IX - Reunión

Gabriel no había perdido la cabeza como Sergio argumentaba, en lo absoluto iría a la guarida de los Rizzo.
Sería en un lugar ajeno a cualquiera de los dos, en el territorio de otro miembro de las 5 familias.

Todo sería mediado por Jhon Miller, sin armas, ni objetos peligrosos.
Además que todos serían registrados al entrar y los aliados de cada familia quedarían fuera.

Solamente permitirían a uno y sería quién revisaría al enemigo contrario.

El viaje había sido largo, pero ambos capos ya se encontraban en territorio de la familia Miller.
Adrián Rizzo era el descendiente directo de Bruno, elegido como sustituto desde hace tiempo. Se rumoraba que la propia familia Rizzo planeaba eliminar a Bruno por sus malas decisiones.
Además se pensaba que le tenía guardado cierto rencor por el tema de su esposa Eliza, quién falleció por un bien necesario y ninguno de los Rizzo quiso hablar al respecto.
Pero Gabriel sospechaba que Adrián creía que la Familia Lombardi era culpable de esa catástrofe.
Algo bastante alejado a la realidad, no tenía ningún rencor hacía el mejor de los Rizzo, con el único que había tenido problemas era con Bruno.

Era difícil descifrar esos ojos onix tan profundos como los de Adrián.

Él fue el primero en ser revisado por Ryan Baker, perteneciente de la familia Lombardi.
Mientras que Gabriel fue revisado por Bert Sanders, perteneciente a la familia Rizzo.

Simplemente faltaba Miller, el anfitrión de la reunión, Gabriel lo miro con ojos interrogantes.

—Creo que es bastante justo que también seas revisado Jhon y que pasen los dos hombres de confianza de cada familia a revisar.

—Estaba pensando en sugerir lo mismo ¿Qué interés tienes en resolver este conflicto?

—La Mafia no es un grupo de pandillas señores, el renombre de la institución no puede caer en deshonra por un conflicto que puede resolverse.
No tengo problema alguno en someterme a una revisión, mi casa es su casa.

Cuando los capos vieron que todo estaba en orden, decidieron pasar sin antes darse la mano por simple protocolo.
Finalmente Gabriel conoció al que estaba detrás de todos los ataques contra él y su familia.

—Estoy seguro que eres el más interesado en esta reunión. No voy a detener absolutamente nada hasta que estemos a mano.

—Yo no soy él que a perdido más gente —respondió con seguridad—, no me molestaría seguir con esta guerra.

—Con la ayuda de la policía cualquiera ¿Crees qué no sé que tú estas detrás de cada detención?

—Me creo bastante capaz de hacer las cosas por mí mismo, tanto que no he tenido ninguna especie de temor por participar directamente en una lluvia de balas. No soy la clase de Jefe que se esconde detrás de su familia.

Miller tuvo que intervenir, podrían no estar armados pero si eran capaces de agarrarse a golpes.
La razón de la reunión era para resolver el conflicto, no para agravarlo.

—Todos acá somos concientes que esto no nos conviene, arreglemos esto como personas civilizadas.

—Ya he dicho lo que tenía que decir, esto no sé resuelve hasta que estemos a mano. Y quizás lo reconsidere.

—Que siga la guerra entonces.

Gabriel mando llamar a Ryan, por que al parecer había sido una perdida de tiempo ir hasta aquel lugar.

Mientras tanto Raffael estaba sumido en sus pensamientos, las palabras de Sergio resonaban fuertemente en su cabeza. Y por otro lado quería confiar en que Gabriel estaba en lo correcto, tanto tiempo siendo capo él probablemente sabía lo que estaba haciendo.

Estaba totalmente distraído cuando Sergio le hablo.

—Oye ¿Lo habías visto? ¿Qué me dices sobre esto?

—Es la dirección del Instituto dónde trabajo.

—Hay otra hoja firmada por ambas partes ¿Tú estabas enterado?

—En lo más mínimo, lamento no ser útil en esto, pero desconozco mucho de los asuntos de Gabriel.

—Parece que estas bastante cómodo con su manera de vivir ¿Hay algo entre ustedes?

Raffael se comenzó a sentir incómodo, no tenía la manera de responderle esa pregunta.
En realidad no sabía si tenía algo con Gabriel, simplemente podía sentir una especie de tensión cuando estaba con él. Estaba seguro que si el capo se lo hubiera propuesto ya tendrían algo más.

No era lo suficiente fuerte para detener ese sentimiento que se presentaba cada que lo veía.

Se excusaba creyendo que tal vez era la adrenalina, él era alguien peligroso, con el suficiente valor para conquistar a cualquiera.
¿Él era uno más del montón? Seguía preguntándose por que lo escogió, le daba miedo ser utilizado.

Solo esperaba que regresará para abrazarlo y decirle lo preocupado que estaba por él.

—Soy un simple profesor... nada más, en el momento que acabe esta guerra yo regreso al sitio al que pertenezco.

—Una vez que entras a la mafia es difícil salir ¿Por qué crees que tú saldrias bien librado? Y aun más importante ¿Crees qué Gabriel lo permitirá?

—Ese fue el acuerdo al que llegamos, tal vez deberías consultarlo con él.

—Mi hermano no suele hablarme de sus asuntos personales, mucho menos de lo que le pertenece.
Dudo que deje que te vayas, nunca deja ir lo que le importa.

No quería pensar en ello, prefería dejarselo al destino.
Había decidido que se dejaría llevar por su instinto, sucumbir a sus deseos... por que sería una experiencia que no se volvería a repetir.

Gabriel Lombardi era un misterio total, comenzaba a sentir cosas y no debía ser así.
Por que probablemente al terminar la guerra con los Rizzo entonces él debía regresar a su vida normal y no era lo que quería.
Eso no importaba ahora, solo quería que el capo llegará seguro y aceptar lo inevitable, volvería a su monótona vida. Lejos totalmente del hombre que le hacía despertar un sin fin de sensaciones.
Hace tiempo que había dejado de sentirse tan vivo, sin duda Gabriel Lombardi cambió totalmente eso.
Sus ojos azules eran una dulce perdición, la cercanía lo estaba matando, que solía preguntarse cuanto más podría aguantar lejos del capo, algo estaba mal con él.

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