Reforged Excalibur


Mientras caminaban por los pasillos ardientes de la montaña, el grupo de magos y servants buscaban alguna forma de salir de allí, por lo que revisaban todas las puertas para encontrar una salida.

La enorme armería por donde Bazett y Rin habían estado fue la primera sala por donde pasaron, y Ghahu aprovechó para tomar algunas armas.

Una espada de un solo filo que brillaba con tres colores y una lanza púrpura de dos puntas.

Con eso en mano, siguieron su camino hasta llegar nuevamente a la enorme forja, donde se detuvieron a pensar en la enorme mesa de piedra en medio de la sala.

-Puedo aclarar que no nos encontramos en la Tierra, no siento la influencia de Gaia interviniendo en nuestras fuerzas- dijo Rin, la cual ya se había acostumbrado a llevar puesto el top debido al calor.

-Ahora que lo mencionas, el peso de tener varios sirvientes no se siente tan malo- Ghahu dijo sin pensar.

-Bueno Ghahu, no creo que te suceda algo malo con esa "cosa" en el interior de tu cuerpo- Bazett respondió con una risita.

-Punto tomado... entonces, ¿buscamos a Smiing y a Shirou?- por arte de magia, de una de las paredes de la forja una puerta se abrió y Shirou salió de esta. Estaba sudando a chorros, con el pecho al aire (que buenos pectorales, pensó Rin) y con la camiseta al hombro.

-Esas fueron muchas escaleras...- Shirou suspiró. Sus ojos se posaron en la mesa a la distancia, la cual tenía una cabellera negra, una naranja y una color vino, junto a un grupo de sirvientes.

-Shirou- dijo Rin dando un suspiro. Al menos su interés amoroso no se encontraba muerto por caer en un depósito de lava.

-Um, Tohsaka y Ghahu- Shirou se sentó en uno de los bancos de roca -entonces, ¿Qué hacemos?- preguntó confundido.

-Es fácil, encontramos a Smiing y le pedimos que nos envíe de vuelta a nuestro planeta... el problema será donde encontrarlo, y esperar a que ellos no se despierten- señalando a los servants que dormían en el suelo, vigilados por Berserker.

-Podemos dejarlos aquí y que tu pájaro se encargue de ellos- dijo Rin.

-No creo que sea buena idea, no vaya a ser que terminen siendo armas como las del cuarto ese- Ghahu podía asegurar que varias de las armas allí se movían y no era una ilusión.

-No habría problema, sus orígenes espirituales volverían al trono de héroes... creo- Rin observó tanto a Arturia como Gilgamesh Escarlatas y estaba casi segura que llegarían a ese lugar... decía casi, porque estaba el temor de que nunca lleguen y mueran sin registrar sus leyendas.

Mientras Shirou y Ghahu discutían sobre que ponerle a unas albóndigas caseras, Bazett se tomó el tiempo de agarrar algunos papeles de la mesa, que describían armas que Smiing ya había forjado y que guardaba en la armería. Después de leer algunos papeles, uno le llamó la atención...


"Según los registros que tengo guardados desde hace existencias, Excalibur se ha referido a un arma, concretamente una espada, en varias culturas, religiones y vida cotidiana de diferentes seres en toda mi vida. Durante mis años de explorador, investigué todas las armas conocidas como "Excalibur", recolectándolas y aprendiendo de sus funciones.

No fue hasta que me acerqué al sector conocido como "Raíz". En ese tiempo, ya había acumulado más de setecientos reactivos con el nombre clave "Excalibur", pero ninguno de ellos se acercó ni lo más mínimo a la Excalibur que encontré en el planeta Tierra de este sector. Durante mi acercamiento al planeta, los sensores de mi Forja planetaria registraron una Estrella Umbral "Velber" cercana al sistema solar, por lo que al investigar profundamente descubrí que la Tierra había sufrido un ataque masivo por parte de Velber.

Al entrar en la atmósfera terrestre, lamentablemente descubrí una extinción masiva por parte de una de las Anti-células de Velber, llamada Sefar. No solo habían perecido miles de especies animales como vegetales, sino también criaturas mágicas, bestias fantasmales e inclusive, dioses de todas las mitologías. En un futuro lejano, descubrí que también la Moon Cell había sufrido daños severos, y el descubrimiento de esta última.

Durante mi viaje por el planeta, recolecté fragmentos de diferentes civilizaciones hasta encontrarme frente a frente con Sefar... y Excalibur, siendo blandida por Artemisa y dándole muerte a Velber. Antes de que Artemisa fuera consumida por la fuerza de Gaia y ser convertida en un Espíritu Divino, la encerré en el interior de mi Forja planetaria. Y con eso, me retiré de Raíz... con el cuerpo de Sefar...

...y Excalibur.

No me arrepiento de haber robado el arma definitiva de un planeta solo para cumplir mis caprichos, después de todo, soy un Smith, un ser que puede, PUEDE, crear armas mucho más poderosas que Excalibur. El cuerpo de Sefar me sirvió para muchas cosas, principalmente para mejorar mi forja en proporciones casi rozando el mismo nivel que los Constructores, casi porque es imposible alcanzar ese nivel de forja, solo si eres un Grand Smith. Lo sorprendente del cuerpo de Sefar es la regeneración aún estando muerto, por lo que su cadáver lo tengo en el refrigerador para usarlo en algún futuro.

En el caso de Artemisa, la pobre mujer estaba devastada hasta el punto de querer suicidarse mínimo unas setentas veces la primera semana. Al cabo de varios meses se abrió hacia mí y me permití escuchar su historia. Al descubrir que su cuerpo físico era realmente el avatar de algo más grande, con gusto decidí forjarle un Aletheia como ningún otro. Fueron milenios de prueba y error, pero al final, la luna conocida como Artemisa decoraba los cielos de mi Forja planetaria, un hermoso regalo para una hermosa mujer como ella.

Por último, Excalibur. Una composición hecha con la misma magia que las Fae, un arma tan poderosa y tan hermosa, que decir solo eso la ensucia. La purificación en estado sólido, un arma que destruye la corrupción y le da esperanza inclusive a los mismos dioses. El tesoro más grande de "Raíz", más valioso que todos los tesoros de Gilgamesh juntos...

...partida a la mitad por una espada forjada en el núcleo de un universo."


Bazett estaba aturdida. Sabía que Excalibur era un arma irrompible, pero para que un pájaro salido de la nada pudiera partirla a la mitad era algo inexplicable. Lamentablemente, la siguiente parte no estaba en sus manos, sino en una Illya la cual estaba ya despierta y leía tranquilamente la siguiente parte en el regazo de Heracles.


"Al principio pensé que era una broma de mal gusto, que la Excalibur que había tomado era falsa, pero después de investigarla minuciosamente, más verdadera que Artemisa en su luna. El concepto de "Irrompible" es incluso algo que pocas armas en mi forja poseen, y me sorprende que Excalibur se haya roto con un arma de clasificación universo. Lamentablemente, Excalibur se volvió inútil por dos razones. La primera, al no estar en su planeta de origen la desgradó bastante y segundo, partirla a la mitad llevó a que su poder restante desapareciera.

En vez de enojarme por perder algo tan importante, decidí tomar la otra ruta: volverla a forjar... o al menos pegarla. En menos de unas horas Excalibur estaba intacta nuevamente, pero ahora solo siendo un pedazo de acero con un aspecto hermoso. La magia Fae se había desvanecido del arma, por lo que ya no Excalibur en sí. ¿Me rendí? Claro que no. Si no tengo Fae, entonces buscaré algo para volver a tener la legendaria arma en mi poder.

Buscando entre las miles de millones de especies de la Forja planetaria, encontré la bestia perfecta.

Piilos, una especie de wyvern terrestre que tiene suficiente fuerza física como para generar ondas de choque mágicas cuando salta. Son increíblemente inteligentes, viven en manadas y aunque no sean carnívoros, nadie los caza debido al primer punto. A menos que un dragón anciano o wyverns emperadores sean los que cazan, no tienen un enemigo en sí mientras pastorean. 

Pero el punto es que los Piilos tienen núcleos mágicos, no solo en su pecho, sino también en sus extremidades y cabeza, por lo que su sola presencia causa fisuras mágicas en los territorios donde viven. Después de cazar un macho ya avanzado en edad, sus núcleos mágicos fueron convertidos en un fino polvo mágico que luego fue mezclado con sangre de la misma bestia.

La mezcla creada fue luego sometida a congelación para convertirla en un mineral increíblemente resistente, que luego de manipular para juntarlo con Excalibur, el arma recupero una pizca de su poder. Por último, lancé la espada al núcleo del planeta, gracias a un túnel que llega a este en el fondo de la forja.

El resultado, una Excalibur única, antes hecha con magia Fae, ahora bendecida con la sangre de las bestias de una Forja planetaria y sumergida en las profundidades de esta última. Su nombre...


...Reforged Excalibur"


Al acabar de leer, los servants poco a poco fueron despertando. Las Arturias se miraron entre sí durante unos segundos antes de retroceder e invocar sus Excaliburs y armaduras. Gilgamesh tenía una mirada plana, que luego poco a poco fue convirtiéndose en una expresión de furia. Cientos de portales dorados hicieron acto de aparición arriba de todos, y el otro Gilgamesh ya estaba empezando a rugir lentamente.

-Oh- Ghahu dijo con simpleza.

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