Capítulo 0
La Guerra del Santo Grial: una batalla campal de siete magos, los cuales invocan a espíritus de leyendas en la historia humana para luchar entre sí, y el último dúo de Master y Servant estaría en derecho de pedirle un deseo al Santo Grial.
Durante casi 200 años, esta guerra se llevó a cabo en una región de un país asiático con nulo éxito, ya sea porque todos se mataban sin cuartel (obligando a la Iglesia, enemigos de los magos de la Torre del Reloj, a intervenir para evitar daños colaterales debido a que aquel objeto falso llevaba un nombre de un objeto cristiano) o porque el grial se había corrompido con maldiciones muy potentes.
Sin embargo, y sin importar los riesgos, muchos magos intentaron replicar la guerra, siendo que esta historia alternativa se encuentra en Snowfield, Nevada, 10 años después de que se terminara por completo con el Grial corrupto en Fuyuki, donde se llevaría a cabo una Falsa Guerra del Santo Grial.
Había varias diferencias marcadas con respecto a la Guerra del Santo Grial más común:
- El número de Servants ahora era de 6 en lugar de 7, ya que era una guerra falsa.
- No es necesario ser un Espíritu Heroico en toda regla para invocar a un Servant.
- No era necesario ser un humano o estar totalmente consciente para realizar la invocación.
Esas eran algunas de las reglas que se aplicarían a esta guerra defectuosa con respecto a la original.
Y ya se había dado la primera batalla, tan potente que muchas personas habían quedado aterradas del temblor de la tierra y las explosiones que se realizaron.
Ya las invocaciones se dieron, ya los seis Servants estaban en la ciudad...
Y para el mago Kischur Zelretch Schweinorg aquello no era de su gusto.
¿Y cómo serlo, si uno de ellos quería despertar al peligroso ORT?
Ya había contactado con un conocido, ya tenía a la persona indicada y la había enviado a Snowfield.
¿Quería jugar? Pues Zelretch jugaría, pero bajo sus propias reglas para evitar a la Araña.
Snowfield, Nevada, noche (N/A: A falta de horas exactas hasta el momento, y no queriendo que alguien esté en los comentarios diciendo que sí hay hora exacta en el capítulo tal, hoja cuál, no voy a ser muy quisquilloso y pondré en general)
En una antigua opera, la chica rubia estaba maniatada ante un mago de edad adulta.
Este mago se burló de ella cuando la rubia le había respondido que había seguido las instrucciones de ir a aquel lugar por una mujer de piel blanca, ya que la auténtica razón seguramente sería usarla como sacrificio para el ritual.
Cuando estaba a punto de deshacerse de ella, recibió una llamada que lo interrumpió, aunque no mejoró la suerte de la rubia: el mago utilizaría su Círculo de Invocación para llamar al Rey de los Caballeros, y ahí se preguntaría si sería lo suficientemente leal como para matar a alguien desarmada, y si no era el caso la mataría con un hechizo.
Empezó a realizar el cántico...
- ¿Es esta alguna clase de broma del destino? ¿O podría ser la maldición de "aquella niña"? - se preguntó en la cabeza la rubia mientras el mago seguía sin vacilar - Tal vez esto finalmente la satisfaga... "Aquella niña".
Las "marcas" de las manos de la rubia empezaron a brillar, pero sin dañarla.
- ¿Qué? - se le escapó en voz alta antes de volver a su mente.
- No... No quiero morir... ¿En serio...? ¿No quiero morir...? ¿Por qué? ¿Tengo alguna razón para vivir? Eso es... - miró hacia un lado y vio a un encapuchado - ¿Cuánto tiempo ha estado ahí?
El mago seguía su hechizo, y la mujer alargó su brazo de forma antinatural para atravesar su pecho y aplastar su corazón.
- Pero qué acaba... - el mago cayó muerto y la rubia miraba al asesino con terror - ¿Por qué...? ¿Por qué está aquí...? No estoy... En un ascensor... Entonces, ¿Por qué? - la rubia volteó para no seguir viendo el cadáver de su secuestrador - La gente... Tan fácilmente... - sus ataduras se rompieron...
Solo para que el asesino la mirase de forma vacía.
- N-no puedo... respirar...
- ¿También eres un mago que desea el Santo Grial? - era una mujer por su voz.
La rubia estaba aterrada por completo: conocía el artefacto por el nombre, pero si decía la respuesta errónea la mataría, y si miente la mataría.
- Yo... Yo... Soy... - mientras su voz temblaba, la luz del Círculo de Invocación volvió y la asesina se alejó.
La luz menguó hasta mostrar una figura femenina: pelo verde, ropa cómoda para pelear y "tubos" colgados de un cinturón en la cadera.
- Vaya, qué situación tan... Extraña - dijo la peliverde - Este poder... ¿Un Assassin que es seguidor del Viejo de la Montaña? - la Assassin estaba muy sorprendida - En fin, buscas un Grial falso, así que eres una enemiga.
La mujer fue increíblemente rápido hasta "desaparecer".
Apareció detrás de la peliverde... Solo para detenerse al casi ser empalada de frente por una espada sacada de uno de esos "tubos".
- Eres rápida... Pero te falta percepción - dijo antes de lanzar una estocada que Assassin esquivó apenas.
La chica recién invocada lanzó un tajo luminoso que destruyó el techo, dejando entrar la luz de la Luna.
- ... ¿Este es... Un Espíritu... Heroico? ¿La ceremonia... Funcionó? - recordó lo que la chica de piel blanca le dijo: estos espíritus aparecían por una ceremonia, diciéndole que participe en la Guerra del Santo Grial - ¿Esa mujer sabía que algo así pasaría? Entonces es natural que la gente muera... No puedo aceptar ninguna otra muerte... Incluso si es destino, incluso si haciéndolo me dirijo a mi propia muerte... Preferiría morir de pie.
La peliverde se la quedó viendo con una cara que denotaba algo de impaciencia.
- No... No seré tu Master o lo que sea, no seré más lo que la gente quiere que yo sea... Solo déjame fuera de esto - le pidió.
- ... Me temo que eso no me es posible - en eso la policía apareció y las arrestó.
La rubia estaba más tranquila: esta vez ese sí era su desti...
- Llevo escuchando eso desde que me estaban invocando, y a menos que cooperemos, créeme que las intrusiones de esta Saber van a molestarte aún más... Ayaka Sajyou... Interesante - la ahora reconocida Ayaka la miró perturbada por esa intrusión en su mente.
Tras un buen rato, Ayaka y la Servant estaban en unas salas de interrogatorio separadas.
- En este asunto legal, lo que necesita es un abogado: ¿Tienes dinero? - preguntó uno de los interrogadores.
- El dinero no es un problema... Pero también tengo un truco de magia: desapareceré en frente de sus narices - los agentes la miraron como a una loca (bueno, hizo explotar parte de la ópera)... Justo cuando la chica desapareció sin dejar rastro, como si nunca hubiera estado ahí.
Los agentes estaban sorprendidos y sacaron las armas justo cuando la peliverde se hizo presente.
- ¿Ven? Podría haberme desaparecido y dejarle los problemas a la rubia, pero... No quiero cargarle ese problema... Pero tengo que advertirles ambos... Pronto va a venir un asesino muy peligroso.
Ayaka dormía en una celda tras haber sido interrogada: había recorrido aquella tierra para escapar de su pasado, olvidar su pecado... Por un tiempo no la vio... ¿Acaso la chica de la caperuza roja era un fantasma? ¿O una alucinación? ¿O algo más? Ella podía verla, pero... ¿Por qué? ¿Por qué estas cosas le pasan a ella?
- ¿Ya estás despierta, bella durmiente? - Ayaka abrió los ojos para ver a la peliverde, asustándose - Me pusieron en una celda a unos metros, pero en forma espiritual soy capaz de atravesar paredes.
- ¿No te dije que no interfirieras? - preguntó Ayaka.
- Bueno, normalmente sí... Si fueras mi Master, pero no lo eres, así que tus órdenes son tan importantes como una cucaracha - explicó Saber -. Al no ser mi Master, estamos atados ya que utilizo tu energía mágica de todas formas para manifestarme en este mundo.
- Como dije antes, quiero estar sola.
- Oh, parece que tenemos a alguien que no quiere entender que nuestras vidas dependen uno del otro... De acuerdo, como quieras, deja que Snowfield sucumba, y posiblemente todo el mundo esté implicado - Saber se apoyó contra la pared -; tus deseos son órdenes.
Hubo unos temblores que sacudieron el lugar, algo que abrió la celda, y ambas salieron: al pasar por el hall, vieron a la Assassin, pero se fueron de ahí de inmediato.
A la mañana siguiente vieron a una mujer que venía por parte de la Iglesia, donde Ayaka volvió a dejar en claro que no sería una Master.
- Maldición, eres muy repetitiva, Ayaka... Ambas, ¡Al suelo! - un sonido estruendoso, combinado con una potente onda de viento que destruyó muchos cristales, casi las manda a volar hacia los cortantes cristales caídos de no ser por la advertencia - ¡Mujer de la Iglesia, ayuda a los civiles, esa es otra de sus misiones! Por mi parte... Creo que voy a encontrar algo interesante - la Servant se impulsó para justo llegar a una especie de barco dorado volador.
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Fin del capítulo.
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