Capítulo 5
—Tenemos que hablar —Andreu se acerca rápidamente a Noelia luego de verla entrar a la casa. Está sudada, cansada e intenta arreglar su cabello.
—¿Maty está bien?
—Si, bueno, esto se relaciona con él. Es sobre su amigo imaginario —luego de escuchar que su bebé está bien, ella suspira y camina a la cocina para beber un poco de agua fresca.
—No veo el problema, también tenía un amigo imaginario cuando era niña. Creo que se llamaba Roselo.
—Matt dice que se llama Ka, le da dulces y juega con él. También dijo que su amigo le dio los chocolates antes de ir al jardín —Andreu insiste mientras sostiene una hoja en su mano derecha—. Hice esto con Matt y es...
—Bien, déjame ver. —Ella extiende su mano hacia el dibujo y lo observa con detenimiento. En la hoja muestra la imagen de un hombre alto, su piel es negra a excepción de sus manos, rostro y cabello. Sus ojos dorados es lo único con color en el retrato.
—No se ve espantoso como me lo había imaginado, parece una persona pero Matt dice que se mueve como un animal —agrega y espera la reacción de su pareja. Noelia, por otra parte, roda los ojos y aprieta las mejillas de Andreu.
—Ya miedoso. Los amigos imaginarios no son malos, al contrario, significa que Maty es un niño sano. Además yo creo que es lindo.
—Pero hay algunos detalles que-
—Mira, su camiseta negra, las mangas son tan largas que casi esconden sus manos. Tierno —Noelia finaliza la charla cuando sale de la cocina con una manzana en su boca. Andreu baja la mirada y observa el dibujo, su instinto, el cual nunca se había equivocado, le advierte.
Mientras tanto, Noelia pasa por la habitación de su niño para saludarlo y lo ve correr por el lugar con una correa en su mano. Saluda a Maty con un beso en la frente y luego continúa hacia su cuarto.
—Mamá, quiero cereal —le pide luego de unos minutos. Su estómago ruge ya que ha jugado con Kaneís por mucho tiempo—. ¿Tú quieres? —Mira a su nuevo compañero de juegos.
—No, debo hacer la cena, nada de dulces —responde Andreu desde la cocina.
—¡Tengo hambre! —exclama para luego arrojar unos juguete que tenía cerca. Un coche golpea la cabeza de Kaneís haciendo que el niño voltee y le sonría. Le pide que se acerque de forma inocente para susurrarle—. Ka, trae el cereal sin que papá lo vea.
Matt, luego de dar la orden, espera unos minutos, ansiando probar el cereal sabor chocolate. Incluso babea un poco. Su pedido llega de inmediato y se abalanza sobre la caja que Kaneís tenía en su boca, rompe la caja, abre la bolsa y arroja un poco al suelo en su desesperación.
Andreu no puede ignorar el escandalo, además corre con un vaso lleno de agua al oír a Matt toser. Lo encuentra en el suelo, con el rostro cubierto de chocolate y migas mientras se esfuerza por respirar. Noelia acude también y toma al pequeño en sus brazos para golpearle suavemente la espalda. Luego le hace beber un poco de agua con paciencia, cosa difícil debido a la desesperación. Tomó la iniciativa al ver que Andreu estaba paralizado, siempre reacciona igual en momentos así.
—Respira, respira —murmura y recobra el aliento cuando Matt también lo hace. Luego del susto, ella lo levanta en sus brazos y lo lleva a la sala, dándole una mirada fúrica a Andreu antes de salir.
Él frunce el ceño debido a eso y sus ojos revisan el cuarto, restos de cereal se encuentra en el piso junto con la caja. La misma caja de cereal que había guardado en la alacena alta para que su hijo no pudiera alcanzarla.
En eso sale en busca de Noelia, quien consuela a Matt en el sillón. Lo abraza mientras le repite, un poco para él y un poco para ella, que ya pasó. Al ver a Andreu acercarse, su expresión cambia.
—Ya estás feliz, al menos debiste vigilarlo mientras comía.
—¿Qué? Él no tenía nada hasta que tú llegaste —responde en su defensa.
—¿Me estás culpando? Yo intento ser más firme pero no ayudas, eres su padre, deberías-
—Lo consiento más de lo que debería, es cierto. Pero también lo intento.
Matt observa a sus padres desde su lugar en el sillón, ellos no habían alzado así la voz antes ni menos el uno contra el otro. Se cubre los oídos para callar los sonidos y espera que todo termine. Pues no sabe qué más hacer para detenerlos. Kaneís también los observa, haciendo que la culpa crezca sobre sus hombros.
—Fue Ka —alza la voz luego de ver un poco de cabello blanco asomándose por el borde el sillón—. Le pedí que me diera dulces y también cereal. —Noelia se inclina ante él y sostiene su rostro con las manos.
—Maty, di la verdad. No voy a enojarme.
—Es la verdad, papá no sabía.
Ella asiente dándole una sonrisa, luego lo alza para llevarlo de nuevo a su habitación y asegurarse que nada más suceda. En cambio Andreu se desploma sobre el sillón mientras frota su rostro con las manos. Sabe que no se ha acabado.
La noche cae, Kaneís permanece junto a la cama de Matt, viéndolo dormir tranquilamente. Aunque acerca su mano hasta la nariz del pequeño cada hora para sentir su aliento cálido. Un ruido en la sala hace que levante la vista y se concentre en escuchar.
—Bien, ya no estoy molesta pero acepta que hiciste mal.
—No lo haré porque no lo hice.
—¡Andreu!
—¡Escúchame! Tal vez lo que dice Matt es verdad.
—Es solo un niño pequeño.
Kaneís siente la cama moverse, entonces ve a Matt bajarse y caminar hacia la puerta. Solo la abre un poco para poder escuchar, un momento después regresa y se sienta junto al espectro, quien estaba costado a los pies de la cama.
—No quiero que peleen —murmura llevando sus manos a los oídos. Un segundo después siente como su amigo coloca sus propias manos sobre sus pequeñas orejas.
—Ya lo sé.
—¿Puedes hacer que dejen de pelear?
Él lo mira a los ojos por un momento, asiente en forma de respuesta y sale de la cama. Matt permanece en el cuarto mientras el otro desaparece detrás de la puerta. Un segundo después ya no escucha la discusión de sus padres y baja las manos. Todo está tranquilo nuevamente, así que el sueño termina por vencerlo.
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