¡Bienvenidos a Luluhawa!
Ritsuka Fujimaru, también conocida como Gudako, suspiraba de satisfacción al sentir el hielo dulce pasar por su garganta, mientras el sol de verano la bañaba.
Habían sido dos Lostbelts increíblemente brutales los que había logrado completar, siendo el primero el de Anastasia, donde tuvieron que enfrentarse a un poderoso Iván el Terrible que había sido alterado mágicamente por las propiedades de su Árbol de Fantasía. Luego fue Götterdämmerung, donde Scáthach-Skadi había tratado de mantener en equilibrio humanos como gigantes, hasta que Surtr logró escapar de la prisión que Odín había hecho para encerrarlo, logrando frenarlo de comer el Árbol de Fantasía como también derrotarlo usando múltiples Fantasmas Nobles.
Con todo eso encima, habían detectado una singularidad en medio del blanqueamiento del mundo y decidieron investigarla. Afortunadamente, la singularidad parecía ser una enorme isla tropical la cual estaba repleta de todo tipo de actividades, por lo que aprovechando todo lo que había en la isla, todos en el Shadow Border decidieron tomarse un descanso después del tremendo desastre que fue enfrentarse a Surtr en el último Lostbelt.
Mientras los servants niños corrían de aquí para allá siendo vigilados por Atalanta y Boudica, los demás se habían desperdigado por toda la isla, por lo que ahora podían hacer lo que quisieran sin que alguien decidiera impedir algunas actividades ilícitas que en Chaldea no se podían realizar debido a las constantes vigilancias de algunos servants con mucho tiempo libre.
O eso querían explicar servants como Shuten Douji o Merlin al King Hassan, el cual era el mayor responsable de las vigilancias en Chaldea.
Pero ahora todos corrían de aquí para allá sin ningún control, por lo que todos sacudieron sus cabezas y no se preocuparon por algún evento explosivo que significara el fin del mundo. Algunos servants que podían alterar su Núcleo Espiritual para convertirse en versiones veraniegas de ellos mismos ya también lo habían hecho, y ahora disfrutaban tranquilamente el sol de mediodía o nadaban en las cristalinas aguas de Luluhawa.
En el caso del último master de la humanidad, ella ahora estaba dejando que el sol la bronceara para disfrutar de mayor forma el delicioso calor que inundaba el ambiente.
—Esto... es vida...— dijo Gudako mientras el sol entraba por cada uno de sus poros, su piel alimentándose de los rayos UV que el astro rey expulsaba cada segundo. Cerrando los ojos, su mente fue recordando las diferentes singularidades y eventos que sucedieron en los últimos años en Chaldea. Había llegado a las instalaciones después de tomar el lugar de su hermano en un examen de sangre gratuito que se había realizado en su zona residencial, debido a que este había ido al baño por tomar mucho refresco esa tarde.
Semanas después había sido aprobada por los altos mando de Chaldea (Siendo que Olga Marie había empezado a firmar papeles sin tener una gota de papel en su sistema, por lo que fue accidental su llegada a las instalaciones) y después de su llegada, se le había asignado el número 48 en Masters de Chaldea.
Luego todo explotó, conoció a Mash, la cual ahora era un demiservant, conoció a un Cú Chulainn Caster, peleó contra una versión Alter del Rey Arturo (Sorpresa, era mujer), vió en primera fila la muerte de Olga Marie, le dieron un Santo Grial y después lloró por tres horas en su habitación hasta que se quedó dormida.
Luego recorrió siete grandes singularidades, y varias pequeñas en el camino, para llegar contra Salomón, el encargado de crearlas para realizar una Incineración Masiva contra la Humanidad. Al llegar a su trono, se reveló como Goetia, Rey de los Demonios, y luego como Rey de los Humanos cuando el Dr. Romani se había revelado como el verdadero Salomón y usando el poder de sus diez anillos, debilitó a Goetia y de paso, su existencia en el Trono de Héroes.
Después festejó con los miembros restantes de Chaldea y sus servants la victoria contra Goetia y el sacrificio de Salomón, donde volvió a llorar en su cama por otras cinco horas.
Después el mundo se volvió blanco, cayeron semillas del cielo, se reveló que siete de los 47 Masters criogenizados ahora pululaban por ahí, y Chaldea fue destruida por parte de Anastasia y los Oprinchikis de Iván el Terrible, siendo comandados por Kadoc Zemlupus, uno de los siete masters de ahora el Alien God.
Y ahora se encontraba disfrutando del sol veraniego sin ninguna preocupación actual. Bueno, estaba ese evento de doujinshis en la mitad de la ciudad pero no era importante en ese momento. Tomando un poco más de su raspado, dejó que el frío se mezclara con el calor para darle una tranquilidad que pocas veces había logrado sentir desde que había llegado a Chaldea.
Al cabo de una hora, Gudako decidió levantarse, hacer unos pocos estiramientos y empezar a caminar por la playa. Observaba de lejos como la mayoría de sus servants disfrutaban tanto de la arena como del mar, así como la comida que era preparada por Archer, Boudica o Tamamo Cat.
Mientras caminaba observando conchas en la arena, el ruido de un motor resonó en sus oídos. Su mirada viajó hacia el enorme mar enfrente suyo, siendo un pequeño barco el cual provocaba ese ruido. Era de color rojo carmesí, tenía grabados dorados en forma de escamas y olas, y tenía una placa con un nombre escrito en esta.
"Marlin"
Gudako siguió observando como el barco se detenía en medio del mar, para luego un hombre... ¿zorro? saliera de la zona del timón. Reforzando sus ojos usando el mana de su cuerpo, empezó a fijarse en los diferentes detalles del hombre zorro.
Su rostro era del animal mencionado, con varias cicatrices recorriendo sus mejillas. Tenía un colmillo sobresaliendo de su labio inferior izquierdo, el cual mostraba marcas de garras, ¿Sería de marfil? Sus orejas eran cortas y sus bigotes eran cortos. Sus manos eran como las de un humano, pero solo tenían cuatro dedos y tenían garras negras en vez de uñas. Su cuerpo estaba muy tonificado, músculos de acero y cicatrices de todo tipo, incluyendo una parecida a la mordida de un tiburón decoraba un costado suyo, una vida en altamar por lo que dedujo Gudako. No tenía cola, y sus piernas igualmente estaban llenas de músculos sanos y fuertes, además de las ya mencionadas cicatrices. Sus pies tenían cuatro dedos e igual que sus manos garras negras en vez de uñas.
Estaba vestido con un traje de baño, pero se podía ver que estaba cargando con un traje de buceo, el cual empezó a ponerse. Dejando de reforzar sus ojos, Gudako observó con curiosidad como el hombre zorro se terminaba de poner el traje de buceo, pero sin tener un tanque de oxígeno. Segundos después, el zorro ya se había lanzado al agua y desapareció de la visión de la master.
Gudako observó el pequeño barco durante unos minutos más, para luego seguir su camino, preguntándose quién era ese extraño sujeto.
Horas después, 9:30pm, centro de la ciudad...
—¡Senpai! ¡Pruebe esto, es delicioso!— Gudako sonrió dulcemente cuando su Kouhai, Mash Kyrelight, le enseñaba un pedazo de pan relleno de lo que parecía ser un tipo de estofado. Era de noche y la mayoría de servants estaban o ya durmiendo o en alguna actividad nocturna, como la pesca a ciegas, donde los cuatro Cú Chulainn estaban compitiendo, siendo Scáthach la juez.
Ahora mismo estaban caminando por las animadas calles de Luluhawa, con varios puestos, restaurantes y tiendas de todo tipo. Mash estaba aprovechando para conseguir varias frituras que los servants niños le habían recomendado, por lo que se movía de puesto en puesto probando y comprando diferentes frituras, mientras Gudako caminaba detrás suyo, con una sonrisa en su rostro.
—Master, esto está relleno de cereza, y cubierto de rompope, le da un sabor exótico... o esta otra, la cual fríen por la mitad para dar un sabor mixto de como sería comer las dos mitades al mismo tiempo, o está que...— observando a su Kouhai con cariño, se acercó lentamente para darle un casto beso en los labios, provocando que Mash se sonrojara ligeramente —Senpai... yo...— Gudako volvióa besarla, Mash solo cerró los ojos y dejo que su master tomara el control.
Al cabo de unos minutos, Gudako se separó de Mash con una sonrisa tonta en su rostro, mientras Mash estaba que expulsaba vapor por los tremendos besos franceses que Gudako le había metido en su boca. Sujetándose de sus manos, las dos chicas siguieron su camino, disfrutando de los demás puestos que ocupaban la calle.
Varios minutos después, las dos chicas caminaban por la acera junto a la playa, observando el cielo estrellado junto a una impresionante y brillante luna —Sabes Senpai, después de todo lo que hemos pasado, un poco de paz siempre es algo que disfruto mucho, y más cuando estoy contigo— Gudako solo sonrió con las mejillas enrojecidas por la ligera vergüenza que estaba sintiendo —Yo aprecio que tu nunca me abandonaste durante mi progreso como master durante las singularidades, incluso en los Lostbelts, aún con Galahad rechazando nuestra ayuda... así que Mash, muchas gracias por todo en lo que me has ayudado a través de todo este tiempo... te amo— Mash solo devolvió la sonrisa con la suya propia —Yo igual te amo, Gudako— un beso casto nuevamente fue entregado por parte de cada una, sonrisas sinceras decorando sus hermosos rostros, siendo la luna este toque final para un maquillaje perfecto.
—¿Uh? ¿Ese es un restaurante de sushi?- dijo Mash, observando a la lejanía un edificio de madera rústica, el cual estaba construido encima del mar y solo un puente de madera conectando con tierra. Las dos chicas se miraron durante unos segundos, para luego encaminarse a su nuevo descubrimiento.
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