Capítulo 4
YO SEGUÍA FALLANDO. Un día perdía un kilo y al siguiente ganaba tres. Era un continuo ir y venir al mismo tiempo y no era beneficioso. Mis ánimos de seguir seguían derrumbándose. Harry seguía animándome, Justin seguía hiriéndome. Haciéndome daño en un instante y al siguiente diciendo que sabía que podía lograrlo.
¿Por qué me estaban mintiendo?
¿Por qué me estaba mintiendo a mí misma?
Hasta un ciego podría ver lo gorda que era y un sordo podría escuchar la madera crujir con cada paso que daba. Ya casi han pasado tres semanas desde que empecé el entrenamiento. Harry dijo que cambiar llevaba tiempo, pero me estoy quedando sin él. Lo sabía porque Justin se avergonzaba más que sentirse orgulloso. Solo era cuestión de tiempo antes de que se rindiera completamente. No podía perderle. No después de siete años juntos. Necesitaba que esto funcionase. Lo necesitaba.
Durante el comienzo de la segunda semana con Harry, vimos al chico del parque corriendo. Su transformación fue asombrosa. La vieja y ancha camiseta que vestía era incluso más ancha y se había comprado nuevos pantalones. Su cara ya no era rechoncha. Ya no se cansaba a mitad de la carrera por el parque. Solo paró a descansar una vez y fue cuando se marchaba.
Él estaba cambiando--¿por qué yo no?
"¿Estás siguiendo el plan nutricional?" Harry me había preguntado más tarde cuando expresé la frustración que tenía conmigo misma.
Odiaba admitir que lo seguía, pero no al completo. Debería haber dejado la comida basura, pero vivía en una casa repleta de ella. Era terriblemente difícil entrar en la cocina y preparar una comida saludable mientras ves brownies y galletas y patatas cuando abres los armarios. Comí lo que me planeó en la dieta. Sin embargo, comí un poco más de lo que debía.
Pero eso no debería ser el por qué no he cambiado. En el supermercado, ayudaba a llevar la compra de la gente a sus coches. Iba por las escaleras a la oficina. Tomaba el camino más largo alrededor del supermercado para llegar a un pasillo en especial simplemente para hacer más ejercicio.
Todo era una mentira. Todo.
¿Qué había hecho para hacer que todo el mundo quisiera mentirme?
Me quedé de pie mirando mi reflejo en el espejo, recién salida de la ducha con solo mi sujetador y mis bragas. Mi cara era demasiado cuadrada, mis brazos demasiado fofos, mi estómago demasiado gordo, mis piernas demasiado gruesas, e incluso mis pies demasiado anchos. Ojalá pudiera arrancarme todo esto. Eliminarlo en un instante. ¿Cómo podía la gente resistirse a tener arcadas cuando me ven?
Finos senderos de sangre golpeteaban el suelo a la vez que Justin abría la puerta de casa. Debería haberme preocupado de que me viera así. En vez de eso, estaba entumecida mientras agarraba mi ropa y me metía al baño. Usé un trapo húmedo para deshacerme de la sangre, no sentía nada. Nada más que odio hacia mí misma.
No lloré, no temblé--simplemente limpié.
***
Harry no era estúpido. Captó que estaba distante en el momento en el que me acerqué a él en el parque la mañana del lunes. Teníamos un lugar de reunión. Justo bajo el roble de la mesa de picnic donde holgazaneé tras hacer abdominales. Donde me había dado el regalo de Desiree. Eso fue casi hace dos semanas, aunque parecía una eternidad o que ocurrió ayer. De todas formas fue hace mucho. Una extraña, aunque común combinación.
No dijo nada al principio. Intentó comportarse con normalidad mientras empezábamos a entrenar. Mientras corríamos, intentó iniciar conversación. Difícilmente podía mirarle. Todo lo que podía pensar era mi tripa mientras corría y cómo la gente debe haber estado riéndose. Harry me había dicho que no se fijaban en mí, pero no lo creía. Me mintió cuando me dijo que cambiar era posible para cualquiera.
Parte de mí era suficiente razonable como para saber que Harry estaba diciendo la verdad; sin embargo, mi otra parte irracional estaba convencida de que él solo estaba actuando. Ser amable con la chica gorda para así después destrozarla. Animar su corazón para así tener el placer de romperlo. Dijo que creía en mí, pero yo no creía en él. ¿Cómo podía hacerlo si yo seguía fallando?
"Venga, Delilah, para."
No le escuché, así que me agarró de la muñeca para detenerme. Me estremecí porque su agarre me recordaba demasiado a cómo Justin me empujaba cuando estaba frustrado. Justo ayer había vuelto a casa de mal humor. Él es suficientemente inteligente al no dejar marcas visibles, pero las invisibles son las que causan más daño.
El agarre de Harry era más suave, y lo deshizo tan pronto como mis pies dejaron de moverse. Apoyó su mano en su cadera, entrecerrando los ojos por el sol. "¿Estás bien?"
"¿Estás respirando?"
Suspiró. "Delilah, va en serio. No pareces tú."
"Estoy bien."
"Mientes mal."
"No quiero hablar de ello."
Mordió el interior de su labio inferior, frunciendo sus labios. Mantuvo su mirada un rato más, tuve que apartar la mía. Estaba demasiado preocupado. Demasiado curioso. Pues claro que quería más información. Quería aprovecharse. Quería más conocimiento para usar contra mí, para derrumbarme. No era diferente a Justin y a los demás, solo era mejor ocultando sus verdaderas intenciones.
Fuera de contexto, Harry hizo una pregunta. "¿Te hace daño?"
Todavía mirando al suelo, intenté sonar indiferente. "No. ¿De dónde te sacas esa idea tan ridícula?"
"Cuando te agarré la muñeca, te estremeciste."
"No lo hice."
"No es la primera vez que lo haces, Delilah."
"Solo me pillaste por sorpresa. Estaba inmersa en mis pensamientos."
Se calló. El único sonido que había era el de los pájaros piando, los patos chapoteando en el estanque, la risa de los niños. Incluso con todos esos sonidos de fondo, me estaba sumergiendo en el silencio. Agarré el borde de mi camiseta, arrastré mis pies y esperé que lanzara el tema. Mi labio inferior estaba sangrando de lo fuerte que lo estaba mordiendo, rogando porque no me interrogara.
No lo hizo.
Hizo algo peor--compadecerse.
"Solo quiero ayudar, Delilah. Quiero que sepas que puedes contarme cualquier cosa y yo te escucharé. Ya deberías saber que puedes confiar en mí."
No, no lo creo.
Harry ofreció una sonrisa débil, entonces asintió con la cabeza como gesto para continuar haciendo footing. Me quedé quieta por un momento, intentando averiguar cómo me sentía. No lo sabía. Ya no lo sabía. Para salvarme de agravar la situación, corrí hasta alcanzarle.
Cuando la sesión acabó, sentí cómo surgía otra conversación. Fui a beber agua a la fuente para evitarla. Cuando volví me encontré a Harry hablando por teléfono, justo colgó. Me miró mientras revolvía en su mochila.
"¿A qué hora tienes que estar en el supermercado?" preguntó.
"Dentro de dos horas o así. Son muy estrictos con los horarios."
"¿Estás libre para comer? Tengo que recoger a Desiree en el colegio por Gem. Ella quiere verte."
Harry me contó sobre Gemma, su hermana, la semana pasada. Ella tuvo a Desiree cuando era una adolescente y su novio la dejó. Le dijo que no tenía tiempo ni dinero para ocuparse de un bebé, y ella no se merecía todo el estrés que el bebé pudiera provocar en él. Ni siquiera estuvo en el hospital cuando Desiree nació, y Harry dijo que todavía no había contactado o intentado ver a las dos.
Me recordó a Justin. Si me hubiera embarazado, ¿se hubiera quedado a mi lado? Quería creer que sí. Era positiva con que él estaría a mi lado si todavía hubiera sido delgada. Ahora que parezco una morsa, mi mente no es así de positiva con esas grandes esperanzas.
Estaba impactada por la oferta de Harry. Nadie quería verme. "¿Estás seguro?"
Me miró como si pensara que estaba siendo ridícula. "¿Qué quieres decir con 'estás seguro'?"
No quería contestar, pero definitivamente estaba dejándolo pasar. Junté mis manos con nerviosismo, encogiéndome de hombros. "Yo...no quiero ser una molestia, eso es todo."
Harry se rió, sacudiendo su cabeza. "Si fueras una molestia, no te habría preguntado si querías venir. Además, seguro que tienes hambre después de haber corrido. Hemos dado casi cinco vueltas al parque esta vez. Estás avanzando, Delilah."
Otra mentira.
No estaba progresando. Estaba fallando. ¿Por qué tenía la necesidad de seguir mintiéndome?
Se colgó la mochila al hombro, alzando sus cejas hacia mí. "¿Vienes?"
"No creo que tu plan nutricional esté de acuerdo con esto."
"Muy graciosa." Rodó sus ojos. "Una comida no te va a matar. Simplemente no tienes que coger el hábito de comer comida basura todo el tiempo. ¿Por favor?" Era más una obligación aunque lo dijera en tono de pregunta.
Me preguntaba por qué se hizo entrenador en vez de actor.
"No tengo dinero para pagarme la comida," le dije. Era una excusa para prevenir la humillación, aunque era cierto.
"Soy un caballero, pagaré por ti."
"No quiero que--"
"Delilah, si no aceptas no me vas a dejar otra opción mas que arrastrarte a mi coche."
Fruncí el ceño. "¿Por qué quieres que vaya? ¿No me has visto lo suficiente?"
Las mejillas de Harry se enrojecieron ligeramente y apartó la mirada. "Pues claro que no," dijo casi en voz baja. "Me gusta pasar tiempo contigo. Y Desiree quiere verte."
Supongo que una comida no matará. No había comido alitas de pollo desde hacía mucho tiempo, y estaba definitivamente suplicando por ellas. Me sentí mal por hacer que Harry pagara por mí. Me hice una nota mental para devolverle el dinero en cuanto pudiera. También hice nota mental para disculparme más tarde por ser tan molesta. Sabía que mi mera presencia tendía a tener ese impacto, aunque de cualquier manera discutimos.
"Vale," dije.
Parecía sorprendido, pero sonrió. Le dije que iría y así podría ir a casa después y tomar una ducha antes de irme al trabajo. Recogió a Desiree del colegio y nos fuimos calle abajo. Mi corazón se hundió cuando lo vi. Era el mismo lugar al que el equipo de fútbol del instituto iba cada vez que ganaba un partido. El mismo al que Justin me llevaba constantemente.
Conseguimos una mesa en el centro, al lado del cristal. Podía imaginarme a mí hace tiempo con Justin y el equipo de fútbol y todo el equipo de animadoras. Todos sonriendo y disfrutando de la vida. Justin siempre sostenía mi mano cada vez que estábamos en público, como si el mero toque me hiciera desaparecer. Me hizo anhelar tanto el regresar en el tiempo, como para desear que eso ocurriera de nuevo.
Desiree estaba moviéndose de arriba abajo en la silla, enseñando a Harry el dibujo que había hecho en el colegio. Me contó que era una artista de diez y que todos los chicos en el colegio la decían que era mala pintando.
"Así que les dije que se preocuparan de sus propios asuntos porque no me importaba lo que pensaran." Dijo firmemente, cruzando sus delgados brazos sobre su pequeño pecho. "Dije que iba a vender todos mis dibujos y que se pondrían celosos porque sería famosa y ellos no."
A pesar del dolor que había estado sintiendo la semana pasada, pude hacer una sonrisa. "Esa es una actitud genial. Sueña en grande."
"Otro chico me dijo que los chicos son mejores que las chicas. Le dije que estaba equivocado porque tengo una camiseta que brilla y él no--"
Harry le dio un codazo en broma. "Solo piensas que eres el centro de atención, ¿no?"
"Mamá me dijo que me amara a mí misma," dijo.
"Deberías. Pero también deberías amar a todo el mundo," le dijo.
"Pero no todo el mundo me ama, así que, ¿por qué debería amarles?"
Pellizcó su mejilla. "Porque se supone que debes ser mejor persona, Des. Si alguien te dice algo malo, tú le dices algo amable. Eso hiere más que responderle de la misma manera."
Se encogió de hombros, dando un sorbo a su bebida. "Lo pensaré."
A Desiree le encantaba hablar. Habló mientras comía sobre cómo su madre no tuvo tiempo de hacerle la merienda esta mañana y el colegio sirvió ''comida de perro''. Habló sobre arte y sobre su color favorito, película, canción, clase y todo lo demás. Me gustaba escucharla. Estaba tan animada, tan llena de vida. Mi mayor deseo para ella era que siguiera comportándose así.
Me quedaban otros quince minutos más o así cuando terminamos, así que Harry y Desiree me convencieron para ir al parque con ellos. No sé por qué accedí, pero lo hice y me dije a mí misma que podría trabajar unas horas más para compensar, incluso aunque llegara a tiempo al supermercado. Sentía como que el gigante problema siguiendo a los dos al parque, la gran tormenta podría superar y no desaparecería, nublaría el día.
Harry empujó a Des en el columpio un rato antes de que una niña pequeña se acercara y pidiera montarse. Aparentemente, a Des le gustaba hacer amigos porque empezó a hablar con la niña al momento. Las dos siguieron hablando mientras jugaban, como si se conocieran de hace tiempo y no desde hace dos minutos.
Me senté en el césped a poca distancia y Harry vino a sentarse conmigo. Estaba arrancando hierba, jugando con ella antes de dejar que el viento se la llevase. Era extrañamente confortante.
"Matando el planeta," dijo Harry sacudiendo su cabeza y haciendo un sonido de tsk tsk. "Por dios, Delilah."
Podía sentir la mirada de Harry cuando no respondí, pero observaba la hierba volar de mi mano antes de coger más. Colocó su mano sobre la mía sobresaltándome, y por alguna razón no pude apartar la mano. Alcé la mirada, sus ojos llenos de preocupación y pena me hicieron querer gritar.
"Actúas muy bien," dije abruptamente, pensando en voz alta por accidente.
Pensé que vi una pizca de dolor en sus ojos, pero sabía que eso era también mentira. "¿Es eso lo que te pasa? ¿Estás siendo distante porque crees que estoy 'actuando'?"
"Sé que en verdad no te importo. No soy estúpida, Harry."
"¿De verdad crees eso después de todo este tiempo?," dijo.
"Ni siquiera te conozco de un mes. No tienes motivos para preocuparte por mí. Además, estoy con Justin. Vamos a hacer ocho años juntos en menos de seis semanas."
Por primera vez, vi a Harry frustrado. Su mandíbula se tensó y apartó la mirada de mí. Ahora era yo la que estaba mirándole fijamente, esperando a que hablara. Esperando a que admitiera que había estado actuando todo este tiempo. Esperando a que se levantara y me dejara en ridículo delante de toda la gente que había alrededor.
Nunca lo hizo. En vez de eso, volvió a mirarme y preguntó lo más típico: "¿Por qué quieres perder peso, Delilah?"
"Porque estoy demasiado gorda y--"
"No, ¿cuál es el principal propósito de que quieras cambiar?"
Sacudí mi cabeza. "Te lo dije el día que nos conocimos, que estoy haciendo esto por Justin."
Me dio una mirada que decía que se suponía que debiera entender, pero no lo hice. Así que preguntó. "¿No ves algún problema con eso?"
"¿Con querer hacerle feliz?" dije, confusa. "Pues claro que no. Le amo. Quiero que sea feliz y esté orgulloso de mí."
Se mofó un poco, agarrando su cabeza. "¿Por qué quieres cambiar para hacerle sentir orgulloso de ti?"
¿Cómo es que eso no era obvio para él?
"Mírame, Harry." Me señalé mientras él alzaba la mirada. "Soy asquerosa. Soy tan grande como tres de ti juntos. Soy fea y gorda. ¿Por qué se sentiría orgulloso de estar con alguien así? Tengo que cambiar para que me siga amando. Tengo que volver a ser como solía ser para así poder vivir felices de nuevo. Tengo la oportunidad de hacer las cosas bien con él."
Estaba sacudiendo su cabeza. "No, Dios, no. ¿Acaso no te oyes, Delilah? Te ha lavado el cerebro para que pienses que tienes que ser delgada para que alguien te ame."
Me enfadé. Me estaba presionando. Pensaba que sabía todo lo que había que saber, pero se equivocaba. No sabía nada de mí ni de Justin, sin contar lo que pueda pensar. No sabía la historia que tuvimos. No sabía cómo de profundo era nuestro amor, cómo de unidos estábamos. No sabía nada.
Me levanté. "Tú eres el único que me está lavando el cerebro. Sigues diciéndome que cambiar lleva tiempo, pero no tengo tiempo, Harry. Sigues diciéndome que mantenga la fe, pero no tengo fe. Y no voy a conseguir a Justin si sigo escuchándote. Todo lo que has estado haciendo es mentirme. Todo el mundo me miente, y estoy harta."
Empecé a alejarme cuando me gritó lo suficientemente alto para que le escuchara, "No soy el único que te ha estado mintiendo, Delilah."
☆☆☆☆
Novela original escrita en inglés por juliaxwrites
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