Prólogo: Núcleo Roto
Toda esperanza estaba perdida… En aquel templo del tiempo, el humo se esparcía más y más entre los escombros de las grandes estructuras que eran destruidas gracias a la feroz batalla que se había librado.
Sin sirvientes…
Sin compañeros…
Sin nadie que pudiera apoyarlos…
Ritsuka Fujimaru hizo todo lo posible para apoyar a Mash, Goetia, el Beast I simplemente había adquirido el poder suficiente para considerarse el Rey de los Dioses Demonio, aquel que tomó el cuerpo del hijo del Rey David, El rey Salomón, había adquirido un poder casi infinito, con la gracia de dios en sus manos, todo estaba yendo cuesta abajo, la incineración de la humanidad era inevitable.
Y aún así, ante el inminente mal que se acercaba, una sola persona se levantó nuevamente.
“Maestro… Mash, se notan muy cansadas, ¿qué tal si me dejan un poco de trabajo para poder encargarme de esto?” la voz tranquila y cansada de un hombre sonó a espaldas de Fujimaru y Mash
Archer, el primer sirviente que había invocado Gudako antes de comenzar su travesía, se había levantado para acompañar en este último viaje a su Master.
Emiya simplemente se interpuso en el camino de Goetia para mirarlo de forma analítica y decisiva, poniéndose en riesgo nuevamente. Jugando al héroe otra vez.
Goetia miró a Archer, se encontraba levemente confundido, de alguna manera, se sentía con la obligación de cuestionar al Servant.
Aunque Goetia deshizo los contratos que Gudako había hecho con todos los servants que habían venido a apoyar en la derrota de Goetia, no comprendía porque este sirviente de clase Archer no había desaparecido, ¿Acaso este sirviente estaba conectado a Ritsuka de tal forma que no pudo haber cortado su comunicación? No lo sabía, y simplemente dejo de importarle a los segundos. Sin embargo, quizás podía convencer a Archer de seguirlo…
“Has desplegado tu tercer Noble Fantasma, ¿no es así?” Archer preguntó de forma cansada mientras contemplaba el vasto cielo inundado de estrellas. “Parece que es imposible de detener” dijo la obviedad más evidente.
Gudako quedó en silencio de la impotencia, sabía que todo se estaba yendo al carajo, que la única escapatoria era luchar, y sin embargo, ella se sentía inútil, sin la capacidad de luchar o apoyar… era un simple estorbo a sus ojos, pero aún así, alzo la mirada, solo para ver a Archer mirándola de espaldas mientras le daba una sonrisa de confianza, una sonrisa que parecía darle un rayo de esperanza, un indicio de que todo podría mejorar.
“¿Por qué sigues luchando? Emiya Shirou…” Goetia hablo, su voz áspera e imponente hizo que llamara la atención de Archer, dándole total atención a Goetia y a lo que quería decir. “Yo te comprendo. ¿Por qué tú no me comprendes a mi? Tu y yo sabemos lo carente que es la vida, lo inútil que es la humanidad… lo devastador que provoca la sola presencia de la raza humana… sus propósitos vacíos, carentes del mismo propósito. La humanidad no tiene valor” Archer y Goetia siguieron mirándose, dejando una sensación tensa en el escenario. “Me enfurece saber lo deficientes que son sus vidas… tan cortas y sin sentido… pero yo quiero cambiar eso”
Ahora Shirou era el confundido, expectante de lo que decía Goetia, en realidad, parecía que intentaba convencerlo, convencerlo de algo, tenía sus propias dudas, pero no vaciló.
“Sin embargo… ustedes deberían desear un mundo sin muerte…” Mash repentinamente sintió un escalofrío ante esas palabras, una vida artificial que no tenia un indice de vida alto, escuchar sobre un mundo sin muerte… sería un paraíso. “Queremos que una persona nos entienda, Si tenemos eso. Podemos darle fé a nuestro plan” Goetia miró fijamente a Emiya, cruzando miradas y diciendo de forma decidida: “Emiya Shirou, una vida que ha Sido condenada a matar a uno para salvar a otros; Unete a nosotros y rechaza la historia, ayúdanos… a salvarlos a todos”
Archer abrio los ojos ante esas palabras, esas palabras que se repitió miles de millones de veces en su cabeza, palabras que lo llevaron a la condena, está vez, sí podría hacerse realidad, el sueño que alguna vez, el tuvo cuando era joven, quizá… podría ser posible.
Pero… era demasiado para ser verdad, y Emiya se dió cuenta de eso.
Archer lo pensó un poco, cosa que asustó a su Maestra, pero se recuperó al notar la postura tranquila de Emiya.
“Se que la humanidad tiene una vida tan corta, comete errores que los llevan a la guerra contra su propia raza, causan conflictos sin sentido que no los lleva a ningún lado, no tienen la capacidad de lograr tantas cosas en una vida tan corta. Y si, es cierto que vivir en ese mundo sin sentido sería triste… pero la humanidad no busca algún sentido en sus vidas. Vivir en un lugar tan… perfecto no es algo que yo buscaría, porque a pesar de estar condenado a matar a unos para salvar a otros, al menos se que ese mundo sigue avanzando…”
“Me gustaría aceptar tu increíble oferta, pero he escuchado esas palabras muchísimas veces, y sinceramente se que este trato tiene una trampa, y no me gusta caer en la misma broma dos veces” Ladeó la cabeza mientras suspiraba con decepción. “Así que, está vez paso de tu oferta” simplemente respondió a secas, dejando ver qué no se rendiría tan fácilmente.
Goetia al ver esto simplemente acepto la respuesta. “Entiendo… que lastima, entonces conviértete en cenizas junto con este mundo.” Su voz decepcionada se logró comprender. Repentinamente, Goetia alzó sus dos brazos, provocando una ola de poder alzándose sobre los cielos mientras un terremoto comenzaba a sacudir el templo del tiempo. “desplegando el Tercer Noble Fantasma. Llegó la hora del Nacimiento, pues yo soy el remedio de la eternidad. Ardan como la basura que son. Ars Amadel Salomonis.”
El cielo comenzó a tornarse en un tono rojizo, la energía mágica comenzaba a rotar y a juntarse en un solo punto del vasto cielo, y a medida que los rayos rojos aparecían y chocan con la superficie del templo, una gigantesca masa de energía se hacía presente, sus tonos oscuros y casi místicos hicieron precencia, y toda esa magia condensada en un solo ataque comenzó a cargarse.
Emiya vio esto y pareció tranquilo, se dió la vuelta para ver a Mash y a Gudako de frente para decirles unas últimas palabras de despedida.
“Tal vez está sea la última vez que nos veamos Maestro, sin embargo, todo lo que hemos vivido ha sido una gran aventura, han sido experiencias que guardaré en mi mente, me siento agradecido con usted, así que, déjeme serle útil como su sirviente por esta última vez” Emiya le sonrió a Gudako, cosa que su Maestro reaccionó con un abrazo fuerte hacia Emiya mientras las lágrimas brotaban de la chica, las despedidas eran duras, pero sabía que este sacrificio era por un bien mayor… “Mash… cuida al Maestro por mi, necesitará de tu apoyo después de esto“ Emiya sonrió mientras le dirigía la palabra a la kohai de su Maestro.
Y así, Emiya se despidió de su Maestro, y ahora fijando su vista en su objetivo verdadero, el plan estaba en proteger a su Maestro de ese ataque… quiza no sería fácil, pero lo intentaría con todas sus fuerzas.
Goetia cargo su ataque, y con toda su fuerza, dirigió el potente rayo de poder en dirección a Archer y sus compañeros, cosa que ante tal ataque, Emiya pudo susurrar unas sutiles palabras mientras extendia su brazo izquierdo.
Siete pétalos de una flor aparecieron de forma progresiva, el mana comenzó a drenae el cuerpo de Emiya mientras veía como 7 escudos conceptuales aparecían, dejando a la vista la mejor defensa que contenía Emiya en su mundo interior. Rho Aias: Los Siete Anillos que Cubren los Cielos Ardientes. La representación conceptual del escudo que uso Aias el grande contra la Durandannia del gran héroe Héctor, y ahora considerado por Emiya como su máxima fortaleza, fue proyectado de manera rápida y eficaz al momento que el rayo de energia hizo un gigantesco choque contra el escudo de 7 pétalos.
Sin embargo, la energía del último noble fantasma de Goetia era más poderosa, y conforme pasaban los momentos, cada escudo era quebrantado de forma brusca y tenaz… hasta que en un momento, Emiya con tan solo un último pétalo y con su brazo ensangrentado por el dolor físico y mental que comenzó a sufrir ante la ruptura del último escudo de Rho Aias, dió sus últimas fuerzas para proteger al último Maestro que salvaría la humanidad.
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El ambiente no era más que lúgubre y oscuro.
Dentro de las paredes rocosas en las que caminaba un joven adulto, las cosas no eran muy tranquilas a su alrededor.
Siegfried, mejor conocido como el legendario Asesino de Dragones, aquel que mató al feroz Dragón Fafnir para luego bañarse con su sangre, fue conocido por sus grandes hazañas antes de su muerte, dejando su pasado como una leyenda que hasta los tiempos actuales se siguen contando algunas de sus epopeyas en algunas partes de Europa.
Sin embargo, aquel joven de cabello plateado que caminaba entre la oscura cueva, no era más que un “Descendiente” que se hacía llamar con el mismo nombre de aquel héroe de los mitos germánicos.
Mientras Sieg caminaba por la cueva, su mente divagó por algunos momentos, por un momento se preguntó la razón del porqué se adentraba en esa cueva, sin embargo, rápidamente recordó la razón.
El quería ser más fuerte.
Sieg era un espadachín nato, esperándose del descendiente de Siegfried, que supiera blandir la espada con mucha habilidad y precisión solamente debía ser una de sus principales habilidades como descendiente de un héroe como lo era Siegfried.
Sieg había emprendido un viaje para recaudar poder por solo dos cosas, la primera fue porque su Lider le pidió que lo hiciera, y la segunda fue porque él ansiaba mejorar su habilidad con la espada, y que su líder aprobará irse de viaje para poder entrenar fue mejor que recibido aquella orden.
Sieg caminó más adentro de la cueva, quería descansar un poco después de haber cazado algunos de esos horribles demonios callejeros que se encontraban por el bosque en el que caminaba, sin embargo, algo pareció llamarle la atención cuando llegó al fin de la cueva.
Al fondo de la cueva, se podría apreciar como en realidad ese era el pasadizo a una gran caverna, cubierto de rocas y picos en todo su alrededor, Sieg podia apreciar como la luz de la luna bañaba todo el entorno gracias a un gran orificio que cubría una parte del techo de la caverna, aunque siendo sinceros, eso no fue lo llamó la atención de Siegfried en realidad.
“Vaya, que sorpresa encontrar a alguien más por aquí” sus palabras eran un poco burlonas a pesar de que estaba un poco sorprendido de encontrar a alguien las hurgando en esta nueva caverna.
Sin embargo, no era la presencia lo que le llamó la atención, si no el estado físico en el que se encontraba el individuo frente a Sieg.
“Pareces herido” Dijo lo obvio. “Me intriga el estado en el que te encuentras en estos momentos, pero no me gusta entrometerme en la vida de las personas sin su consentimiento” respondió con simpleza mientras se acercaba a la persona herida. Al verlo más de cerca, dedujo con certeza qué tan grave era el estado de esta persona, aunque solo bastaba con decir que le faltaba un brazo al pobre hombre que tenía de frente.
“Bueno, no me gusta ver a las personas tan vulnerables y heridas” exclamó con tranquilidad, y alzando levemente su mano derecha una espada apareció en su palma. “Así que déjame darte una muerte rápida” Siegfried alzó su brazo, y así mismo, la espada de doble filo se preparó para asesinar al herido, y así, Siegfried abalanzó su brazo contra el cuerpo herido, esperando quitarle su vida.
Siegfried sudo frío en ese momento.
“eh?” El brazo de Siegfried comenzó a temblar misteriosamente, su mirada se guío hasta el cuerpo casi inerte de la persona que esperaba matar, lo que lo dejó helado, fue el ver cómo la sangre del individuo sobresalía de la mano herida del hombre, misma mano que estaba sosteniendo el filo de su espada con mucha fuerza y determinación.
“Oye… podría preguntarte, que haces con esa espada de ahí?” sus palabras eran pesadas, su aliento casi frío representaba la falta del aire que sentía cada vez que intentaba respirar, sin embargo, algo dentro de él le impedía morir, algo dentro de él se aferraba a la vida, y por alguna extraña razón, su mente nublada por la euforia y frustración lo hicieron levantarse del suelo, sosteniendo con más y más fuerza la espada de Siegfried, provocó la ruptura leve de la espada que sostenía el joven de cabello plateado.
Pero a Siegfried no le asustaba esa determinación ni esa euforia, si no, los vacíos ojos del mismo color del acero que lo apuñalaban, solo dictaba una cosa en su mente.
El comienzo de una batalla.
Siegfried sostuvo su espada y con fuerza intentó quitárselo de las manos del hombre peli blanco, siendo la causa de su espanto la ruptura de su espada, Siegfried rápidamente invoco otra espada, espada que comenzó a irradiar un aura maligna y peligrosa, sin embargo, el hombre de acero ya levantado abrió su mano restante y murmuró unas palabras pequeñas pero simples palabras.
“Trace on”
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Había una palabra que describía el estado de Archer en este momento.
Cansado…
Su cuerpo se encontraba dañado, casi demacrado después de la furiosa lucha que había librado hace unos momentos.
Diversos cortes llenos de sangre se extendieron por todo su cuerpo, su ropa estaba hecha harapos y su visión fallaba en estos momentos consecuencia de la sangre que le había llegado a sus ojos, sin embargo, todo eso no le importaba.
Archer dirigió su mirada hacia el cuerpo inerte y sin vida de aquel hombre joven de cabello plateado, teniendo diversas cuchillas clavadas en casi todo su cuerpo y llegando justo a su corazón, repentinamente, el cuerpo muerto de este hombre que se hacía llamar la “encarnación” del héroe Siegfried comenzó a irradiar una luz tenue, apenas iluminando la caverna.
Los dos pares extra de brazos plateados que le habían crecido a este tal Siegfried comenzaron a desaparecer y las espadas que había sacado de su arsenal habían sido quebrantadas en la batalla, sin embargo, una sola espada había sobrevivido, pero eso no le dió importancia a Archer.
Los brazos plateados comenzaron a desvanecerse en motas de luz, como si el viento se llevara un puño de polvo de algún lugar, parecía ser como si su alma estuviera siendo guiada hacia algún otro lugar, siendo que, todas esas motas de luz se concentraron en un pequeño espacio suspendido, y frente a Archer, pudo ver cómo de ese polvo estelar comenzaba a irradiar luz, sintiendo un poder desconocido.
Archer levantó su único brazo disponible ante el objeto de luz, algo lo llamaba, una voz resonaba en su mente, era un tanto extraño y casi inentendible para el arquero de rojo, sin embargo, siguió sus instintos, provocando así, un gran brillo en el objeto dejándolo cegado e inconsciente en el proceso.
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Sus párpados se abrieron de forma lenta, sus ojos de acero pudieron visualizar de forma borrosa de una figura… tenían una piel que se notaba cuidada, casi puro. Un cabello de hebras doradas como el oro brillando sobre el nublado cielo preparándose a llover.
Su confusión creció tan repentinamente. Intento que su cuerpo se levantara de la tierra cubierta del verdoso pasto apagado por la poca luz del cielo. Notó como pisadas se acercaban a su ubicación.
La mujer se acercó a Emiya que cansado no pudo hacer ningún movimiento. Por un momento, sintió el tacto gentil de aquella misteriosa figura y repentinamente se dió cuenta que había sido levantado con mucha más fuerza de lo que había esperado. Ella lo estaba ayudando. ¿Por qué? No lo sabía. Realmente no comprendía porque ella lo estaba ayudando.
El cansancio no lo dejaba pensar bien, no entendía las acciones de la mujere frente a el. A pesar de tener su mirada borrosa, intento mantenerse consciente, pero sus esfuerzos fueron en vano.
Su mente lo traicionó, sintió como su conciencia se volvía a apagar, pero pudo escuchar una última objeción de la mujer pero su voz se apago sin más. El arquero de rojo había caído totalmente en un sueño.
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Heya, cuánto tiempo? Bueno, he vuelto después de un laaaargo rato, y aquí vengo, trayendo un nuevo proyecto, puede que me guste desarrollar está historia, pero pido perdón después de tanta ausencia, solo que quise reorganizar mis ideas y apenas pude publicar algo, así que espero y lo hayan disfrutado y si se puede, estare siguiendo esta historia hasta a ver dónde, pero espero y ustedes me acompañen hasta el final de esta pequeña historia escrita por su humilde servidor, asi que aquí me retiro por hoy.
Muchas gracias por leer.
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