17
Mi vista abandona los ojos de Louis, y aunque ya no se encuentre mirando hacia nosotros, reconozco a Justin y a su grupo de amigos sentados en el McDonald's. Ahora entiendo porque a Louis le ha apetecido de repente ir allí.
Suspiro frustrada, empujando lejos a mi amigo, que me mira con una sonrisa bailando en sus labios. Louis parece tener un empeño en enparejarme con él y desconozco el por qué.
–Él sabe que eres gay, estúpido. –Le empujo levemente y se encoge de hombros.—
–Pues parece que su cara de enfado no sabía que era gay.
Me río y busco a Juliet, pero ella ha dejado de estar con nosotros para dirigirse hacia su mesa. Odio el hecho de que Ethan sea su primo, y que este mismo esté en el grupito de Justin.
Louis y yo nos dirigimos hacia su mesa, dónde una conversación entre Juliet y ellos ha empezado ya. Me encuntro ansiosa de repente y soy consciente de cada paso que doy en su dirección. "Contrólate, Jayne.", me recuerda mi subconsciente.
–Hey. –Les saludo a todos con un asentimiento de cabeza y las manos en mis bolsillos traseros, porque extrañamente han empezado a sudarme frío.–
Intento no dejar mi mirada en nadie en particular más de lo debido, pero me traiciono a mí misma cuando mis ojos se quedan en Justin. Consciente de eso, agacho la cabeza y me enfoco en la mancha de mi zapato izquierdo; de repente todo parece ser más interesante que lo que está ocurriendo frente a mi.
–Hey, Jayne. –Saluda Aiden animado, haciendo que alce la cabeza.– Ya tengo tu coche arrgelado. –Dice levantándose y acercándose a mí para que la conversación sea más privada.– Siento haber tardado tanto, teníamos otros asuntos que arreglar.
–No pasa nada. Pensaba que era Justin quién lo estaba arreglando. –Digo con voz neutra, como si el hecho de que tal vez no haya querido seguir con nada relacionado conmigo no me afectara demasiado; pero lo hace más de lo que me gustaría admitir y eso me enfada.–
–Oh, no. Eh... tenía otros asuntos importantes. –Sus ojos miran al techo y me devuelven la mirada segundos después, y sé que cualquier cosa que vaya a decirme va a ser mentira.– Él quería, pero bueno, ya está arreglado. –Me sonríe.–
Le sonrío de vuelta y mis ojos vuelven a traicionarme cuando veo a Justin riendo con Ethan sobre algo que han dicho.
Está tan guapo que casi me hace odiarle por esa misma razón. Lleva una bomber negra con una camiseta blanca que es lo suficientemente ajustada como para detectar que tiene un cuerpo bien toneado. Su pelo está desarreglado hacia un lado y joder si no me gustaría enredar mis dedos en él.
Entonces él me mira, y sus ojos se quedan en los míos durante dos segundos, retirándolos cuando Ethan le dice algo que le hace reír y agacha la cabeza mordiéndose el labio mientras una sonrisa danza en su boca. Pero vuelve a mirarme segundos después, aún mordiéndose el labio y no puedo evitar mirar a Aiden cuando siento que el rubor se apodera de mi cara.
¿Qué es lo que está mal conmigo cada vez que estoy a su alrededor? Sería estúpida si negara que no siento algo, por mínimo que sea, hacia el chico de ojos miel que se encuentra en la mesa frente a mí.
Y tengo un montón de sentimientos encontrados; unos echándome la culpa por siquiera pensar en él y otros alentándome a hacer que algo ocurra entre nosotros dos.
–¿Jayne? –La voz de Juliet rompe mi ensimismamiento y la miro, agradecida en parte porque me ha alejado del lugar al que estaban yendo mis pensamientos.–
–¿Sí? –De repente, la atención de todos está en mí, hecho que me hace dar un paso atrás sintiéndome pequeña de repente.–
–Decía que ellos tienen carreras hoy, ¿te apetece ir? –Mi vista se detiene en cada uno de ellos y por un momento me quedo en blanco.–
No debería ir ahí. El lugar al que creo que pertenezco está muy lejos de las carreras; es en casa, leyendo o haciendo cualquier cosa que requiera mínimo esfuerzo.–
Ethan se burla de mí y yo ruedo los ojos, divertida con la situación.
–Vamos Jayne, los vamos a pasar bien. –Me codea Aiden sonriendo.–
Le devuelvo la sonrisa y lo pienso por un instante. ¿Debería ir? La idea de verlos correr se me hace apetecible, pero no sé si tanto como mi zona de comfort.
–No va a ir. –La voz de Justin rompe el hilo de mis pensamientos y me hace fruncir el ceño.–
Mi ceja derecha se arquea y le miro con una mueca interrogatoria en el rostro.
¿Quién se cree que es para decirme lo que tengo o no tengo que hacer?
–¿Qué dices, Justin? ¿Por qué no? –Me defiende Aiden.–
–¿Des de cuando llevamos a chicas a las carreras? –Dice de repente, y me doy cuenta de que parece realmente enfadado; y yo no entiendo nada.–
–¡Oh, vamos! Tú siempre llevabas...
–Cállate. –Gruñe Justin, interrumpiendo cualquier cosa que Aiden estuviera a punto de decir.–
Él tono de su voz es tan frío que Aiden a mi lado da un paso atrás, como si un puñetazo hubiera sido lanzado en su dirección.
Frunzo el ceño por ello, añadiendo un misterio más a los muchos que parecen rodear a Justin.
–¿Se puede saber quién eres tú para decidir quién va y quién no a las carreras? –Suelta Juliet con los brazos cruzados.–
– Déjalo, Juliet. No voy a ir, no te preocupes. –Digo mirándole especialmente a él.–
Sus gestos denotan enfado, pero hay algo en sus ojos que me dice que esa no es la verdadera razón.
Y yo no puedo hacer otra cosa que negar la cabeza decepcionada, lanzando un pobre adiós a todos antes de darme la vuelta y llevar mis pies lejos del grupo.
¿Qué va mal con él?
Odio sentirme tan estúpida cuando se trata de él, es como si supiera exactamente qué decir para hacerme sentir poca confianza en mí misma; y odio que tenga ese poder en mí.
No he andando por más de un minuto cuando soy agarrada por el brazo con suavidad y girada de repente en un movimiento rápido.
Justin se encuentra frente a mí, con un semblante que no soy capaz de descifrar, y que me hace fruncir el ceño cuando su mano sigue aún en mi extremidad.
–¿Qué quieres? –Dagas saliendo de mis ojos.–
Quiero que sepa cuan molesta estoy por lo injusto que está siendo conmigo.
–Soy un imbécil. –Ruedo los ojos y una risa sarcástica cargada de resentimiento abandona mis labios.–
–Dime algo nuevo.
–Las carreras no son lugar para alguien como tú. –No puedo pasar por alto el tono de preocupación que se esconde bajo sus palabras.–
–¿Y qué se supone que significa eso?
El calor de su mano en mi brazo, aún sujeto a mí, me nubla la mente y me niego a seguir en ese estado, por lo que me suelto de él.
–Hay traficantes, gente que está metida en más mierdas de las que puedo imaginar, gente que apuesta; en defintiva, no es un lugar en el que me gustaría verte. –Suspira frustrado.–
–¿Y a ti qué demonios te importa lo que me pase?
No entiendo su punto y me rebienta que esté dando tantas vueltas sin decirme exactamente el por qué de su actitud.
–Me importa, ¿vale? –Suena derrotado y quiero gritarle que no tiene derecho, que él mismo se ha puesto en esta situación.–
–Ni siquiera te importó si mi coche estaba arreglando, ¿como iba a importarte yo?
Suspira frustrado de nuevo y pasa sus manos por el pelo, en un acto desesperado por hacerme entender lo que sea que quiera decirme.
– ¿Sabes qué, Justin? Tú ocúpate de lo tuyo, que de lo mío me encargo yo. –Le miro a los ojos, porque quiero que realmente capte lo que voy a decirle.– He pasado muchísimos años sin ti, no necesito que alguien venga a decirme justo ahora lo que tengo que hacer. –Alzo la cabeza, orgullosa de estar sacando mi verdadero yo a pesar de lo afectada que me siento a su alrededor.– Nos vemos en la carreras.
Y me alejo de él, no sin antes escuchar un gruñido de su parte. Que le den, si cree que puede dominarme es que no sabe una mierda de mí; y me va a conocer.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top