Fifth.

Inhaló hondo y exhaló. Trato de controlar sus nervios, apretando la tela perteneciente a su suéter.

Miro nuevamente la gran puerta frente a él.

El grande título que se encontraba detrás de esta le provocaba mucho miedo, sentía ganas terribles de salir huyendo, simplemente no quería hacerlo.

Hace unos días pudo por fin salir del hospital, más estuvo invadiendo el ir al colegio. No quería ver a nadie, aun no se sentía seguro de hacerlo.

El miedo que le provocaba solo pensar en encontrarse con Choi le hacia retroceder, querer huir y nunca volver.

— Tranquilo Lee, estoy contigo — la mano del chico se posicionó sobre su hombro derecho No dejaré que nada te pase.

— Tampoco es como que puedas evitarlo, ellos no pueden verte — su tono de voz salió más brusco de lo que espero.

Sus palabras parecieron provocar una reacción negativa en el contrario, pues pudo sentir como dejo el toque en su hombro lentamente, miro a todas direcciones solo para verificar que no había nadie, habían unas cuantas personas a su alrededor pero todas parecían morir de sueño o estar en su mundo.

Su mirada se enfoco en Chan, acunó su rostro entre sus pequeñas manos.

— Lo siento, lo siento, yo no quería — se disculpó en voz baja.

— Esta bien Lix, tienes razón después de todo — los labios de Chan formaron un puchero que derritió el corazón de Felix — Pero desearía poder hacer mucho más por ti.

— Y lo haces — confirmó —, haces mucho por mi.

Pudo sentir como la mano de Chan se unía con la suya, entrelazando sus dedos ambos comenzaron a caminar a ese gran edificio que era el calvario de Lee sin embargo con la presencia de Bang todo era diferente.

Años atrás, muchos como para recordar una cantidad exacta. Un niño vivía en soledad, sus padres lo dejaban para poder ir al trabajo y mantenerlo feliz.

Siempre supieron que Lee Felix era diferente a los demás niños, a sus cortos años él tenia dificultades para entablar conversaciones con extraños, era introvertido y prefería la soledad a rodearse de pequeños con su edad.

Su madre, Yoona, pensaba que no era natural las actitudes de su hijo por lo que intentó de muchas maneras hacerlo un poco más sociable, que al menos pudiera convivir con personas de su edad. Quería que su bebé conociera el mundo y dejara de ser tan apegado a ella y su esposo, puesto que Felix lloraba si sus progenitores no estaban cerca. Pero todos sus intentos fueron en vano, Lee no cambiaba su actitud, por lo que rendida dejo de insistir y mejor acostumbrarse a su hijo, a como era realmente.

Fueron meses después que Lee comenzó a dejar de lado todo aquellos y cambio. Sus risas eran muchas, ya no era muy apegado a sus padres y se divertía, jugaba como un niño normal.

Fue una sorpresa para todos que Lee Felix niño de 4 años tuviera una mente poderosa y pudiera crear a su nuevo amigo. La explicación a ello era que la soledad y el fuerte miedo que le provocaba esta le dieron a su guardián, su amigo que lo protegía de aquella malvada. Bang Chan era su guardián, su nuevo mejor amigo, con quien se divertía y podía pasar horas y horas hablando y jugueteando.

Los progenitores del menor tardaron para acostumbrarse a la idea del amigo imaginario de su hijo, igual al final se acostumbraron y amaron la idea al ver como su bebé era un rayo de sol. Y el cambio que le trajo su amigo.

A la edad de 9 años Felix dejo atrás a su amigo, ya no lo veía, fue entonces como lo olvidó.

Si bien Bang dejo de ser visible para Lee, este nunca se aparto de él, lo visitaba cada tanto.

Bang Chan era el sujeto 00128 perteneciente al mundo, por llamarlo de una manera, de los amigos imaginarios. Uno donde las reglas son su mayor ley, donde romperlas significa desaparecer.

Su más grande ley enunciaba: "No puedes volver a tu creador una vez este te olvidó y ha rebasado el limite de edad".

Su principal ley, la misma ley que Bang rompió, desobedeció solo para ayudar y proteger a ese niño que era su luz. Se suponía que los amigos imaginarios no sentían pero Bang sentía todo por Lee Felix.

La fuerte sensación de protegerlo fue lo que rompió todas las barreras que los separaban, todo paso a segundo plano cuando deseo con todas sus fuerzas salvarlo y no dejarlo caer. Lee aún lo reconocía, Felix era su creador pero más fuerte que aquello era la persona que más amaba; esa era razón suficiente para prometerse a si mismo cuidarlo, sin importar las consecuencias.

Estar nuevamente en la escuela se sentía raro, podía sentir los murmullos y miradas de los demás todo eso lo ponía de nervios, odiaba que hablaran de él. Chan estaba a su lado con eso era suficiente para minorizar las voces y centrarse solo en él.

La profesora de biología culmino su clase anunciando que pronto tendrían el examen correspondiente y se retiro del aula. Inmediatamente los alumnos comenzaron a esparcirse por el lugar. Lee solo se quedo en su lugar, escuchando como Chan se quejaba de las personas.

— Hey — Seo tomo asiento frente Lee — ¿Cómo estás?

— No vayas atreverte a contestar Lee Felix — Chan se interpuso entre ellos — ¡No fue a visitarte al hospital cuando te dieron el alta! Haz que no lo escuchaste y salgamos de aquí, gritan como si estuvieran en el mercado — comento dando una mala mirada a los adolescentes presentes.

Felix negó mientras sonreía ligeramente.

— Hola hyung — resistió una risa al escuchar el bufido de Bang —. Ya estoy mejor, gracias.

Changbin no pudo resistirse a la sonrisa de Lee y apretó sus mejillas. Esta vez Lee no pudo aguantar la risa, la cara de Bang era todo un poema con su mirada de indignación y su boca abierta exageradamente.

La carcajada de Felix provocó que todo el lugar quedara en silencio mientras lo miraban como si fuera de otro planeta.

— Me gusta cuando ríes, Lix — dijeron Bang y Seo al unísono.

Las risas del pelinegro se detuvieron al escuchar como Bang y Seo lo alagaban, sus mejillas se tornaron más rojas, sin embargo al darse cuenta de las miradas que estaban sobre él, bajo la mirada, intimidado. Todas las personas de su grupo lo miraban sorprendidos, otros le soltaron comentarios ofensivos que fueron callados por la mala mirada de Seo.

Aunque los comentarios de Chan les contestaba eran graciosos.

— Tu risa es tan escandalosa — dijo alguien,

— Tu mamá grita más cuando va al mercado — respondió Bang con voz ronca.

La sonrisa en sus labios solo crecía más. Sin duda, el tener a Chan cerca le estaba haciendo demasiado bien, todos los comentario que solía recibir ya no le afectaban como solían hacerlo, Chan se encargaba de callarlos todos, y distraerlo para dejar de prestar atención.

Dejando de lado la situación, Seo se volvió a él para seguir cuestionando.

— ¿Ha tomado sus medicamentos, Felix?

— Claro.

— Me alegra, ¿Pones alguna alarma? — Changbin lo miraba directamente.

Ciertamente su alarma se llamaba Bang Chan pues este siempre que era hora de sus medicamentos comenzaba a gritar que tenia que consumirlos y no lo dejaba hasta verificar que en efecto Lee lo hiciera.

— Sí, algo así.

La conversación con Changbin se prolongó hasta que la clase siguiente comenzó y el mayor tuvo que irse, ya que él estaba un grado más adelante.

Horas más tarde, Lee y Bang caminaban directo a la salida mientras platicaban, bueno solo Bang porque seria muy extraño ver a una persona hablarle a la nada, Felix movía la cabeza o sonreía. Su primer día en la escuela después de salir del hospital había ido bien, todo gracias a la presencia de Chan.

— Pero si no es más que un obeso — la voz provocó que el miedo comenzara a crecer en el interior de Felix — ¿Qué haces vivo todavía?

— Lix — pudo sentir como la mano de Bang se entrelazaba con la suya, apretándola con fuerza — No tengas miedo, estoy contigo.

— ¡Te odio! — el puño de Choi se estrelló con más fuerza que la veces anteriores en su pómulo izquierdo, haciendo que el pelinegro cayera al suelo — ¡Muérete!

Sin darle tiempo a ninguno de los dos de reaccionar para hacer algo, las patadas de Choi comenzaron a lastimar a Lee, quien se hacia bolita. Ninguno de los presentes se esperaba que Changbin llegara, tomando el cuerpo de Choi tirando de él, para darle empujarlo lejos y gritarle que se fuera.

— Felix, dioses, ¿estás bien? — rápidamente se acercó al chico que seguía en el suelo, tomando su rostro entre sus manos.

El menor solo asintió, su rostro bañado en lágrimas.

— Changbin hyung — susurró con voz quebrada.

Seo no dijo más y lo abrazo con fuerza, permitiendo que su amigo se refugiara en él.

Bang miraba todo sintiendo impotente por no poder hacer nada, odiaba ser invisible y ver como maltrataban a su chico, deseaba poder hacer algo más. Por primera vez, desde que había sido creado, odio ser quien era.

— Voy a protegerte Felix, no importan las consecuencias — sus palabras fueron una nueva promesa.

Sus palabras no pudieron ser escuchadas por el chico, pero Bang estaba decidido a hacer algo más por Felix.

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