Capítulo 16
《Cuanto más mires hacia atrás, más difícil te resultará mirar hacia delante》
☆☆☆☆☆☆☆
GRITOS DE ALEGRÍA y risas brotaban de los niños mientras corrían alrededor persiguiéndose, absorbiendo el período de vida inocente de jugar al pilla-pilla o al escondite. La repentina urgencia de unirme a ellos sólo por la adrenalina de volver a ser joven era enloquecedora. Una gran sonrisa provocaba dolor en mis mejillas y mis ojos no tenían la oportunidad de enfocarse en un juego demasiado tiempo. Había tanta felicidad y entusiasmo, era prácticamente contagioso.
Había un castillo hinchable en la parte derecha del patio, y a la izquierda estaba el porche trasero donde los padres rodeaban una parrilla, silbando y gritando por el partido de fútbol que se transmitía en la televisión que habían equipado fuera. Una mujer de mediana edad con la cara pintada como una princesa estaba pintando los rostros de los niños como el suyo, la mayoría eran Spiderman o mariposas, dependiendo del género. Excepto por una pequeña niña que había optado por pintarse una máscara rosa de Batman.
Con destellos y purpurina, claro.
Desiree estaba en mitad de un ataque de risa cuando la localicé. Acababa de pintarse la cara, pero estaba ayudando a la mujer con la próxima persona.
Es entonces cuando Harry me vio, soltando un gruñido juguetón cuando Des cubrió su cara con pintura y la mujer le prestó la purpurina.
"Oh dios," solté con una risa.
Apenas habiendo cumplido seis años, la mariposa que Des pintó en su cara no parecía exactamente una mariposa. A simple vista, parecía morado sobre rosa con líneas negras en sitios al azar. Sin embargo, si girabas tu cabeza un poco y observabas detenidamente, parecía una mariposa improvisada--apenas, pero lo parecía. Con una cantidad abundante de purpurina azul y dorada, por supuesto.
Desiree me vio y sonrió, saludándome con su pequeña mano. La sonreí y alcé la caja en la que metí sus regalos. Sus ojos se abrieron de par en par y se quedó boquiabierta, olvidando totalmente a Harry mientras me la quitaba de las manos.
"¡Oh, wow! Voy a ponerlo con los demás. ¡Eres genial, Srta. Delilah!" se marchó corriendo antes de que pudiera responder.
Harry se levantó y se puso bizco, entonces frotó su ojo. Aunque aparté su mano y le miré boquiabierta. "¿Estás de broma? Vas a arruinar su obra maestra."
Me miró mal. "Sí, bueno su obra maestra se ha metido en mi ojo. Siento como si tuviera un bote entero de purpurina pegado ahí."
Alcé su barbilla para echar su cabeza hacia atrás mientras abrió sus ojos lo más que pudo. Viendo que la purpurina se había quedado en sus pestañas, gentilmente usé mi pulgar para quitarla. Mientras lo hice, dije, "Espero que haber entrado de esta forma no haya sido una grosería. Escuché todo el bullicio, así que no pensé que llamar a la puerta sirviera de mucho."
"Todos han hecho lo mismo, no te preocupes. Honestamente, creo que hay niños del barrio que no conocemos que han entrado sin invitación, porque no creo que Desiree conozca a toda esta gente," respondió riendo entre dientes.
"Quizás quieras enjuagarte el ojo con algo de agua, por si no te he quitado toda."
"Más tarde. Como dijiste, no puedo arruinar la obra maestra"
"Y madre mía qué obra maestra," remarqué, soltando otra risa.
"¿Es tan mala?"
"Parece que te haya vomitado un unicornio."
"Al menos es un unicornio."
Estallé en carcajadas sin poder evitarlo. Estaba tan relajado cuando se trataba de niños, o cuando se trataba de cualquier cosa en verdad. En serio, era increíble. Ser tan tolerante no era una cualidad que todo el mundo tuviera. O si la tenían, no tenía suerte de haberlos conocido. Aunque, sin embargo, hacía a Harry la persona sincera que era. Él no sería Harry si no fuese tan... tranquilo.
Se levantó y juntó sus manos haciéndolas sonar. "No lo retrasemos más. ¿Vamos a conocer a mi hermana?"
Por primera vez, me di cuenta de que iba a conocer a parte de la familia de Harry. La única persona de la que me habló fue de Gemma, así que parecía algo importante. No quería no gustarla. No importa cuán difícil era convencerme a mí misma que nuestras situaciones similares nos unirían, no lo lograba creer del todo. No había hablado con otras personas en Dios sabe cuánto tiempo. Era horrible socializándome. No tenía ni idea de cómo hacerlo.
Harry acarició mi hombro, dándome una sonrisa tranquilizadora, y empezó a escanear la multitud. Una vez que la vio, la señaló para que la viera. Gemma era igual de guapa que su hermano, con el pelo aparentemente teñido de rubio y unos ojos marrones amables. Era de estatura media y delgada, pero de una delgadez sana. Venció en sus batallas y las vestía orgullosamente.
Fui guiada hacia ella antes de que lo procesara. Intenté dejar los nervios a un lado, intenté volver a ser la que solía ser cuando interactuaba con los demás. Fui animadora y popular, pero en ningún momento discriminé ninguna clase social. Nunca vi la diferencia en ellas, fui animadora porque quería hacer deporte, no por el estatus.
Harry tocó su hombro y ella se giró, llevándose la mano rápidamente a su boca antes de tirar su bebida a todos lados. Él la imitó. "Sí, lo sé. Tu hija me ha hecho devastadoramente atractivo."
Una vez que pudo tragar, no pudo contenerse cuando sacó el móvil. "Esto va a estar enmarcado," carcajeó.
Harry dio a la cámara una mirada vacía de diversión, pero a Gemma no le importó. Tomó por lo menos cuatro fotos, una de ellas amplió su frente donde estaba la "cara" de la mariposa. Él acabó apartando sus manos, quejándose.
"Antes de que me violaras groseramente," dijo, "iba a presentarte a Delilah."
Gemma se giró hacia mí con una sonrisa benevolente. Alargué mi mano, pero me pilló por sorpresa y me abrazó. "Encantada de conocerte, al fin," dijo cuando se apartó, con una mirada cómplice. "Me alegro de que te vaya bien."
Ligeramente avergonzada, todo lo que pude hacer fue sonreír incómodamente como respuesta.
Como lo dulce que ella era, Gemma no se calló. "Eres más que bienvenida a entrar a tomar algo de picoteo. Hay una mesa con snacks, y bebidas si quieres algo."
"Oh, gracias."
Un niño gritó antes de que pudiéramos seguir con la conversación.
Gemma entrecerró los ojos. "¡Hey" gritó, empezando a caminar hacia él. "¡No te conozco, pequeño! ¿De dónde saliste?"
Harry se encogió de hombros. "¿Ves? No fue tan malo."
"Fue horrible."
"No lo fue."
"Odio conocer a la gente porque siempre es incómodo."
Sonrió. "Eres tú la incómoda, Delilah."
"Me gustaría discutir sobre eso contigo pero..."
Chocó su hombro con el mío. "¿Tienes hambre? Aunque no la tengas, voy a necesitar tu ayuda para quitarme todo esto de la cara. Empieza a picarme y a irritarme."
Me encogí de hombros. "Que pena que tengas que echar a perder tal obra de arte."
"¿Estás de broma? Gemma ya me hizo bastantes fotos. Estarán por toda la casa la próxima vez que venga."
Siguiendo a Harry a través de la puerta trasera de la casa, vi a algunas personas mayores sentadas en la cocina, charlando. Harry alargó su brazo e hizo una reverencia hacia ellos bromeando, lo que causó que cada uno de ellos se enrojeciera y le saludaran despectivamente. Me sonrieron con amabilidad, y sorprendentemente me las apañé para hacer lo mismo.
Pasamos por la mesa con snacks y bebidas. La comida todavía me hacía sentir incómoda, pero he estado comiendo. No mucho, pero sólo era el principio. Justo ayer Mamá me hizo un gran desayuno y acabé el plato lleno de huevos y bacon. Hizo sentir a mi familia feliz, lo cual a mí también, pero todavía tenía náuseas cuando veía comida. No creía que tal sentimiento desapareciera jamás.
Al final del pasillo estaba el baño, donde me apoyé en la puerta mientras Harry cogía un trapo de debajo del lavabo. Encendió el agua templada antes de meter la prenda en ella, preguntando cuánto jabón debería utilizar.
"¿Nunca te has pintado la cara?" pregunté.
"Quizás cuando tenía seis años."
Sacudí mi cabeza y chisté. "Pon la cantidad con la que normalmente te lavas la cara y añade un poco más."
"Anda, nunca habría pensado en eso," bromeó.
"Bien, si no necesitas mi ayuda--"
"Hey, no dije eso." Me miró por encima de su hombro, entonces se volvió a girar para frotar el jabón en su cara.
"Parece que te las puedes apañar solito."
"Quizás sólo quería compañía."
Rodé mis ojos pero sonreí un poco, cruzando mis brazos alrededor de mi pecho. En el espejo pude ver fotos colgadas en la pared del pasillo de detrás mía. Me giré para examinarlas con curiosidad. La mayoría eran de Desiree a través de los años, pero había un par de Harry y Gemma de cuando eran más jóvenes. En una de ellas tenían alrededor de cinco años o así y había pastel en sus caras. En otra tendrían alrededor de diez, Harry tenía sus brazos alrededor de ella y Gemma estaba empujando su cara, típico de hermanos.
"Son adorables," comenté mientras miraba las demás. Gemma era un poco más mayor que Harry, pero parecían tener la misma edad en estas fotos. En todas ellas estaban felices, su conexión era evidentemente irrompible.
Cuando me di cuenta de que Harry no había respondido, eché un vistazo sobre mi hombro para mirarle. Había dejado de lavarse la cara y estaba mirando al fondo del lavabo, sus manos agarraban el trapo firmemente. Frunciendo el ceño, me acerqué a el y puse mi mano en su hombro.
"¿Estás bien?"
Pareció que salió del aturdimiento y tomó una bocanada de aire. "Sí, estoy bien. Es solo que...al ver esas fotos..."
"Está bien."
Me dio una sonrisa de alivio y cogí el trapo de su mano, quitando la mancha de pintura que se había dejado. Me di cuenta de que él seguía mirando sobre mi hombro o al suelo, pero nunca a mí o a las paredes donde estaban las fotos. Esto me tenía confundida. Después de ver lo cercanos que eran, en persona y en las imágenes, nunca habría pensado que tal recuerdo feliz le afectara de esta manera.
Aunque no me sabía toda la historia. Nunca sabría la historia entera hasta que él quisiera contarme, y estaba bien. Por ahora podría suponer teorías, respetar su privacidad y sólo estar para él como lo ha estado para mí.
Me agradeció en voz baja cuando terminé, y limpié el trapo. Pasó una mano por su pelo mientras parecía recomponerse una vez más, entonces volvimos a salir. Lo hicimos justo a tiempo, escuchando a Gemma llamarnos para abrir los regalos. Ambos divisamos a Des saltando, y eso parecía calmar las cosas. Harry estaba sonriendo y adivinando qué tipo de regalos tendría su sobrina.
"Ahí está el novio de Gem, Zac," me dijo Harry, señalando al hombre que estaba de pie al lado de su hermana, sonriendo a Des mientras abría los regalos.
"Parece majo."
"Sí, lo es. Fui realmente duro con él cuando nos conocimos," admitió.
"Y con razón," añadí.
Frunció sus labios.
Me divertía que Desiree metiera prisa a Gemma para leer las cartas. Yo no quería que cogieran la mía, que dijeran mi nombre y que todos se miraran confusos entre sí. No quería llamar la atención. Este era el cumpleaños de Desiree. Su tiempo de brillar y absorber la atención. A ella le encantaba.
Casi a la mitad de regalos, cogieron el mío. Le compré una tiara brillante, un collar decorado con joyas, un disfraz con purpurina, e incluso me las apañé para encontrar unos patines pequeños lisos pero con destellos. Todo brillante, justo como Harry dijo que le gustaba, y yo sabía que también. Conseguí papel plateado brillante y un lazo para decorar la caja.
Y definitivamente funcionó. Des se sorprendió cada vez que veía un regalo, quedándose boquiabierta con cada uno. Alzó su mirada y se encontró con la mía, y nunca olvidaré cómo brillaba su rostro. Se puso la tiara y corrió hacia mí, poniendo sus pequeños brazos alrededor de mi cintura.
"Me encantan," susurró. "Son como los que te di a ti."
"Toda princesa necesita una reina," le dije, colocando su tiara bien.
Regresó hacia la caja con regalos como un rayo, la atención volvió hacia ella gracias a Dios.
Harry se rió entre dientes a mi lado. "No bromeabas al decir que le conseguirías un gran regalo."
Me encogí de hombros. "Es lo menos que pude hacer."
El próximo par de ojos que encontraron los míos fueron los de Gemma, y su brillante sonrisa y el asentimiento en agradecimiento fueron la guinda del pastel.
***
"Nope, nope, me niego."
"No puedes negarte. Así no es como va la vida, Delilah."
"Si crees que me voy a presentar voluntaria para torturarme, estás equivocado."
"Es sólo una casa encantada. Gente disfrazada y maquillaje. No puedes estar en serio asustada de algo que sabes que no es real."
"No lo entiendes," discutí. "Yo sé que no son reales. Pero es la idea de que ellos lo sean y me ataquen. He entrado antes en una casa encantada, en secundaria con mis amigos. Pegué un puñetazo a alguien e hice que su nariz sangrara."
Harry intentó desesperadamente no sonreír. "¿Tú pegaste un puñetazo a alguien?"
"Salió de la nada," protesté. "Era eso o volver por donde había venido, y ambas opciones eran horribles porque casi estaba en el final del trayecto."
"¿Esa fue la única casa encantada por la que has pasado?"
"Sí, y pretendo que siga siéndolo."
"¿Puedo intentar sobornarte con algo otra vez?"
"Me debes mucho."
"Bueno, te deberé más."
Lo pensé por un instante. No quería que me comprara nada, sin embargo, hay una serie de libros que leí hace tiempo y el otro día vi que el último sale este mes. Se lo dije a Harry, y prometió que lo tendría cuando saliera si entraba a la estúpida casa encantada con él.
Habíamos estado en la cola por al menos diez minutos, mirando a la gente entrar y salir. Había visto demasiadas personas llorando, e incluso a tipos duros de la universidad salir unos encima de otros. Unas cuantas personas que ayudaban en la casa encantada vagaban por el patio. Uno, por supuesto, tenía una motosierra. Se había metido conmigo un par de veces, y avergonzadamente he de admitir que me escondí detrás de Harry.
"Todo lo que hace es andar en círculos por el patio," dijo, todavía intentando persuadirme. "Entras por una puerta, y sales por la otra. He estado varias veces. Es decir, intentan subir el listón cada año, pero es divertido."
"¿Cómo puede ser que te parezca 'divertido' asustarte de muerte?"
Harry me agarró de los hombros. "Por favor, Delilah. Te conseguiré el libro, te llevaré a ver otra película, sólo entra conmigo por favor. Estoy muy desesperado por enseñarte que es divertido, ¿vale?"
Gruñí como un niño pequeño, pisoteando un poco. Me giré para ver la entrada de la que salía una niebla gris, entonces volví a mirar a Harry, cuyos ojos estaban suplicando por convencerme. Estaba debatiendo conmigo misma. ¿Qué daño podría hacer? ¿Qué pasa si pego a alguien? Quizás sea divertido. Quizás me desmaye.
Sorprendiéndome, el sonido de la motosierra hizo eco en el aire. El hombre con la máscara de Michael Myers* estaba acercándose a mí. Harry se reía mientras intentaba ocultarme tras él, pero el tío no le dejaba. La motosierra rugió otra vez y nunca insulté a nadie tan alto en mi vida. No me había dado cuenta de que intencionadamente me estaba empujando hacia la entrada de la casa encantada hasta que Harry me introdujo completamente.
Repetir "no" una y otra vez parecía ser mi única defensa.
Harry tenía sus manos en mis hombros, pero maniobré para hacer que él fuera delante. Algo a mi derecha reventó y yo chillé, alcanzando la mano de Harry y agarrándola fuertemente. Había tanta niebla que era difícil ver nada, y eso sólo me puso más al límite porque tenía cero posibilidades de prepararme para lo que estaba por venir.
La gente gritaba, eso es lo que estaba delante, y no quería formar parte de ellos. Pero Harry seguía caminando, y no podía girarme e ir por mi propia cuenta. Él saltaba todo el rato, pero yo no dejaba de esperar que llegara el final, gritando profanidades y agarrando la camiseta de Harry. Incluso aunque se alió con Michael Myers para meterme en este lugar, él era mi única esperanza para salir.
Quizás estaba siendo un poco demasiado dramática.
Un niño pequeño vestido como Chucky* salió de un salto, con un cuchillo falso en su mano, y yo chillé otra vez. "¡Oh, Dios, tienen niños trabajando aquí! ¡No, no, no, ya vale! ¡Déjalo, eres pequeño, se supone que debes ser dulce!"
Demasiado centrada en el pequeño diablo siguiéndome, no vi el laberinto de espejos de enfrente donde varias figuras se reflejaban. No pude distinguir entre lo que era real o lo que eran máscaras, o si eran todos reales o todos máscaras. No estaba segura de si había roto cada hueso de la mano de Harry llegados a este punto, pero la agarré incluso más fuerte y oculté mi cara en la parte de atrás de su hombro.
Eso no ayudó.
Un dolor de garganta y un vuelco en el corazón después, salimos. Harry estaba riéndose y le aparté de un empujón, arrastrando ambas manos por mi pelo mientras intentaba calmar mi respiración. No tuve la oportunidad porque el tío de la motosierra ya estaba a mi lado otra vez, tirando de la cuerda para hacerla rugir. Estaba demasiado exhausta como para gritar o correr o acobardarme, así que le chillé.
"¡Por el amor de Dios, dale un descanso! ¡Me pones una mano encima y juro por todo lo sagrado que te pondré una demanda mucho más acojonante que tu estúpida motosierra!"
Milagrosamente, lo dejó y persiguió a algunos adolescentes. Marché calle abajo, escuchando los pasos de Harry detrás mía, pero no aminoré la marcha. No estaba exactamente cabreada con él, pero no quería entrar a esa casa encantada. Sé que pensó que sería divertido o dulce o lo que fuera, pero esos fueron los peores diez minutos de mi vida. ¿O han sido más? Parecía una eternidad ahí dentro.
Me alcanzó fácilmente, sus largas piernas le daban ventaja. "¿Estás enfadada conmigo?"
"No lo sé."
"¿Me perdonarías?"
"No lo sé."
"Delilah..."
Suspiré, parándome para encararle mientras crucé mis brazos sobre mi pecho, como si me estuviera protegiendo aunque no hubiera peligro. "No estoy cabreada, Harry. Es decir, no quería entrar, pero sería una estupidez enfadarme."
Alzó sus cejas. "¿Eso significa que te gustó?"
"No te pases."
"Tienes razón. Aún no siento la mano."
"No me voy a disculpar porque es tu culpa," dije, mirándole mal aunque él me sonriera.
"Fue mi culpa. Tomo toda la responsabilidad." Puso su brazo sobre mis hombros mientras empezamos a caminar de nuevo. "Pero en el fondo te gustó, no mientas."
"Me debes un libro," le dije, ignorando su comentario.
"Ten un poco de fe, Delilah. No lo he olvidado."
"Y ahora me debes algo de beber porque la garganta me está matando."
Se rió. "¿Un batido?"
"Un batido."
Había una cafetería no muy lejos del vecindario de Gemma, en el que la Reina Desiree estaba pululando en busca de chuches. Una vez que conseguimos nuestros batidos, volvimos al parque del barrio y nos sentamos en los columpios ya que estaba vacío. Todos los niños estaban disfrazados y tocando a las puertas, así que para ellos no existía el parque ahora.
Harry actuó como un niño, balanceándose tan alto como pudo antes de saltar. Cuando dijo que era mi turno, le conté sobre la única vez que intenté saltar de un columpio y me torcí el tobillo. Dijo que mi suerte era horrible. Estaba totalmente de acuerdo con él.
Todavía estaba sentada en los columpios cuando me dejó su batido y se fue a las barras donde los niños se cuelgan. Incluso aunque elevara las piernas, sus rodillas rozaban el suelo mientras iba por ellas. Pronto se dio por vencido, sentándose encima de las barras. Empezó a probar varias posturas para acomodarse.
"No te caigas," dije. "Halloween no es noche de emergencias."
"Halloween es una de las noches más ocupadas para un hospital," contestó.
"Pues no les hagas estar más ocupados."
Sonrió, finalmente levantándose y sentándose a mi lado. Cogió otra vez su batido, pero tomé un sorbo antes. Mi intento de ser juguetona salió mal. Cualquiera que fuera el sabor de su batido era horrible, y mi rostro debe haberlo expresado porque se estaba riendo histéricamente.
"Eso es lo que pasa cuando robas las cosas de los demás," remarcó.
"¿No tienes papilas gustativas?" pregunté, aún asqueada y tomé varios sorbos del mío para hacer desaparecer el sabor.
"No he estado comiendo sano últimamente. Pensé que debería tomar un batido saludable. ¿No te gusta la col?"
"A nadie le gusta la col. Incluso aunque digas que te gusta, te estás mintiendo a ti mismo."
"Qué dura."
Me estremecí y tomé otro largo sorbo de mi batido. Un pequeño silencio se hizo entre nosotros, pero no era ni tenso ni raro. Sin embargo, había evidencia de que había palabras que querían ser dichas, particularmente por parte de Harry. Alcé la mirada para verle jugar con su vaso, frunció el ceño y su labio inferior fue atrapado entre sus dientes.
"Hablar con alguien ayuda," dije en voz baja.
Él sonrió débilmente. "Mis propias palabras contra mí."
"Tus palabras y las de todos en este mundo."
"Cierto."
Me balanceé más para acercarme un poco a él. "Sácalo de tu pecho. Soy todo oídos. Incluso me callaré hasta que quieras decir algo."
"No hay nada que sacar de mi pecho," dijo.
"No me lo trago, Harry. Prácticamente me inventé esa escusa," le recordé. "Pero entiendo que no quieras hablar de ello."
"Quiero, pero no quiero."
"Encuentra un punto medio. Sólo habla un poco."
Tomó una gran bocanada de aire, entonces dejó caer sus hombros. Aún estaba jugando con su vaso y apartando la mirada de mí, pero empezó a hablar. "No era mi intención quedarme callado en la casa de Gem con lo de las fotos. A veces verlas me hace pensar en mi madre porque ella las hizo y... no la he visto en mucho tiempo."
"¿Dónde está?"
"En Londres."
"Oh."
"Es una mierda, lo sé."
"Estoy acostumbrada a las mierdas."
Harry alzó la mirada y me sonrió, parecía mejor. "Sí, supongo que sí."
Rodé mis ojos y di un golpe en su rodilla con mi mano. Dudé un momento antes de preguntar, "¿Y dónde está tu padre?"
Mala pregunta. Harry visiblemente se tensó como si le hubiera amenazado con golpearlo con un bate de béisbol y tuviera que prepararse para el impacto.
"¿Malo?" susurré.
"Muy malo," respondió igual de bajo.
Lo que pasó específicamente, no lo sabía y no quería presionarle para que me contara los detalles. Quizás había sido abusado, quizás su padre tuvo un terrible accidente y de alguna manera se culpa por ello, quizás nunca le conoció. Hay un millón de escenarios diferentes que no quería pensar porque no eran muy agradables.
Golpeé su rodilla mientras me levantaba. Señalé a un par de cuerdas que colgaban de la torre que podías escalar. Era bastante alto, así que probablemente pareciera eterno para los niños. "¿Crees que pueda llegar antes que tú a la cima?" le pregunté.
Harry la echó un vistazo, acercándose. Dejó su batido en el suelo al lado del mío, se puso en pie, y dijo, "Veámoslo."
☆☆☆☆
*Michael Myers: es un personaje de ficción de la serie de películas slasher. (Buscad foto en internet, no sé si os sonará de mucho but a mí sí).
*Chucky: Chucky es un personaje ficticio de la saga de películas de terror Child's Play. Chucky es un muñeco que fue poseído por medio de magia vudú por el asesino en serie Charles Lee Ray.(A la mayoría os sonará).
Novela original escrita en inglés por juliaxwrites
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