Shirou se despertó lentamente. Parpadeó y levantó una mano para protegerse de la luz del sol de la mañana que entraba por la ventana. Intentó sentarse, pero había algo pesado encima de él. Algo suave y cálido y... Se frotó los ojos y miró hacia abajo para ver el rostro tranquilo y dormido de Sakura a sólo unos centímetros del suyo. La sangre se le subió a la cara cuando los recuerdos de la noche anterior llenaron su cabeza y trató desesperadamente de mantenerse... bajo control. No estaba seguro si se suponía que debía despertarla o tratar de salir de debajo de ella sin despertarla.

Todavía estaba deliberando cuando escuchó que alguien se aclaraba la garganta. "Buenos días Maestro".

Para crédito de Shirou, solo gritó un poco en shock. Sakura gimió y se levantó. "¿Qué pasa, Shirou?" murmuró, frotándose los ojos.

Shirou se incorporó hasta sentarse y se giró para ver a Saber sentada formalmente cerca de la puerta. "¡¿Qué estás haciendo aquí?!"

"Dejarte solo en una habitación con un enemigo potencial es inaceptable. Una vez que terminaste, vine a cuidarte".

"¡No deberías entrar a la habitación de un chico sin preguntar primero!" Shirou farfulló.

"Técnicamente, esta es mi habitación", dijo Sakura, bajándose de Shirou y bostezando. Shirou se sonrojó un poco cuando las sábanas cayeron, revelando su cuerpo. "Pero... ¡Rider!"

La servant de cabello púrpura apareció en un resplandor de luz. "Permitir que otra servant cuide a mi Maestro por su cuenta podría ponerte en riesgo".

Shirou se preguntó si era posible desmayarse solo por la sangre que le subía a la cabeza. "¡No importa de quién sea la habitación! ¡Ninguno de ustedes debería estar aquí!"

Saber suspiró. "Maestro, no debería pensar en mí como lo haría con una mujer normal. No soy un huésped de la casa. Soy una espada destinada a ganar el Santo Grial".

Shirou gimió. "Eso no importa. Todavía no es apropiado. Y tengo derecho a al menos algo de privacidad".

"Si un enemigo atacara en medio de la noche, no podría responder lo suficientemente rápido como para ayudarte desde una habitación diferente", insistió Saber. "Especialmente si ya estaban dentro". Rider decidió no responder a eso.

Shirou gimió. "Solo... por favor vete para que pueda vestirme. Hablaremos de esto después de que prepare el desayuno".

Saber asintió. "Muy bien. Estaré esperando en el comedor". Rider simplemente asintió y siguió a Saber.

Shirou y Sakura pasaron unos segundos muy incómodos mirándose el uno al otro. "Gracias", dijo finalmente Sakura.

Shirou ladeó la cabeza. "¿Por qué?"

"Por aceptarme", dijo en voz baja. "Gracias."

Shirou sonrió gentilmente. "Sakura... siempre me preocuparé por ti".

Sakura se sonrojó. "Ve a vestirte", dijo rápidamente. "Te veré en la cocina".

"Seré rápido". Shirou se levantó y rápidamente se subió los pantalones para cubrirse. Salió al pasillo justo a tiempo para escuchar un sonido familiar.

"¡Shirou! ¡Estoy aquí para comer!"

¿Ciertamente el destino fue así de cruel? "¡Fuji-nee! Uh... sólo... espera un segundo. Sólo necesito... cambiarme los pantalones". Ahí, eso ni siquiera era mentira.

La puerta principal se abrió de golpe. "¿Dormiste demasiado otra vez, Shirou? Pensé que eras más responsable que eso".

"Sí... voy a ir ahora mismo".

Shirou estaba a punto de retirarse apresuradamente cuando la cabeza de Taiga asomó por la esquina y se congeló. "Parece que tú también necesitas ponerte una camisa". Oh, no. "Y abróchate los pantalones". ¿Fue este el final? "¡No deberías andar así cuando tienes una dama en casa!" No podría morir aquí. "Oye... ¿por qué estás frente a la habitación de Sakura de todos modos?"

Shirou tartamudeó, tratando de encontrar alguna explicación. "Yo... yo..."

"Senpai", dijo Sakura desde adentro. "¿Escuché a Fujimura-sensei?" La puerta de la perdición de Shirou se abrió y Sakura se asomó al pasillo. No había logrado hacer mucho más que volver a ponerse las bragas y su cabello todavía estaba ligeramente enredado por estar acostada en la cama con él.

"¡¿Qué es esto?!" Shirou sintió que su corazón casi se detenía. "¿Por qué Sakura está vestida así?" Shirou intentó con todas sus fuerzas encontrar una buena excusa, pero Taiga simplemente siguió adelante. "¡Ah! Kiritsugu, ¿dónde me equivoqué? ¡Shirou robó la inocencia de Sakura!" Shirou dio un paso atrás cuando un aura de poder se formó alrededor del cuerpo de Taiga.

"Uh... Fuji-nee, ¿tenías tu shinai cuando entraste?" Shirou siguió retrocediendo lentamente.

"Ahora tengo que administrar el castigo".

"¡Espera!" Sakura saltó entre los dos. "¡Shirou no me hizo nada que yo no le pedí que hiciera!"

Taiga se detuvo en seco. Shirou agarró el brazo de Sakura, listo para tirarla detrás de él si el Tigre de Fuyuki decidía volverla hacia Sakura. Entonces Taiga empezó a llorar. "¡Sakura tomó la inocencia de Shirou! ¡Una mujer a la que dejé entrar en casa le robó la virginidad a Shirou! ¡Soy un mal guardián!"

Shirou y Sakura se quedaron mirándola fijamente durante unos segundos. "¿Por qué no vas a sentarte, Fuji-nee?" Sugirió Shirou. "Iré a preparar el desayuno tan pronto como esté vestido".

Taiga olfateó y se alejó hacia el comedor. "Espera. Senpai, ¿no estan Rider y Saber...?

"¿Por qué hay mujeres extrañas en tu comedor, Shirou?"

Shirou gimió. "Va a ser uno de esos días..."

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Quince minutos después, Shirou estaba cocinando una olla grande de sopa de miso para alimentar a las mujeres reunidas alrededor de su mesa. Intentó mantener una expresión tranquila en su rostro a pesar de la mirada sospechosa todavía en el rostro de Taiga. "No lo sé. Kiritsugu tenía algunos amigos bastante turbios, pero definitivamente recordaría si alguna vez mencionara a una mujer ciega con cabello morado".

"No estoy ciego", dijo Rider. "Solo tengo una condición. Es más fácil para mí mantener los ojos tapados".

"Lo que sea. Y luego está esta presumida extranjera rubia..." Shirou pudo ver las venas de la cabeza de Saber visiblemente abultadas mientras intentaba contenerse. "Con un nombre gracioso..." Shirou se preguntó distraídamente si un servant podría desintegrar a alguien solo con sus ojos. "¿Quién simplemente aparece y te pide que la acojas..."

"Le ofrecí darle un lugar donde quedarse hasta que haya hecho sus negocios aquí en Fuyuki", interrumpió Shirou antes de que Taiga pudiera tomar demasiada fuerza.

"Cálmese", dijo Sakura con una suave sonrisa en su rostro. "No quieren hacer ningún daño". Deslizó una taza humeante por encima de la mesa hacia la furiosa profesora. "Toma, toma un poco de té y respira hondo. Esta calentito y agradable, ¿ves?" Shirou frunció el ceño al ver el vapor arremolinándose extrañamente sobre la taza y una punzada en la parte posterior de su cabeza. Entonces Taiga simplemente se desplomó y empezó a roncar.

"¿Que acabas de hacer?" preguntó.

"Dios mío", dijo Sakura, luciendo un poco avergonzada. "Bueno, se suponía que era un simple hechizo de hipnotismo para calmarla. No creo que deba hacerla dormir del todo..."

"Bueno, ciertamente está más tranquila de esta manera", añadió Rider con una sonrisa.

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"¡Despierta!"

Taiga gimió cuando la voz sonó en sus oídos. "Cinco minutos más..."

"¡Despierta T-chan!"

Taiga se levantó de golpe cuando algo la golpeó en la parte posterior de la cabeza. "¡Ay! ¿Quien hizo eso?" Frunció el ceño al ver a una mujer de cabello blanco con un kimono rosa sosteniendo un abanico de papel frente a ella. "¿Te conozco? ¿Y dónde estoy?

La mujer sonrió. "Nos conocimos una vez antes T-chan. Y estoy aquí para darte algunas lecciones de recuperación".

Taiga gimió, frotándose la nuca. "Esto parece realmente extrañamente familiar..." Miró a su alrededor. "¿Estamos en el dojo detrás de la casa de Shirou?"

"Algo así como eso."

Taiga se sentó y se tomó un momento para darse cuenta de que llevaba su uniforme de kendo en lugar de su vestido habitual. "¿Cuándo me cambié? Estaba preguntando sobre todas esas mujeres extrañas que Shirou había visitado y luego..." Se puso de pie de un salto. "¡Así es! ¡Les estaba diciendo a esos dos lo que pensaba!"

"¡Así es!" dijo la mujer. "¿Entonces qué pasó?"

"No tengo absolutamente ninguna idea", declaró Taiga. "¡Pero apuesto a que uno de ellos hizo algo astuto y luego me dejaron aquí para poder desayunar sin mí!"

La mujer reprimió una risita. "Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?"

El aire alrededor de Taiga pareció iluminarse. "¡Voy a volver allí y darles una lección! No dejaré que personas sospechosas como esa se aprovechen de la amabilidad de Shirou. Es mi trabajo como su tutor mantenerlo a salvo".

"¡Así es!" declaró la mujer con entusiasmo. "No vas a aceptar esto de brazos cruzados. Ahora, ¿tienes el ánimo para entrar y mantener a esas chicas a raya?

Taiga se cruzó de brazos, sus ojos brillaban con determinación. "Sí."

"¿No importa lo que se interponga en tu camino?"

"¡Sí!" Gritó Taiga.

"¿Incluso si tienes que luchar contra ellos para mantener a Shirou a salvo?"

"¡SÍ!"

"¿Y vas a obtener una parte de esa acción antes de que se ocupen todos los lugares buenos de la cama?"

"¡OH SÍ! ¿Espera, qué?"

"¡Ese es el espíritu!" La mujer golpeó con el abanico la frente de Taiga y la dejó inconsciente antes de que pudiera procesar. Taiga desapareció en un destello de luz y el atuendo de Irisviel volvió a su vestimenta habitual.

"Eso fue cruel", dijo Kiritsugu, saliendo de la puerta del falso dojo.

"Oh, Taiga es dura. Ella manejará perfectamente sus nuevas responsabilidades".

"Me refería a Shirou y las chicas".

Irisviel sólo sonrió con malicia.

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"¿No debería estar despertando ya?" Preguntó Shirou, comenzando a preocuparse. "Por lo general, el olor a comida la despierta en un abrir y cerrar de ojos".

"Lo siento senpai. Debo haber hecho algo mal con el hechizo. Estoy seguro de que eventualmente despertará. Bueno, casi seguro..."

Taiga gimió en sueños y se dio la vuelta, el dorso de su mano comenzó a brillar. "Eso no es normal", dijo Shirou.

"Esto me resulta familiar..." Saber se detuvo cuando la luz se fusionó en un conjunto de tres marcas rojas. "Espera, ¿esos son sellos de comando?"

"Pensé que todos los Servants ya habían sido convocados", murmuró Rider.

Shirou vaciló. "Creo que Tohsaka mencionó algo anoche, pero..." Levantó una mano para protegerse los ojos cuando un repentino destello de luz azul llenó la habitación. Mientras parpadeaba para alejar las manchas, vio a otra mujer tomando forma directamente detrás de Taiga. Se parecía... un poco a Sakura en realidad. Su cabello era más azul que el de Sakura y ella era un poco más alta, pero sus rostros y cuerpos tenían una forma similar. Un traje blanco parecido a una bata se arremolinaba a su alrededor, aunque dejaba bastante piel visible.

Taiga gimió y se sentó lentamente. "Qué... qué sueño más extraño..." Ella bostezó. "Sin embargo, fue una agradable siesta". Miró a su alrededor ante las miradas de sorpresa de todos, luego siguió sus miradas y lentamente se dio la vuelta. "¡Ey! ¿Por qué hay otra mujer extraña aquí ahora?

"No nos mires", dijo Rider con expresión inexpresiva. "Tampoco tenemos idea de dónde vino".

"Pido disculpas. Mi nombre es Ruler", dijo la mujer, inclinando ligeramente la cabeza. "Y creo que puedo explicar algunas cosas".

Sakura y Shirou compartieron una mirada confusa. "Tengo la sensación de que esta será una conversación larga", dijo Shirou con un suspiro.

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Nota del Traductor: Ruler es Saint Martha