15: La cruda verdad
Cuando un capítulo de tu vida finaliza, quizá signifique que llegue algo mejor para continuar, sin embargo, cuando la historia tiene ciertas piezas que no encajan, todo parece carecer de sentido y te impide avanzar.
Nick volteo a varias direcciones buscando el indicio de algo que pudiese explicar lo sucedido, pero Genevieve no parecía querer dejarle ir después de que todos los presentes comenzarán a correr en desorden por todo el lugar.
Preston intentó pegarse a la pared para mantenerse lejos del resto mientras Sebastian le seguía el paso. — ¡Wes!
Wesley volteo en medio del caos al escuchar su nombre y divisar a Preston a unos cuantos pasos, sin embargo volteo en dirección a Aiden, quien aún parecía estar paralizado ante la situación. — Tenemos que salir, vamos a la orilla. — Lo tomó del brazo sin pensarlo, y el castaño solo se dejó arrastrar por él. — Estaremos seguros en los camerinos del backstage.
—¡Nick!— Aiden gritó buscándolo mientras Wesley lo llevaba consigo lejos del caos, desapareciendo por los corredores iluminados por una brillante luz carmesí que se extendía a lo largo del camino.
—Este no es el momento. — Le reprendió Wesley entre dientes, girando hacia cualquier dirección que le permitiese seguir en movimiento, entrando a la primera puerta que encontró sin llave cerrándola y poniendo el seguro al cerrojo. — Estaremos mejor aquí.
El chico de cabello negro dejo escapar un suspiro de alivio, sin embargo Aiden frunció el ceño. — ¿De verdad? ¿Abandonaste a tu prometido allá afuera para salvarme a mí?
— Wesley tensó la mandíbula. — No había tiempo ¿De acuerdo? Se desató el caos allá afuera y seguramente no tardará la policía.
—Todo esto está agotándome. — El castaño se dejó caer en una silla forrada en terciopelo rojo. — Esto es mi culpa. — Aiden se pasó ambas manos por el cabello acomodándolo hacia atrás, sin embargo, Wesley bufo.
— Como siempre, cres que todo esto se trata de ti.
—No es verdad. — Aiden fijó la vista sobre el suelo de madera reluciente. — Si te detienes a pensar, desde que volví a París alguien está intentando volverme loco. — Negó con suavidad. — el mensaje en la ventana, la bolsa de sangre en el hospital y ahora esto...
—Ni siquiera puedo encontrar un sentido a la situación. — Wesley lo miró desde su posición y se agachó a su altura. Un gesto que hacía cuando Aiden estaba triste y se quedaba sentado en las escaleras del instituto en Nueva York. — Te aseguro que mientras estés conmigo nada malo va a pasar.
Un escalofrío recorrió la espalda de Aiden al escuchar aquello. Como si sus palabras fueran tan sinceras como el primer día. — Wes ahora no. — insistió el castaño con un aire de desgano.
— ¿Ahora qué?— Wesley frunció el ceño fijando su mirada brillante y penetrante en los ojos de Aiden, quien puso a su vez la mirada en blanco poniéndose de pie para caminar al otro extremo de la sala soltando un bufido. — eres divertido cuando hablas de ese modo.
—Sabes que nunca jugaría cuando se trata de nosotros. — Wesley se dio la vuelta para seguirlo y quedar a unos cuantos pasos frente a él.
—Ya lo hiciste una vez. — Aiden se giró para encararlo. — ¿Recuerdas que íbamos a casarnos en Manhattan? Antes de que supiera que me eras infiel con el chico que ahora es tu prometido. — frunció el ceño en un gesto de ingenuidad y desilusión. — Y todavía tuviste el descaro de anunciar nuestro compromiso en la gala del MET una semana antes de que sucediera.
—Claro. — Wesley pasó una mano por su cabello tensando la mandíbula y fijando la vista por uno de los alargados ventanales de la estancia. — Y tú te marchaste, yo te seguí al otro lado del mundo, solo para estar contigo, te ayude a conseguir asilo político en Nueva York después de lo que pasamos juntos.
Aiden sintió un nudo en la garganta. — Le diste mi anillo de compromiso... — susurró apenas recordando a Preston con un brillante diamante de Tiffany en el dedo corazón.
El mismo que alguna vez fue suyo.
— ¿Es lo único que te importa?— Wesley esbozó un gesto de asco arrugando la nariz. — Si no fuera por mí tú no serías nadie, cuando te conocí eras un chico tímido y solo. Estabas muriendo. — Le dedicó una mirada indiferente de pies a cabeza, como si hubiese podido recordar la viva imagen de Aiden en los huesos, culpa de sus desórdenes alimenticios en el pasado. Hasta que pudo ser consiente del odio que emanaba en sus palabras. — lo siento yo...
Una lágrima logró escaparse de los ojos del castaño. Aquel instante fue suficiente para que Aiden apartase a Wesley de un empujón haciéndolo a un lado, quitando el seguro de la puerta para salir y correr a cualquier sitio lejos de su presencia.
Cuando te rompen el corazón, tienes que levantar los pedazos rotos, pero no importa cuánto intentes unirlos, las grietas pueden abrirse en cualquier momento.
Genevieve siguió a Nick hasta la puerta principal con movimientos ágiles, ya habían llegado refuerzos y ambulancias para llevarse los cuerpos y sacar pruebas contundentes. Sintió miedo por primera vez en mucho tiempo, recordando la noche que Gia murió.
Después de salir a la pasarela con la colección de Aiden, ella se habría quedado a solas con Gia, quien solía molestarla ocasionalmente, reprochándole que Clarice solo hubiese querido estar al lado de Stephano por dinero.
Así había sido siempre. No importaba cuánto se esforzara, Gia siempre se encargaba de hacerla sentir culpable, repitiéndole siempre que su madre era una caza fortunas, una prostituta sin gracia que se acostaba con hombres viudos para conseguir lo que deseaba.
Todos llegamos a un límite, y Genevieve la había tomado del cabello tirando con fuerza, haciéndole caer de espaldas desde la silla del tocador. Tomó la tenaza de cabello humeante y aprisionó su mano en ella...
—Espera aquí. — Nick susurró sacándola de sus pensamientos, asomándose como si hubiese descubierto algo, y en efecto, alguien parecía hablar susurrante. No se entendía que, pero parecía desesperado. La rubia asintió dejando que el oficial Tanner se asomara un poco por el corredor.
Julian Hawke estaba hablando por teléfono. Parecía aturdido. — Perderé mi placa después de esto. — susurró contra la bocina. — Entiende, no quiero seguir indagando en el caso. — suspiró llevándose una mano sobre la frente mientras tomaba asiento en una silla. — Mi objetivo era incriminar a Aiden, pero parece que las sospechas hacia él han desaparecido con él frente a la escena del crimen. — Hizo una pausa. Nick supuso que la persona con la que fuese que estuviera hablando estaba molesta.
—Como quieras, a mí no me busques más, estoy fuera. — El oficial Hawke colgó el teléfono fijando la mirada en cualquier otro punto de la estancia, con un semblante que reflejaba la culpabilidad de alguien que está por arrepentirse de sus acciones.
Nick agrandó la mirada. Su teoría era cierta, con respecto a la inocencia de Aiden, alguien más quería verle hundido pero no sabía los motivos reales. Chicos inocentes estaban siendo masacrados de por medio y Julian estaba posiblemente involucrado.
Un tintineo resonó en el silencio. Nick giro observando que Genevieve intentaba apagar su teléfono, pero Julian no tardó en reaccionar y asomarse apuntando a su dirección con su pistola entre las manos. — Parece que siempre vas a seguirme ¿No es así Tanner?
— ¿Porqué estás haciendo todo esto? — Nick miró de reojo el arma antes de verle nuevamente a los ojos. — ambos sabemos que Aiden no es culpable...
— ¡Si lo es!— Julian lo interrumpió en un acto desesperado. — ¡Es un maldito mentiroso! ¡Y todos creen en su inocencia!
—Han llevado este caso demasiado lejos. — Nick negó con la cabeza. — ¿No te das cuenta de que esto ya no se trata de ninguno de ellos? Hay un asesino suelto que realmente necesita ser encontrado.
Julian soltó un bufido. — Si, y la amenaza tiene el nombre de LeClair.
Unos cuantos pasos apresurados irrumpieron por el corredor. Julian giro y apuntó a la proximidad. Aiden se había detenido con los ojos y las mejillas hinchados en seco frente a él. — Ho mira que conveniente. — Sus ojos se encontraron por un instante. — Ahora podré terminar contigo...
— ¡No!— gritó Nick en un tono firme. Genevieve le observó sacar su arma en un movimiento rápido disparando sin pensar en dirección a Julian.
Aiden escucho un grito agudo, mientras una bala atravesaba la cabeza del oficia Hawke haciéndolo caer de inmediato, divisando la sangre que comenzó a formar un charco carmesí alrededor de su cabeza.
— ¡Rápido! ¡Salgan!— La mirada de Nick se encontró con el semblante sorprendido de Genevieve. — ve con Aiden al auto, los alcanzare en un momento.
La rubia asintió acercándose con algo de temor encontrándose cara a cara con Aiden sin saber cómo reaccionaría después de presenciar el cadáver de Julian, sin embargo, para su sorpresa el chico se limitó a tensar la mandíbula. — ¿Qué, te quedaras ahí parada?
—No. — respondió Genevieve con sequedad saliendo a la par de Aiden de la agencia.
Nick se tomó la libertad de mirar el cadáver de Julian una última vez en cuanto los chicos se desvanecieron por los corredores, guardó su arma y a su al rededor antes de apresurar el paso para encontrarse con Aiden y Genevieve. <<llevaste las cosas muy lejos. >>
Lo único peor que no saber la identidad de un asesino en serie, es saber su motivación, y aún más difícil era encontrar su identidad cuando se está en medio de un nido de serpientes.
En este juego todos pueden ser peligrosos.
https://youtu.be/7CdEfL-XrSk
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