Capítulo 19
Frente a Bianca se encontraba un verdadero desastre, los asientos exteriores, la proa y parte del mástil, todo estaba cubierto de manchas de sangre. Su mirada ignoró los cuerpos sin vida y se fijó en la criatura marina.
Él estaba recostado por el barandal, se veía como un animal asustado e intentaba quitarse el arpón. Sin embargo, cada vez que tocaba el objeto de metal, era extremadamente doloroso. Además, los extremos iban a desgarrarlo aún más si lo sacaba con todas sus fuerzas. Odio los momentos donde debes usar la cabeza en lugar de la fuerza, pensó. Aún seguía temblando ligeramente, en especial sus manos, no las reconocía con toda esa sangre empapándolas.
En ese momento vio a la humana madre acercarse. No entendía el porqué, creyó que le temerían por lo que acababa de hacer. Sin embargo se acercó y se arrodilló a su lado con cautela, tenía el cuaderno de sus manos donde le pedía con sus garabatos que no tocara el arpón. Entonces asintió, viéndola dejar el cuaderno a un lado para luego caminar hacia el cuerpo de uno de los hombres. Sin titubear o dudar, ella se agachó y empujó el cuerpo, lanzándolo al mar. Luego hizo lo mismo con los cuerpos restantes en silencio para luego comenzar a limpiar la sangre de la proa.
Hice lo correcto... se repetía a sí mismo. Pero su conciencia lo seguía reprochando, la culpa crecía y crecía incontrolablemente. Entonces, para aliviarse un poco, decidió hacer lo que tenía que hacer. Se llenó de valor y comenzó a cortar su pecho con sus afiladas uñas, ese dolor no era nada comparado a lo que estaba sintiendo en su interior. Hizo las marcas, asegurándose de que estén correctamente hechas, sabiendo que las llevaría hasta la muerte en su piel. Aun así eso era lo correcto, con las marcas hechas sólo había algo más por hacer y tomó el cuchillo de caza que estaba tirado cerca de él. Apenas lo vio debido a que su cabellera estaba empapada de sangre pero eso estaba por terminar.
—Espera, ¿qué estás haciendo? —Bianca lo vio sosteniendo el cuchillo. Él, de un rápido movimiento, envolvió su cabello en un puño y lo cortó de manera limpia. Quedando este a la altura de sus hombros, de las hebras negras goteaban hilos rojos que bajaban rápidamente por su brazo y finalmente arrojó todo ese cabello al mar.
Antes de que Ackley pudiera seguir cortando, Bianca lo sostuvo de la muñeca para detenerlo y quitarle el cuchillo. Era la primera vez que lo tocaba pero manchó las manos de la mujer, así que soltó el objeto y bajó la mirada.
—No sé qué fue eso pero ya está quieto —murmuró la mujer para sí misma. Entonces volvió a la limpieza del barco, debía apresurarse para quitar las manchas y salpicaduras antes de que la sangre se secara. No debía dejar que Dante viera aquello, era demasiado.
Los minutos pasaron y pasaron, Ackley permaneciendo en su lugar. Realmente no prestaba atención a lo que estaba sucediendo a su alrededor. Entonces levantó la mirada cuando sintió una cálida mano tocando su hombro, era ella y tomó una de sus manos para indicarle que limpiaría su cuerpo. Además del arpón, el resto de la sangre no era suya y dejó que la humana arrojara una gran cantidad agua sobre su cabeza. Debido a donde se encontraba, el agua se llevaba todo el rojo hacia el océano. Aunque sus heridas ardían por esto, él sólo lo soportó hasta que ella terminara.
—No tenía estas marcas antes —susurró al ver su pecho—. ¿Se las hizo él mismo? ¿Qué significan? —las dudas que surgieron al ver esos extraños cortes, era un sólo diseño que se repetía tres veces en la piel pálida de la criatura. Tres marcas, tres hombres. Bianca hizo la conexión inmediatamente, pensando que ese era su significado. Al igual que cortarse el cabello, eran una especie de castigo para sí mismo.
—Bia, ¿él está bien? —Dominic la sacó de sus pensamientos, no había notado que él estaba a sus espaldas.
—E-El arpón lo atravesó pero la hemorragia está controlada. El problema será quitárselo... —respondió con calma—. También cortó s-su cabello por alguna razón.
—Dante me contó lo que pasó antes de que lo golpearan. Además del golpe y el corte de su frente, él está bien —comentó el hombre para luego arrodillarse junto a su esposa y abrazarla. Ella correspondió inmediatamente, ocultando el rostro en su pecho para ahogar el llanto—. Quisiera que hablaras nuestro lenguaje para que entiendas esto, gracias por protegerlos... gracias de verdad —la voz de Dominic estaba a punto de quebrarse pero la criatura lo miraba fijamente, no hubo respuesta y no era necesaria, esa mirada decía mucho más que las palabras.
—Tenemos q-que sanarlo... ¿S-Sino cómo llegaremos a-a tierra firme? —habló Bianca al separarse un poco, su rostro estaba lleno de lágrimas, las cuales secó con su manga—. Tenemos u-un botiquín, ¿nuestra medicina lo ayudará? —se preguntó, recuperando el control de su cuerpo. Su voz recobrando su fuerza.
—Tienes razón, debemos quitarle el arpón —asintió Dominic para luego levantarse. El hombre se dispuso a buscar algo para cortar el arpón y poder removerlo sin hacerle más daño a la criatura. No había una sierra en el velero, entonces no tuvo más opción que revisar el barco de los pescadores.
Al mismo tiempo, Bianca tomó el cuaderno de dibujos para explicarle a la criatura lo que iban a hacer. Trató de que sus dibujos sean lo más claros para que él no se alarme o se asuste al momento de cortar el arpón. Sin embargo él apenas miró las hojas y volvió a agachar la cabeza.
—Encontré una sierra de mano, corta hierro —le dijo Dominic desde el otro bote—. Tomaremos todo lo que ellos tenían.
—Esto también le afectó mucho —respondió ella, viendo a su esposo acercarse con la herramienta en sus manos.
—Puede que sea la primera vez que asesina a un ser humano —comentó el hombre en un tono de voz bajo—. Siente culpa tal vez... ¿Tienes las vendas listas? —él se colocó a un lado del tritón cuando recibió la afirmativa de su esposa. Entonces tomó el extremo del arpón, haciendo que Ackley se retuerce por reflejo.
—Tranquilo, está bien —Bianca lo sostuvo de los hombros para calmarlo, sintiendo en ese momento lo frío que era su cuerpo. Ella no sabía si era así normalmente o fue causado por la herida—. Está bien —le susurró con un tono dulce.
Ackley no sabía qué estaba diciendo pero su tono de voz y acciones le transmitían calma. Esto hizo que terminara recostado en el regazo de la mujer mientras ella acariciaba su cabeza. Aquello lo distraía del dolor, ya que sentía en su carne como el metal era cortado por la sierra.
Dominic se apresuró en cortar el arpón, viendo que debido al movimiento, la herida comenzó a sangrar. Estaba preocupado que la criatura pudiera reaccionar debido al dolor, sin embargo parecía muy frágil en ese momento.
—Ya está —le avisó a Bianca para luego dejar la sierra y moverse al otro lado—. Se lo quitaré ahora —agregó al tomar la punta del arpón para luego tirar con fuerza.
Ackley soltó un grito que salió de su garganta, lo había estado reprimiendo y sintió presión en su costado. Dominic estaba deteniendo la hemorragia con unas gasas y lo envolvió con las vendas, asegurándose de cubrir bien la herida.
—Espero que sea suficiente —comentó él suspirando. Sus dedos habían quedado manchados con la sangre de la criatura—. También es roja —murmuró, para luego sentarse junto a Bianca.
—No planea alejarse de mí —dijo ella, ya que estaba siendo abrazada por Ackley. Entonces volvió a acariciarle la cabeza para reconfortarlo—. Debería recortarlo bien —murmuró al tomar unos mechones oscuros. Las tijeras estaban en el botiquín por lo que Dominic se las entregó.
—El ancla está incrustado en un árbol, él estaba intentando liberarlo —habló el hombre pensativo, ahora no sabía cómo iba hacerlo solo. El tritón debía sanar y eso llevaría semanas.
—Eso es bueno, tenemos a dónde ir y estamos bien —comentó Bianca mientras movía las tijeras. Con un par de cortes más acabó arrojando los restos, Ackley ahora tenía el mismo corte que Dominic ya que ella se encargaba de cortar el cabello de su familia—. Parece que... se quedó dormido —murmuró al verlo con los ojos cerrados. Sus brazos también habían dejado de abrazarla.
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