Prólogo

EL AURA ENFERMIZA de perfección invadía cada rincón, sofocándome debido a las miradas nauseabundas. Me removí incómoda, tirando del borde de mi camiseta como si me estuviera tapando más a mí misma. Parte de mí prefería el olor acre de sudor y el intenso hedor corporal en vez de las miradas que me juzgaban.

La chica delgada detrás del mostrador era igual de impecable, cada curva de su cara como si estuviera diseñada por ordenador tal y como una querría ser. Me hizo querer agarrar el teclado que tenía frente a ella y lanzárselo a la cara. No era su culpa ser guapa, pero tampoco la mía ser fea. Aquellas que son guapas se quedan guapas, aquellas que son feas se quedan feas. Un pequeño golpe en su mejilla no afectaría.

Alzó la mirada hacia mí, con una de esas sonrisas perfectas que podrías decir que son demasiado falsas. "¿Tiene alguna idea sobre el número de sesiones que podría ser capaz de hacer?"

Me mordí el labio inferior. "¿Cuánto serían tres sesiones?"

Los precios hicieron que la idea de golpearla con el teclado fuera más agradable. ¿Para qué pagar tanto por algo que la mayoría de las veces no funciona?

De todas maneras, al recordar el consejo de mi doctor y el descontento de mi novio, me forcé a mí misma a creer que podría lograrlo. Conseguiré un segundo trabajo si es necesario. Todo lo que sea posible para hacer sentir a gusto a los que me rodean, hacerles querer permanecer a mi lado.

"Ya está inscrita," dijo con voz alegre. Me ofreció otra disgustosa y falsa, aunque preciosa, sonrisa. "Se le asignará un entrenador en un par de días. La llamaremos al móvil y el entrenador contactará con usted mediante email."

Después de asentir, no creo que haya salido más rápido de un lugar con aire acondicionado en mi vida. Literalmente, considerando que la última vez que salí corriendo de un lugar fue cuando la librería tenía una edición limitada de la colección de libros que leía con tanta ansia, o cuando me di cuenta de que nos habíamos quedado sin Little Debbies*. El supermercado no tenía ni idea de que una ballena estaba a punto de varar en su local antes de sumergirse de nuevo en el océano.

En otras palabras, la típica chica gorda muriéndose por comida basura antes de tirarse al sofá y ver la tele.

Pero iba a cambiar. Tenía que cambiar. Si no lo hacía, probablemente perdería todo lo que jamás haya conocido o amado. No estaba preparada para dejar atrás mi antigua vida. Tenía que lograr cambiar porque si no me iba a hundir. Había una pequeña rama asomando por un acantilado y yo me estaba sujetando a ella.

Aunque muy lentamente, se estaba rompiendo.

☆☆☆☆☆☆☆

*Little Debbies son como unos bollitos de chocolate que se venden en EE.UU.

Novela original escrita en inglés por juliaxwrites

Comentad, votad, difundid.

All the love, A.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top