Capítulo 5

ME APARTÉ UN mechón de pelo de la cara, juntando todos los carros en línea y llevándolos a la entrada. Una vez colocados, me agarré el pelo y lo eché hacia atrás. No tenía una redecilla, y francamente no me gusta mi pelo recogido. No en público, al menos.

Chelsea, una compañera, me llamó para ayudar a una mujer mayor a llevar su compra. Puse mi mejor sonrisa, incluso intenté tener una conversación. Era sinceramente muy dulce y no podía parar de hablar de sus nietos. Ellos eran la razón por la cual había comprado tantas cosas, después de todo. E incluso, cuando los precios siguieron aumentando, la mujer seguía sonriendo.

"¿Le importa si le ayudo, señora?" pregunté, como me pidieron en el trabajo o sino no lo haría. Significaba más tiempo para decir que la persona tenía necesidad de juzgarme.

"Oh, claro cariño. Estas piernas viejas no son tan fuertes como solían ser," dijo, entonces volvió a sacar el tema de la cantidad de niños que la rodean constantemente.

Sostuvo mi brazo mientras andábamos, y la pobrecita apenas podía moverse a un paso normal. Señaló su coche con un dedo tembloroso, impactándome que estaba bastante lejos. Esperaba que lo tuviera en un espacio reservado. Debió haber leído mis pensamientos porque dijo que era innecesario ocupar un espacio que alguien podría necesitar de verdad.

No me molesté en sacar el tema de que ella lo necesitaba por ser una mujer mayor, seguro que habría ignorado mi comentario. Definitivamente no parecía ser el tipo de persona que deja que los años le pesen. Así que me mantuve en silencio y la ayudé a dejar las bolsas en su camioneta 2002 Buick Century. Un coche típico para ''gente mayor'', como dijo ella.

"Me recuerdas a mi sexta nieta," me dijo con una sonrisa brillante, entrecerrando tanto los ojos que apenas podía verlos. "Muy callada, muy educada, pero muy firme. Dime, ¿cómo te va, querida?"

Un poco sorprendida, trabé las palabras. "Oh, bueno, me va...me va bien, supongo."

Su frágil mano se apoyó en mi hombro, donde dio un golpe gentil. "Un día sonarás más segura de ti misma con la respuesta."

Todavía ligeramente sorprendida, no pude pensar en una respuesta lo suficientemente rápida. Ya estaba en su coche y yo me estaba apartando del camino para que pudiera salir. Me guiñó un ojo cuando pasó por mi lado, así que la despedí con la mano, manteniendo sus palabras cerca de mi corazón.

Un día.

Con una sonrisa en mi cara, llevé el carro de vuelta al supermercado. Me recogí el pelo con las manos dejando correr el aire por mi cuello, suspiré de alivio por el frescor. Hacía calor hoy, pero estábamos a mediados de Septiembre. Quería tiempo de suéter, chocolate caliente y lumbre. Se estaría más o menos a gusto en la calle si no te derritieras bajo el sol.

"La mayoría de las mujeres prueban una cosa llamada coleta," dijo una voz familiar. "Quizás podrías problarlo."

Me giré para mirar a Harry, mi pecho se oprimió. Me imaginaba que acabaría apareciendo tarde o temprano, pero fue más pronto de lo que me gustaría. No quería hablar con él. No quería que siguiera mintiéndome, que siguiera actuando como si supiera por todo lo que he pasado. Era un falso como todos los demás, y le odiaba por ser tan bueno en ello.

Alzando mi barbilla un poco más arriba, empecé a alejarme de él. Le escuché suspirar antes de que sus pasos siguieran los míos, y empezó a hablar al instante.

"No viniste el miércoles, ni hoy, y me preocupé. Lo siento si te molestó lo que dije, Delilah. De verdad que lo siento. Estaba esperando que vieras tu situación desde una perspectiva diferente y..." Cortó la frase porque había dejado de caminar.

No estaba equivocado. No fui a la sesión del miércoles y me salté la de hoy. Todavía estaba frustrada con lo que ocurrió en la sesión del lunes. Se había vuelto demasiado cotilla, demasiado gallito. Estaba leyéndome como si fuera un libro abierto y no me gustaba. No le estaba permitido hacerlo. Nunca le di el permiso para buscar las respuestas que aparentemente estaba desesperado por encontrar.

No comprendió que no había respuestas. Él tenía preguntas, pero no significaban nada. ¿Por qué tenía preguntas? No tenía que preocuparse, no por mí. Especialmente por mí. Simplemente yo era su próxima víctima cuya autoestima era inexistente, y podía tomar ventaja de eso. No le importaba. Estaba manipulándome. Yo sabía que lo hacía.

"No hay otras perspectivas desde las que mirar," dije, todavía sin enfrentarle. "Y si las hubiera, no es de tu incumbencia."

"¿Por qué está mal que me preocupe por ti?" preguntó, sonando frustrado, a la vez que determinado. Como un niño pequeño del que abusan que estuviera a punto de llorar pero se niega a ser expuesto. Pero sobre todo, sonaba exasperado. ¿Por qué no habría de estarlo? Todo el mundo estaba irritado conmigo.

"Deja de fingir."

Podía imaginármele pasando sus manos por su pelo. "Delilah, no estoy fingiendo. A pesar de lo que puedas pensar—"

Girándome para estar cara a cara, contesté. "¡No, para! A pesar de lo que puedas pensar, no soy estúpida, Harry. Sé cuándo la gente está manipulándome y tú solo eres...tú solo eres..."

¿Por qué era tan difícil decirlo en voz alta?

Harry miró a nuestro alrededor, a las pocas personas que se giraron para mirarnos. Cuidadosamente agarró mi muñeca, cautelosamente tirando de mí hacia la calle. Me aparté de él tan pronto como estuvimos fuera del alcance auditivo de los demás. Mi pulso estaba acelerándose y mis dedos estaban entumecidos, estaba sofocándome. El aire fresco me rodeaba aunque estaba siendo arrastrada por un agujero negro, para nunca más ser vista.

"¿Qué soy, Delilah?" preguntó en voz baja, mirándome fijamente a los ojos como si estuviéramos intercambiando secretos peligrosos.

Empujé su hombro, pero solo fue un débil movimiento. No quería herirle, incluso aunque estaba mintiéndome. Incluso aunque seguía fingiendo y fingiendo. No apartó la mirada y yo me despreciaba por no ser capaz de apartar la mía.

"Te lo dije el otro día," susurré. "Estás actuando. Estás esperando a...a humillarme cada vez que se presente la oportunidad. Eso es lo que la gente como tú hace. Menosprecias y aplastas a todo el que no es suficientemente bueno y..." tragué para deshacer el nudo que se estaba formando en mi garganta. No seas patética. No le des nada más que pueda usar en tu contra.

"Me conoces de más de un mes," dijo. "¿No crees que una de esas oportunidades habrían llegado ya?"

"No, y eso es por lo que empezaste a ser tan cotilla. Ganar más conocimiento y así poder hacer un gran show," escupí las palabras, finalmente rompiendo el contacto visual. Sus ojos parecían mostrar importancia, pero mentían.

"¿Y, honestamente, crees que soy de ese tipo de personas?"

No respondí.

Harry usó su dedo índice para, gentilmente, hacer que mi cara se enfrentara a la suya. Ahí estaban esos ojos llenos de serenidad, rompiéndome en cuanto los vi. Mirarnos por tanto tiempo dolía, todo lo que podría pasar si no estuviera actuando...

Mi corazón latía rápido todavía, mis dedos se entumecían cada vez más, el nudo de mi garganta crecía. Las lágrimas se acumulaban en mis ojos y mi garganta se cerraba. El aire se escapaba de mí y me estaba entrando pánico, me estaba sofocando y cayendo por un agujero negro cada vez más rápido.

Él estaba aquí y me estaba mirando fijamente, tan amable y preocupado. Quería con todas mis fuerzas que eso fuera cierto, pero sabía que solo era un truco. No le importaba. No podía importarle. Solo era una mera clienta haciéndole ganar dinero, eso es por lo que se preocupaba. No quería perder dinero. No se preocupaba por mi existencia.

Justin no estaba aquí, pero podía sentirle mirándome también. Sus ojos tan crueles y tristes y yo era la causa de ello. Yo era un fallo, un fracaso, un intento fallido de novia. Un intento fallido de ser humano. Quería que se preocupara por mí, necesitaba que lo hiciera. Estaba cayendo y él no me estaba agarrando, no estaba incluso intentando alcanzar mi mano. Me estaba dejando ir, y día a día la distancia entre nosotros crecía.

Necesitaba empezar a prepararme para cuando tocara fondo porque me estaba acercando cada vez más, más y más, inevitablemente.

Debí de haber perdido el equilibrio porque Harry tenía sus brazos a mi alrededor. Estaba hablándome, con una mirada de preocupación en esos hermosos ojos. No podía escucharle. Mi cabeza estaba prácticamente sumergida, hundida, sofocada y muerta. Justin con su mano alzada, Harry con sus mentiras, mi estómago con un hambre doloroso. ¿Cuándo fue la última vez que comí? No podía recordar.

Estábamos en el suelo ahora, mi pecho me pesaba incontrolablemente. Mis manos estaban temblando y Harry las agarró, como si eso ayudara en algo. Probablemente lo haría si no hubiera estado negándome a rendirme, a dejarle ganar. No perdería otra batalla.

Harry preguntó si debería llamar a una ambulancia. Creo que sacudí mi cabeza en negativa. No reprochó y lo agradecí. Simplemente se quedó a mi lado, con un brazo alrededor de mis hombros y la otra mano acunando la mía. ¿Qué estaba haciendo? Le estaba dejando ganar. ¿Cómo podía permitir eso? Necesitaba alejarle de mí y recomponerme.

Un hombre y una mujer se acercaron, con la misma mirada de preocupación en sus ojos. Me di cuenta entonces de que todo el mundo fingía, y todo el mundo era bueno en ello. Estaban engañando a mucha gente, e incluso yo me alcé cuando Harry me rodeó con sus brazos. La desesperación por la sinceridad era abrumadora, pero sus disfraces no me engañarían. Tenía que ser más fuerte que eso.

Cuando mi respiración volvió a la normalidad una vez más y mis manos cesaron de temblar, me las apañé para apartar las lágrimas de mis ojos. Los tres me miraban con falsa preocupación, era doloroso.

"¿Estás bien?" preguntó la mujer cuyo pelo le llegaba hasta la barbilla, presionando su mano contra mi frente, como si estuviera revisando por si tengo fiebre.

Moví mi cabeza a un lado alejando su mano. "Estoy bien. Gracias."

"¿Necesitas algo?" preguntó el hombre.

"No, pero gracias por preguntar."

La pareja intercambió miradas, hablaron con Harry y conmigo un rato más antes de entrar al supermercado. Harry me ayudó a levantarme y no dejó de mirarme, como si supiera que estaba al borde de desmoronarme. Eso era lo que él quería y no podía dejar que pasara. Enfrentarme a él no había funcionado, así que ahora me tocaba actuar a mí. Engañar al mentiroso, jugársela al impostor. No le daría la satisfacción de ganar.

"¿Es por algo que dije?" su voz era apenas audible. "Lo siento, Delilah. No sabía...no sabía..." frunció sus labios, con sus ojos perforando los míos. "¿Seguro que estás bien?"

"Aún sigo viva, ¿no?" intenté sonreír con mis palabras y esperaba que le convenciera.

Harry no parecía tragárselo. "Eso fue... ¿un ataque de pánico?"

Me encogí de hombros. "Los tengo de vez en cuando."

"Actúas como si no fuera nada."

"Mucha gente los tiene—más fuertes que yo. No voy a hacer una montaña de un grano de arena."

Empecé a alejarme y me tropecé, un sordo latido se formaba en la parte trasera de mi cráneo. Harry sujetó mi codo para impedir que me cayera, pero no le dejaría dar otro paso. Su actuación debe acabar tarde o temprano. ¿Cuánto más me soportará antes de rendirse?

"¿Cómo puedo hacer que confíes en mí, Delilah?"

Pestañeé un par de veces y le di un ligero movimiento de cabeza. "No puedes conseguir que confíe en ti, Harry."

Sus verdes ojos buscaron los míos durante mucho tiempo. Me obligué a no rendirme, a mantener la compostura, a mantenerme en mi lugar. No ganaría. Él no podía ganar. Y aun así, seguía sorprendiéndome. "¿Podemos comer mañana juntos?"

"¿Tienes que buscar otra vez a Desiree?"

Sacudió su cabeza. "No. Sólo tú y yo."

Tragué, me dio una punzada en el estómago y mi dolor de cabeza acrecentaba. "¿Esto es una especie de truco?" Suspiré. No pretendía decirlo en voz alta, pero Harry lo escuchó.

"No," dijo. "No es ningún truco. Sólo tú y yo comiendo juntos. No hay nada de truco en ello. Además, te saltaste dos sesiones. Creo que me debes una." Sonrió. ¿Me estaba tomando el pelo? ¿Usar la psicología inversa para hacerme pensar que un truco no es un truco?

No sigas pensándolo. Juega tu parte.

"De acuerdo," le dije. "Pero con dos condiciones: no puedes ser cotilla y no puedes mentirme."

Su sonrisa se torció y rió, sonó como una especie de alivio. "Bueno, podrías al menos haber puesto unas condiciones más difíciles."

☆☆☆☆

Novela original escrita en inglés por juliaxwrites

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