Capítulo 15
El tiempo estaba por acabarse, Dante cada vez se encontraba más hambriento y hacía otro intento por comunicarse con la criatura marina. La cual estaba nuevamente sobre el bote, esforzándose por tomar una siesta. Allí podría recuperar fuerzas sin problemas y, por supuesto, iba a aprovecharlo.
—Quiero algas, por favor —insistió pero era completamente ignorado por el hombre pez.
Chilla y chilla, que insoportable cría, pensó para luego acomodarse y darle la espalda.
—Ya para, él no nos entiende —Bianca trataba de calmarlo pero su hijo era muy testarudo y quería que la criatura marina mirara la fotos de su celular. Allí se encontraba la imagen de unas algas, las cuales había sacado en la playa antes del viaje familiar.
—Puede ver la foto y reconocer que quiero esto, es inteligente. Creo que me ignora a propósito —se quejó el muchacho de cabello teñido.
En ese momento Dominic se acercó a ambos con unos platos con atún servidos, ya era hora del almuerzo e inmediatamente Dante le dio una mirada de asco e indignación. El hombre se sentó junto a Bianca, dándole uno de los platos, pero Dante se negó otra vez.
—No puedo creer que coman carne —los regañó por quinta vez. Cuando él descubrió a sus padres devorando a pobres peces les dio un discurso eterno y Dominic no iba a soportar otro sermón—. Menos del hombre pez, se devora a los demás —incluso estaba enojado con la criatura marina.
—No todos los peces comen algas —le contestó Dominic, en un tono serio—, además ya hablamos de esto. Tenemos que comer lo que tenemos disponible.
—¡No está bien! Yo creo que están usando esto como excusa para comer carne, ni siquiera se esfuerzan para hablar con él para que busque algas o algo vegetal —los acusó.
—Hijo, no digas eso —intervino Bianca, aunque Dante ya los había dejado solos para ir a su cuarto y sus padres escucharon un portazo. Bianca soltó un pesado suspiro para luego comenzar a comer, sentía culpa pero el hambre y el instinto de supervivencia eran más fuertes.
—¿Acaso cree que es nuestro sirviente o qué? —habló Dominic. El hombre también se habría sorprendido al momento de ver a la criatura, temía que lastimara a su familia pero resultó ser amigable y les traía comida—. ¿De dónde vendrá y cómo no sabíamos nada de estos seres? —se preguntó en voz alta.
—¿Y por qué nos ayuda? —agregó Bianca mientras ambos miraban a la criatura.
En ese momento Ackley se estiró ya que los gritos del humano venenoso lo habían despertado. Él se sentó para apoyar su espalda por el barandal del bote, luego de apartar su cabello del rostro, notó que la pareja de humanos estaban alimentándose a unos metros de él. La cría no estaba presente y agradeció aquello, porque le recordaba demasiado a su hermano menor, Arán.
Desde que nació su hermano pequeño tuvo toda la atención de sus padres, llevándose todo el cariño y amor. Aún así el humano, por más molesto que sea, no tenía la culpa de sus problemas. Pero se negaba a comer. En poco tiempo moriría de hambre y eso significaba un humano menos para la reproducción, aunque dudaba que alguna mujer de su especie se fijara en la cría venenosa.
Quien sabe, hay cada mujer con gustos extraños, pensó mientras en su mente venían imágenes de las amigas de Tez y lo mismo parecía aplicar con las hembras humanas, porque aquella humana se había fijado en Arán. Aunque no quería aceptarlo su hermano tenía razón, la confianza era la clave y gracias a eso había conseguido acercarse a la familia humana. Sin embargo creyó que sería más fácil, esa cría ponzoñosa se quejaba de todo y los sonidos que hacía eran insoportables.
—¡Dante! —exclamó Bianca desesperada, ya que el muchacho se lanzó al agua. Debido al hambre y aprovechando que sus padres estaban ocupados, él tomó un snorkel y unas patas de rana. Su plan era buscar él mismo las algas ya que nadie lo iba a obligar a comer carne, había decidido mantener su dieta sin importar nada, ni siquiera la situación en la que se encontraban.
Ackley se alertó debido a los gritos de la mujer, quien le pedía a su hijo que regresara inmediatamente. Era muy peligroso y no tenía experiencia en el océano. Ackley entonces se dejó caer al agua provocando un fuerte chapuzón, él tenía curiosidad de a dónde pretendía ir la cría venenosa. Le resultó curioso ver que tenía unas cosas extrañas en sus pies, los cuales los hacían más similares a una aleta.
Entiendo, eso los ayuda a nadar, concluyó pensativo mientras nadaban a la par del humano. Ackley notó que descendían cada vez más, cosa que comenzó a preocuparle un poco, sin duda el humano no iba a poder regresar a la superficie por sí mismo. Por eso mismo se mantuvo cerca del humano venenoso, su cabello rojo resaltaba mucho en las aguas y daba torpes movimientos.
Por su parte, Dante expulsaba el aire poco a poco, sabía nadar perfectamente y estaba seguro de que podría nadar hacia el lecho marino y tomar algunas algas para luego regresar al bote. Sin embargo, mientras nadaba más profundo, comenzó a notar unas figuras borrosas en el agua, no eran acantilados ni arrecifes. Mientras más se acercaba las figuras comenzaron a notarse más y Dante se agitó al reconocer que lo que estaba viendo eran casas residenciales completamente sumergidas en las aguas. Algunas no habían resistido el avance del océano y se destrozaron, mientras que otras aún estaban completas.
Ackley ya había visto las casas humanas antes pero no se tomó el tiempo de explorar lo que había allí ya que era obvio que ningún humano estaría vivo dentro de ellas. De repente vio una gran cantidad de burbujas salir del humano venenoso, había perdido todo el aire debido a la desesperación. Entonces Ackley se acercó rápidamente para tomarlo de la cintura y llevarlo a la superficie, sin embargo estaba asustado y comenzó a forcejear con él.
Quiero ayudarte idiota, quería decirle en su lenguaje. Es más, aprendería el lenguaje humano con gusto para decirles sus verdades e insultarlo. El humano venenoso dejó de luchar en un momento y comprendió que se estaba ahogando, hasta el punto de desmayarse. Entonces Ackley lo tomó del torso para mover su poderosa aleta y nadar rápidamente hacia la superficie. En segundos ya estaban fuera del agua y el humano comenzó a toser, expulsando el agua que tragó.
—¡Regresa Dante! —Dominic ya estaba a punto de arrojarse al mar, pero Bianca lo detuvo sosteniendo sus hombros. Quería evitar perder a ambos.
—¡Allí está! —señaló ella. A unos 50 metros del bote pudo ver a la criatura marina junto a su hijo. Dante dejó de luchar mientras recuperaba el aliento, al mismo tiempo que Ackley lo regresaba con sus padres—. Lo tenemos, despacio —la mujer lo ayudó a subir y que no resbalara por los escalones húmedos.
—¿Por qué lo hiciste? Eso fue muy peligroso —lo regañó Dominic, mostrándose realmente furioso—. ¿Qué hubiera pasado si él no estaba aquí? —cuestionó refiriéndose a la criatura marina. Quien nadaba cerca del bote, alerta ante cualquier movimiento del muchacho, iba a atraparlo nuevamente si se lanzaba al mar.
—No lo vuelvas a hacer, escuchaste —Bianca tomó el rostro de Dante para que la mirara a los ojos, en ese momento notó el semblante pálido del muchacho y su mirada perdida—. ¿Estás bien? —le preguntó, preocupada ya que estaba en un estado de shock.
Dominic se arrodilló a su lado, su enojo esfumándose debido al estado de Dante. Revisó rápidamente su cuerpo y no se encontraba lastimado. Algo más había pasado en las profundidades. Él lo tomó de sus hombros y lo sacudió un poco, debido a esto Dante lo miró, estaba reaccionando poco a poco.
—H-Había... había...
—Tranquilo, ¿qué viste? —le preguntó Bianca con una voz suave.
—Cuerpos... e-en el fondo —susurró bajo, un momento después comenzó a agitarse—, ¡es un barrio entero, bajo el agua! ¡¿C-Cómo?!
—Eso es imposible, estamos en mar abierto —contestó Dominic confundido.
—¡Yo lo vi, es verdad! —insistió, esta vez derramando unas cuantas lágrimas. En ese momento Bianca lo abrazó para calmarlo, sin embargo ella también estaba muy preocupada.
—¿Eso qué significa? —le preguntó a su esposo. Dominic apartó la mirada, tampoco tenía la respuesta.
—Yo... debo bajar para ver qué está sucediendo —se propuso el hombre. No sabían a qué se estaban enfrentando realmente, ¿una situación de supervivencia?, ¿un naufragio? Debía verlo por él mismo.
—¿Estás seguro? —intervino Bianca.
—Tomé clases de buceo y hay un equipo completo en el barco con un par de tanques. Lo traje para bucear un poco pero luego pasó todo lo que pasó —habló el hombre pensativo. Quería preguntarle a Dante más detalles acerca de lo que vio, sin embargo su hijo no se encontraba bien.
¿Realmente estaban en una ciudad como decía el GPS? ¿Dante realmente había cuerpos o se había confundido? Había muchas dudas y preguntas que surgieron en ese momento y hacía todo lo posible por mantenerse calmado. Pero debía buscar las respuestas en las profundidades.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top