Capítulo 4

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—Come, Jennie. —

—No tengo hambre.—

Eso era lo de siempre. Ya llevaba unos días en el orfanato y no había comido nada. Ni siquiera una barra de cereal. Nada.

En lo único que pensaba Jennie era en escapar de nuevo. No había otra solución para sus problemas.
No quería dejar a sus seres amados solos. Y con seres amados se refería a sus hijas y mascotas.
No quería tirar todo por la ventana y depender de una soga. Quería salir adelante, así como lo hizo desde un principio.

Una chica de cabellos menta se acercó a ella con dos bandejas de comida. Eran aproximadamente las dos de la tarde, la hora de comer para todos.

—Soy Yuki.—

—Jennie.—

Le contestó a secas. Miró como la chica le dejaba una de las bandejas de sus manos en la mesa, mientras la otra la dejó a su lado y procedió a sentarse.

—No sé mucho de ti, además de lo que todos aquí dicen... Me gustaría conocerte un poco más.— Afirmó mientras daba mordiscos a su carne asada. —Lo preparé yo, no tiene veneno de la trabajadora social, si es lo que te preocupa.— Sonrió, haciendo que la contraria sacara una pequeña sonrisa, para después comenzar a probar la carne que Yuki había hecho.

—¿Desde hace cuanto estás aquí?—

—Casi dos años. Llegué con mi hermana, es una infante, pero alguien la adoptó.— Contestó mientras tomaba algo de sumo de naranja.

ㅡ Pero seamos sinceros, nadie adopta a adolescentes como nosotros, prefieren a los lindos infantes o a los niños. Sólo estoy esperando mi próximo cumpleaños para por fin irme de aquí y vivir la vida que quiero... ㅡ 

Recordó las palabras de Kai mientras seguía saboreando la rica carne. No pudo evitar sentir algo de pena, era la primera vez que le decían algo así ¿Qué podía decir en casos similares?

ㅡ Lo siento... ㅡ

ㅡ No lo hagas. Era lo mejor. Créeme que prefiero que ella sea adoptada por una familia que sé que la cuidará a que esté conmigo sufriendo aquí. ㅡ

Eso era justo lo que sentía ella con sus hijas. En realidad le dolía, pero prefería mil veces que se quedarán con su abuela a que estén en la calle, o se las llevaran a algún otro centro de adopción.

ㅡ Te entiendo. Mis hijas se quedaron con la peor suegra que pude haber tenido en la vida, y fue la primera... ㅡ

ㅡ ¿Tienes hijas? Vaya, si que no pediste el tiempo cuando te fuiste. ㅡ Ante la afirmación, Jennie sólo rió. No podía hacer otra cosa. Era la verdad.

Siguieron conversando, cada vez encontrando más cosas en las que conectaban. Eran tan parecidas, pero tan diferentes a la vez.

Se complementaban, ¿Acaso era así como se sentía tener una amiga? Jennie no estaba segura, pero con Yuki todo era diferente.
Se sentía a salvo, protegida de todos, como si se conocieran de toda la vida.

¿Eso era tener una amiga?

Yuki era divertida. Hacía que su mundo gris tuviera algo de color. Al menos por esos momentos tan difíciles.
Era bueno. Nunca había tenido una amiga, además de Rosé.

Esa bella chica de cabellos rubios y ojos azulados. La única amiga que tuvo desde siempre. Yuki era muy parecida a ella. Sabía cómo sacarle una sonrisa, por más triste que estaba.
Rosé y ella eran inseparables. Entraron al orfanato casi al mismo tiempo, sólo se llevaba un año, Jennie mayor que ella.

Eran mejores amigas.

—¿Interrumpo la platica?—

—Puedes unirte si te interesan los chicos y la manera de escapar de aquí.—

—Me quedo... Por la segunda opción.—

Kai se acercó nuevamente a ellas, dejando a un lado de Jennie su cereal con leche, sentándose al mismo tiempo.

¿Acaso Jennie ya tenía amigos?

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—No encontramos nada en New York.—

—Nada de nada. Todo estaba vacío, el terreno en el que nos dijeron que se encontraba estaba vacío.—

—Eso es bastante raro... ¿Ni una sola casa?

—Grabamos los testimonios de algunos vecinos, podemos escucharlos ahora.—

— ¿Conocen a una chica de nombre Jennie Kim, Señores Lápida?

—Ah, esa chica.

—Vivía aquí desde hace 6 años. Llegó sin nada, de un día para otro estaba aquí. Unos días después ya tenía una casa de campaña y un arbusto. Ah, y una tal rana consejera.

—Unos meses, o incluso unos años después ya tenía una casa, era muy pequeña, pero era un gran avance para una chica de 15 años que estaba sola. Un chico la visitaba constantemente, era alto, cabello negro, delgado...

—Eso nos ayuda mucho. Gracias, señores Lápida.

—Al parecer se llevaba bien con los vecinos más íconicos de ese barrio. ¿Qué más?—

—¿Sabes algo de una chica de nombre Jennie Kim, señorita Summer?

—Sí, era mi amiga. ¿Le ocurrió algo?

—Nada malo. ¿Era tu amiga? ¿Puedes decirnos algo de ella? Lo que sea está bien.

—Bueno... Ella era una chica fugitiva, me lo dijo. Su sueño era ser fabulosamente rica, y ser madre. Nunca quiso hablar de su pasado, pero ella solía compararme con una tal Rosé... Decía que éramos parecidas. Hace unos años la vi con dos niñas, cuando le pregunté me dijo que eran sus hijas. Jeon Luna y Jeon Sol, ahora con el apellido Kim.

— ¿Por qué les cambió el apellido?

—Terminó con su novio. Estuvo muy triste por días. Su suegra la molestaba mucho, también. Era un dolor de cabeza para todo el barrio. Bueno, Jennie creyó que él la engañaba, discutieron y de repente él desapareció.

—¿Tienes nombres de la ex suegra y el ex novio de Jennie?

—No... Ella siempre se refería a él como "Jeikei" y a su suegra la trataba sólo como "ella". Nunca dio nombres.

—Fue de mucha ayuda, Summer. Gracias.

—No estamos ni cerca de descubrir a aquella chica. Necesitamos más—

—Con todo respeto, Hwasa, creo que cada pista es un paso más para- — V fue interrumpido por la voz de uno de sus amigos y compañeros. Jimin.

—Tenemos algo...—

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