[ ♡ Día 08: ′′Te dije que te arrepentirías...′′ ♡ ]

NARRA; SAMANTHA ′′SAM′′ EVANS.

INTERIOR – YATE DE JOSH, NUEVA YORK – HABITACIÓN DE HUÉSPEDES – MADRUGADA.

Empiezo a despertarme cuando escucho un sonido extraño, pero cuando me levanté de la cama para ir a investigar, escuché un portazo, pero antes de darme cuenta, Josh está haciendo ruidos de pánico. Parece no darse cuenta de que su brazo todavía me rodea porque cuando lo sacan de la cama, caigo junto a él.
Aterrizo en el suelo sobre mi espalda, gimo de dolor antes de asegurarme de que nada le haya pasado a mi vientre dónde se supone que debe estar el bebé, cuando no veo nada fuera de lo normal, levanto la vista para ver a la persona que nos atacó, pero lleva una sudadera negra con capucha que cubre su rostro, haciendo que sea difícil identificarle.

Entonces miré a Josh con pánico y terror mientras que esté rápidamente agarra una botella de cerveza parcialmente llena a su lado en el suelo y la estrella contra la cabeza del hombre. Él hombre gruñe y se tambalea hacia atrás, pero luego se recupera y empuja la cabeza de Josh contra la pared con un cuchillo en su garganta.

— Ni siquiera lo pienses — le advierte el hombre a Josh, su voz
sonando extrañamente familiar.

— ¡JOSH! — grité, tratando de ir hacia donde él.

Él hombre giró su cabeza hacia mí, manteniendo el cuchillo presionado contra la garganta de Josh.

— Levántate lentamente y quédate quieta, o le cortaré la garganta a tu noviecito — me amenaza el hombre con capucha.

Entonces miré a Josh. Sus ojos están llenos de pánico, pero también hay algo más allí. Piedad.

— Sam... no tienes que escucharlo. ¡Estaré bie... AGH! — dice Josh con desesperación en su voz.

Las palabras de Josh son interrumpidas por el hombre que toma su mano libre y aplasta a Josh más contra la pared. Presiona aún más el cuchillo, lo suficientemente como para cortar parte de la suave piel del cuello de Josh, formando una pequeña línea de sangre.

— ¡Detente! — le suplico al hombre — ¡Está bien! ¡Lo haré! Solo... no le hagas daño — le pido al hombre.

Solo puedo ver la sonrisa del hombre en la oscuridad. La sombra de su capucha negra dificulta ver su rostro con claridad. Aprieto los dientes antes de levantarme del suelo lentamente, quedándome quieta una vez que me levanto del suelo. Miré a Josh y al hombre. Estaba perdida en mis pensamientos pensando en cómo diablos saldremos de está situación. Pero entonces él hombre tira de Josh para que se ponga de pie.

— Si te mueves, mato a la chica — dice el hombre con voz ronca.

Así que Josh y yo nos quedamos quietos. Nos quedamos tan quietos como podemos y solo nos movemos cuando el hombre nos dice que lo hagamos por temor a la seguridad del otro. Él hombre nos ata las manos a la espalda y nos tapa la boca con cinta adhesiva gruesa como un toque final. Pero mientras el hombre nos lleva a la habitación que Hannah y Alexander comparten, no puedo evitar preguntarme quiénes diablos son estas personas y qué quieren. También tengo la sensación de que esto no va a acabar bien.

NARRA; JOSHUA ′′JOSH′′ WASHINGTON.

INTERIOR – YATE DE JOSH, NUEVA YORK – HABITACIÓN DE HUÉSPEDES – MADRUGADA.

Cuando el hombre nos lleva a mí y a Sam a la habitación de Alex y Hannah, lo primero que veo es a Alexander sentado en el suelo, con las manos atadas detrás de su espalda y la boca amordazada como las nuestras. Hannah también está allí, mirándome con los ojos muy abiertos. Una mujer está ahí, sosteniendo un cuchillo en la garganta de Alex. La mujer empuja a Alex hacia atrás cuando entro en la habitación, levantándose para salir de la habitación y dejar que el otro hombre empujé a sus rehenes, Sam y yo, adentro.

Él hombre que nos atacó a Sam y a mí me empuja a la habitación con Hannah y Alex, empujando a Sam suavemente detrás de mí. Fruncí el ceño ante su extraño comportamiento hacia Sam antes
de sentarme junto a Álex, Sam se sentó junto a mi lado. Entonces miré a Sam para ver como sus ojos se agrandan. Entonces levanto la vista para ver a otro hombre empujando a Beth y a Samuel dentro de la habitación, ambos con la mano atada y la boca amordazada también.

Dos hombres y una mujer.

Mierda.

No...

Desafortunadamente, mis sospechas se confirman cuando Beth no se sienta como el hombre quiere, sino que le gruñe con enojo al hombre que nos secuestro y el hombre no le queda más remedio que entrar a la habitación. No tiene capucha para que pueda ver su rostro en la oscuridad. Es él. Reconocería ese rostro en cualquier parte. Es él pescador de un ojo ciego. Y luego los otros dos se quitaron la capucha solo para revelar que no eran otros que mi loca y psicópata ex novia Rebecca Warren y Grayson Miller, quién es el ex novio de Sam. Pero entonces esto solo significa que... Es culpa de Samuel por hacerlos enojar.

Entonces Rebecca se giró en dirección hacia Sam y le sonrió con malicia.

— Te dije que te arrepentirías — le dice Rebecca a Sam, quién la mira con los ojos muy abiertos en reconocimiento.

— Hola, Samantha. ¿Me extrañastes? — le pregunta Grayson a Sam con una sonrisa de satisfacción en su estúpido rostro.

Sam solamente le dió una mirada mortal. Él hombre con un ojo ciego empuja a Beth hacia abajo para que se siente junto a Sam. Él hombre nos mira a todos antes de salir de la habitación con los otros dos, siguiéndolo de cerca y cerrando la puerta, dejándonos a los seis solos.

Me acerco más a Sam, le doy la espalda y busco la cinta adhesiva en su rostro. Cuando se acerca lo suficiente, lo agarro y se lo arranco del rostro. Se toma un momento para recuperar el aliento ahora que puede volver a respirar por la boca antes de susurrarme:

— Acércate. Déjame quitarte el tuyo — me dice Sam.

Yo simplemente asentí con la cabeza en respuesta, sentándome mientras Sam me da la espalda. Acerco mi rostro a sus manos, permitiéndole encontrar la cinta adhesiva con sus manos y quitarla de mi rostro. Dejo escapar un grito ahogado por el dolor que produce, sentándome de nuevo mientras Samuel quita la cinta adhesiva del rostro de Beth y ella hace lo mismo. Puedo ver a Álex y Hannah quitándose la cinta adhesiva por el rabillo del ojo.

Una vez que estamos todos libres de la cinta adhesiva, miro a mi gemelo Samuel y le siseó:

— Tenías que hacerlos enojar, ¿no? — le pregunté.

— Lo siento, ¿de acuerdo?. Todo esto es mi culpa y me hago responsable de mis acciones — nos dice Samuel.

Sin embargo el hombre que golpeé antes con la botella de cerveza unos minutos antes, que su nombre era Grayson si no mal recuerdo, entra a la habitación con sangre goteando por su frente por la herida que le hice. Él hombre nos mira a todos antes de agarrar a Sam por el brazo de manera gentil aunque un poco brusca al mismo tiempo. Mis ojos se agrandan y mi pulso se acelera mientras el pánico aumenta en mi pecho.

— ¡No! ¡Déjala ir! ¡Déjala ir ahora mismo! — dije mientras trataba de levantarme, pero Grayson me patea antes de arrastrar una Sam gritando por la puerta.

— ¡JOSH! ¡AYÚDAME! — grita Sam mientras Grayson se la lleva a Dios sabe dónde.

Me quedo sentado en el suelo, completamente derrotado.

— La recuperaremos — me asegura Hannah, inquieta — Estoy casi libre — dice mientras se las arregla para volver a poner sus manos frente a ella.

Intento calmarme, queriendo ser lo más racional posible ahora mismo. Tal vez eso ayude en este momento.

— Bien, entonces, ¿Buenas noticias o malas? — pregunta Samuel de repente.

— ¿Malas noticias? — pregunta Álex — ¡No veo cómo esto podría empeorar! —.

— La mala noticia es que... Tal vez estos son los pescadores con los que cabreé antes — dice Samuel mirándonos a todos.

— ¡Oh, maldita sea, Samuel! — le sisea Hannah a mi gemelo.

— ¡Genial! — dice Álex sarcásticamente — ¡Simplemente genial! ¿Y las buenas noticias? — le pregunta.

— Uh... que los reconocí — dice Samuel.

— ¿Cómo son esas buenas noticias? — le pregunta Beth.

— ¡Pensé que ibas a pedir las buenas noticias primero! — responde Samuel.

— ¡Eres tan idiota! ¡Joder! — dice Beth mientras Hannah pone los ojos en blanco.

Ahora Sam está ahí afuera con esos sicópatas y no hay nada que podamos hacer al respecto. Solo espero que este bien. Nunca me lo perdonaré si no lo está.

C O N T I N U A R A...