35: El pacto

Manhattan, Nueva York.

La peor forma de confrontar tu pasado, es creyendo que el tiempo puede sanar cualquier herida.

Wesley Goldman permanecia sentado sobre su cama, observando fijamente el techo de su habitación, de vuelta en casa de sus padres, un elegante pent-house, con vista a las brillantes luces de los rascacielos en 5th. Ave.

Aunque a pesar de ello, el top model neoyorquino habría pasado las últimas semanas lejos del ojo público, abandonando castings, pasarelas y todo lo que le recordará simplemente que había sido un completo idiota.

Aun perdido en sus pensamientos, errores y sueños a medio cumplir, no pudo evitar buscar bajo la cama el pequeño baúl de Louis Vuitton que había dejado abandonado desde ya hace unos meses...


Verlo cubierto en polvo le provocó nostalgia, con un aire de tristeza, pero la necesidad de volver a revivir los momentos que te hicieron feliz en algún momento son necesarias para dar el siguiente paso y sanar completamente...

Cerró los ojos por un instante. Tomó una bocanada de aire para llenarse de valor, y tras unos segundos donde parecía que el tiempo se había congelado por completo...

Ahí, permanecían intactos los recuerdos que se aferraba por enterrar en el subconsciente.

El primer amor no es aquel que te toma de la mano, sino el primero que arrebata tu corazón. Wes sabía que Aiden era el primero, pero nunca imagino que sería el único.

Las fotografías en Long Island, las fiestas universitarias y el viejo sketchbook donde el enfant terrible bocetaba sus diseños, y otras donde simplemente divagaba con garabatos y anotaciones encerrando las iniciales de ambos en corazones.

Fue como volver a estar ahí...

Y entonces, simplemente te das cuenta que el tiempo no cura las heridas del pasado. Deja cicatrices, que diario te recuerdan lo que eres, lo que hiciste y lo que nunca podrá recuperarse.

Su teléfono vibró, y con pesar busco en el bolsillo de su demin oscuro divisando la pantalla.

"Preston"

No dudó un Segundo antes de rechazarla. No quería saber del pelirrojo, no quería volver a verlo, mucho menos después de recordar la forma en la que le había abandonado.

Sin embargo, la insistencia y la curiosidad de saber que podría ser tan importante obligó a Wesley a contestar después de unos minutos.

— ¿Qué quieres?

—Bonjour. — la voz de Preston se desvaneció en una pequeña risa petulante al otro lado de la línea.

—Preston. — insisto Wesley tensando la mandíbula, escuchando la respiración del chico de Brooklyn en un intento de volver a la seriedad.

—Necesito dinero. — soltó sin más. — Solo unos dólares. — Suspiro el pelirrojo con desinterés.

— ¿Tienes el atrevimiento de pedirme dinero después de lo que hiciste? — Wesley apretó el teléfono contra la oreja al escuchar otra pequeña carcajada por parte de Preston.

—Lo recuperarás pronto, te pagaré hasta el último céntimo.

Wesley reprimió una carcajada. —ni siquiera tienes el dinero suficiente para comprar una residencia y ¿Esperas que crea que puedes estar en deuda conmigo?

—Es increíble lo mucho que me subestimas. — La voz de Preston de pronto sonó ligeramente irritante.

— ¿Cómo pretendes pagarme entonces? — sugirió Wesley algo retador, pensando que Preston no tendría nada mejor que ofrecer más allá que solo sexo.

—Tengo todo lo que necesito para fundirlos a todos en el averno. — Preston respondió con seriedad, y ciertamente con aires de satisfacción. — Además, prometiste que irías a mi primera exposición de fotografía.

— ¿Iré a ver clichés de otros que sí lograron ser buenos? Eres un refrito en el arte. — Wesley se irguió en la cama y se puso de pie para dar vueltas por toda su habitación.

—No con todas las fotografías que tengo en mi poder. — Interrumpió Preston. — Tengo todas las fotografías de aquella noche...

Wesley iba a seguir recriminándole, pero aquella última frase le hizo congelarse y titubear. — ¿Qué?

Hubo un momento de silencio hasta que Preston soltó un suspiro. —Lo sé todo...

—Pero el caso ya cerró, Gia esta con vida y Stephano era el asesino de Saint-Clare. — Wesley recobró la compostura, ya había cerrado ese capítulo de su vida y está convencido de que fuese lo que fuese, nada podría incriminarlos ahora.

—Ustedes piensan que todo inicio con Gia, pero el asesino de Saint-Clare hablo sobre lo que realmente sucedió, y todo parece apuntar a que Stephano solo era la carnada.

¿Qué quieres decir con eso Preston? — Wesley de pronto sintió un escalofrío recorriéndole entero.

—A que te estoy dando la oportunidad de despedir a Aiden. — El pelirrojo alzó la voz. — ¿Entiendes Wes? Si no te presentas, él se pondrá furioso...

— ¿Quién es él? — Wesley habló con insistencia, pero la línea pareció cortarse antes de que pudiese exigir una explicación.


https://youtu.be/xlf9e9PnJZM


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