Capítulo 2
¿Que es lo único que sentirías si vieras a tu antiguo mejor amigo con otro para reemplazarte y después de muchos años volverte a reencontrar con el? Bueno los primeros segundos serían incómodos.
¿Y si alguien dice algo referente a su antigua amistad y recalca el porque uno le dejo de hablar al otro? Ese momento se sentiría Tenso.
Tensión...
La única sensación que podría describir lo que pasaba en el escenario actual. Dentro de la sala de entrenamiento en las instalaciones. En los costados de lo que parecía ser una gran plataforma colosal de batalla, estaban parados frente a frente dos servants, pero no eran Servants regulares los que iban a batallar está vez. Solo dos Espíritus Heroicos que eran homólogos de si mismo. Iguales pero diferentes al mismo tiempo.
El viento silbando se coló por las rejillas de la ventilación, las paredes se reforzaron con gruesas laminas de acero reforzado que partían como sistema de seguridad de Chaldea Anti ataques. No había nadie en la sala de entrenamiento, nadie más que ellos dos, los Espíritus Heroicos EMIYA se fijaron en entre ellos mismos, los ojos plateados que reflejaban el acero de una espada que pasó incontables batallas y guerras posaron su vista ante su igual.
Golpes fuertes se escucharon detrás de la entrada cerrada por las murallas metálicas, pues del otro lado estaba su maestro que con todas sus fuerzas gritaba que detuvieran lo que estaban a punto de hacer o sufrirían las consecuencias de sus actos.
Ninguno de los dos hizo caso ante las órdenes de su Maestro. los múltiples golpes y amenazas que brotaban de Ritsuka no se detuvieron, aún así ellos se siguieron mirando, con hostilidad y preparados para la batalla. Hasta que Shirou decidió tomar la palabra.
"Supongo que los golpes y llantos del maestro molestaran nuestra batalla ¿no es así?" Dijo sarcásticamente mientras lo acompañaba con una sonrisa. "La fachada de usar un sello de comando sobre nosotros sin dudarlo para que no ocurra la pelea será un problema. Deja que me encargue" múltiples espadas sin nombre rodearon a Shirou. Las armas comenzaron a rodearse de patrones simétricas similares a circuitos que comenzaron a brillar en luz del color más puro que existe. La brillante luz blanca envolvió las espadas, era un gran espectáculo de luces cegadoras si se lo preguntaban.
Shirou extendió su mano, la orden llegaron a las espadas, el sacrificio de las espadas no sería en vano. Las espadas se dispersaron a velocidades inhumanas, todas chocando entre las paredes reforzadas por las murallas metálicas y provocando múltiples explosiones dentro del salón.
El humo cesó, y al mismo tiempo, dos auras rojas ejercieron presión en los peliblancos, no había dudas.
No existió tiempo por un momento, pareció como si todo rastro de movimiento de hubiese esfumado, solo estaban los dos sirvientes poniéndose de rodillas por alguna presión que ellos ya sabían el origen de esto.
Sellos de comando, aquello que hará obedecer a tu sirviente y cumpla la orden que le des, no importa cuál sea el mandamiento dado por su propio maestro.
El silencio fue lo único presente en el campo de batalla, la hostilidad no disminuyó, la presión aumentó y las miradas filosas siguieron viendo fijamente a los ojos de su oponente.
Los segundos fueron pasando. La eternidad parecía que había hecho acto de precencia, pero solo fue la duración de 20 segundos. 20 malditos segundos los que duraron esa presión. De repente, toda cadena que los ataba en el piso había desaparecido. Los golpes de la entrada no se detuvieron, diferentes espíritus heroicos trataron de derribar la muralla puesta sobre la entrada, pero no podían usar toda su fuerza o las instalaciones sufrirían daños graves.
Fujimaru se quedó en silencio total. Ordeno a los espíritus que se detuvieran, y así fue, los ataques sobre la puerta se detuvieron. Había usado un sello de comando para detener la batalla que se libraba evidentemente gracias a las explosiones que resonaban por dentro. Había gastado 2 sellos de comando en este día, pero ahora deberían de estar regresando y toda esa seguridad que Chaldea no tenía incorporada debería de desaparecer.
"Debo de decir que estoy impresionado" Archer sonrió entre sarcasmo. "No esperaba que ese plan tuyo funcionará está vez, debo halagar tu grandiosa idea" en efecto, el plan de Shirou había funcionado.
"Debo decir que desde que mencionaste que querías matarme en una lucha frente a frente, supe que el maestro no nos dejaría en paz. Así que pensé en diferentes posibilidades que podrían detener nuestra pelea" A decir verdad era impresionante que el plan de Shirou funcionara.
Desde antes de entrar a la sala de entrenamiento, su maestro estaba conciente de la hostilidad y la tensión que provocaban las presencias de Shirou y Archer cuando se encontraban. Era algo que no debías de juntar por nada del mundo a menos que quieras ver un gran crater que podría haber Sido anteriormente Chaldea.
Lo que hizo Shirou fue que algún sirviente sigiloso lo empezaría a seguir a petición de su Master, o almenos alguien curioso de su identidad, así que de alguna manera, perdió de vista a tal sirviente y entro a la sala de entrenamiento, dónde se encontraría con Archer. Una pequeña cápsula que saco de su bolsillo se activaría, reforzaría y crearía la gran muralla de seguridad que no dejaría pasar por nada del mundo a algún sirviente, estaba asegurado? No, pero con solo saber que ni un Assassin podría entrar a la sala le daba seguridad.
Luego Shirou debería de proceder a una distracción, los sellos de comando son aquellos que te hacen reconocer como un Máster en la guerra del santo grial. Los sellos provocan que cualquier orden se cumpla no importa cuál imposible sea para el sirviente, por lo que si ya había gastado 1 sello de comando, deberia de gastar otro para que quedara con solo un último sello, y sabiendo las circunstancias actuales que lleva Chaldea para poder pasar las singularidades anteriores y las diferentes invocaciones, no podían arriesgarse a gastar un último sello de comando para detener a un par de sirvientes, por lo que no usarían el último.
Shirou solo pensó que como los sellos son aquellos que te atan a un Sirviente, sin los sellos, no hay sirvientes, que lógica rara pero coherente podría ser. En efecto, al Shirou usar las espadas potenciadas para crear las explosiones, alarmaría a Ritsuka y la obligaría de usar ese segundo sello, así ellos caerían momentáneamente a una presión inexplicable y se quedarían de rodillas por un pequeño lapso de tiempo. Y así pasado el tiempo, ya no habría nada más que los moleste.
Todo el plan de Shirou había tenido éxito, sin sellos de comando molestos ni sirvientes que puedan pasar al cuarto sin hacer almenos daños colaterales a las instalaciones que no arriesgarían a hacer, el único problema que le faltaba por resolver era aquel arquero de rojo que tenía frente a el.
Solo quedaba como última cosa, el luchar para salir de aquí.
"Bueno, ¿que tal si empezamos con algo nostálgico? Creo que tengo algunas buenas armas para recordar esa batalla de hace muchísimos años que libramos esa ve-" no pudo terminar su discurso. La flecha de acero rebosante de poder y reforzada que apuntó a su cabeza interrumpió sus palabras. "Veo que se te está haciendo costumbre interrumpirme con una flecha..." Shirou hizo una sonrisa falsa.
"Tsk" chasqueo la lengua mientras más flechas proyectaba su mano, todas pasando por el mismo proceso de tensar la cuerda y tirar.
El viento remolineando entre las múltiples flechas lanzadas se dirigieron a un solo objetivo, Shirou lo sabía y sin titubear proyecto un par de espadas, espadas casadas era la verdadera definición de las dos espadas del color blanco y negro que reflejaban las hojas con un emblema del Ying y el Yang grabado cerca de su mango.
Kanshou y Bakuya aparecieron entre las manos de Shirou, con un movimiento elegante bloqueo todas las flechas reforzadas que Archer había lanzado, pero cuando volvió a mirar a la anterior posición del Servant, Archer ya no estaba, sabría dónde se encontraría está vez, un guerrero que no tiene ni una pizca de orgullo, no dudaría en atacar por la espalda de su enemigo para cumplir con su objetivo.
Shirou se dió la vuelta rápidamente acompañado de un swing que uso gracias a las espadas casadas que inmediatamente chocaron abruptamente con unas proyecciones similares a las Kanshou y Bakuya que sostenía Shirou en mano, solo que había una diferencia entre las espadas gemelas que Archer sostuvo antes de que se rompieran cómo el vidrio más frágil con el forcejeo que se enfrentaba Shirou.
Las proyección de Archer estaban huecas. Vacías y careciente de la calidad y belleza que alguna vez tuvieron cuando ascendieron al reino de los dioses.
Sin embargo, las de Shirou seguían intactas... Cómo nuevas y sin ningún rasguño en su hoja y filo. Archer no pudo evitar abrir los ojos exaltado, lo cual provocó que retrocediera a una distancia considerable.
"No te sorprendas Archer, en estás batallas cualquier movimiento en falso podría llevarte a la muerte inmediata" Gruño mientras veía como Archer proyectaba decenas de Kanshou y Bakuya, como si fuera algo cotidiano. Todos los pares fueron lanzados en dirección a Shirou, girando y dirigiéndose a gran velocidad, algunas espadas asestaron un corte en alguna parte de su cuerpo pero no pudieron conectarlo completamente siendo solo un pequeñísimo rayón que obtuvo la armadura, mientras otras hojas se desviaron al techo. Shirou salió ileso ante tal horda de ataques.
En ese momento, Shirou se acercó a Archer a una velocidad impresionante, saltando no muy lejos, cruzo a Kanshou y Bakuya muy cerca del cuello de Archer como si de unas tijeras tratando de cortar papel se trataran. Archer tuvo que esquivar el corte doblando su espalda hacia atrás, Archer solo hizo un ceño fruncido ante eso, pero una sonrisa arrogante se formó en el Guardian.
Shirou quedó un poco consternado ante la sonrisa, no pasó mucho tiempo para que supiera la razón de su sonrisa.
Había caído en su trampa.
El aleteo del viento de volvió a escuchar detrás de Shirou, como si algo se estuviera acercando rápidamente hacia el, eran las múltiples proyecciones de las espadas casadas que habían pasado de largo detrás de Shirou.
Archer había a acorralado a Shirou, si se daba la vuelta para bloquear las múltiples proyecciones que iban tras su cuello, Archer podría acertarle un buen corte en su cabeza, acabando con su vida, eso le daría problemas a cualquier servant. Que mal que Shirou no era cualquier Servant.
Shirou sabía de este tipo de tácticas, ¿por qué? Fácil, el había usado esas mismas tácticas cuando el batallaba hace muchísimos años.
Espadas sin nombre de lanzaron detrás de la espalda de Shirou, todos yendo hacia las múltiples proyecciones de Archer, todas las espadas chocaron entre si, cancelando el ataque de Archer.
Quedó impresionado ante el contraataque que Shirou había hecho contra sus proyecciones. Archer volvió a trazar un arco.
"Veo que te gusta alardear hijo de perra, veamos si esto te queda de tu tamaño" una pequeña luz empezó a hacerse visible en la mano derecha de Archer, unas pequeñas palabras susurro al mismo tiempo, palabras que el Mismo Shirou conocía. "I am the bone of my sword" palabras que para alguien normal solo serian unas palabras vagas, pero para ellos dos, significaría algo más que el mundo.
Algo apareció en la mano de Archer, era una espada, pero era diferente, no tenía una hoja plana y con filo, si no una hoja enrollada en si mismo como espiral. Este no era una proyección normal.
Era un Broken phantasm.
Ahora sí que este era un problema. Archer no le daría una pelea larga o digna, si no que el acabaría con su objetivo lo más rápido que pudiera y usaría cualquier recuerdo o táctica que este a su alcance para ganar.
Caladbolg era el nombre de aquella espada que fue usada por Fergus Mac Róich, el antiguo héroe irlandés del ciclo ulster y caballero de la Rama Roja. Pero está versión era diferente, más pequeña, más compacta, una copia bastarda y alejada de lo que fue la original, pero más poderosa al mismo tiempo, más destructiva y con un único objetivo que su amo tenía en mente.
Destruir a la existencia frente suya llamada Shirou Emiya.
Sus ojos se abrieron como platos, sus sentidos se agudizaron al máximo, Shirou sabía que las espadas casadas ya no iban a servir en este momento, y la velocidad a la que iba a venir caladbolg II no iba a poder ser detenido por algún escudo cualquiera, solo una cosa se le llegó a la mente para detener tal arma que altera el espacio para llegar a su propio objetivo sobrepasando cualquier escudo o defensa superior a esta arma.
Archer ya había tirado de la cuerda y caladbolg fue tirado a una velocidad que apenas y el sirviente con la vista más aguda entre las filas de su maestro podría visualizar. Shirou no vaciló y saco su última y más poderosa defensa existente en este mundo que pudo haber conocido alguna vez en su antigua vida.
"Supongo que no tengo otra opción más que aceptar tu propuesta ¿Verdad?" La voz tranquila de Emiya fue lo único que transmitió el viento a la hermosa mujer de ojos lavanda y largos cabellos tan puros como los lirios blancos floreciendo en primavera.
"Bueno rojito, está vez no me meteré en tu decisión, me gustaría decir que no tendrías otra opción, pero solo tu sabes si quieres embarcarte en esta última aventura para poder descansar en paz está vez" su agradable voz le llegó como la sinfonía perfecta a los oídos de Emiya, al igual que una ternura y tono juguetón, no sabía quién era esta mujer, pero la había cautivado totalmente y llamado la atención, aunque le hablaba como si la conociera de toda la vida.
Como si tuvieran una conexión que trasciende el tiempo.
"Entonces deberia de irme en un momento"
"Oh, ¿tan rápido? Quería que estuvieras sobre mis muslos un poco más, ¿acaso no es cómodo?" Hizo un puchero ante las palabras de Emiya pero volvió a darle la dulce sonrisa cautivadora. "Bueno, que se le va a hacer"
(Empiezen a leer desde esta la parte que viene y con audífonos si pueden para disfrutar el momento épico, créanme no se arrepentirán
Pdt: les recomiendo también que lean lento al paso de la canción hasta que aparezcan los tambores para que vean al tipo de emoción que me refiero xD)
Emiya cerro los ojos ante las palabras de la pequeña mujer, sonrió gentilmente mientras se recostaba de nuevo y volver a gozar de tal satisfacción y tranquilidad que le daba esa bendita almohada de la mujer. Una pequeña risita salió de ella indicando el buen gusto de Emiya por ella.
"Está bien, supongo que podría darte esto como un presente de despedida" Emiya no respondió ni dudo ante las palabras de la chica, solo sintió como una precencia rara aparecía frente a su pecho. "Bueno pensándolo bien... Nah te lo puedes quedar por un buen tiempo, no creo que Arturia se enoje, sigue con la existencia similar a ti" bromeó.
Esas palabras dejo extrañado a Emiya, pero logro decifrar el secreto tras esas mismas palabras. Sintió como algo estaba siendo añadido en su alma, un objeto, pero no cualquier objeto.
La cristalización de los sueños que el rey Arturo tuvo alguna vez. La Utopía siempre distante conceptualizada en Vaina.
Este era...
"¡¿AVALON?!" Archer se dijo a si mismo, estupefacto e impresionado ante la vista que estaba teniendo actualmente.
Emiya se encontraba con el brazo derecho completamente extendido y su mano abierto. Frente a el estaba una vaina, pero no cualquier vaina. Los hermosos patrones dorados y azules adornando la vaina le daban una vista elegante y angelical, las inscripciones misteriosas le daban el significado de su verdadero poder.
Una vaina que protegería al verdadero usuario de la espada Excalibur y le daría los verdaderos beneficios al portador legítimo de la espada.
Caladbolg no se detenía, con todo su poder trato de pasar las defensas que promovía la elegante vaina que estaba atacando, pero aún así, no pudo ni tocar a Avalon y su usuario que se mantenía detrás de la misma vaina que se escondía detrás de una barrera dorada saliente de las mismas motas de luces que producía Avalon.
"No moriré Archer, podré perder contra cualquiera, Cualquiera menos contra mi mismo. Aunque haya cumplido mi sueño de ser un héroe de la justicia, aun quedan restos que limpiar, mientras las personas y todo ser viviente este en peligro, yo los salvaré no importa cómo. No fuiste el primero pero tampoco serás el último. Déjame echarte una mano" una sonrisa gentil salió de Emiya, aunque la luz que emitía Avalon resplandeció en todo el cuarto, el mismo dejo ver la sonrisa y al portador de avalon que con una mirada llena de determinación veía la desesperación que cargaba el mismo Archer ante la situación actual.
La pelea ya tenía un ganador. Caladbolg ceso, pero una gran explosión que provocó el Broken Phantasm lo sustituyo, todo el cuarto fue sustituida por una luz brillante que provocó nada más que daños a todos, exceptuando a una persona que no era Archer.
Archer solo cerro los ojos y recibio el ataque que Caladbolg había desencadenado, pero al mismo tiempo mostró una sonrisa tranquila. Comprendió la convicción y determinación que Shirou tenía, comprendió a quien tenía frente suya.
No era Shirou Emiya hijo adoptivo de Kiritsugu Emiya el magus killer, tampoco era El último soldado que sobrevivió a la guerra de Cybertron contra Primus, ni El pobre niño que sobrevivió ante el fuego de fuyuki hace muchísimos milenios.
No...
El era Shirou Emiya, el Héroe de la justicia, aquel que no solo salvó su mundo, si no un universo entero y aquel que fue recordado por no los humanos provenientes del mundo, si no agentes exteriores a los que almenos el pudo haber llamado camaradas y amigos...
El se había convertido en lo que Archer soño que se convertiría alguna vez cuando sea grande y después de ver en qué lo había convertido juro destruir. El se convirtió en el auténtico sueño hermoso e imposible de alcanzar para él.
¿Que había hecho para poder convertirse en su ideal? ¿Que le había pasado para poder lograr su sueño? ¿Cómo pudo el convertirse en el gran héroe de la justicia que el añoraba convertirse alguna vez?
No lo sabía, pero de algo era seguro. Emiya cumpliría lo que su ideal dictaba. El salvaría a Archer. No importa cuánto le tome. El se preocuparía por alguien que no tenía utilidad de preocuparse, reconstruirá aquello que estaba roto y... Lo liberaría de las ataduras que lo mantenían conectado a su sufrimiento constante.
Pasaron los minutos, el golpe de la entrada había cesado al igual que la gran luz provocado por la explosión de caladbolg. Archer sin embargo, había Sido lanzado a una distancia muy alejada de Shirou, recostado entre varios escombros tirados sobre el en el piso. La noción del tiempo se había perdido en ellos hace ya bastante raro.
Lo último que vio Archer fue a Shirou acercándose a el, con una tranquilidad abismal. Todo mientras lo veía con una sonrisa tranquila, creyó que iba a morir, pero shirou lo había dicho, el lo salvaría, solo quedaba esperar que tenía planeado.
°•°•~_--_--_--_--_--~•°•°
R
itsuka se encontraba sentada en el piso frente a la entrada de la sala de entrenamiento, se sentia cansada y agotada, todos los sirvientes que la trataron de ayudar a entrar a la fuerza a la sala se habían ido a petición de ella. No quedaba nada más que esperar a que Archer y Shirou salieran de la habitación.
Estaba triste, triste por no haber detenido la pelea que se había armado, y había gastado su segundo sello de comando, la habían engañado con tales explosiones, y en desesperación ordeno que se detuvieran los sirvientes, más no que regresarán a sus habitaciones, un grave error departe de ella. Solo le quedaba un solo sello que iba a ser usado, hasta que Da Vinci le dijo que no se atreviera, pues no sabrían las consecuencias de usar el último sello de comando. Las posibilidades de que todos los sirvientes regresarán al trono al no estar atados a un maestro, no sabrían que efectos traería, si se quedarían o se irian, pero sin un plan o algún artefacto que los mantuviera a salvó y conectados con este plano terrenal, no podrían arriesgarse aún.
Ya era de noche, habían pasado varias horas desde que habían entrado a la sala de entrenamientos a matarse, ella suplico detrás de la entrada con lágrimas en los ojos que se preocupara. No podía arriesgarse a perder aliados para seguir con esta lucha, pero parecía no haber otra opción, aunque ella estaba en un estado débil mentalmente culpa de las calamidades y actos que había presenciado al paso de las antiguas singularidades. Ella no quería volver a ver sangre derramada de sus aliados, y menos de Sirvientes cómo Archer que aunque se hiciera el tipo duro, escondía una mente frágil que se podría romper más de lo que ya estaba.
Sin ninguna opción y por alguna extraña razon solo se quedó sentada en el piso, en pena y triste por el resultado que llegara a traer la culminación de esa estúpida pelea. ¿Porque le pasaban esas cosas? Fue solo eso lo que pensó hasta que quedó dormida.
Las horas habían pasado y la noche seguía presentando a la luna en su punto más alto, era hermosa si se lo preguntaban. Ritsuka hacia dormida tranquilamente en el mismo lugar donde se había quedado llorando hasta quedarse dormida. De repente, alguien la había levantado y la empezó a cargar con muchísimo cuidado, Fujimaru sintió el movimiento y solo vio la silueta de un hombre de cabello blanco y armadura roja cargándola, shusheandola en ese mismo instante en mensaje de que siguiera durmiendo.
La sonrisa tranquilizadora se postró en Ritsuka, signo de alivio y felicidad, por saber que almenos su sirviente Foreigner no había muerto. Solo una cosa más se le vino a la mente.
"Archer..." Su sonrisa despareció por un momento, pero se hizo presente de nuevo ante las palabras de Shirou.
"No hay de que preocuparse, el está sano y Salvo, está descansando en su cuarto así que también es hora de que usted igual vaya a dormir" susurro tranquilamente mientras caminaba por los pasillos. Ritsuka ahora sí estaba tranquila.
"Gracias..." Eso fue lo único que respondió Ritsuka para volver a quedarse dormida de nuevo.
Shirou siguió caminando hasta llegar al cuarto de Ritsuka, ventajas de haber hecho caso al recorrido que le dió su Maestro y la Kohai de su mismo maestro. Todo siguió tranquilo, entraron al cuarto y la dejo recostada en su cama, no son antes quitarles sus zapatos y arroparla con las sábanas que ofrecía la cama.
Era satisfactorio ver a una persona durmiendo, tranquilidad y paz sintió al ver a su Máster dormida, pero no le dió importancia, solo salió del cuarto y siguió caminando por los pasillos.
Creo que el también se merecía un buen descanso.
°•°•~_--_--_--_--_--~•°•°
Muy buenas, aquí vengo y les traigo un nuevo capítulo de esta historia, espero y les haya gustado. Porque la verdad se me complicó mucho hacer el inicio de este capítulo y un poco de la pelea, pero espero y les haya gustado el como plasme mis ideas en este cap.
También espero y se hayan escuchado el sountrack que les recomendé, porque diavlo hasta yo mismo escuché el sountrack mientras leía esa parte y diavlo, se me pararon los pelos de los webos de lo épico que me quedo el timing de la canción de Dreamworks y la parte que escribir si les soy sincero XD.
En fin, por esta noche es todo, espero y les haya gustado este capítulo y dejen su voto, eso me motiva a escribir y a saber que les gustó.
Sin más que decir me despido por ahora.
Chauuuuuu.
Shusheando: acto de hacerle shh shh a una persona (creo que no está en el diccionario.
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