XXXIII - Honor A Un Capo
Gabriel no se sentía bien dejando a Fernando ir sólo, por lo que mejor optó por acompañarlo.
Pero la idea de la fiesta por el compromiso lo había emocionado.
Quería invitar a su futuro suegro personalmente.
Sergio se resigno, pero de todos modos estaba preparado para todo.
Muy en el fondo creía que se estaba equivocando, su sexto sentido le decía que no fuera. Pero otra parte de él se negaba a dejar sólo a su hermano.
Su hermano merecía ser feliz aunque él pensará no merecerlo.
Al llegar a la fortaleza de Rizzo solo había un objetivo en la cabeza del capo de los Lombardi, quería explicarle todo a Adrián, era el momento adecuado de terminar con todo, necesitaba abandonar la Mafia por completo si es que quería formar una vida con su prometido.
Es solo que debió esperar, ya que Adrián no lo dejaría entrar si venía armado, entonces tuvo que dejar sus armas en la entrada y su prometido debió hacer el mismo procedimiento. Solo que esto último tomo desprevenido al capo de los Rizzo, no esperaba que el profesor estuviera armado.
Poco después Raffael fue a explicarle a su Padre acerca de su compromiso.
Mientras que Gabriel necesitaba hablar a solas con Adrián, ya después iría a presentarse con su suegro.
—Quisiera hablar a solas contigo.
—Te escucho ¿Qué es lo qué sucede?
—Mi Padre no tuvo nada que ver con la muerte de tu esposa Eliza, él no tenía ningún motivo para hacerlo.
Incluso busque a Fernando Rizzo para hablar sobre ello y él me lo confirmó.
Esta esperando a fuera por si acaso quieres hablar con él.
—Siempre supe dónde estaba, pero nunca quise escucharlo. El odio me consumió, no quiero que siga consumiendo mi vida ni la de mi hijo. Estoy seguro que mi esposa no querría que yo acabará de este modo. Le falle, no pude protegerla y espero no cometas el mismo error.
Por cierto ¿La gente que esta en la entrada es gente tuya?
—No, yo creí que era parte de tu personal, pensé que formaban parte de la gente que cuidaba tu territorio.
—Llevan rato aquí, te aconsejo sacar a Fabrizio en cuanto antes.
Creí que esta traición era de tu parte, pero ahora veo que no.
Algo no estaba bien, ambos lo sentían, por lo que Gabriel llamó a su gente de confianza. Las personas que tenía para el cuidado de Fabrizio debían intervenir si algo malo pasaba.
Una visita inesperada llegó a la fortaleza de los Rizzo, un nuevo visitante se había hecho presente. Solo que este no paso el mismo procedimiento que Gabriel, entro con toda impunidad.
Las personas de los controles de seguridad habían sido compradas, alguien más poderoso se estaba posicionando encima de la jerarquía de la Mafia.
Adrián ya no tenía el mismo poder que antes, a veces no todos pueden tener honor dentro de una familia.
—¿Desde hace cuánto hacen reuniones secretas? ¿En dónde dejan a su mediador?
—Gabriel ya se va, solo vino de pasada.
—¿Puedo ver a mi sobrino Daniel? Le he traído un regalo que me encantaría entregarle personalmente.
El niño al escuchar la voz de Jhon salió de su escondite, su padrino había llegado. Pero al parecer con algo especial para él, en cuanto salió fue directamente hacía sus brazos.
Ahí fue cuando Adrián supo que había sido un grave error, Miller soltó el juguete y aprisionó al niño.
—Suelta el arma Rizzo, se que estas armado ¿Quieres qué tu hijo comparta el mismo destino que su Madre? ¡Avienta el arma!
—Todo estará bien Danny, te lo prometo —el capo lanzo lejos dos de las armas que tenía—, por favor no enfrente de mi hijo.
—¿Qué tan difícil es que un Lombardi acabe con un Rizzo? ¿Era necesario llegar hasta esto? Si tan solo hubieran acabado entre ustedes mismos esto no estuviera pasando.
Finalmente soltó los primeros disparos, eso puso en alerta a Sergio, Fernando y a Bianchi, debían de entrar de inmediato a la fortaleza de los Rizzo, en definitiva el menor de los Lombardi no se había equivocado.
Adrián Rizzo cayó unos centímetros enfrente de su hijo, ese era una de las cosas que tanto quería evitar. No quería que Daniel lo viera morir, mientras que a la vez Miller soltó al niño y puso su vista en dirección a Lombardi.
—No te asustes... vas a estar bien, tu abuelo no te dejará sólo, quiero que me escuches. No cometas los mismos errores que tu Padre, no decepciones a tu Madre como yo lo hice y sobre todo no uses mi apellido.
Es una maldición, pero se que algún día lo vas a comprender, quiero que hagas que tu Madre se sienta orgullosa, hazlo por los dos.
Gabriel nunca se había sentido tan impotente, podrá ser un criminal. Pero nunca asesino a nadie enfrente de un niño, eso era una de las cosas más bajas que pudo hacer Miller.
Observó a Raffael querer acercarse a él, pero le hizo una señal para que se detuviera.
—¿Esto era necesario Jhon? Eres un maldito bastardo.
—No estas en posición de hablar, eres igual de desgraciado que tu padre, ambos aumentaron su fortuna a base de nosotros ¿Cómo explicas que tú familia está mejor posicionada que las otras 4?
—Trabajo duro, pero siempre nos encargamos de compartir nuestros métodos con ustedes. Si no los ponían en práctica no era nuestro problema.
—No cometeré el mismo error que con tu padre, acabaré contigo justo ahora, esta vez no abra errores.
—¡¿Quién diablos te crees qué eres para hablar de mi padre?! Mereces morir tanto como yo, es solo que al menos no soy tan cobarde como tú.
—¡Entonces nos vemos en el infierno!
«Sobrevivir a un disparo es cuestión de suerte y a varios es una especie de milagro», depende como tu cuerpo reaccioné a ello.
Era hora de revisar el estudio de Adrián, necesitaba ver como era posible que su poder estuviera regresando. Quería saber que modelo de negocios rentable había escogido, hace tiempo habían hablado de ello, pero ninguno dijo exactamente cual era. Solo estaba seguro que el negocio de los Lombardi debía ser el mejor.
Para Raffael no había sido fácil ver como su prometido caía ante sus ojos, finalmente Miller se había ido, por lo que de inmediato fue a ver el estado de Lombardi.
El sonido de las balas de seguía escuchando, tal vez estaban luchando por tomar la fortaleza de los Rizzo.
—No puedes salir con honor de la Mafia, solo hay dos formas de terminar. Aún sin embargo quise cambiar eso, rompí cada parte del manual de un capo, me enamore y supongo que este es el precio.
—Saldremos de esto, tienes que resistir mi amor, prometiste casarte conmigo ¿Recuerdas? Por favor quédate conmigo.
—Nunca olvides que te amo, tú te mereces algo mejor que esto. Solamente quiero que seas feliz, eres especial cariño y podrás lograrlo sin mí, se que será de ese modo.
Cada vez iba perdiendo más la conciencia, «un capo sabe cuando va a morir» y su hora finalmente había llegado. Escucho la voz de Sergio hablarle a Raffael y con eso se quedó tranquilo sabía que su hermano lo protegería.
También la gente que custodiaba a Fabrizio probablemente ya había llegado, era un consuelo antes del fin, alguien había logrado derrocar al rey.
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