas que no saben mucho de supervivencia así que solo la dejan— me responde.
Finalmente hago que mis pies se muevan hasta el patio de la casa hecha de madera. Victor abre la puerta y termina con un par de muertos que van saliendo, mientras yo me dedico a limpiar los de afuera, juntamos los cuerpos lo suficientemente lejos para poder quemarlos y nos tardamos un tiempo en limpiar las telarañas, el polvo y mover los muebles, así como cubrir las ventanas.
Me canso demasiado rápido, así que me dejó caer en el sofá, con mi vientre medio salido, sonrió de forma inconciente y me lo sostengo con delicadeza.
Victor termina sentado junto a mi con la hielera que lleva cargando desde que partimos del pueblo. La abre y me ofrece una cerveza, haciéndome mirarlo extrañada.
—¿Que?— inquiere. Quitó la mano de mi barriga y él lo recuerda —Ah, claro, lo lamento.
Rió un poco —No puedes darme alcohol, pero si tienes algo de comida te lo agradecería.
—Estas de buena suerte porque traje un platillo que me dio una señora que vive en la última casa del pueblo— menciona, entregándome un platillo que contiene queso, tortillas y una salsa rara.
Al primer instante el olor inunda mis fosas nasales y me obliga a comerlo con rapidez. El sabor es simplemente exquisito.
—Mañana intentaré arreglar las ventanas, no están rotas así que es algo, pero será mejor abrirlas para no asfixiarse aquí— menciona Victor y yo solo asiento a lo que dice —Y los muebles aún sirven, solo tienen ese sucio polvo, las habitaciones están impecables y me da envidia ahora, este lugar es una mina.
Sonrió —Sera un lindo hogar— guardo silencio un momento —¿Crees que hayan sobrevivido, Victor? Mi mamá, Alicia y Nick a la presa.
Victor se mantiene en silencio unos momentos, como si formulase su respuesta para no herirme, pero en realidad quiero que me diga la verdad, porque tengo un mal sentimiento de que los he abandonado.
—Yo creo que sí, ya los conoces, incluso más que yo— responde con delicadeza —Ustedes son muy fuertes, creo que eso es algo que siempre he admirado de ustedes, aunque jamás lo dije así.
—Creí que nos odiabas, Victor.
—Solo al inicio— sonríe bromeando.
Rió un poco, volviendo la vista a las partículas de polvo que nos rodean. Cuando Victor y yo quitamos todo lo demás, nos toma aproximadamente un día entero en hacerlo, casi dos.
Volvemos al pueblo tan rápido como podemos y trabamos la puerta para que nada más o nadie más se meta. Varias personas se acercan a nosotros cuando apenas estamos acercándonos, informando que el chico de la presa, osea Troy, está despierto y preguntandose quien lo ha salvado.
Corro lo más rápido que puedo hasta la casa donde se encuentra, respirando con pesadez cuando lo veo más despierto y un poco más saludable que antes. Por inercia me sonríe al verme, me acerco a él y me toma de la mejilla como si no pudiese creer que soy real.
—Crei que estaba en un sueño— menciona, de inmediato noto que él ojo, posiblemente donde recibió el impacto, está en un color blanquecino.
—Yo también lo creí— admito —Pero ahora estamos bien, nos salve y puede que Victor también nos haya salvado.
Baja la mirada —¿Y que hay de los demás?
Mi sonrisa se borra unos segundos —Ellos estarán bien.
Tan solo una semana después de la presa, Troy y yo nos habíamos acomodado bien en aquella casa, la cual el chico dijo que le recordaba mucho al rancho y aunque debíamos dejar el pasado atrás, se siente tranquilo con eso.
—Bueno, tiene dos habitaciones— le mencione, señalando una habitación con una cama y la otra completamente vacía.
Troy se recargo sobre el marco de la puerta, frente a la habitación vacia y hago lo mismo. Sin embargo, aunque no lo vea, puedo sentir su mirada en mi.
—Sere sincero— asegura de pronto —Si tu también lo eres.
Finalmente lo miro, asintiendo con la cabeza.
—¿Sigues... embarazada?— señala mi barriga y en su tono de voz puedo notar la preocupación, lo que hace que mi corazón de un vuelco.
—Sí— le respondo y suspira con alivio. Ahora se que es mi turno —¿Por qué enviaste esa horda al rancho?
Encogió sus hombros —Supongo que estaba enojado conmigo o con alguien, solo sé que quería hacer algo porque me exiliaron, me obligaron a alejarme de ti y... Eso de algún modo me hizo sentir mal.
Me encamino hacia el, tomándolo de las mejillas —Bueno, ya no lo volverán a hacer, te lo aseguro.
Toma mis manos, uniendo su frente con la mía. El silencio es el mejor regalo que podemos tener ahora, pues me siento tan bien que no quiero irme jamás de ahí.
—Vamos a estar aquí para siempre— me asegura está vez él y me alegro demasiado que lo entienda.
—Vamos a criar a nuestro hijo aquí— añado.
—Y le enseñaremos que no tiene que ser perfecto para nosotros.
Sonrió —Y que está bien sentir, no tiene que ser una persona fría o dura para que nadie lo lastime, porque nadie lo hará.
—Exacto.
Victor alistaba sus maletas, listo para irse en busca de mi madre o alguien que haya sobrevivido a la presa, lo cual me alegra saber, quizá haya esperanza.
—Supongo que ustedes no vienen— me menciona Victor, cuando estoy saliendo de la casa con ambos brazos cruzados.
Le niego —No, pero quería despedirme.
Sin previo aviso le doy un abrazo, dejándolo quieto un segundo y al otro me corresponde dicho abrazo.
—Gracias por no dejarme pasar por esto sola— le digo —Fuiste de mucha ayuda y, si algún día necesitas algo solo pídelo.
—Todo por una amiga— me sonríe cuando nos separamos —¿Quieres que le diga a tu madre donde encontrarte?
Niego —No, no le digas nada, al menos no de no ser necesario. No quiero que nadie nos moleste ahora y sé que suena cruel pero quiero estar sola con Troy ahora, sin ellos.
Asiente, —Respetaré tu decisión, Rachel, de ambos solo tu sabes tomar decisiones.
—Eso es muy evidente— sonrió —Buena suerte en tu viaje y ten mucho cuidado.
Toma su mochila y la pasa sobre sus hombros, dándome una última sonrisa antes de avanzar por el bosque y poco a poco alejarse entre las hojas.
No da vuelta atrás y yo tampoco cuando vuelvo a entrar a la casa, simplemente me quedo con la idea de que se ha ido y que lo volveré a ver en unos años más, quizá.
━━━━ ⋆ AUTHOR'S NOTE: a qué nadie se lo esperaba *guiño, guiño*
En fin, este no es el final, falta el epílogo sooo ¡Arriba las esperanzas! ¿De que? No sé, pero lean :p
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