5- Esto apesta


8 de Mayo 1998

El lugar era literalmente un asco, la celda asquerosa y sucia, incluso muy incómoda y estrecha. Viejos soldados enfermos, otros muertos y otros que ya habían perdido completamente la cabeza.

Sólo quedaban pocos los que seguían "normal", y esos pocos eran los nuevos que llegaron hace unos meses.

Entre ellos un joven ucraniense separado de la única familia que tenía.

Los nuevos carceleros eran inmediatamente colocados en sus respectivas celdas, uno nuevo llegó a la celda de aquel joven quien iba acompañado de dos hombre no mayores de 30 años. El nuevo estaba terriblemente herido, aquellos soldados no se tomaron la molestia de por lo menos curar algunas heridas que podrían ser graves. Tenía cortaduras por todas partes y un ojo le faltaba.

El joven ucraniense quien estaba totalmente en silencio, no hablaba ni miraba a nadie, sabía muy bien que si no le curaban rápidamente las heridas al nuevo, podrían llegar a infectarse y matarían a ese hombre herido.

-Ven novato, siéntate- Le dijo el ucraniense al nuevo, lo invitó a sentarse en su propia cama. El nuevo un tanto confundido aceptó de manera dudosa, se sentó a una distancia aceptable del ucraniense.

Este último no le tomó mucha importancia, agarró una sábana cualquiera, arrancó un pedazo de tela y con ella lo mojó un poco con agua. Le envolvió la cabeza al nuevo cubriendo su ojo ausente ensangrentado.

-¿Sabes de medícina?- No estaba muy seguro si confiar o no en él. El ucraniense lo ignoró, arrancó otro pedazo de tela para luego mojarlo y pasarlo suavemente por las heridas del nuevo.

- ¿Cómo te llamas?- Preguntó de vuelta, los dos otros hombres mayores sólo dormían o leían un libro cualquiera, no les importaban lo que los demás hacían. El muchacho herido lo miró de reojo.

- Pierre- Respondió en un hilo de voz. Un nombre francés. - ¿Y tu?- Silencio obtuvo en respuesta, aquel joven ucraniense terminó con vendar y curar algunas de las heridas del novato. Este último se levantó y se fue a su cama.

Este lugar apesta, todo esto apesta a muerte para ese joven de Ucrania. El mundo, los humanos, la vida, todo eso apesta a mierda. ¿Por qué la raza humana existe? No tiene sentido mantenerse con vida si vas a hacer pura maldad en este planeta. Aquellos que se aprovechan del poder para manipular y maltratar a los inocentes de gran corazón no merecen mejor precio que la muerte. Pero lo que más odia aquel joven, es que la gente sea tan ciega como para ver la verdad.

Los que ya están despiertos hacen un esfuerzo en hacer entrar en razón a los que siguen dormidos. ¿Y que reciben? Críticas, críticas por montones. "Enfermos" "Necesitan ayuda profesional" y más cosas horrendas. Él dejó de intentar, se cansó de intentar ayudar a esas personas dormidas. Una lastima. Desde que lo alejaron de su familia aprendió que no puede decidir el destino de las personas, pero que puede ayudar. Ayudar a la humanidad dando un pequeño paso a la libertad. Y lo que tiene por seguro, es que va luchar para cumplir con esa meta sin miedo.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar una alarma sonar por todo el lugar. Todos los carceleros deben ir al patio. Y si se resisten, los guardias iban por ellos y los golpeaban hasta que finalmente decidían en salir. Obviamente él no quería problemas, ya tenía suficiente con sus compañeros de dormitorio. Bueno, aún no tiene ninguno con Pierre.

Al salir, el lugar estaba invadido por matones bravucones, presumidos y algunos débiles siendo golpeados por todos los anteriores. El joven apenas soltó un chasquido con la lengua y se fue a un rincón lejos de los problemas. Oh eso pensaba, hasta que un hombre robusto de brazos tatuados de muñeca a hombro lo azotó fuertemente contra el muro. -¿Recuerdas el pequeño asunto que teníamos previsto para hoy? Bueno, ya llegó la hora de pagar- Los dos otros idiotas que se posicionan a cada lado del grande sólo se quedaban de brazos cruzados riendo por lo bajo.

- ¿Qué les parece si evitamos problemas?- Preguntó en un tono casi inaudible el joven ucraniense. Los bravucones se miraron confundidos y luego carcajean de manera horrorosa..

-¿Escucharon eso chicos? Este idiota cree que es más fuerte que nosotros, tu pequeño pedazo de mierda ¡No eres nada comparado con...- Y todo se puso negro.

Unos minutos después, se encontraban muchos guardias llamando a médicos al ver a tres sujetos tirados en el suelo muy heridos, heridos de manera grave. Cuando se escucharon gritos desgarradores todos empezarona gritar despavoridos. Los guardias llegaron inmediatamente de donde provino aquellos horribles gritos y al llegar. Solamente vieron tres hombres en el suelo sangrando por monton. Pero no encontraron el responsable.

Las víctimas se negaban en decir el nombre del que los medio mató a golpes. Tenían miedo, terror. Ya sabrían que meterse con ese joven de Ucrania sería como suicidarse o venderle el alma al demonio.


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