5 de enero 1982

¿Quién soy yo?

- Mamá ¿Por qué la tierra es redonda?- Esa pregunta llegá para otros ser fácil de responder y otros difícil por lo cual se inventan cualquier cosa, con tal de no parecer inexpertos.

- La tierra es redonda, porque Dios era muy fanático del balón, así que optó por formar la tierra de la forma de un balón- La respuesta fue simple y muy creativa. No todos tuvieron una buena educación, pero mi madre siempre fue la mejor, con diploma escolar o no, la sigo amando por su forma de ser.

Cinco años, cinco años tengo, niño pequeño e ignorante, lo único que sabía hacer era jugar con mis figuras de madera, el campo era un lugar precioso para un niño como yo, siempre se presentaba el amanecer o el atardecer con la mejor vista posible. Los rayos del sol golpeando la cosecha, la leve y suave brisa golpeando con inmensa delicadeza la hierba , provocando una dulce melodía y un suave sonar que en momentos complicado me calmaba y me alejaba de la realidad.

- Mamá ¿Por qué el sol brilla?- Preguntas ingenuas se podría decir pero lo que cualquier niño preguntaría a la persona que más ama en este planeta.

- El sol brilla porque siempre está feliz todo el tiempo y nos demuestra su felicidad brillando con fuerza, para que todos sepan que este será un hermoso día- Mi madre sabe como provocar ilusiones pero no la culpo, de hecho, me divierte, y demasiado.

Me encanta correr entre la hierba alta durante la puesta del sol, con mis brazos grandes abiertos, volando como avión, sin dejar de sonreír, mamá siempre me dice que que tengo una hermosa sonrisa, y quiere que nunca la esconda.

- Mamá ¿Por qué hay un día y hay una noche?- No tengo y nunca tuve la culpa de que la curiosidad me dominara en cualquier rincón del cuerpo. Sólo buscaba respuestas que de hecho eran de poca importancia.

Al final de cada sonrisa la brisa llegaba una vez más dejándose la libertad de llevarme en la dirección que deseaba, mi risa es contagiosa, mamá siempre lo dice. A cada vez que rió, ella también ríe a carcajadas, echa la cabeza atrás sin detener su fuerte risa que me alegra en los días más oscuros, luego, se calma y respira profundamente para después abrazarme con fuerza y dejando dulces besos. Yo siempre fui, siempre soy y siempre seré su niño consentido. El niño de mamá.

- Hay un día para que los niños pequeños jueguen y se diviertan y una noche para que los niños duerman y descansen para que al día siguiente vuelven a jugar y a divertirse- Me contaba mi madre, cada estúpida pregunta que hacía era un plato limpio y una gota cayendo en el fondo del lavaplatos.

Mi perro me seguía por donde sea, lo que más hacía era acostarme en la cosecha y mirar las nubes blancas y algunas que otras rosadas pasear por el cielo azul, mamá lo llama Señor Cielo Azul, me gusta el nombre. Se me hace gracioso y divertido, un lindo nombre.

Mamá siempre me decía que el Señor Cielo Azul siempre me mira desde allá arriba, y cuando estoy triste, el cielo se pone gris y cuando hago algo malo, se pone a llorar y hacer berrinches.

A mi nunca me ha gustado ver a alguien llorar, me duele y me da pena. Así que prometí jamás hacer algo malo, amar a cualquiera incluso por sus errores, perdonar a los que merecen perdón. Ayudar a mamá en los deberes de la casa, salvar a animalitos en apuros, quiero que el señor cielo siempre este feliz.

- Mamá ¿Por qué el señor Cielo Azul se pone triste o llora cuando hago algo bueno?- Inocente, de mente sana, así soy yo, así siempre fui.

- No es por tu culpa cariño, hay más niños en el mundo que hacen cosas horribles y son malos, eso hace que el Señor Cielo Azul lloré- Ella siempre me quería poner feliz, no quiere verme triste y lo lograba. Ella sabe como ponerme esa suave sonrisa.

Y regresaba a casa cuando caía el anochecer.

- Mamá ¿Por qué han creado a la raza humana? Si somos malos-