L - El Adiós De Un Capo
Esta era la primera noche sin tener a Raffael cerca, la habitación se sentía más sola de lo habitual. No le hacía nada bien quedarse sólo, empezaba a culparse del pasado y de lo que pudo haber hecho.
Tres meses habían pasado desde que salió del hospital, pero no podía evitar sentirse patético, esta noche debía ser la más emocionante por que mañana se casaría, pero en lugar de eso estaba llorando hasta el cansancio.
No supo en que momento se quedó dormido, pero ahora vislumbraba la casa de sus padres, la que abandonaron en cuanto murió su madre. Después de ahí ocurrió el descenso de su padre a la soledad, se vió obligado a contar solamente con su hermano menor, eran ellos dos contra el mundo.
Le pareció ver a lo lejos la silueta de Sergio, debía tratarse de un sueño más, pero aun así deseaba alcanzarlo y de ser posible marcharse con él.
—Hey hermanito ¿Me extrañas? No quiero quedarme aquí, ya Papá ha esperado demasiado, parece que finalmente Rizzo pudo cerrar el ciclo, pero tú no ¿Verdad? No tengo nada que perdonarte —suscitó con voz suave mientras las lágrimas de su hermano mayor descendían por su rostro—, no gastes tiempo pensando en que pudo haber pasado, todo esta predestinado a pasar.
No pudo evitar abrazarlo, fuera real o no se sentía demasiado cálido.
—No quiero quedarme sólo.
—Siempre voy a cuidarte y Papá también. No te tortures más, debes dejarme ir, tienes todo para ser feliz. No es tu culpa... yo iba a morir de todos modos, no puedes cambiar eso ¡Estoy seguro qué no querrás soñarme a diario! Estaré jodiendote a diario si no me dejas descansar.
—¿Cómo podría molestarme soñar con mi hermano menor?
—No es sano para ti y no es sano para mí. Te quiero hermanito y siempre estaré contigo aunque no puedas verme.
—Eres y serás mi adoración Sergio, sabes que te quiero, toda la vida fuimos solo tú y yo, espero que siga siendo así.
—Te deje algo en mi habitación, espero que lo uses. No podía irme sin antes felicitar a mi hermano mayor.
Creamos un monstruo Gabriel, uno que sabe usar mejor mi arma, me siento algo ofendido, pero se que probablemente nos supere a ambos —rió—, sin embargo de algo estoy seguro y es que ese monstruo va cuidarte igual o incluso mejor de lo que lo haría yo. Ten una linda boda.
Dejo de sentir a su hermano, no podía evitar sentirse destrozado por dentro. Sergio era toda su familia, todo lo que quedaba de los Lombardi se reducía solamente a ellos.
Estaba más vulnerable que nunca, solamente deseaba morir, se había recostado en el suelo, no quería saber de nadie más.
Aquello cambio cuando escuchó la voz de alguien familiar.
—Este no es el formidable Jefe de la Familia Lombardi que forme.
—¿Papá?
—Estarás bien, se que podrás hacerlo tal como hasta ahora, estoy orgulloso de lo que haz logrado Gabriel, serás un capo mejor de lo que alguna vez fuí.
No hay nada que temer pequeño, no estas sólo... ni lo estarás.
—No quiero casarme.
—¿Por qué?
—No quiero terminar como tú ¿Qué sentido tiene amar a alguien que tarde o temprano perderás?
—Mori de una enfermedad, no por el resultado de la vida que lleve.
Respecto a mi vida privada —suspiró—, personalmente ame a tu madre hasta el final de sus días, siempre vele por ella y la protegí hasta el final, se que fuimos felices el tiempo que duró.
El amor a veces es fugaz, pero vale la pena vivirlo, es preferible a preguntarte lo que hubiera podido suceder.
La vida se trata de momentos, no de preocupaciones de lo que pasará el día de mañana. Jamás serás feliz si no vives el presente, dejá ir el pasado de una vez por todas.
Mi vida no es un manual a seguir, ni la de nadie tampoco lo es.
Y no solamente eso, debes entender que cada persona elige su destino y yo viví el mío como quise.
No quería mirarlo a los ojos y no sabía por que, la imagen de los últimos días de su padre no era un buen recuerdo. Tampoco deseaba sufrir del mismo modo que él, solamente tenía miedo del futuro, trataba de entender el momento en el que se volvió tan cobarde ¿De verdad dejaría ir a Raffael por miedo? Él era el primero de quién de verdad se había enamorado, después de conocer a tantas mujeres encontró el amor verdadero en un hombre.
—¿Y qué hay de Fernando Rizzo?
—Fue un amor distinto, solo que nadie ocupó el lugar de tu madre, ella siempre fue hermosa por dentro y por fuera, hablábamos de todo, no existían secretos entre nosotros, la comunicación lo es todo en una relación si es que quieres que perdure. Si pudiera elegir a alguno de los dos... me quedó con Stella, por que ella es y será mi vida entera, todo era más bello cuando ella estaba a mi lado.
El amor no tiene que ser perfecto y Fernando Rizzo es la prueba de ello, todo hubiera sido más fácil si no hubiera querido "asumir y arreglar las cosas a su manera" ¿Sabes qué tantas lágrimas nos hubiéramos ahorrado? A mí nunca me importo el poder, hubiera dejado todo por él o por Stella en su momento.
Si tienen un problema hablenlo, si algo esta mal dilo, pero jamás trates de decidir por ambos, nunca lo hagas.
Te ahorrarás muchos problemas de ese modo, no tienes que demostrarle nada a nadie, vive por ti y no por los demás.
En mi caso si hubiera estado en la situación de Fernando —hizo una pausa, era un tema que a pesar del tiempo seguía doliendo—, antes le habría pedido abandonar Italia.
Hay que vivir sin temor al pasado y sin temor al futuro, no ganas nada encerrándote en un cascarón.
—No tienes que mentirme, de verdad lo entiendo ¿Aún lo amas?
—Sí, pero no puedo dejar a mi hijo sólo, tengo que mostrarle el camino.
Pero ame a tu madre el tiempo que duró, ella fue lo mejor que puedo haberme pasado.
No cometas el mismo error que Fernando y asumas lo que crea Raffael, no sabes el dolor que se siente cuando la persona que amas se aleja de ti sin saber por qué.
Por favor no seas tan egoísta como Rizzo, si caen que sea juntos.
Si quieres tomar algún ejemplo que sea el de tu madre, ella fue la única mujer que me amó hasta el final, su amor era verdadero y tan puro que estaba dispuesta a hundirse conmigo, nunca hubo secretos, adversidades muchas, pero de algún modo lograbamos superarlo.
Nunca estarás sólo mi sol, voy a estar contigo, no podría abandonar a ninguno de mis hijos.
Mi amor eterno serán ustedes dos, son el mejor regalo que pudo darme Stella.
—Odio que al final no hayas sido feliz.
Fuera real o no lo abrazó, nunca había sentido tanto amor y tranquilidad.
—No hubo mejor final que estar rodeado de mis dos hijos, pero descuida que al fin voy a poder ver a tu madre, estoy seguro que sigue igual de hermosa que siempre.
Le contaré lo formidables que se volvieron tú y Sergio, estará de acuerdo en que ambos me han superado totalmente.
Yo no podía perderme el día más especial de mi pequeño, estoy orgulloso de ti, te amo tanto, lamento no haber sido un mejor padre... pero siempre los ame con toda mi alma.
—Siempre fuiste el mejor.
No había más dolor, todo se había ido, aquel abrazo tan cálido permanecía, no quería que se fuera. Finalmente se sentía completo, su familia imperfecta otra vez estaba reunida y la sonrisa de su hermano pequeño era lo mejor que podía pedir.
—Es obvio quien es el hijo preferido.
—¡Por favor Sergio! ¡Claramente soy yo! Por algo soy el Jefe de la Familia Lombardi y eso seguirá siendo así.
—Los amo a los dos por igual.
Probablemente hoy sería uno de los mejores días de su vida. No faltaba mucho para casarse con el hombre que amaba.
«Una fuerza que rompía todos los límites de la fatalidad, solo esperaba encontrar la redención el día de su muerte»
Todos los deslichados y condenados estarían juntos otra vez, recorrerían eternamente el tribunal de las almas en familia, solo sabía que no vagaria sólo hasta llegar al sitio participe de su destino.
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