[ ♡ Día 08: ′′Siempre has sido tan encantador, Mike. En realidad, siempre fuistes tan dulce y terso...′′ ♡ ]

NARRA; KATHERINE ′′KAT′′ MORELL.

EXTERIOR – PARQUE, NUEVA YORK – DE DÍA.

Moviendo nerviosamente los botones de mi ligero cárdigan sintiendo que las mariposas comenzaban a revolotear alrededor de mi estómago,
casi salgo de mi piel cuando sonó el timbre de la puerta con fuerza indicando que Michael había regresado de hacer sus compras y que estaba listo para la cita. No pude evitar la pequeña sonrisa tímida cuando abrí la puerta a un Michael radiante. Se veía tan adorable allí de pie con unos jeans oscuros y ajustados y una
camiseta negra con una gran manta sobre su hombro y una canasta de picnic al estilo de la
vieja escuela en la curva de su codo izquierdo.

— ¿Lista? — me pregunta Michael y yo asiento con la cabeza en respuesta mientras él se acerca para tomar mi mano.

— Vámonos Mike, vámonos — le digo con mi tímida sonrisa.

Me doy la vuelta y coloco mi mano izquierda en la derecha de Michael mientras los dos nos dirigimos hacia el pequeño parque del vecindario.

Dando una vuelta por el parque antes de buscar el lugar perfecto
para colocar la manta, Michael hace una broma sobre sentirse
como Charles Bingley y Elizabeth Bennet de ′′Orgullo y Prejuicio′′ mientras ambos paseamos casualmente por el gran salón
de Netherfield Park. No pude evitar bromear sobre cómo él sería el perfecto Charles Bingley, sentado y observando, haciendo bromas tontas. Su risa tranquila
provocó una pequeña risa propia.

— Muy astuta en sus observaciones de mí como Charles, Katherine — dijo Michael y yo le sonreí antes de que él se concentrará de nuevo en colocar la manta a la perfección para que ambos estuviéramos en posición de sentarnos en el sol o en la sombra
que ofrecía el gran árbol.

Una vez tuvo todo colocado exactamente como quería que estuviera, me hizo un gesto para que me sentara y, al encontrar el lugar perfecto medio sombreado
medio soleado, intento sentarme con gracia. Deja la canasta a mi izquierda mientras maniobra con su cuerpo para que yo quede entre sus piernas. Esta posición brindó a ambos puntos de vista de las muchas personas que reflexionaban sobre el parque.
Mis favoritas eran las parejas mayores que salían a dar un paseo por la tarde, tomados
de la mano.

— Entonces, Charles, ¿cómo te sientes esta hermosa tarde? — le pregunté, bromeando.

— ¿Por qué señorita Bennett? Creo que me siento bien, especialmente ahora que disfruto de mi compañía. Estoy bastante seguro de que esto se considera bastante inapropiado ya que no estamos siendo chaperoneados — me responde Michael y yo me reí tanto que mi risa se le contagió a Michael.

— Muy bien mi buen señor, considerando que ya está planeando profanarme más tarde, supongo que es algo bueno que no estemos siendo chaperoneados en este día caluroso. Estoy segura de que no querría ningún testigo de cualquier libertinaje que se nos presente — le respondí, siguiéndole el juego.

Lo siento cambiar su peso mientras se sienta un poco más recto y susurro en mi oído:

— Considerándolo todo Kat, me has hechizado en cuerpo y alma — dijo Michael utilizando la frase de Mr. Darcy en Orgullo y Prejuicio.

— Oh, travieso, niño travieso. Sabes exactamente lo que me hacen las frases del Sr. Darcy — lo regaño mientras lo golpeo juguetonamente en el brazo — Siempre has sido tan encantador, Mike. En realidad, siempre fuistes tan dulce y terso — le dije y luego le sonreí suavemente.

— Oh diablos. No esta mierda de nuevo. Todo el mundo siempre dice eso, pero en serio siempre solía sentirme tan incómodo y raro — dice Michael.

— No Mike, incomodó y extraño, ese será Peter — dije mientras me reía de nuevo. Michael definitivamente está trayendo lo mejor de mí hoy. Las mariposas de antes habían desaparecido y ahora son reemplazadas por un fuerte estruendo mientras mi estómago me hace consciente del hecho que aún no he comido.

— Esa es la declaración más precisa sobre Peter que he escuchado sobre ti, Kat. Realmente nos conoces a todos tan bien — comenta Michael haciéndome sonreír.

— No puedo creer que hayas recordado mi libro favorito — le dije a Michael.

— ¿Por qué dices eso? ¿Crees que no recordaría ese tipo de cosas sobre una de mis mejores amigas? — me pregunta Michael.

— Nunca sé exactamente lo que haces o no recuerdas — le dije a Michael.

— Más de lo que creés Kat. Definitivamente mucho más de lo que piensas. Recuerdo tú color favorito, película, flor, bebida, comida, cantas para ti misma cuando estás realmente feliz, bailas cuando crees que nadie
te está mirando, puedes quedarte
dormida en casi cualquier lugar siempre que tengas una manta, tú siempre tienes frío pero nunca te quejas, te muerdes el labio cuando te estás concentrado. Marchas al ritmo de tu propio tambor. A veces eres el soplo de aire fresco y es maravillosamente refrescante — dice Michael dejándome sin palabras. No puedo creer que alguien como Michael recuerde todo eso. Hace que mi corazón se acelere y una sonrisa comenzó a florecer lentamente en mi rostro.

— ¿Me muerdo el labio cuando me estoy concentrando? — le pregunté después de unos segundos en silencio.

— Sí, también frunces el ceño y te muerdes las uñas cuando intentas descifrar algo — me dice Michael.

— Vaya, Mike. No pensé... No tenía idea de que tenía tantas historias — le digo a Michael aún sorprendida.

— Bueno, te conozco desde siempre, Kat, por supuesto que sabría estas cosas después de tanto tiempo de amistad — me responde Michael.

Sonreí para mi misma mientras mi estómago retumba de nuevo y  Michael casualmente me pregunta si tengo hambre.

— Hambrienta y sedienta — le respondo a Michael.

Alejo mi cuerpo de su pecho y me giro para sentarme frente a él en la manta mientras él estira la mano y tira de la canasta entre nosotros dos quitando una serie
de recipientes de plástico llenos de comida, platos desechables, cubiertos desechables y algunas botellas de agua helada.

Mi mandíbula se aflojó ante la gran cantidad de opciones de comida que tenía ante mí, mirándolo y no pude evitar preguntarle:

— Mike, ¿hicistes todo esto tú mismo? —.

— Sí, la mayor parte. Peter ayudó un poco, pero creo que se debió principalmente a que su trasero flaco solo quería los extras — responde Michael mientras se ríe en respuesta mientras comienza a servir la comida — Su festín de comida, está listo, señora — entona usando un acento inglés pobremente imitado y pésimo.

Inclinando la cabeza, no pude evitar canturrear con un acento igualmente malo:

— Gracias amablemente, señor —.

Los dos sonreímos mientras nos sentamos juntos en la manta bajo el sol mientras yo como solo haciendo una pequeña charla informal, compartiendo bromas y bebiendo de las botellas de agua frías. Él ambiente informal de la cita definitivamente hizo que ambos nos sintiéramos increíblemente relajados mientras el sol caía sobre nuestras espaldas. Las sonrisas
genuinas que nos intercambiamos no pasaron desapercibidas por otros clientes del parque.

Escuché a una pareja mayor caminando por la suave hierba cercana y comentar como los dos
les recordábamos a ellos mismos
hace unos cuarenta años, lo que provocó un ataque de risas entre nosotros dos.

Terminando mi comida, dejando los artículos usados apilados al alzar en un lado de la manta, me acomodo entre las piernas de Mike mientras que él envuelve su brazo alrededor de mi cintura. Ver a la gente era una de mis actividades favoritas y los dos a menudo lo convertíamos en un juego divertido cuando ambos lo
jugábamos juntos. Inventando comentarios o diálogos aleatorios de la variedad aleatoria de visitantes del parque, riéndose de algunas
de las payasadas de los niños al observar lo bien que se estaban
divirtiendo algunas de las familias en el parque simplemente corriendo como locas. Algunos niños tenían paletas heladas que estaban medias derretidas en sus  pequeños puños. Habían un puñado de parejas jóvenes que
tenían una idea similar a la de nosotros dos y estaban tirados en una manta acurrucados, algunos besándose abiertamente, un grupo de adolescentes cerca de la cancha de baloncesto fumando y empujándose, y algunas parejas mayores simplemente paseando por el parque.

Esta tarde había sido magníficamente soleada y cálida,
pero sorprendentemente no demasiado calurosa. La calidez del aire y la sensación de que Michael me rodeaba me hacía sentir como en casa. Él tiempo parece volar y antes de darme cuenta me había pasado 20 minutos bromeando sobre lo
que pasaba a mi alrededor. Los dos formamos un diálogo para algunas de las otras parejas que
nos rodean. Fuertes carcajadas salían de nosotros dos, algunos voltearon a vernos y otros solo nos sonreían ampliamente.

Pasaron unos minutos entre nosotros dos y Michael se aclaró la garganta; ¿Estaba listo para irse?.

— Mike, se está calentando un poco, ¿quieres? — le digo mientras dudo en articular que quería irme sin sonar demasiado ansiosa — ¿Quieres quedarte? ¿O seguir adelante y regresar al apartamento? — le pregunté a Michael.

No dice nada pero asiente con la cabeza, liberándome de su agarre y juntos aclaramos todo, depositando la basura en los contenedores correspondientes, sacudiendo la manta y doblándola. Recojo la canasta dejándola en el hueco de mi codo
como el había hecho poco más de una hora antes. Sin pensarlo extiendo la mano para ofrecerle mi mano la cuál acepta tomar con una sonrisa tímida en su rostro; exhalando lentamente mientras el familiar sentimiento
reconfortante se instala sobre nosotros.

Él camino de regreso al apartamento había consistido en
mi mayor parte charlando sobre cualquier cosa y todo para distraerme. Luego ambos llegamos al apartamento y entramos antes de dirigirnos hacia nuestras habitaciones con una sonrisa en nuestros rostros.

‹′′¡Esté es el mejor día de mi vida!′′› Pensé mientras una pequeña sonrisa comenzó a florecer lentamente en mi rostro.

Entonces escuché la puerta de mi habitación abrirse con un crujido mientras Amara asoma su cabeza por esta, con una gran sonrisa en su rostro me dice:

— Quiero saber todos los detalles de como te fue en tú cita con Michael —.

Yo solo sonreí antes de contarle todos los detalles de mi cita con Michael.

C O N T I N U A R A...

Capitulo dedicado a RosaIAlers.