10. Otro Lado
Mi sufrimiento se prolongó durante varios meses. Un auténtico suplicio.
D me arrebató la capacidad de disfrutar incluso de la buena música y los libros de medicina forense, ya ni siquiera reía de los chistes malos pese a que solía ser una persona fácil de hacer reír. Empecé a pasar mis ratos libres cada vez más solo. O bueno, solo no: D siempre estaba allí para recordarme lo poco que valía.
Y luego llegaba M a sembrar el caos en mi mente, a contagiarme su artificial euforia, y allí estaba yo; temerario e irascible, tan poderoso e incansable que no lograba nada. Todo a la vez, todo muy contradictorio. Cuando M mandaba no podía separarme de la sensación de que mi cerebro explotaría en cualquier momento.
Ya no tenía nada a lo que aferrarme. Llegué incluso a sentir que estaba desprovisto de sentimientos y emociones.
Y así fue durante semanas y meses, los dos fantasmas se disputaban el control de mi persona, o a veces me compartían. Pero casi nunca me dejaban libre; era una víctima de mi propia mente.
Y no podía soportarlo por más tiempo.
Harto de mis fantasmas malignos internos, decidí mudarme al Otro Lado, el lugar a donde mi abuela dice que van los fantasmas cuando no tienen asuntos pendientes.
Allí, ni M, ni D, ni los fantasmas malignos humanos podrían encontrarme; ni hacerme daño.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top