Capítulo 12

Lilian caminaba por estos lugares al igual que los otros humanos, pensé ya que me gustaría haber visto el mundo humano en sus mejores momentos. Pero ahora todo aquello ya era parte del océano. Lilian ya no podía tener una vida normal y ese hecho causaba un profundo dolor en mi pecho. Yo no sabría cómo sentirme si todo mi mundo, todo lo que conocía, incluso mi familia, desapareciera de un momento a otro.

En eso unas dudas llegaron a mi mente, me preguntaba si Lilian tenía familia o amigos, tal vez todos ellos no habrían sobrevivido a la inundación. Aunque prefería pensar que alguno de mi especie los había logrado rescatar.

Seguí nadando hasta que, más adelante, me topé con construcciones extrañas. Supuse que eran refugios humanos, así que nadé rápidamente hacia allí con la esperanza de encontrar la soga que Lilian necesitaba. Algunas construcciones estaban rotas, seguramente las responsables fueron las olas que arrasaron con la tierra y había muchos objetos flotando alrededor. Objetos y... cuerpos, algunos de ellos atrapados dentro de los refugios. Ver aquello hizo que apartara mi mirada rápidamente mientras un gran nudo se formó en mi garganta. Esa era la realidad y Ackley lo había dicho, muy pocos humanos habían sobrevivido, mientras que el resto había perdido la vida debido al avance del océano.

Ya era muy tarde para los humanos que habían quedado atrapados, así que continué buscando lo que Lilian me había pedido. Un movimiento en la superficie llamó mi atención, por lo que nadé rápidamente hacia la superficie, y encontré muchas más cosas flotando allí arriba.

—¡Ssssoga! —exclamé al encontrar el objeto flotando, era parecida a la que Lilian me mostró. Aunque mucha más extensa, así ella podría unir muchas más piezas de su refugio sin preocuparse.

Miré a mi alrededor y, dicho movimiento que noté antes, parecían ser cuervos pero más grandes y volaban en círculos sobre un pequeño animal. Éste estaba aferrado a los restos flotantes. Al acercarme más vi que se trataba de una cría de humano, era parecida a Lilian pero mucho más pequeña y estaba dormida.

¿Estará bien?, me pregunté al nadar a su alrededor lentamente. Entonces aclaré mi garganta para saludar.

—Soy Arán —le dije con cuidado al acercar mi mano para tocar a la cría. Sus ojos se abrieron de golpe y sus dientes se clavaron en mi mano en un rápido movimiento. Fue doloroso y mi sangre comenzó a gotear para mezclarse con el agua—. Soy bueno, ayudar —insistí pero la cría comenzó a llorar, estaba muy asustada.

No parecía entenderme porque era muy pequeña, así que usé las sogas para atar la cosa flotante donde se encontraba y me apresuré a nadar de regreso con Lilian. Estaba seguro de que ella ayudaría a la cría y lograría calmarla.

Debe tener hambre y sed, me dije mientras movía mi aleta rápidamente. Debía apresurarme porque todavía podía escuchar su llanto, necesitaba urgente agua de cielo.

—Lili ayudar, ella humana —comenté y el aire se me fue por un momento. Estaba haciendo un esfuerzo importante, le exigía a mi cuerpo ser más rápido. La cría se había calmado pero lloraba en silencio. Tenía ganas de abrazarla para consolarla, pero me tenía miedo y eso sólo empeoraría las cosas. No confiaba en mí.

Volver a la isla me tomó tiempo porque las corrientes habían cambiado y debía nadar contra ellas. El sol ya se había ocultado hace mucho cuando pude divisar la tierra, continué a pesar de sentirme muy cansado. En ese momento llené mis pulmones con mucho aire y grité con todas mis fuerzas para que Lilian me oyera. Al arrastrarme hacia la orilla la vi correr a mi encuentro, se mostraba muy preocupada pero al ver a la cría quedó paralizada.

—¡Lili! —insistí al tocar su mano, la hice reaccionar y me miró para luego girar a mi alrededor. ¿Acaso estaba preocupada por mí? Entonces se acercó a la cría—. ¿Li?

Ella dijo algo y tocó el hombro de la cría. Ésta también intentó morderla pero Lilian apartó su mano rápidamente aunque al mirarla extendió sus bracitos mientras chillaba. No sabía si se conocían pero la cría humana abrazó a Lilian mientras temblaba.

Era tranquilizador saber que la cría se sentía mejor con ella. Quería acercarme pero era mejor mantenerse alejado por el bien de la cría.

—Está bien, Arán es bueno —le dijo Lilian mientras salía de agua con cuidado, llevando a la cría en sus brazos.

Por mi parte seguí a Lilian fuera del agua, teniendo los ojitos de la cría sobre mí en todo momento. A pesar de mantener mi distancia, la cría comenzó a sollozar. Tal vez debía dejar que Lilian se encargara de todo pero entonces ella se detuvo y extendió su mano hacia mí. Ella le dijo algo a la cría mientras yo tomaba su mano con cuidado. La cría trató de alejar el brazo de Lilian de mí y eso me hizo sonreír. Entendía muy bien que tuviera miedo a lo desconocido, un miedo tan primitivo que compartían nuestras especies.

Apoyé mi mejilla en su palma, sintiendo su calor. Lilian miró a la cría y había logrado que se tranquilizara. Pero, un instante después, ella palideció.

—¡Agua, necesita agua! —exclamó Lilian, hablaba del agua de cielo, entonces corrió hacia la tierra rápidamente.

Yo no podía quedarme allí, debía acompañarlos, así que salí del agua completamente para comenzar a arrastrarme. Cuando comencé a adentrarme entre las plantas terrestres, los arbustos cortaron mis brazos, era más difícil avanzar sin la ayuda de Lilian. Estaba cansado pero aún así seguí adelante a pesar de lastimarme con cada movimiento. Distinguí entonces luz entre toda esa oscuridad.

—Lian —dije al apartar unos arbustos. Ella se encontraba sentada en el suelo con la pequeña cría en sus brazos—. ¿Li? —toqué su hombro luego de arreglármelas para acercarme.

Ella estaba llorando y dijo algo que no comprendí pero por como abrazaba a la cría supuse que había muerto por falta de agua. Bajé la mirada al sentir un nudo formarse en mi garganta por la impotencia, esperaba estar equivocado y acerqué mi mano para tocarla. Tenía los ojos cerrados así que en cambio acaricié la cabeza de Lilian mientras mis propias lágrimas caían. Traté de nadar rápido para llegar aquí pero fue muy tarde y ni el cansancio ni ninguna de mis heridas me daba tanto dolor como la pérdida de esa vida.

Sabía que debía mantenerme fuerte por lo que tomé aire profundamente para luego soltarlo. Lilian me necesitaba así que comencé a limpiar su rostro, ella se veía destruida y no podía dejar de temblar.

—Lili —dije suavemente, haciendo que levante la mirada cuando toqué su brazo.

—¿Q-Qué harás? —Lilian se oía lastimada, no sabía cómo decirlo por lo que señalé el mar, si ya no tenía vida debíamos devolverlo al océano. Pero ella se negó rotundamente.

Un momento después dejó a la cría en el suelo con cuidado y tomó una rama para cavar en la tierra. Ella se movía de forma errática y terminó rompiendo la rama, aunque eso no le importó porque continuó con sus manos.

Entiendo, ellos devuelven a los fallecidos a la tierra, pensé para un segundo después unirme a ella. Con el pasó de las horas hicimos un hueco bastante profundo a la luz de ese fulgor extraño y cálido, no sabía lo que era pero tampoco iba a hacer preguntas en ese momento. Mis manos dolían y me había roto un par de uñas, aunque no me detuve hasta que Lilian lo hizo.

Ella en silencio comenzó a arrojar plantas dentro del hueco, la luz para entonces era muy pequeña y se desvanecía al momento que dejaba el cuerpo de la cría dentro. Ambos la cubrimos con la tierra completamente y planté algo llamado flores, esperando que alegrara el espíritu para que partiera en paz.

Al terminar noté que Lilian me estaba mirando, quise sonreír pero no podía. Me dolía demasiado. Ella se dejó caer a mi lado y la abracé, quería sentirla. No era el único porque se aferró a mí para comenzar a llorar nuevamente. Lilian me había demostrado que era fuerte, pero en ese momento me estaba mostrando su lado más frágil y vulnerable.

Permanecimos un momento abrazados hasta que levantó su mirada al cielo, la Luna estaba brillando en todo su esplendor en el cielo junto a su acompañante. Lilian se levantó y caminó hacia el mar a pasó lento como si estuviera en un transe, dándome tiempo de seguirla en todo el trayecto. En la costa vimos más cosas flotantes, eran los restos de los refugios humanos y más.

—¿Lilian? —Me acerqué a ella para sujetar su mano, no podía dejarla sola, no en ese momento.

—Si... Dijiste mi nombre —respondió apenas mientras se sentaba a mi lado. El océano estaba tranquilo y el sonido de las olas nos envolvían. Finalmente había dicho su nombre correctamente.

La abracé otra vez porque no sabía qué más hacer por ella. Yo lamía con cuidado sus lágrimas mientras ella lloraba en silencio. Dijo algo que lo logré comprender pero entonces vi una débil sonrisa mientras tomaba mi rostro con sus manos, me acercó a ella hasta que nuestros labios se tocaron. Sólo fue por un momento pero lo suficiente como para sentir mi corazón latir con fuerza, ya no sería capaz de soltarla.

Sonreí también y la atraje hacia mi pecho, juntos miramos el cielo repleto de estrellas en silencio. Lilian poco a poco cerró los ojos para entregarse al sueño, necesitaba descansar y yo la mantendría lo más cómoda posible.

—T-Todo estará... bien —me dije a mí mismo utilizando el lenguaje humano mientras miraba la expresión tranquila en el rostro de Lilian.

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