Capitulo 3


-ohh, ¿viste eso mami?- La voz curiosa de una niña sonó en la habitación

El sonido de un cuchillo golpeando sobre una tabla de madera comenzó a sonar en la habitación, desarrollando un ambiente lúgubre y oscuro. La carne siendo tajada por el cuchillo no fue menos tranquilizante.

La sangre salpicó un poco sobre el vestido de la mujer, el cuchillo en mano bañado del líquido carmesí mostrando que la carne aún seguía fresca.

-¿Qué es lo que debo de ver mi pequeña?- una voz más madura respondió suavemente ante la curiosidad de la pequeña niña.

-¡¡estaba ahí mami!!- la voz de la niña bufó mientras miraba por la ventana, posando sus ojos en las dos figuras masculinas ubicadas a varios metros de distancia.

La mujer a la que la pequeña se había referido como su mami dejo todo lo que había estado haciendo, las pisadas de sus tacones haciendo eco en la habitación, al llegar la mujer se agachó hasta estar a la altura de la pequeña niña, quien al igual que ella, fijó su vista a la ventana.

-no veo nada mi niña- su tono fue tranquilo, se escuchaba tan maternal.

-¡¡Yo los ví mami!! ¡Estaban ahí!- intentando justificar a las figuras vista a lo lejos.

-mi pequeña, creo que se te olvidó el pequeño detalle de que no puedo hacer las mismas cosas que tú- la mujer se levantó dándole una leve sonrisa que provocaría un puchero en la pequeña niña de cabello canoso. -pero, ¿qué tal si olvidamos todo y te sientas en la mesa? La cena ya está casi lista- con un tono maternal la mujer se dirigió a la cocina nuevamente, agarrando el cuchillo y cortando el corazón que había estado preparando anteriormente. -¡creo que este nuevo sazón te podría encantar mi pequeña Jack!- casi emocionada metió los trozos de carne cortados a una sartén para cocinarlos en aceite, dejando un olor que a la pequeña Jack la dejaría babeando un poco.

El ambiente bañado por el olor de la carne sazonada le daba a Jack una nueva sensación, una sensación de estar siendo querida, de estar con una madre, una sensación de ser amada por mami. Otra vez.

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"Ichigo... Ichigo..." una voz, una mujer, la suavidad en sus palabras era entrañable para él.

"Despierta, ya es hora de despertar" con una persistencia, queriendo molestar más y más. Pero esa voz le daba paz por alguna razón. Simplemente quería escuchar más esa voz.

"Ichigo... ¡¡DESPIERTA!!"

¡POW!

Un fuerte estruendo se escuchó en la habitación. Acostado en su cama, Ichigo había sido golpeado en toda la cara por lo que parecía ser un objeto pesado.

-¡¿que?! ¡¿QUE DIABLOS TE PASA?!- la agresividad se escuchó en su habla. Estaba molesto. - ¡¿Quien diablos despierta a una persona con un golpe?!- Ichigo se quejó, con el ceño fruncido y adolorido por el golpe. Sus ojos vagaron por la habitación, intentando buscar al culpable, sus ojos se posaron frente a lo que parecía ser un león de peluche, y en sus peludas y esponjosas garras de tela se encontraba un libro. Parecía pesado y lleno de páginas, por no decir que la pasta era gruesa. Parecía una enciclopedia.

-¡Ichigo! Al fin despiertas, ¡Te he estado llamando desde hace unos minutos!- con un tono algo nervioso, el león de peluche avisaba al joven Shinigami sustituto. -pero como veía que no querías despertar, mi ingenio e intelecto me dijeron que debía despertarte a golpes! Cosa que funcionó, porque realmente eres solo un cabeza hueca.- Se escuchaba con un tono orgulloso, casi como si su idea hubiese parecido una genialidad.

Ichigo solo pudo forzar una sonrisa. La vena en su frente se hizo visible, realmente quería apalear a ese peluche.

-tu... peluche del demonio. Debería golpearte... - se sentía muy furioso, pero, eso fue irrelevante cuando se dió cuenta de algo. -espera un segundo, ahora que me lo preguntó, ¿Cómo llegaste aquí Kon?- la curiosidad fue palpable, aunque su molestia lo fue aún más.

-ah! Que bueno que lo preguntas. Pues me colé en tu equipaje- respondió con tranquilidad. Una tranquilidad muy confusa.

-mi equipaje? Ugh... debí haberlo previsto- con una molestia, Ichigo se levantó de la cama, sintiéndose fastidiado más que molesto. -Entonces Kon, ¿qué es lo que querías decirme?- cambiando de tema, Ichigo se estiró un poco para recuperar la articulación en sus huesos. Sintiéndose un poco exhausto por la noche anterior, Ichigo estaba decidido en no recordar lo sucedido.

-ah, cierto. Sobre eso, Urahara quiere verte, dice que necesita hablar contigo sobre algo- Las palabras de Kon dejaron confundido a Ichigo. Pero ya se daba una idea de que era lo que quería hablar ese sombrerero loco.

-Ya veo- simplemente asintió, seguido de eso, Ichigo se dirigía a la salida de su habitación, para darle una mirada a Kon a sus espaldas. -hey, ¿no piensas venir?- su pregunta le causó curiosidad al león peluche, pero al no notar hostilidad entre el Shinigami, simplemente caminó rumbo a Ichigo entre chillidos que eran provocados por sus pies.

-Oye Ichigo. ¿Y cuando iremos a la ciudad de Londres? Escuché que las chicas son muy sexys- Kon se veía emocionado, intrigado por las bellezas que se podrían ver en esa ciudad.

-Londres? Ah... lamento decepcionarte, pero estamos en Bucarest- su respuesta fue extraña para Kon.

Kon le dirigió una mirada confusa a ichigo. -Budapest? ¡¿No estamos en Londres?!- volvió a dirigir su mirada hacia el frente. Unas pequeñas lágrimas de cocodrilo salieron de Kon mientras su cuerpo de peluche caía dramáticamente al suelo. -es mi fin... mi única oportunidad con las chicas lindas se ha acabado, ahora quedaré encerrado en esta horrible cabaña aislado de las mujeres sexys y las chicas lindas- su derrota era visible, vencido, simplemente se quedó en el suelo.

-No seas un llorón Kon, levántate, necesitamos ir a ver a Urahara para saber qué quiere- Ichigo espetó mientras sentía como el fastidio volvía a su cabeza.

Kon sintiéndose afligido simplemente se quedó en el suelo. -Sigue sin mí... quiero quedarme acá en el suelo snif snif- llorando, Ichigo ignoro con simpleza la tristeza de Kon y siguió su camino.

-Como sea, quédate ahí si quieres, no pienso convencerte-

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Ichigo ahora se encontraba en el comedor. Frente a la mesa estaba un plato con comida que Kisuke parecía haber traído una hora antes. Ahora los dos hombres estaban sentados uno frente al otro. Resaltando lo vacío que estaba la mesa y varios asientos en las mismas condiciones.

Urahara miró a Ichigo por un momento debajo de su sombrero, el joven parecía estar jugando con la comida, incómodo al ver el trozo de carne en su plato. Urahara intentó entablar una conversación con él.

-veo que no has tocado nada de tu comida- con un pequeño comentario, Kisuke atacó. -¿Te sientes bien?-

Ichigo se mantuvo en silencio por un momento, pensando en qué decir. -Si... solamente perdí el apetito- su respuesta fue sincera. Aunque, Urahara sabía la razón de esto.

-es por lo de anoche, ¿no es así?- Urahara parecía haber acertado.

-Tal vez, creo que no me prepare mentalmente para ver algo tan gráfico como lo de ayer- Ichigo suspiró, Sintiendo una pesadez en sus hombros, la imagen de aquellos cuerpos descuartizados no parecía salir de su cabeza. -Creo que solo necesito asimilar esto-

Kisuke entendió esto a la perfección, sabía muy bien lo que Ichigo había sentido. En su trayectoria como Shinigami sustituto, Ichigo había visto innumerables veces cómo es que varios de los soldados quincy o la armada de los Shinigamis eran asesinados, inclusive cuando había cruzado espadas contra Yhwach la primera vez, el campo de batalla estaba repleto de cadáveres. Pero la noche anterior había sido diferente. No es lo mismo ver cuerpos muertos y tirados sobre el campo de batalla a verlos totalmente abiertos dejando los órganos descuartizados.

Urahara simplemente suspiro ante la situación de su viejo amigo. Aunque realmente podía ver qué Ichigo no quería tocar el tema, Kisuke debía hacerlo.

-Bueno, ya que entramos en el tema de la noche anterior. Estuve inspeccionando los cuerpos de las personas asesinadas, pero dejando fuera la forma en la que murieron, me dí cuenta que todas esas personas tenían algo en común- Ichigo alzó la ceja ante esa incógnita, ¿Qué cosa podría haber llamado más la atención que ver a personas asesinadas sin piedad?.

-¿si? ¿Y qué fue lo que descubriste?- el joven preguntó aunque con un poco de temor.

-A todos los cuerpos les faltaba un órgano en común, y ese era el corazón.- Urahara hizo una pausa, miró a Ichigo por un momento, notando que a él le llegaba un dolor de cabeza, una jaqueca. El sombrerero loco simplemente dejó que Ichigo digiera está información. -Por ende, quien sea que haya hecho tal aberración en ese callejón, es un asesino que mata por algo en específico- Ichigo le lanzó una mirada a Kisuke, intrigado en saber si lo que su mente pensaba parecía ser cierto.

-Será que... podríamos estar en contacto con estos servants de los que me habías hablado?- en su mente Ichigo pensó lo primero que pudo haber encajado.

-es probable, no encuentro otra explicación "lógica" la cual me pueda decir el porqué de esas acciones- el hombre rubio suspiró con simpleza, sentía que algo estaba faltando. Las imágenes grotescas golpearon su mente. Solo pudo llegar a una conclusión. -si es un Servant con quién estamos tratando, es probable que sea de la clase Assassin. Lo cual se dice que es la clase más débil entre las 7 clases, sin embargo, no me atrevería a subestimar a quien sea que esté en esa clase actualmente-

Ichigo vaciló por un momento, sabía que la guerra del santo grial estaba por empezar, pero jamás pensó que los indicios de su apertura fueran este tipo de escenarios y de forma tan repentina.

Al parecer solo tendrían que esperar a que la noche cayera la noche para poder trabajar.

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Habían pasado varias horas desde que la luna se había puesto en el epicentro del cielo.

Las luces tintineantes esparcidas por toda la ciudad de Bucarest, Capital de Rumania. Las calles estaban repletas de personas. Familias, amigos, personas solitarias, en una ciudad tan brillante se encontraban de todo tipo de gente caminando y charlando, algunos borrachos, otros más sobrios.

Sobre las banquetas Morgan Maxwell caminaba tranquilamente con una persona a su lado.

Parecía ser un niño, su estatura baja y su complexión lo delataban, pero su apariencia era un poco más inusual. Cabello negro completamente desordenado, piel morena y unos ojos rojos que resplandecian ante la figura de su mentor. En su espalda cargando un objeto que parecía un tubo envuelto en trapos midiendo poco más de la estatura del niño, siendo sostenido por una cadena que abrazaba el cuerpo del pequeño chico. Su vestimenta fué más casual que de costumbre, adaptado al ambiente citadino con jeans de color azul y una camisa roja escondida en una chaqueta de cuero y unos lentes de motociclista. Había que decir que el niño tenía bastante estilo.

-¡oiga oiga! Señor Morgan, ¿a qué hora iremos a buscar a esa persona súper fuerte?- la voz del chico parecía emocionada, era claro, Morgan le había prometido algo.

El cansado hombre solo suspiro mientras caminaban por las calles transitadas de gente, bajo su abrigo simplemente sacó lo que parecía ser un escombro envuelto en un pañuelo, pareció un poco pensativo, pero rápidamente se recuperó antes de responderle al pequeño niño a su lado.

-Tranquilo chico, ya estamos llegando al lugar- su respuesta fue breve, no vaciló, y simplemente se dirigió a algún lugar alejado de la gente. Un lugar en dónde nadie pudiese ver sus acciones

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Morgan y el chico habían caminado un buen rato, al parecer el lugar destinado a invocar al Servant era en algún tipo de... ¿santuario Sintoísta? El chico estaba confundido.

-bien, es hora de empezar. ¿Recuerdas cómo dibujar el círculo de invocación?- respondiendo la palabra con un asentimiento, el chico se movió con rapidez, con gis en mano el niño caminó mientras hacía trazos en el suelo, al parecer sí que sabía acatar órdenes.

No pasó mucho tiempo hasta que el círculo fuese dibujado. -¡Listo señor Morgan!- emocionado, aviso al hombre cansado que había estado esperando sentado en una piedra.

Morgan se acercó al círculo, sacó el escombro afilado de su chaqueta y lo puso en el centro del círculo. Tenía conocimientos de como hacer un ritual de invocación, pero ¿cómo ponerlos en práctica? Eso era más difícil. Mentiría si dijera que no se sentía nervioso.

Con la mano derecha alzada, el cántico de invocación había comenzado a ser recitado por el.

"Que la plata y el Acero sean tu esencia"

"Que la plata y el archiduque sean tus cimientos"

"Que el rojo sea el color al que rinda tributo"

Rayos de energía comenzaron a brotar del círculo, el viento remolineando por todo el lugar, las ventiscas se hacían más y más fuertes y el pequeño escombro que Morgan había puesto en el círculo había comenzado a brillar.

"Que se cierren las cuatro puertas cardinales."

"que se levante un muro contra el viento que caerá"

"Deja el camino de tres bifurcaciones y rote la corona que llega hasta el reino"

"Sal del anillo de restricción.
GUARDIÁN DE LA BALANZA"

Las líneas de reiatsu surgieron en torrentes, el gran círculo rodeado del mar de energía que se había desatado. El cántico alterando todo lo existente a su alrededor. Una luz incomparable cegó a Morgan y al chico a su lado, dejándolos confundidos por un momento.

El ambiente se sintió denso, los ojos del hombre vieron el desastre a su alrededor, las rocas y la tierra fundidas por la repentina rafaga de reiatsu que se había desatado a su alrededor. pero eso no fue verdaderamente su prioridad, si no la figura de otro hombre haciendo uso de presencia en el centro del círculo de invocación.

Una armadura brillante en plata reluciente fue lo primero que pudo ver, pechera, hombreras e inclusive las botas, todos relucientes y listos para la batalla. Un cabello verdoso similar al pasto en forma puntiaguda de varios mechones resaltaba en su apariencia mientras una larga bufanda rasgada del color de la naranja se extendía por gran parte de su pechera hasta llegar al suelo. Aquel hombre tenía el porte de un verdadero héroe.

-Yoh! ¿Qué tal?- el hombre saludó alegremente al viejo Morgan que se encontraba perplejo ante la apariencia del hombre. -por lo que veo, he sido invocado para una guerra del santo grial, ¿no es así?- una sonrisa fue dibujada en el rostro del hombre joven mientras se acercaba a Morgan. -¡Pues déjame decirte que has dado con el premio mayor entre los servants!- el tono alegre del Servant se hacía notar más por la leve emoción que enfrentaba el guerrero.

Absorto, Morgan intentó regresar a su conciencia. -a-ah, tú debes de ser mi Servant- en su confusión intentó confirmar sus sospechas.

-¡estás en todo lo correcto Maestro! Mi nombre es Aquiles, Servant clase Rider, y por si te lo preguntas, si, soy ese famoso héroe del cual su debilidad todos conocen- el tono divertido del ahora revelado Rider fue más notable. Su carisma era palpable en el ambiente. Había dejado de ser menos denso y se había convertido en una plática más amigable.

La sorpresa de Morgan fue inevitable, era claro. Pues invocar a uno de los héroes más grandes de la historia humana jamás se lo habría planteado. Su intento de disimular su confusión fue fallido, cosa que solo hizo que la sonrisa de Rider se mantuviera a flote. El viejo simplemente decidió ir a recoger el escombro afilado y guardarlo en su chaqueta nuevamente. Aunque, parecía como si algo se le estuviese olvidando.

-¡¡¡oh!!! ¿Tu eres un héroe?- oh claro, casi se le pasaba. El chico estaba aquí.

Aquiles desvío la mirada y notó la presencia del pequeño chico con estilo del cual no se había percatado antes, lo cual lo dejaba un poco consternado a su parecer, pero simplemente ignoró ese detalle.

-vaya, ¿qué tenemos aquí? No pensé que hubiese más público de lo esperado- Rider se acercó al chico, con toda la confianza del mundo el Servant le extendió la mano al chico, esperando un saludo cordial. -no se quien eres, pero suponiendo que mi maestro te trajo hasta aquí, quiero pensar que eres de fiar- Con un toque de carisma Aquiles saludó al joven frente a él. A pesar de que Aquiles había deducido que el chico era alguien más misterioso de lo que pensaba, había algo que lo dejaba fuera de lugar, una sensación extraña que compartía con su contratista, un aura rara que parecía compartir un origen, pero que en este momento no se daría el lujo de indagar.

Ya sabes quién soy, entonces ¿por qué no me dices tu nombre?- Aquiles le enseñó nuevamente una sonrisa al chico, en espera de que le devolvieran el saludo. El chico se mostró curioso. La sonrisa del pequeño se extendió y sus manos se cruzaron para formar un saludo. La mejor forma de mostrar que estaban en confianza mutua.

-Hikone. ¡Mi nombre es Hikone Ubuginu!, ¡un placer conocerte Rider!- con esas palabras, el grupo de tres dejó pasar la noche, todos a sabiendas de que una guerra estaba a punto de estallar.

Sabiendo que una tormenta de catástrofes se avecinaba en estas tierras.

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He vuelto Bv

Bueno, primero que nada, pido unas disculpas por tardar casi dos meses en subir un capítulo, pero he de confesar que la chamba me consumió todo mi tiempo para escribir en diciembre, a duras penas pude sobrevivir, pero al menos ya les traigo un nuevo capítulo. un poco corto pero esto es para ya comenzar con la historia principal. Para empezar con lo bueno 🗿.

Antes de irme quería comentar sobre la apariencia del nuevo personaje que introduje en esta obra. A pesar de ser un personaje que no he indagado mucho, pienso explorarlo en el futuro, pero por si acaso, acá les dejo una imagen de su apariencia.

good no? Bueno, ahora sí, me retiro, espero y les haya gustado este capítulo. Así que chau!

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