Capitulo 44: Camelot: Atlas

Después de toda batalla, queda reconstruir.

Los aldeanos trabajaron rápidamente para rescatar lo que quedaba de su aldea después del ataque de la Mesa Redonda. Gracias al sacrificio de Arash pudieron salvarse, y gracias a que Chaldea se enfrento a los Caballeros, las muertes de aldeanos y la destrucción de su aldea fue mínima.

Cuando Gudao y su grupo que viajaron para rescatar a Hassan Serenity llegaron, trabajaron el doble para ayudar a los aldeanos en su reconstrucción. Archer también trabajo el doble, con un poco de ayuda de Mash y Gudako a la hora de preparar comida y repartirla entre todos.

Por suerte, los almacenes de comida fueron de los lugares menos afectados por el ataque. Y gracias a las habilidades de Archer, pudieron repartir equitativamente la comida para todos. Aunque esto no solucionaría el dolor de la perdida de algunos aldeanos, o el miedo que sintieron al ver el gran poder del Rey León, al menos aliviaría un poco sus penurias, aunque sea por un rato.

Trabajaron bajo el sol durante todo el día hasta que el sol volvió a ponerse y la luna surgió de nuevo. Pero aún así, el descanso era un lujo que no podía permitirse por ahora.

Scathach, Kuro y Da Vinci observaron como Bedivere ingresaba al Santuario de Azrael, donde aparentemente se encontraba el llamado "Primer Hassan" o "Anciano de la Montaña". Originalmente se sugirió que los demás se unirían para convencerlo de unirse a su causa, pero Bedivere insistió en entrar solo por alguna razón insondable.

-Es dolorosamente obvio que esta ocultando algo, y se que tiene que ver con ese brazo de metal- dijo Kuro.

-Obviamente. Ese brazo no es solo una prótesis o un arma para pelear, sino que también siento... cierta sensación familiar- comento Scathach.

-¿A que te refieres con eso?- Preguntó Da Vinci con curiosidad.

-El brazo es un sello que oculta algo, algo poderoso. Pero ese sujeto no parece tener las habilidades ni el conocimiento para crear algo así- explico la Bruja de Dun Scaith. -Y la sensación que siento... es similar a lo divino, pero diferente. Un tipo de divinidad con la que no estoy relacionada-.

-Yo no sentí nada-.

-Debe ser porque yo luche y mate a muchos Dioses y Bestias Divinas que tengo una sensibilidad mayor con este tipo de magia. Pero aún así, debió recibir ayuda de algo o alguien para ocultar lo que sea que lleve oculto-.

Kuro asintió en apoyo a esas palabras. Ella había intentado usar su Rastreo en el brazo de Bedivere, pero se encontró con la gran y desagradable sorpresa de que no pudo conseguir ninguna información.

Eso nunca antes le había pasado. Hasta ahora, había podido rastrear y proyectar todas las armas que podía de la memoria de la carta de Archer y de las armas que había visto desde que tuvo consciencia. Esta era la primera vez que no pudo.

Si era un sello que ocultaba algo, tal vez el tipo de magia de ese sello era lo que le impedía usar Rastreo. Tenía que hablar con Archer para ver si él tenía el mismo problema.
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(Con Bedivere)

Con la indicaciones de Hassan del Brazo Maldito, el caballero encontró rápidamente el santuario del Primer Hassan.

El llamado santuario era en realidad un espacio interior considerable, sin decoración alguna, aparte de antorchas de fuego tenue esparcidas por las paredes de roca. Las antorchas por sí solas apenas iluminaban el área, pero fue suficiente para que el Caballero de la Mesa Redonda detectara la presencia en el medio de la habitación.

Ese era el Primer Hassan. El Rey Hassan.

El Rey Hassan era un hombre bastante alto, de más de dos metros y vestía una capa oscura que cubría todo su cuerpo, pero Bedivere podía vislumbrar una armadura debajo de esa capa. Tenía la característica mascara de los Hassan en su rostro, pero con un par de cuernos apuntando hacía arriba, y la mascara parecía cubrir casi todo su rostro. Tenía una larga espada negra de doble hoja cuya punta estaba clavada en el suelo mientras sus manos descansaban en el pomo casi con pereza. Los ojos del Rey Hassan eran amenazantes, ya que parecían más bien pequeñas brasas azules, que podían mirar directamente a través del alma de Bedivere.

Todo en ese hombre gritaba: amenaza, miedo y sobre todo, muerte.

De la pura presión que sintió cuando los ojos del Hassan se pusieron en él, Bedivere casi se echa a correr. No había sentido tanto miedo de un enemigo desde que acompaño a su rey con los otros caballeros a luchar contra Vortingern, la encarnación del Dragón Blanco.

Pero aparte del miedo instintivo, Bedivere también se sintió como si lo estuvieran juzgando desde el momento en que puso un pie dentro de la espaciosa habitación.

Sin embargo, antes de que pudiera decir lo que pensaba, sintió que se le erizaba el pelo de la nuca. Sentía el cuerpo pesado y que sus pulmones dejaban de funcionar.

Su vista se volvió borrosa y de repente su garganta estaba simplemente demasiado seca como para siquiera poder pronunciar las palabras necesarias para comprender lo que estaba sucediendo.

Y su mente, sin quererlo o desearlo, evoco de inmediato el mismo recuerdo que lo había traumatizado hasta el infinito. El recuerdo de él observando al mortalmente herido Rey Arturo, sin poder hacer nada salvo arrodillarse y extender sus manos para recibir la espada Excalibur con el único propósito de devolverla a a la Dama del Lago.

-Así que este es el peso del juicio del Primer Hassan...- pensó Bedivere, con su cuerpo estaba encorvado y sus rodillas dobladas ante el peso invisible que sentía.

No necesitaba cruzar armas para saber que la simple idea terminaría en su muerte inmediata, y su enemigo no tendría que mover ni un dedo para eso. El Rey Hassan sin duda entraba en la categoría de Top Servant, o incluso superior.

La presión pareció aumentar mientras más recuerdos de su arrepentimiento pasaban en su mente: la batalla de Camlan, sus camaradas y amigos luchando entre si, la traición de Agravain y Lancelot que termino por destruir Camelot.

Él, de pie en medio de un lago, sosteniendo a Excalibur entre sus manos.

Bedivere grito de pura agonía y finalmente cayó de rodillas, con ambos brazos estrellándose contra el suelo, su capa deslizándose por su izquierda mientras las lágrimas comenzaban a caer.

El Rey León, a pesar de tener la misma arma, la misma cara que el Rey Arturo... no era el rey a quien Bedivere admiro y respeto. Y todo fue su culpa. El Rey Arturo contra el que lucha terminó así por culpa de su debilidad.

-El cielo te envía un mensaje...- las palabras resonaron como un eco en la habitación.

Bedivere sintió que el peso de su cuerpo disminuía un poco, lo suficiente para levantar la cabeza y mirar hacia arriba para ver la mirada amenazante del Asssasin centrada en él.

-¿Por qué... estoy viendo esto? ¿Por que me muestras... mi mayor arrepentimiento?- Cuestiono. El simple hablar era difícil.

-Caballero errante que ha perdido su camino, si el perdón quieres encontrar, solo tienes una forma de liberar a tu señor- dijo King Hassan. -Sin embargo, si la tomas, tú alma estará encadenada por toda la eternidad- hubo una pausa en sus palabras para que Bedivere asimilara lo que escucho. -Aun así, después de escuchar eso y saber sobre tu destino, ¿tu corazón sigue decidido a lograr tu objetivo? Debes saber que serás incapaz de despertar nunca más. La salvación es lejana para alguien como tú-.

Bedivere sabía lo que le pasaría cuando completara su misión. El mago se lo había dejado claro desde el inicio, y ahora el Rey Hassan tenía que recordárselo. Era patético.

-Se que no tengo salvación... tampoco la merezco-.

Bedivere se levanto lenta pero seguramente de su posición arrodillada mientras sentía el peso de las palabras de la entidad.

-Pero... es mi deber- declaro mientras se ponía de pie con esfuerzo. -Esta es... la única manera en que puedo hacerlo... es... mi redención por las atrocidades que cometí contra mi Rey-.

Tal vez sus errores nunca serán perdonados, y tal vez no deban serlo... pero por el bien de su rey, por el honor de los Caballeros de la Mesa Redonda... debía seguir adelante.

El Rey Hassan solo observo impasible como el caballero se ponía de pie completamente con la espalda recta, soportando el peso de su juicio y de sus propios errores.

-Entonces, tu determinación debe ser mostrada a aquellos que viven bajo la luz. De lo contrario, no podrás cumplir con tu deber, ni recibirás la ayuda de mi Espada del Juicio-.
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Para todos los demás, la reunión entre Bedivere y el Primer Hassan fue breve. Para él, parecía que habían pasado horas, aunque sólo fueron unos minutos.

Cuando salió del Santuario de Azrael, sintió que su energía se había secado por completo, ya que el hombre sólo tenía la energía suficiente para alejarse de sus aliados y de sus miradas curiosa, que se preguntaban qué había pasado en el interior. Sus pasos eran pesados, pero necesitaba un tiempo a solas para reflexionar sobre lo que había oído del Anciano de la Montaña.

Encontró un lugar muy adecuado en las montañas, casi literalmente frente a la luna llena, para reflexionar sobre su resolución... su determinación de hacer lo que debía hacerse.

No era cuestión de si quería, ya que estaba decidido a seguir adelante. El problema era que si podía. Incluso ahora se preguntaba tenía lo que se necesita para llegar hasta el final... porque lo que significa llegar hasta el final. Lo que debe hacer... con qué sangre deben mancharse sus manos para cumplir su objetivo.

Soltando un quejido para amortiguar su llanto, se llevo las manos que debían mancharse de sangre a su rostro en un intento fallido de ocultar su malestar.

-Si vas a llorar, al menos que no se den cuenta que lo hagas-.

Bedivere se sorprendió al escuchar esa voz, antes de girarse para ver a EMIYA materializarse en polvo azul a su lado, de pie con los brazos cruzados y viendo al horizonte.

-Archer. ¿Qué haces aquí?- Preguntó el caballero.

-Los Maestros estaban preocupados, así que vine para aliviarlos. Kuro dijo que te veías mal cuando saliste del santuario- respondió el arquero rojo.

-Lo siento. Estaba pensando en algo. No era mi intención preocuparlos- se disculpo Bedivere de inmediato.

Archer le lanzo una mirada de reojo a Bedivere. La expresión del peliblanco era ilegible para el caballero, pero sentía que lo estaba estudiando de alguna forma.

-No voy a preguntar de lo que hablaste con el Anciano de la Montaña. No importa. Solo me interesa saber si va a ayudarnos o no-.

-Me dijo que mostrara mi determinación. Esa es la condición para prestarnos su fuerza- respondió Bedivere, inclinando la cabeza para mirar hacía abajo.

-Qué complicado. De alguna manera, mis trabajos siempre terminan complicándose por cosas innecesarias- se quejo Archer, notando que el hombre a su lado no se molesto por su comentario, siguiendo mirando al suelo. Archer cerró los ojos para que al abrirlos, tuvieran una mirada de acero en su rostro. -Si sigues así, solo fracasaras-.

Los ojos de Bedivere se abrieron de la sorpresa, levantando su cabeza y girando hacía el peliblanco. -¿Qué quieres decir?-.

-Es obvio lo que tratas de hacer, ya todos nos hemos dado cuenta, incluso los Masters- dijo Archer, mirando al caballero con una sonrisa sardónica por un momento. -De hecho, es casi insultante que creas que puedes seguir con esa farsa, cuando ni siquiera pudiste ocultar tu verdadera identidad-.

-Tal vez engañar sobre mi identidad no fue lo correcto en un inicio, pero no me importaba mientras pudiera cumplir con mi objetivo-.

-Oh no, no me refiero a eso. Soy del tipo que usara cualquier cosa para lograr su objetivo, incluyendo engañar y traicionar. Lo que te estoy diciendo es lo ineficaz y tonto que eres al ejecutar esas cosas. Eres demasiado bueno y correcto, por lo que nadie te creería-.

-Tal vez, pero no puedo detenerme ahora... muchos se han sacrificado y debo seguir si quiero enmendar el pecado que hice-.

Archer sabía sobre los pecados. Había cometido tantos que perdió la cuenta. En algún momento, creyó que su trabajo como Contra guardián era su forma de sufrir por los pecados que cometió, por las vidas que quito en vida y en como fallo en salvarlos a todos.

-Creo que lo que el Anciano de la Montaña te dijo de "mostrar tu determinación", no se refería de si puedes seguir o no adelante... creo que se refería de si puedes cumplir lo que te has propuesto- dijo Archer seriamente. -Bedivere... ¿serás capaz de matar a tu rey?-.

Había estado rondando en su mente esa posibilidad, pero no fue hasta ahora que la confirmo. Bedivere, que era descrito como el caballero más leal al Rey Arturo, vino a esta Singularidad con el único propósito de eliminar al Rey León, una versión alternativa de Arturia.

Bedivere se mantuvo en un silencio inquietante mientras miraba sus manos, las manos que sabía que debería manchar con la sangre de a quien tanto admiro... por su culpa.

-Hablas tanto de buscar redención y que cometiste un pecado, pero no has dicho que pecado- Archer siguió hablando. -Si tengo que adivinar, igual que este Rey León es una versión de otra línea de Arturia Pendragon, asumo que tú también eres un Bedivere diferente al de la historia que conozco. La batalla de Camlan sucedió y ella fue herida por el golpe de Mordred, ¿no?-.

-...Así es. Fui testigo del momento exacto-.

-Bedivere, que fue conocido como el primer miembro de la Mesa Redonda, quien estuvo con el Rey en sus momentos finales y devolvió a Excalibur a la Dama del Lago después de dos intentos en los que se rehusó... pero ese no fue tu caso, ¿verdad? Tú no devolviste a Excalibur-.

La expresión ya sombría de Bedivere se hizo aún más oscura al escuchar esas palabras. Su silencio fue toda la confirmación que EMIYA necesitaba.

Miró su brazo de metal. -Y supongo que lo que ocultas en ese brazo es la propia Excalibur, ¿no? Ahora tiene sentido que con ese brazo puedas hacerle frente a los otros caballeros, y porque te duele después de un uso prolongado. Las armas de las hadas no fueron creadas para manos humanas-.

Bedivere solo suspiro. -Todo lo que dijiste es cierto. Mi pecado fue no obedecer la orden de mi rey en devolver la espada a Lady Vivian- Bedivere agarro su brazo de metal con su mano de carne. -Yo... yo no podía...- todo su cuerpo tembló ante su pecado que ya estaba descubierto. -Todo lo que esta pasando ahora, las muertes que mis camaradas y el rey han hecho... todo ha sido por culpa de mi debilidad-.

-Lamentarte no cambiara nada. Mira bien el mapa y te darás cuenta que, aunque tus acciones le hicieron daño, tus acciones no valieron para nada-.

Bedivere miró de reojo a Archer. -¿...Qué...?-.

-Conozco a las personas de tú tipo...- Archer dio un par de pasos hacía adelante, con la mirada en el horizonte. -Las conozco bien. Tratan de aferrarse a algo desesperadamente porque es lo único que les queda, no porque quieran, si no porque deben hacerlo, y eso es lo que esta pasando contigo...-.

Bedivere se culpa de no devolver a Excalibur al lago, lo que condeno a su rey y lo convirtió en la amenaza que enfrentan ahora. Tal vez si es su culpa, y Bedivere se aferra desesperadamente a esa culpa y la usa como motor para obligarse a seguir adelante.

-Te has convencido de que matar al Rey León es la única forma de salvarla. Y tal vez tengas razón... pero mientras dudes al avanzar, solo serás un peso muerto y terminarás muriendo por nada-.

De la nada, Bedivere se puso de pie bruscamente y tomo a Archer del cuello del Sudario de San Martín mientras le lanzaba una mirada de odio poco característica de él. A contrario de lo que uno esperaría, Archer se quedo de pie en su misma posición con una sonrisa egocéntrica, sin moverse ni siquiera un poco.

-¿Toque un nervio? Qué bueno que no perdí mi estilo-.

-No tienes derecho a hablar de mi modo de vivir- gruño Bedivere de forma peligrosa, como una bestia que estaba a punto de lanzarse hacía su enemigo. -¿Solo por saber mi leyenda te sientes con derecho a decirme que hacer? No me conoces de nada-.

-Tienes razón, no te conozco de nada y tú tampoco me conoces. No estoy criticando tu leyenda, sino las acciones que has realizado desde que nos conocimos- replico Archer, sin perder la característica sonrisa egocéntrica que a Bedivere le daban ganas de borrarla con un golpe. -¿Tanto te aferras a tú culpa? Solo acepta lo que paso o terminarás perdiendo de vista lo importante-.

El agarre de la mano de Bedivere tembló al escuchar sus palabras. Quería golpear tanto a este hombre ahora mismo que no le importaba que fuera un aliado.

-¿Con que derecho dices eso? Así como tú viste a través de mi, yo también reconozco a un hombre que esta lleno de lamentos y culpas por su pasado-.

-Tienes razón, tengo mi propia serie de arrepentimientos y lamentos que me atormentan, pero no pierdo de vista mi objetivo, ni tampoco dudo cuando hago algo, ya que si me tomo la molestia de dudar, gente terminará muriendo- replicó Archer. -Además, nuestras situaciones no se parecen-.

Archer era un Contraguardián atrapado para siempre bajo el servicio de Alaya por una estúpida decisión y un sueño ingenuo que, aunque era correcto, solo fue algo que tomo de alguien más, Mientras que, Bedivere era un hombre atormentado por desobedecer la decisión de su rey, un rey que esta haciendo todo lo contrario a lo que representaba.

Era triste para Archer ver como se reflejaba un poco en Bedivere, sobre todo en la parte de haberle fallado a Arturia. Pero la diferencia que él podía notar entre ellos, es que el sufrimiento y culpa de uno estaba cerca de finalizar, mientras que el suyo no terminaría nunca. Habrían pequeños "descansos" en medio de su trabajo, pero su labor era uno que duraría mientras la humanidad existiera en los miles de mundos conectados la Contrafuerza.

También sabía que estaba siendo demasiado directo con Bedivere, pero tenía que hacerlo ahora o nunca, ya que no tenían el tiempo de lamentarse, y no había duda que Bedivere sería una pieza clave en la batalla contra Camelot.

La sonrisa egocéntrica de Archer se borró, reemplazándola por una de seriedad y comprensión.

-Hubo una persona a quien quería, pero no pude salvar-.

Bedivere levanto su cabeza para ver a Archer, sorprendido por esas palabras que hablaban un poco del pasado del misterioso Servant.

-Creí que aunque me fuera al infierno, seguiría recordando esos sentimientos, esos momentos que pase con ella... pero el tiempo ha distorsionado casi todo recuerdo. Esa luz... ya es inalcanzable para alguien como yo-.

Archer simpatizaba con Bedivere, porque sentía que su deseo de salvar a esta versión de Saber era genuina y el hombre estaba haciendo todo dentro de sus capacidades para lograr su misión, pero el peso era grande para él. Archer podía entender bien ese peso.

-Tú lucha no esta mal, Bedivere. El Rey León definitivamente debe ser detenido por el bien de la humanidad, pero ya no es el rey a quien seguías. Ella perdió todo atisbo de humanidad por completo- dijo Archer.

-Lo se...- dijo Bedivere con voz temblorosa. -Lo se, realmente lo se... pero yo...-.

-Si quieres redención por tu pecado, entonces has tu mejor esfuerzo en seguir adelante y no te rindas- aconsejo Archer, dándole unas palabras parecidas a las que Rin le dio antes de despedirse al final de una de las Guerras del Santo Grial. -Entiendo que esta carga en tus hombros es pesada, y aunque no me corresponde decirlo, en esta lucha... no estas solo-.

Bedivere abrió los ojos, como si esas palabras fueran una especie de revelación divina inesperada.

Por su mente pasaron diferentes rostros: Arash, Brazo Maldito, todos los miembros de Chaldea y también... el del otro miembro de la Mesa Redonda que estaba peleando a su lado, aunque fuera en la forma de la joven Mash.

Esta lucha ya no era solo suya, sino que también era de Chaldea, para que pudieran cumplir su objetivo de salvar el mundo y la historia humana del Rey de los Magos.

El caballero soltó el sudario de Archer mientras retrocedía un par de pasos, con su mente finalmente aclarándose lo suficiente para ordenar sus pensamientos y todo lo aprendido.

Archer aparto la mirada del caballero para ver al horizonte.

-No pude salvar a Saber de su pasado... pero puedo liberarla del presente-.

Aunque esta versión no sea su Saber, ver a una versión de Arturia siendo tan... inhumana, ordenando masacres y usando su poder para destruir un pueblo con inocentes no era algo de ella. Y esa luz, aunque brillante y pura... era incorrecta a su vez.

Es cierto que como Rey, fue criada para ser más allá de un humano, pero aún así era un ejemplo de virtud. No por algo en todas sus leyendas era descrito como el caballero perfecto, como la mejor expresión de la humanidad.

¿Era un hipócrita por ayudar a Bedivere y decirle esas palabras? Si, pero desde el inicio su existencia fue la de alguien hipócrita, así que no le importaba.

-Pero aquí hay una oportunidad de salvarla, aunque sea de si misma- pensó, viendo a Bedivere, que finalmente pareció entender sus palabras y el peso de ellas.

-Archer... no se que tipo de vida has llevado o los arrepentimiento que cargas... pero tienes razón- dijo Bedivere, viendo su mano de metal y apretándola fuertemente. -Hay que detener al Rey León. También tienes razón al decir que esta no es solo mi lucha. Así que por favor... préstame tu fuerza para que pueda ver a mi rey y pueda expiar mi pecado-.

Los ojos verdes de Bedivere se encontraron con los grises acero de EMIYA al decir esas palabras y le extendió su mano de carne y hueso en el mismo gesto que Ritsuka hizo con él para trabajar juntos.

Con un suspiro, Archer le ofreció una pequeña sonrisa al caballero y extendió su mano, aceptando la de Bedivere en un acuerdo.

El arquero que fue un chico ingenuo persiguiendo un sueño que no era suyo y que no pudo salvar a Saber, y el caballero que desobedeció la última orden de su rey y ocasiono que se convirtiera en algo más inhumano. Estas dos existencias que le habían fallado a Arturia Pendragon en diferentes tiempos y circunstancias, pero llegaban esa culpa hasta el día de hoy.

Y por eso mismo, ninguno tenía pensado fallar en esta ocasión.
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(Al día siguiente)

Aunque lograron defenderse del ataque inicial de Lancelot y Tristán contra los aldeanos, se hizo evidente que Chaldea sola no podía esperar derrotar al ejército del Rey León y sus caballeros.

Al menos, no sin un ejército adecuado que pudiera ayudarlos.

Por lo tanto, a pesar de que algunos no estaban de acuerdo, aliarse con el Rey Sol y arrodillarse ante el Faraón era inevitable si querían arreglar esta Singularidad. Así que el plan era regresar a la ciudad, mientras los Hassan cuidaban de los aldeanos y curaban sus heridas.

Pero la suerte quiso que el grupo fuera asaltado por una gran tormenta de arena, en medio del camino hacia la ciudad donde residía el faraón.

La falta de visibilidad sumada a la fuerza del viento prácticamente impedía el movimiento del grupo. Mash cubría a Gudao y Gudako con su escudo, mientras que el resto usaba sus brazos para protegerse los ojos de la arena.

-¡Vaya! ¡Qué suerte la nuestra, tener que defendernos de esta tormenta! ¡¿Por qué siempre nos toca malos tiempos?!- Se quejó Gudako en gritos.

-Llámenme loca, pero no creo que esto sea un fenómeno natural...- dijo Da Vinci viendo a su alrededor con mucha dificultad, pero pudo encontrar pequeños rastros de magia esparcidos por toda la arena.

-¿Es posible que el poder del rey Ozymandias llegue tan lejos? Quiero decir, es probable que estemos pisando su tierra ahora mismo- dijo Scathach mientras se giraba hacia EMIYA -¿No puedes ver nada más allá de esta tormenta?-.

-Un poco, pero no sirve de mucho. Creo que Da Vinci tiene razón, esta tormenta ya debería habernos dejado atrás, pero se está concentrando a nuestro alrededor-.

-Si esta tormenta es creada por magia, ¿no podríamos disiparla con magia?- Cuestiono Kuro.

-En teoría si, pero no creo que haya alguien que sepa un hechizo para hacerlo-.

Kuro miró a Scathach. -¡Oye! ¿Por qué no invocas a esa puerta gigante de la otra vez y succionas esta tormenta de arena?-.

-La Puerta de Sky no es una aspiradora. Sería un desperdicio de mana usarla solo para esto- replicó Scathach. -Mejor cállate y sigue caminando, considéralo entrenamiento-.

Mash estaba dando sus pasos mientras cubría a sus Senpais de la arena, pero tan pronto como lo hizo, los tres jóvenes cayeron dentro de un agujero, desapareciendo de la vista.

-¿Qué...?- Los demás habrían gritado sus nombres si la trampa no se hubiera abierto también bajo sus pies.
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El grupo había caído durante un buen rato, antes de que todos aterrizaran al mismo tiempo, dentro de lo que parecía ser una habitación oscura.

Aun así, no parecía que nadie resultara gravemente herido.

-Una trampa de arena... que vergüenza haber caído en algo tan simple- se quejo Scathach mientras se levantaba con una gracia digna.

-¿Pero quién habrá puesto esa trampa?- Preguntó Chloe, viendo el agujero por el que cayeron.

-Se-Senpai...-.

El rostro de Mash estaba sonrojado mientras veía a Gudao que cayo encima de ella. El pelinegro recuperaba el sentido, hasta que de repente se dio cuenta que estaba encima de Mash. No solo eso, sino que una de sus manos tocaba uno de los pechos de Mash. Aún con la armadura, podía sentir su forma y tamaño.

-¡L-Lo siento, Mash!- Gritó avergonzado el pelinegro cuando se puso de pie y se alejo de su kouhai.

-N-No se preocupe. No es como si se pudiera controlar al caer- dijo Mash, poniéndose de pie mientras se sacudía los mechones de cabello. -S-Solo importa que usted este bien...-.

Ambos jóvenes estaban sonrojados y no podían verse a la cara.

Gudako miró con expresión plana, pero molesta, el intercambio de los dos mientras era ayudado por EMIYA a levantarse. Claro que su hermano le tenía que pasar una de esas escenas.

-Está bien, creo que todos están aquí, ¿no? Está demasiado oscuro para decirlo con seguridad, pero escuché ocho golpes separados- dijo Da Vinci mientras miraba a su alrededor. -Archer, ¿podrías usar una espada como antorcha para nosotros?-.

-No te bases en cosas como anime para esas cosas. Yo puedo recrear espadas que haya visto, no crearlas de la nada- replico Archer.

-¿Ósea que no puedes?- Preguntó Da Vinci.

-...Si puedo, pero es solo una coincidencia-.

Y con un suspiro de fastidio, EMIYA proyecto una espada y la hoja se prendió en fuego, iluminando la habitación, permitiendo a todos ver en donde estaban. Era una especie de mazmorra, pero tan pronto como la luz llegó, todos se pusieron en posición de batalla, al ver una presencia que no era perteneciente a su grupo.

-Oh, interesante. Estaba a punto de ofrecerles a encender las luces, pero tú te me adelantaste-.

La nueva presencia estaba vestida de manera bastante elegante para un sirviente en esta era y ubicación. El estilo de ropa del hombre era bastante moderno para un Servant. El hombre tenía cabello oscuro de tono azulado bien peinado, ojos azules, piel pálida y vestía una camisa blanca debajo de un chaleco gris, que terminaba en un abrigo. Se podía ver una pipa en su mano derecha, así como guantes blancos. Alrededor del Servant, habían unas lentes que lo rodeaban como Códigos Místicos.

-Sherlock Holmes, a su servicio- se presento el hombre con una pequeña y educada reverencia.

Ese nombre provoco un jadeo de sorpresa de los hermanos Fujimaru y Mash, mientras que Archer abría los ojos de sorpresa y levantaba las cejas. El resto de Servant parecían completamente desprevenidos.

Y es que Sherlock Holmes era un personaje famoso en la época actual, pero no por una leyenda famosa, sino porque era un personaje literario de una obra famosa. Ósea, no era una persona real.

Era el detective consultor más grande, famoso y único del mundo, el genuino padre de todos los detectives. La cristalización del concepto mismo del arte detectivesco, y el representante de "los Reveladores". El protagonista de las historias escritas por Sir Arthur Conan Doyle en los siglos XIX y XX, y el detective que resolvió todos y cada uno de los misterios. En las muchas novelas escritas después de la suya, él es uno de los progenitores de los "detectives", o eso se dice.

Pero era un personaje literario, no una héroe que existió y su historia se volvió una leyenda como el resto de Espíritus Heroicos. Su aparición era una gran sorpresa y confusión ante las leyes de lo que significa ser un Espíritu Heroico.

-Debo decir que es todo un privilegio y un honor conocer al gran Leonardo da Vinci- dijo el identificado como Holmes a la Caster.

-Oh... así que me conoces con solo mirarme. Qué interesante- comento Da Vinci.

Sherlock asintió con una sonrisa mientras miraba a su alrededor. -Por supuesto, no hay ningún secreto que no pueda descubrir... de hecho...- miro al variopinto grupo que tenía delante. -Vaya, tenemos una multitud bastante grande aquí... Ritsuka Fujimaru, o mejor identificados como Gudao y Gudako. Mash Kyrielight. Sir Bedivere, un alma afín con la mía por ser ambos de la misma tierra, aunque de diferente tiempo. La famosa y temida Bruja de Dun Scaith, maestra del gran Cu Cuchulainn, del hijo de este y de muchos otros héroes desconocidos, y...-.

Cuando Holmes miró a EMIYA y Kuro, el mejor detective del mundo frunció el ceño ante el misterio que tenía ante sí.

-Debo decir, sin embargo, que me resulta difícil reunir las piezas de su rompecabezas- todas sus lentes se enfocaron en Archer, quien retrocedió un poco incomodo. -Mmm... ya veo... si... ciertamente tu existencia, en comparación a la mayoría de Espíritus Heroicos, es única, guardián de la humanidad- Holmes noto que Archer se tensaba ligeramente al decir eso. -Y tú...- cambio sus lentes hacía Chloe. -Ya veo... eres una conciencia que fue sellada y que despertó y tomo conciencia y forma física a partir del Servant que esta a tu lado. Qué peculiares son ustedes-.

-Mira quien lo dice. ¿Un personaje de un libro como un Servant?- Cuestiono Archer despectivo.

Las lentes de Holmes se retiraron de vuelta a él. -No debería ser nuevo para ti, Archer, después de todo, chocaste espadas con un espadachín que no se supone que exista-.

Así que incluso sabía de eso. ¿Será por un Noble Fantasma?

Pero Archer no pudo refutar eso. El Assassin que Medea invocaba era conocido como Sasaki Kojirou, el rival de Miyamoto Musashi, quien lo enfrento en un épico duelo samurái y termino muriendo a manos de Musashi.

Pero aunque el nombre de Sasaki Kojirou esta grabado en la historia, su identidad es desconocida, siendo más específico decir que él nunca ha tenido uno. Kojirou es conocido como un maestro espadachín pero su existencia es dudosa incluso aunque su nombre permanezca grabado en la historia. Él, de hecho, no existe; por lo que debería ser imposible invocar su persona real como un Servant. El Kojirou que Medea invoca para defender su base de operaciones en el Templo Ryuudou no es un Espíritu Heroico, sino una existencia más cercana a la de los espectros y la persona que es invocada es quien mejor se ajusta a los parámetros de Sasaki; por lo que su personalidad y hazañas se convertirían en las de Kojirou en lugar de las suyas respectivamente. Un artista marcial anónimo con alguna relación con el Templo Ryuudou, pero sin manera de conocer su verdadera identidad y que murió careciendo de nombre. Ese era el Sasaki Kojirou que era invocado como el Assassin en la Guerra del Santo Grial en lugar de Brazo Maldito.

-Esperen...- Da Vinci se dio cuenta de algo. -Nuestro vinculo con Chaldea se ha cortado. No puedo comunicarme con Romaní-.

Holmes asintió. -De hecho, es por diseño que su comunicación está cortada por el momento. La razón será presentada muy pronto-.

-Para empezar, ¿donde estamos?- Preguntó Gudako.

-Me alegra que lo preguntes- dijo Holmes con una sonrisa educada. -¡Bienvenidos todos a los maravillosos misterios del Instituto Atlas!-.

La mirada de Archer y Da Vinci coincidió en una gran sorpresa que fue imposible de ocultar.

El Instituto Atlas, o también conocido como Academia Atlas y el Templo Atlas, es una de las tres ramas principales de la Asociación de Hechicería especializada en Alquimia. También se conoce como el Pozo del Titán y el Instituto de Agregación y Análisis.

El Templo Atlas es anterior incluso a la Torre del Reloj, existiendo al menos desde la Dinastía IV de Egipto, siendo originalmente una reunión de aquellos con poca habilidad mágica debido a tener una pequeña cantidad de Circuitos Mágicos. Es un instituto enfocado en el estudio y desarrollo de la alquimia, pero sus miembros se separaron de la práctica moderna de la alquimia que se originó en la Edad Media. Sin embargo, el objetivo final de los alquimistas del Templo Atlas se establece aún más cerca de la ideología original, como la "transformación de los eventos".

Otro elemento por el que son muy conocidos era su capacidad de creación de Códigos Místicos, debido a que el proceso que utilizan para estudiar los misterios no dependía de la energía mágica. En su lugar, se basan en una gran cantidad de herramientas. El desarrollo de Atlas fue similar al progreso de la ciencia y la tecnología. Debido a eso, Atlas a creado una gran cantidad de armas y herramientas mágicas que hasta los hechiceros más talentosos matarían por tener siquiera una de ellas, pero debido a que Atlas es una institución muy aislada, es que su cooperación y obtención de estas herramientas es prácticamente imposible.

-Así es, señor EMIYA y señor Leonardo, la misma información nos espera más adelante. Los guiaré al área central de este Instituto porque yo también tengo asuntos allí- dijo Sherlock, notando la sorpresa de la Caster y el Archer, que conocían bien la reputación de Atlas. -No está demasiado lejos de nuestra ubicación, aproximadamente a media milla bajo tierra y estamos allí, pero el camino gira y se dobla sobre sí mismo, así que manténgase cerca de mí, ¿de acuerdo?-.

Y sin esperar respuesta, se dio la vuelta y comenzó a caminar. Dio un par de aplausos, haciendo que luces surgieran de la nada e iluminaran toda la mazmorra, haciendo que Archer descartara la espada de fuego.

-¿Lo seguimos?- Preguntó dudativa Gudako.

-Creo que si. No es que tengamos de otra- dijo Gudao. -Además, no creo que intente algo malo con tantos Servants aquí-.

-Bien dicho Master, pero aún así recomiendo no bajar la guardia- aconsejo Scathach.

-Estoy de acuerdo. Ese tipo desprende la misma esencia que Merlín- dijo Bedivere. Cualquier persona que se parezca siquiera un poco a Merlín era alguien con quien tener mucho cuidado.

Y sin una mejor opción, Chaldea comenzó a seguir al detective. Durante unos minutos de caminata no sucedió nada ni hubo ninguna conversación. Esto se mantuvo así, hasta que Mash dio unos pasos hacía adelante, llegando a estar al lado de Holmes.

-Ah, señor Holmes, señor...-.

El detective le sonrió a la niña que lo seguía como una fan.

-Sí, señorita Kyrielight... debo decir que conocerla en persona es mucho mejor que a través de la información...- la Demi-Servant de Clase Shielder lo miró con interrogación. -En Londres, había organizado la mayor parte de la información necesaria y la había dejado en la Asociación de Magos, pero no toda por miedo a que Zouken se enterara. Confiaba en que el señor Andersen, con su agudo sentido del humor y su graduación académica, pudiera averiguar el resto para ayudar a Chaldea-.

Mash miró al hombre con sorpresa mientras recordaban lo que había sucedido en ese entonces. Recordaba la sorpresa y la confusión de haber encontrado esos archivos que tenían la información que convenientemente les ayudo a resolver esa Singularidad.

-¿Usted estuvo en Londres? Pero... ¿por qué lo convocaron y por qué no se presentó ante nosotros en ese momento?-.

-Mi aparición en Londres era obvia ante el gran misterio de: "La Exhaustiva Eliminación de la Humanidad por la Incineración del Orden Humano". Mi principal interés era resolver el caso, nada más. Simplemente ayudé a Chaldea para resolver el caso de asesinato. Presentarme ante ustedes no serviría de nada. Al igual que en esta Singularidad, estoy aquí simplemente para resolver misterios, no para participar en una batalla campal contra enemigos. Tengo poco interés en la justicia o el honor-.

Archer entrecerró los ojos, estudiando al hombre con cuidado y escuchando cada palabra que salía de él atentamente.

Si realmente era Sherlock Holmes, eso quiere decir que como enemigo no era peligroso, ya que Holmes siempre se especializo en resolver misterios y no en el combate, pero no por eso debía ser subestimado. Ese hombre, con solo una mirada, pudo descubrir la identidad de todo, incluyendo la suya. Eso debía ser obra de un Noble Fantasma, probablemente uno que manifieste la habilidad de detección y resolución de misterios de Sherlock Holmes. Algo muy útil para recabar información, pero no tanto en una batalla.

El grupo viajó muy bajo tierra y tuvo que enfrentarse a un par de defensas instaladas por el Instituto Atlas, destinadas a atrapar a aquellos que intentaran encontrar el centro.

Aún así, no fue suficiente para disuadir al grupo, que contaba con la guía del mejor detective del mundo y un grupo de Servants que fácilmente destruyeron las defensas.

Pronto, el grupo logró llegar al centro... una sala magnánima con un diseño bastante moderno, que parecía el interior de la organización Chaldea, con tres pilares ubicados en el centro.

El área era bastante enorme e incluso tenía la imagen del cielo encima, algo sorprendente ya que estaban muy bajo tierra.

-Vaya, ¿entonces este es el centro del Instituto Atlas? ¡Parece igual que Chaldea!- Comparó Gudako.

-Es una comparación bastante acertada, Fujimaru... de hecho, porque todo el sistema de Chaldea se basa en el sistema que ven ante ustedes- declaro Sherlock.

Los hermanos Fujimaru y Mash parecían asombrados, mientras que Da Vinci parecía introspectiva, ya imaginando escenarios en su mente. El resto solo se quedo en silencio, observando lo que pasaría a continuación.

Holmes señalo el pilar más grande de los tres. -Ese obelisco del centro es el mayor medio de grabación del Instituto Atlas. Un motor de cálculo pseudoespiritrón llamado TRI-HERMES. Este es el sistema original en el que se basó Chaldea-.

El grupo caminó hacia los pilares que estaban en el centro de la sala, mientras Holmes mantenía su atención en ellos.

Entonces, ¿me atrevo a decir que está familiarizado con su funcionamiento, señor Holmes? Además de guiarnos hasta aquí, usted y solo usted debe conocer las palabras o los hechizos correctos necesarios para obtener la información necesaria- señalo Da Vinci, remarcando todos los hechos.

-De hecho, Leonardo, tienes razón. Tengo los derechos de acceso a la información de TRI-HERMES, aunque me da un poco de pena usarla sin el permiso del personal-.

-¿Para que nos has traído aquí?- Preguntó Chloe con las manos en la cadera y los brazos en forma de jarra.

-Los traje para responder todas las dudas que se han formado en relación con Chaldea y la Incineración de la Humanidad- respondió Holmes, girándose hacía el obelisco. -Empecemos con la clave para entender todo. TRI-HERMES, cuenta que paso en la Guerra del Santo Grial de Fuyuki en el año 2004, en Japón-.

-¿Se refieres a la Singularidad F?- Preguntó Mash.

-No. Esa Singularidad fue creada a partir de otra guerra que sucedió en ese mismo año, pero en otra línea de tiempo. La guerra a la que me refiero, es aquella que sucedió en tu mundo, y en la que participo y gano el hombre responsable de crear Chaldea-.

-¿Quieres decir...?-.

Holmes asintió hacia Mash. -Sí, el padre de Olga Marie: Marisbury Animusphere. Los datos muestran que había triunfado sobre los otros magos y había ganado el Santo Grial. Sin embargo, lo que deseo seguirá siendo un misterio al parecer- observa la información que apareció en una pantalla delante del obelisco. -El Observatorio Chaldea se convirtió en una realidad poco después, lo que significa que el hombre debe haber adquirido una fortuna considerable. Con esa fortuna, logró establecer el Sistema de Invocación de Espíritus Heroicos y la Tecnología Rayshift que hizo posible no solo observar el pasado, sino también intervenir en otros períodos de tiempo. Por supuesto, los datos muestran mucha información, y muchos de ellos están resultando bastante interesantes, de hecho-.

Archer entrecerró sus ojos. Su Ojo de la Mente no solo le ayudaba en batallas, sino que de vez en cuando le servía fuera de estas. Sumada a toda su experiencia lidiando con magos y muchas otras personas, la mayoría desagradables, pudo discernir que el detective estaba ocultando parte de la información.

Sin embargo, en lo que respecta a la Singularidad de Camelot en cuestión, saber lo que ocurrió en 2004 parecía ser bastante irrelevante, al menos por el momento.

El detective miró fijamente a Da Vinci durante un rato como si estuviera considerando algo. A pesar de cortar el vínculo con Chaldea, Da Vinci seguía siendo un Servant y aliada de Romaní Archaman, lo que significa que entrar en detalles sobre sus sospechas sobre él en este momento frustraría el propósito. Al final, aunque Holmes tenía dudas sobre el buen Doctor, precisamente por la información que adquirió aquí, los dos Masters y sus Servants están más que equipados para navegar por el resto de las Singularidades y enfrentarse al Rey Salomón, el Rey de los Magos.

-Ah, señor Holmes...- el detective inglés se giró sorprendido al ver que Mash lo estaba mirando. -Se quedó un poco distraído-.

-¿Lo hice? Lo siento. A veces me pierdo en mis pensamientos. Trataré de que no se repita en nuestro tiempo juntos- se disculpo el hombre con una amable sonrisa.

Eso hizo que Archer entrecerrara aún más los ojos.

-De todos modos...- el detective volvió al tema que los traía acá. -Los datos sobre la Guerra del Santo Grial de Fuyuki no me traen la conclusión que esperaba...- una mentira descarada, una que sabía que EMIYA vio, pero en este caso, seguir adelante es el mejor curso de acción. -Sin embargo, en otro tema, parece que lTRI-HERMES me ayudó a resolver un misterio diferente y te involucra a ti, señorita Kyrielight...-.

El Servant Shielder lo miró con sorpresa. -¿A mi?-.

-De hecho, considerando tu naturaleza como un Demi-Servant, quedó claro la primera vez que te vi que aún no alcanzas todo el poder de tu Noble Fantasma, ¿no es así?-.

Al oír eso, Mash se desanimo como un globo que pierde aire. -Si. Aunque mis Senpai me han ayudado, aún no se la identidad del Espíritu Heroico dentro de mi, y aunque Scathach-san me ha entrenado, sin saber el nombre verdadero de mi Noble Fantasma, no creo que pueda hacerme más fuerte- admitió.

-Levanta la cabeza, lady Mash... avanzar con orgullo es el único camino posible como lo has hecho desde el principio- dijo Bedivere.

-Bedivere-san...-.

-De hecho, de todos los presentes, me sorprende que tú no le hayas revelado la verdad a Mash, Sir Bedivere- dijo Holmes al caballero.

-¿Qué quieres decir con eso?- Preguntó Gudao.

-Si él no le ha revelado su identidad a Mash, entonces fue por alguna razón, así que por eso no dije nada- le respondió Bedivere a Holmes, ignorando la pregunta de Ritsuka. -Aunque con todo lo que esta pasando, creo que ya es momento-.

-Estoy de acuerdo- Holmes se cruzo de brazos tras su espalda y miró a Mash. -El instrumento que usted usa para luchar con orgullo, aunque tiene la forma de un escudo, es ante todo una reliquia de la Mesa Redonda... o más precisamente, es la misma en la que el Rey Arturo y sus caballeros se sentaron en su mejor momento-.

Mash abrió los ojos por sorpresa e hizo aparecer su escudo, observándolo con atención.

-Señorita Kiryelight, el Espíritu Heroico dentro de usted, el Segundo Espíritu Heroico invocado con éxito por Chaldea cuando usted era joven, el Espíritu Heroico que fue el único resultado exitoso del Experimento de Fusión de Espíritus Heroicos de Chaldea, el que lamento y condeno los experimentos inhumanos de Chaldea y Marisbury, pero se quedo para salvar su vida...-.

-Es uno de los miembros de la Mesa Redonda- siguió Bedivere por Holmes. -Y no cualquiera, sino que era alguien considerado como el caballero perfecto, la esperanza para el futuro de la Mesa Redonda y sucesor espiritual del Rey Arturo. Quién devolvió el Santo Grial a los cielos. ¡El nombre de tan valioso caballero es Sir Galahad, el hijo bastardo de Lancelot y quien ocupo el Asiento Peligroso en la Mesa Redonda!-.


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