Capítulo 20
NO ME SENTÍA demasiado bien otra vez. Los pensamientos seguían cruzando mi mente como si estuvieran compitiendo en una maratón, y no importaba cuanto empeño pusiera, no podía pararlos. Me mareaban, me daban náuseas, me avergonzaban. Tanto trabajo duro puesto para hacerme mejorar, pero estaba empeorando otra vez. Ojalá supiera por qué, o al menos cómo pararlo.
Especialmente me sentía culpable alrededor de Harry. Reuniendo fuerzas para hacer falsas sonrisas y promesas vacías que me desgarraban en pedazos. Odiaba mentirle. Era él quien yo pensé una vez que era un mentiroso, pero claramente los roles habían sido siempre al revés. Él no se tragaba ni una de mis trolas; estaba claro. Sin embargo, nunca forzó el tema demasiado y simplemente decía que confiaba en mí, que sabía que le diría si algo malo pasaba.
Un trago de culpabilidad para aclararme, obviamente, y casi había ido bien la mayoría de las veces.
Hace dos días tuvimos un encontronazo con la ex de Harry, y ahora estábamos todos reunidos en mi casa por Acción de Gracias. Harry había preguntado ayer si estaba bien que Gemma, Zac y Desiree vinieran. Gemma tampoco había celebrado de verdad Acción de Gracias antes, y mi madre estaba tan determinada como yo por hacer una gran cena. Ella estaba luchando por echar a Papá y a Nat de la cocina porque no dejaban de picotear la comida. Gemma preguntó si podía ayudar en algo, pero Mamá le dijo que no permitía que los invitados ayudaran. Iba totalmente en contra de su naturaleza.
Mamá nos echó a todos de inmediato de la cocina cuando el resto de la familia empezó a llegar. Primero mis abuelos, a quienes Harry llamó "típicos ancianos adorables". Luego mi tía Casey y sus dos hijos, uno de la edad de Des y otro de alrededor dieciséis. Después mi tío Robby y mi tía Ruby, que tenían gemelas de catorce años, y un niño de siete.
Gemma y Harry se llevaron con mi familia mejor que yo.
Des estaba en el patio trasero con los dos niños de su edad, y cuando miré por la ventana, uno estaba haciéndole una reverencia mientras el otro estaba de pie a su lado, casi como un soldado. Quería averiguar a qué juego estaban jugando, pero tía Casey se acercó a mí y ya estaba susurrándome al oído.
"Harry parece un buen chico. Es difícil imaginar que existe de verdad. Ya sabes, cuando Walter se fue me dijo un puñado de cosas asquerosas, ese viejo bastardo. Incluso intentó alejar a mis dos angelitos de mí, pero no le dejaría hacer eso. Ni hablar. Michael y Frankie son mis ángeles. Walter nunca pondrá una mano encima de ellos, puedo asegurártelo. Tiene a su cerveza para hacerle compañía..."
Rasqué mi nuca, intentando encontrar una manera para salir de la conversación, pero se me adelantó.
"... tu padre estaba indignado. No podía creerse que su pequeña hermana fuera hablada en ese tono. ¿Alguna vez te conté sobre la vez que me defendí yo sola? Sí, señora, lo hice. Walter vino a casa chillando y tambaleándose y marché frente a él, le quité la cerveza de la mano, y la tiré al suelo. Incluso me negué a limpiarlo, le dije que podía hacerlo él solito. Pero no podía quedarme alrededor de tanta estupidez, con mis ángeles y todo..."
Gracias a Dios, aquí está, Harry se acercó por detrás y puso una mano sobre mi hombro. "Cariño, ¿puedes recordarme dónde está el servicio?"
Asentí un poco demasiado rápido, entonces intenté ofrecer a tía Casey mi más compasiva sonrisa. "Me encanta hablar contigo, tía Casey, de verdad. Quizás puedas acabar tu historia después de cenar."
Ella sonrió. "Siempre has sido mi sobrina favorita, Delilah. Bueno, no he visto a mi sobrino favorito. ¿Dónde está Nathan?"
Con un poco de maldad, felizmente señalé en la dirección que le vi la última vez. "Estaba fuera con Papá. Él no ha escuchado la historia de Walter todavía."
"Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que le vi. Sí, voy a hablar un poco con Nathan. Te veo luego, Delilah."
Cuando se fue, me giré hacia Harry y solté un suspiro de alivio. "Dios te bendiga. La quiero, pero habla demasiado."
Sonríe. "El 'país' entero se reúne cuando tu familia viene a esta casa."
"No creo que hayas tenido una conversación entera con mi abuelo todavía. Es un hombre increíble," le dije.
"Tomo nota mental." Entonces frunció sus labios, retorciéndose un poco. "De hecho tengo que usar de verdad el baño."
Sacudiendo mi cabeza, agarré su mano para guiarle por la casa, a lo largo del pasillo donde el baño estaba. Había venido dos veces ya a mi casa, la primera fue hace dos días cuando me ayudó a descargar la compra. Le hice un pequeño tour, pero supongo que ese pequeño detalle puede escapársele a alguien.
Moví mi mano exageradamente hacia la puerta del servicio, pero Harry me sorprendió cuando cazó mi muñeca y me arrastró dentro con él. Abrí los ojos en confusión, tomé un paso hacia atrás inconscientemente, pero simplemente abrió los labios para hablar.
"Voy a volverme loco si no empiezas a ser sincera conmigo," dijo, sus ojos verdes se clavaron en los míos. "Sé que no estás bien, Delilah, y si sólo me dijeras por qué has dejado de comer otra vez entonces-"
"He comido," discutí, entonces me di cuenta de que era la misma discusión que solíamos tener antes.
Su mandíbula se tensó. "Por favor, dime que no es por Nicole."
"No lo es." Aunque mi cuerpo me delató cuando miré al suelo.
"No sé cómo más convencerte de que te quiero a ti," murmuró, sonando ligeramente molesto y exasperado a la vez. "Sólo necesito que me lo cuentes, Delilah. Si confiaras en mí, entonces podría ser capaz de entender todo esto un poco más y..." alcé la mirada cuando paró, y se encogió de hombros. "Sólo quiero que seas feliz. Odio verte menospreciarte a ti misma una y otra vez."
Era mi turno de encogerme de hombros. "No puedo evitarlo. No lo hago intencionadamente." Y era la verdad. No es como si disfrutara mirándome al espejo sólo para cerciorarme de cada defecto y marca en la grasa que no se iría. No es como si disfrutara el constante sentimiento de hambre en mi estómago.
Pero no puedo evitar sentirme así-como si tuviera que dar mucho la talla.
"Sólo pienso en ella y en lo increíble que está, y entonces pienso en Justin y en la chica con la que está saliendo y en lo delgada y guapa que es, y simplemente quiero ser así. Estoy cansada de preocuparme por vestir ciertas camisetas porque me quedan muy estrechas." Crucé los brazos sobre mi estómago instintivamente. "Justin siempre se avergonzaba de estar en público conmigo, y no quiero que tú también te sientas así," admití en voz baja, apenas audible.
Aunque Harry lo había escuchado. Por supuesto lo había hecho. "No puedes seguir comparándome con Justin, Delilah. Y tampoco puedes seguir comparándote con esas chicas-o con cualquiera."
Frustrada por cómo no parecía entender que no podía chasquear mis dedos y amarme a mí misma, resoplé. "Aunque ese es el problema. No sé cómo parar de hacer comparaciones. En el fondo, sé que no eres como Justin. Pero entonces veo a todas esas chicas y me miro a mí misma y lo odio. Odio saber que ellas tienen esa confianza en sí mismas y la belleza que yo sólo puedo soñar. No me gusta envidiar a la gente, de verdad que no, pero no puedo evitarlo."
Por una vez, Harry parecía no tener palabras. Estaba mordiendo su labio inferior, las neuronas de su cerebro trabajaban duro por encontrar una respuesta, pero cada vez que abría la boca, no salía nada. Se dio cuenta de que no podía arreglar las cosas con bonitas palabras, y podía decir que eso me molestaba de él. No podía persuadirme de ninguna manera. No podía evitar que pensara de esta forma. Y él lo odiaba. Era tan, tan obvio lo mucho que lo odiaba.
Pasé una mano por mi pelo. Estaba tan acostumbrada a intentar retener las lágrimas que tragaba, sin embargo no había un nudo en mi garganta. "Lo siento si soy difícil de tratar. Lo siento de verdad. Sé que desearías que no fuera tan problemática o dependiente, y yo también lo desearía. Así que... lo siento."
Sin darle oportunidad de responder, abrí la puerta del baño y salí, usando el camino del pasillo como tiempo para recomponerme de nuevo. Para lanzar una sonrisa y rezar que nadie lo viera. Lo triste es que había usado una fachada tanto tiempo que no necesitaba siquiera rezar para que no sospecharan. Nadie sospechaba nada si mantenías una sonrisa en la cara, no importa lo forzada que fuera.
***
Florida había decidido ser un poco fría por Acción de Gracias, lo que era algo muy agradable. No podía recordar la última vez que había tenido tanto frío en Noviembre. Se supone que las temperaturas iban a subir a lo largo de la semana, pero mi meta principal era ser capaz de vestir un suéter por Navidad y estar a gusto en vez de achicharrándome.
Estaba sentada fuera en el porche trasero escuchando a mi tío, mi abuelo, Nat, y Papá hablar. Empezaron a hablar sobre el regreso de Nat a casa, después sacaron el tema de la barbacoa, y ahora estaban hablando de deportes. Sus voces mezclándose con los gritos de los niños a mis espaldas, era sorprendentemente agradable. Cerré mis ojos para absorber el sentimiento, agradeciendo que no hubiera silencio que me obligara a pensar.
Una pequeña mano agarró la mía, y vi a Desiree de pie con una sonrisa radiante. Michael, el hijo más pequeño de tía Casey, estaba a su lado y el hijo de tío Robby y tia Ruby, Will, tenía sus pies plantados firmemente en el suelo detrás de ella. Había estado tomando la pose de soldado antes, y parecía que aún seguía con ello.
"¿Te gustaría venir conmigo, princesa?" preguntó Des, entrelazando sus manos frente a ella como si de hecho fuera de la realeza.
Es entonces cuando me di cuenta que llevaba la tiara que le regalé por su cumpleaños.
"¿Son estos tus soldados?" pregunté.
Des asintió. "Will dice que es el chico duro del colegio. Me mantendrá a salvo de intrusos. Mikey es mi sirviente y hace todo lo que yo le diga."
Reí. "Te has metido bien en el papel."
"Sí, pero ser tan mandona es aburrido cuando estás sola. Así que, quiero que seas mi princesa para ayudarme a cuidar el reino."
Antes de que pudiera responder, Gemma y Harry salieron por la puerta corrediza, murmurando cosas entre ellos. Zac les seguía de cerca, y Desiree se olvidó de mí por un momento mientras iba con él y preguntaba si podía ser el hermano campesino de Mikey. Gemma se rió, y me encontré con los ojos de Harry pero aparté la mirada rápidamente.
Des estaba tirando del borde de mi camiseta otra vez. "Venga, Delilah. Necesito una princesa."
Gemma puso el tono de madre. "Cariño, si ella no quiere jugar no tiene por qué hacerlo."
"No, está bien." La sonreí. "Es decir, estaría bien ser una princesa."
Gemma sonrió. "Estoy de acuerdo con eso."
Bajé la mirada hacia Des. "Así que, ¿qué tiene que hacer una princesa?"
Des se giró y señaló a los columpios. "Bueno, normalmente tiene que esperar a que el príncipe la salve de la torre. Pero eso es aburrido, así que tienes que esperar a que la reina te salve de los monstruos. No tenemos una torre, aunque te puedes sentar en el columpio."
Asentí. "Lo haré, Mi Reina."
Desiree rió antes de alejarse corriendo, su guardia de seguridad y los dos sirvientes (había convencido a Zac para que se uniera) la siguieron de cerca.
Desiree parece ser muy particular con sus juegos. Tienes que decir lo que ella quiera y actuar como ella diga. Si te equivocabas lo más mínimo, te ordenaba repetirlo. Me sorprendía ver lo complacientes que eran Michael y Will, pero parecían disfrutarlo. Will tenía un palo para luchar contra los monstruos, mientras que Michael tenía la tarea de sujetar la tiara de la reina mientras estaba en batalla. Zac sólo intentaba ocultar su risa para que Desiree no se enfadara.
Cuando al fin nos las arreglamos para hacer la escena exactamente como Des quería, le dije que la princesa necesitaba un descanso. Mi garganta estaba seca de tener que repetir tantas veces mi papel, y sentí que el columpio se iba a romper en cualquier momento por el constante balanceo.
Gemma y Harry habían estado mirando, mientras estaban con los dos hombres que previamente les habían acribillado a preguntas. Harry estaba sentado en mi sitio, e intenté no hacer contacto visual mientras cogía mi botella de agua. No estoy segura de por qué he estado tan inquieta por la charla que tuvimos. Sabía que no dejaría nuestra pequeña discusión de antes-si es que se le puede llamar así-sin solucionar, así que supongo que es por eso por lo que trato evadir su presencia. Lo que estaba increíblemente mal para mí, pero no podía evitarlo.
A mitad de beber agua, mi tío Robby decidió ponerme en el punto de mira. "Hay un chico diferente este año," dijo, casi bromeando mientras alzaba sus cejas lo más mínimo.
Me sonrojé. "Las cosas cambian, supongo."
Mi abuelo se mofó. "Para mejor, claramente. Ese chico de antes tenía el sentido del humor de una roca."
Eché una mirada a Harry debido a nuestra conversación anterior sobre lo increíble que mi abuelo hablaba, y vi que estaba reprimiendo una sonrisa.
"No te hizo daño, ¿verdad?" añadió mi abuelo.
"Oh, no, no..." fruncí el ceño, moviendo mis brazos. "Simplemente las cosas no funcionaron."
Nat se metió en la conversación. "No creas que él pueda seguir respirando si descubro que lo hizo."
Papá asintió, pero me miró simpáticamente cuando le miré mal. "Lo siento, cariño," dijo. "Nunca me importó demasiado después de que os graduárais."
Tío Robby frunció sus labios. "Siempre pareció ser el típico arrogante. Mister Capitán Del Equipo De Fútbol." Rodó sus ojos. "Como si eso fuera un mérito."
"Tengo en mente llamarle e invitarle, sólo para hacerle sufrir," dijo el Abuelo.
"No se marcharía sin un moratón," gruñó Nat.
Su charla prosiguió, Harry empezaba a fallar en el intento por contener su risa.
Finalmente, di una señal de molestia. "Es Acción de Gracias, y no me estáis haciendo sentir demasiado agradecida por teneros a ninguno de vosotros justo ahora."
Papá sonrió, besando mi sien. "Va todo con amor, cariño."
Nat revolvió mi pelo y aparté su mano con un manotazo. Él sonrió. "Sí, si no te quisiéramos, no nos importaría traer a ese gilip-"
"Nathan," le advirtió Papá.
"-estúpido."
Abuelo giró toda la atención hacia Harry. "¿Tú has conocido a ese chico?"
Harry se sentó un poco más recto, sacando sus buenas maneras a relucir. "Desafortunadamente sí, señor."
"¿Ves?" Abuelo señaló a Harry. "Incluso él tiene ganas de vomitar tan sólo al pensar en él."
Agarré mi cabeza con molestia mientras todos ellos reían.
Mamá me salvó cuando sacó su cabeza por la puerta ydijo. "¡La cena ya está!" Entonces miró a Harry y a Gemma y movió sus cejas dearriba abajo. "Preparaos para sorprenderos... espero."
☆☆☆☆
Novela original escrita en ingles por juliaxwrites
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